viernes, 6 de abril de 2018

Las dos Parroquias de Siétamo






Conocemos la existencia de dos Parroquias en la Villa de Siétamo. La primera, en tiempos antes del año de 1570, siendo Abad del Monasterio de Montearagón Don Pedro de Luna y la segunda que se construyó a petición de los Ilustres Sres. Don Bernardo Martínez de Bolea, también llamado Bernardo Abarca de Bolea y Portugal, que tuvo su residencia matrimonial en el Castillo- Palacio de Siétamo.  Fue el   Abarca de Bolea, que se casó  con la Señora Jerónima Castro Y Pinós, y vivió con la colaboración de los cristianos que vivían en 1571, en el pueblo ya  cristiano, de Siétamo. Su hijo Don Martín Abarca de Bolea y Castro (1550-1600), fue un gran humanista, escritor y poeta. Su vida coincide con la fecha en que se edificó la actual Iglesia Parroquial. Una hija suya Doña Ana María Abarca de Bolea, que fue Maestra de Novicias y Abadesa del Monasterio de Casbas desde 1672 a 1676  debió morir el año de 1685. Es Ana María Abarca de Bolea escritora en Fabla Aragonesa y en castellano. El maestro Martín Zabala, acabó de construir la segunda Parroquia el año de 1572.   
Siétamo al ser invadido por los moros, fue un pueblo presidido por un Castillo, que no pertenecía a estilo cristiano, al ser dominado por los árabes, y que ya desde tiempos anteriores a la invasión de los árabes, estaba protegiendo la orilla de de la vieja Vía Romana, que de Huesca iba a Alquézar y situado en lo más alto del pueblo y en la entrada y salida de la citada Vía. Todo el pueblo estaba rodeado de murallas, de las que todavía se conservan muchas y dentro de esas murallas, los moriscos alzaban su mezquita. Durante la invasión de los moros, vivieron en Siétamo, varias familias cristianas, pero fuera de las murallas y con una iglesia parroquial propia. De esa iglesia se conservan dos piedras, una representando la figura de un Papa, otra con un ángel y un sostén de su alero del tejado, con un rostro humano. Esta pieza la subirían desde la antigua iglesia hasta la obra nueva, que se estaba realizando, pero al pavimentar la Plaza Mayor, al lado de la Nueva Iglesia, apareció debajo de la tierra y yo la recogí.
Del lugar de Siétamo, alguien dice que “el lugar de Siétamo, existía en 1.093, cuando Pedro I lo dio al abad de Montearagón”. Hay quien dice que el Castillo es posterior, pues lo mandó construir la familia Sessé  y  de los 1450 a 1506 era propiedad de los  Anzano. Una temporada volvió a la propiedad de la mitra, ya que nadie pagaba el censo.
El X Conde de Aranda, Don Pedro Abarca de Bolea y Ximénez de Urrea, nació en el Castillo de Siétamo en 1719 y murió en Epila en 1798. En este Castillo vivieron seis generaciones de los Abarca de Bolea. Estos Señores Abarca de Bolea, tomaron posesión del citado Castillo-Palacio, con la boda de Don Bernardo Abarca de Bolea y Portugal con una de las dos hijas del Señor de Castro, llamada Jerónima de Castro y Pinós, Señora de Siétamo y dueña del Castillo- Palacio. Este Señor de Castro transmitió la propiedad del Castillo a su hija, cuyos documentos se conservan: “In Dei nomine amen. Sea a todos que yo el noble   Don Pedro  de Castro y Pinós, Señor de los  Castillos  y lugares de Siétamo, Olivito… y Torres de Montes… cedo , transporto y desamparo a Vos, la noble  Señora doña Isabel de Castro y Pinós, fiya suya, los castillos y lugares de sus términos en el Reyno y dentro del  Reyno de Aragón”.
La existencia de la actual Iglesia Parroquial de Siétamo, coincide con los años de vida de Martín Abarca de Bolea, pues Martín participó en la construcción de la nueva Iglesia Parroquial y financió al Maestro Martín Zabala, que la terminó en 1572. Nació Don Martín 1550 y murió el año de 1600 o en el 1601 o en el 1605, pues su hija la poetisa Ana María Abarca de Bolea, nació por el año de 1606. Hay quien dice que Don Martín yace en el Presbiterio, que está más elevado que la capilla de los Azara y  Almudévar, de donde los desenterraron para la Guerra Civil.
El histórico gobierno y poético vivir del gobierno de Martín Abarca de Bolea, coincide con la cristianización y modernización de la vida en el Castillo-Palacio de Bolea. Y coincide su poético y progresista gobierno con el comportamiento democrático de los tres cristianos, que vivieron en Siétamo fuera de las murallas dominadas por los moros, que con Don Martín Abarca de Bolea, se unieron democráticamente y trataron de trasladar a los cristianos al interior de la muralla de Siétamo, abandonar la antigua iglesia y participar en la creación de la nueva Iglesia, que se inauguró el año de 1572.
El comportamiento democrático de los Abarca de Bolea, unidos a los antiguos cristianos, sometidos durante siglos al dominio moruno, se unieron para crear la vivencia dentro de la muralla de Siétamo, presididos por la Iglesia nueva, dirigida su creación por Don Martín Abarca de Bolea y el poder político del mismo.  
Se explica el comportamiento democrático de Don Martín Abarca de Bolea, por su unión con los cristianos viejos de la Parroquia de las afueras de Siétamo.
Y ¿quiénes fueron los cristianos viejos de la primera Parroquia fuera de las murallas del pueblo musulmán?  En el artículo “Iglesia nueva e Iglesia vieja” se dice: “VISTA Y CONSIDERADA LA POBREZA Y PEQUEÑEZ DE LA PRIMICIA DE DICHO PUEBLO Y VISTO ADEMÄS QUE DICHA IGLESIA PERTENECE Y SE ESPERA LA PRIMICIA DE LAS TRES CASAS QUE SE LLAMAN GIL DE SIPÁN, PASCUAL DE VIÑUALES Y JUAN DE ARNAL QUE VIVEN EN DICHO LUGAR, Y, A ESTE RESPECTO DE AQUELLAS HEREDADES  Y POSESIONES QUE POSEEN   DESDE LA CONVERSIÖN DE LOS MOROS A LA FE CRISTIANA”.
 Dicho lugar de Siétamo fue conquistado tres años antes que Huesca, es decir el año de 1.093 y ésta en la Batalla del Alcoraz, el año de 1.096.  Sancho Ramírez, luchaba por la conquista de la ciudad, pero un día, atacando la muralla de la ciudad, un flechazo del enemigo, lo mató. Pero su nuevo Rey Pedro I hijo suyo, siguió luchando por la conquista de Huesca, desde Montearagón y acabó con el dominio moruno de Huesca y de su comarca.
Hasta el año de 1609, Felipe II no decretó la expulsión de los moros de España. Entre tanto, encontrándose los moros sin autoridad para su propio gobierno, el Castillo de Siétamo era gobernado por diversos nobles.
Siétamo se había convertido en dos Siétamos, uno el presidido por el Castillo, rodeado todo el pueblo por murallas, atravesado por la Antigua Vía Romana, que subía hasta el Castillo, que estaba en una altura, desde la que se contemplaba el valle que atravesaba el río Guatizalema.  Antes de ser conquistado por los cristianos, aquella fortaleza mora, no era aquel Castillo- Palacio, que fue construido por los nobles cristianos, sino que ignoramos que clase de fortaleza, construirían aquellos discípulos de Mahoma.
Una vez conquistado Siétamo, la familia  Sesé lo mandó construir y de 1450 a 1506, era propiedad del Castillo- Palacio Anzano.  En 1560 pasó a manos de Bernardo Abarca de Bolea, que en 1571 firmó la capitulación matrimonial con la dueña del Castillo – Palacio de Siétamo, Doña Jerónima de Castro y Ferrera, Baronesa de Siétamo. El varón descendía del Rey Sancho Abarca de Navarra y la Dama era heredera legítima de Jaime I de Aragón, siendo el primer Abarca de Bolea, que vivió en el Castillo- Palacio de Siétamo. Yo conservo una fotografía de mi abuelo Don Manuel Almudévar Vallés, observando el paisaje, que se veía desde lo más alto del Torreón. Yo, antes de la Guerra Civil de 1936, acompañado por mi tío José María, subía al Torreón a ponerles nidos a las palomas, para que criasen
Parece ser que en los primeros tiempos de la toma de Siétamo, sus nobles y nuevos dueños del Palacio, no dieron facilidades a los cristianos para entrar a vivir dentro de las murallas. Tal vez conseguían que los moros trabajaran para ellos y ellos quedaban bajo resguardo de los dichos moros. Los nobles cristianos vivían igual que reyes, dominando a aquellos trabajadores musulmanes, hasta que Don Bernardo Abarca de Bolea, que firmó la capitulación matrimonial con la dueña, Baronesa de Siétamo. del Hemos visto como fuera de las murallas y venerando la vieja iglesia, cerca de la actual carretera, vivían los cristianos. Quedan de esta pequeña iglesia en la Nueva y dentro de las murallas, en la pared Sur una imagen de un Papa y la de un ángel y yo, cuando se trabajaba en la pavimentación del pueblo, recogí una piedra de la iglesia vieja, que guardo en mi casa, y que es un sostén de los aleros. Es una piedra larga, asomando un rostro humano al ambiente. Los dueños del Restaurante de la Calle Alta, construyeron un hermoso chalet, en el solar en que se alzaba la vieja iglesia. Cuando estaban trabajando los albañiles para construir su chalet, entré en el antiguo sótano de la iglesia y allí, un albañil, me mostró los cadáveres antiguos de fieles cristianos, unos adultos y otros niños. Hoy día ya no se distingue ningún resto antiguo, pues esa bodega se ha convertido en un hermoso garaje. Al otro lado de la carretera, yendo por el lado norte del viejo Cuartel de la Guardia Civil se encuentra un estrecho camino, que han ido tratando de hacerlo desaparecer, pero que está señalada la Vía Procesional que recorrían los cristianos desde su vieja iglesia y volver a la misma.   
Pero el Noble Don   Bernardo Abarca de Bolea, quiso que los cristianos entraran dentro de la murallas y trató con los dueños de las tres casas del pueblo que tenía por Parroquia  la  desaparecida  Iglesia y pensó que  ” se construya una nueva dentro de dicho pueblo de Siétamo o cerca de las Puertas del mismo, con su altar, coro, campanario  ornamentos…según costumbre …de dicho lugar …de tal manera que dentro de tres años venideros próximos se empiece y el de los tres que siguen de vida y perfectamente se terminen”.
“Y que el predicho Sr. Ilustrísimo Don Bernardo Martínez y Señora Doña Jerónima de Castro y Pinós, reciban la carga de construir, ornamentar, suministrar de aceite, cera y otras cosas acostumbradas y necesarias. Consignamos a los sobredichos señores todos los frutos que pertenecían a la antigua Iglesia y también con respecto a la primicia de aquellos y sus herederos de Gil de Sipán, Pascual de Viñuales y JUAN DE ARNAL, trigo, ordio, avena, centeno…: Declaramos y pronunciamos, que abandonada la antigua Iglesia, se construya una, la nueva dentro de dicho lugar de Siétamo o cerca de las Puertas del mismo ,con su Altar, Coro, Campanario, Ornamentos y otras Casas, de tal manera que dentro de los tres años venideros próximos, se empiecen y el de los tres que siguen, se acaben con vida y perfectamente, se terminen -… Y que el predicho  Sr. Ilustrísimo Don Bernardo Martínez de Bolea con su Señora Doña Jerónima de Castro y de Pinós, reciban la carga de construir, edificar, ornamentar, sustentar de aceite, cera y otras cosas acostumbradas y necesarias.-Consignamos a los sobredichos Señores, todos los frutos que pertenecen a la antigua Iglesia y también con respecto a la primera de aquellas y sus Herederos de  Gil de Sipán, Pascual de  Viñuales Y JUAN D ARNAL, a cuyos sucesores he conocido y conozco
todavía, tanto de trigo, ordio, avena, canteno o de cualquier otro producto semejante…..por el tiempo de ochenta años continuos.”   
Los Abarcas de Bolea. Barones de Siétamo, Marqueses de Torres se acabaron con  el Conde de Aranda. Fueron una serie de generaciones, que cultivaron la paz y la guerra, la literatura, el arte y el progreso. El Conde de Aranda, cultivó la Política Internacional y luchó por el progreso de Aragón. Pero murió sin descendencia y no pudo arreglar el riego del río Ebro, ya que Cataluña  se apoderó a los  pocos años después de su muerte y cortó el contacto directo entre Aragón, a través del Río Ebro y la Costa Meditérránea.


 Un símbolo de la intención de Companys es la fotografía de este elegante político catalán en Siétamo , al frente más  bien de los milicianos de la República, contemplando las ruinas del Castillo de los Condes deAranda, que parecen ofrecer el espectáculo de la ruina de Aragón. Alrededor se encuentran los, niños de mi edad chupando caramelos, que los destructores del   Castillo-Palacio les habían dado los milicianos para hacer placentero el gozo de los niños, que ya no verían más el grandioso aspecto del destrozado Palacio.
El destrozo de Aragón ha sido la despoblación de sus pueblos y el cierre del Ferrocarril del Canfranc, que han querido hacer su comunicación con Europa  a través del Mediterráneo.
 Desde el recuerdo de los Reyes Alfonso XII y XIII, cuando fueron a inaugurar el ferrocarril penínsular y del que ya no se han acordado más.
Mis antepasados compraron el Castillo, dividiendo su parte noble del comercial del almacén agrícola y así estamos todavía sufriendo la tiranía que quisieron imponernos los gobernantes de Cataluña.  
        

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