jueves, 19 de abril de 2018

Sefarditas en Huesca




Siempre, desde niños, se nos han contado los actos malos que cometieron algunos individuos de otras religiones, como aquel, en que unos moriscos le robaron a la Virgen de Bureta, que se venera en el pueblo de  Fañanás , un retablo , con el fin de cortar en una acequia  el agua, que bajaba por ella. En aquellos tiempos en que la cultura era un bien escaso, era difícil que se entendieran cristianos, judíos y musulmanes. Mi padre Manuel Almudévar, me contaba hechos que ocurrieron en la historia, por ejemplo el de un altoaragonés, natural de un pueblo del Somontano y apellidado Palacio,que llegó a ser Diplomático y estando en El Líbano, se le acercó un joven muchacho, que vendía tortas de Ayerbe, nombre tan español como su origen en algún horno, en este caso de Ayerbe.
Era un judío sefardita ese que coincidió con Palacio de Berbegal y proveniente de Huesca. Ahora quedan pocos porque han sido perseguidos, refugiándose algunos en el estado de Israel.
En 1492, fueron expulsados los judíos de España, pero  aunque no nos hayamos dado cuenta, muchos emigraron a América, como españoles que eran, otros fueron a Portugal y muchos se convirtieron o lo simularon y la gente los llamaba conversos. La religión judaica es el origen de todas las confesiones fundadas en la Biblia, es decir el cristianismo y la religión musulmana, pero ello no impide que haya gente mala en todas las religiones, que impide su entendimiento. Pero los hombres unidos en la creencia en un Dios Ünico, debían pensar que “ Las espadas se transformarán en rejas de arado, las lanzas en podaderas, y no se enseñará ya más el arte de la Guerra”. En cambio, la gente influida por las enseñanzas que recibía, llamada “judiada”, a la acción realizada contra alguien, como por ejemplo el lucro excesivo de un dinero prestado. Quedaron muchos judíos en España y en Huesca, pues se encuentran apellidos como Salomón o Israel , que proceden  de ellos. En nuestra capital bautizaron en 1106,en la Catedral, a un gran filósofo y escritor judío, nacido en Andalucía, que se convirtió al cristianismo y pasó de llamarse Moisés Sefardí a Pedro Alfonso de Huesca.
El Alfonso lo tomó de su amigo el rey o emperador aragonés y gran oscense Alfonso el Batallador. Han pasado muchos siglos y todavía mi abuela Agustina Lafarga, me decía que en  Barrio Nuevo, antiguamente la Judería , había una Sinagoga, ya abandonada. Ahora en lugar distinto al que se creía, ha aparecido un local, en el que se trabaja haciendo fotocopias y se ven distintos capiteles, en los que se aprecian cepas de vid, con sus ramas y sus hojas. Pero en una calle que acaba en la Plaza de la  Catedral, hay una casa en la que está abierto un estanco y me enteré que en los bajos de dicha casa, ha salido otra Sinagoga. Le pregunté por ella a Jesús Benito, que era su dueño y me dijo que había capiteles y otros aditamentos sagrados para hombres talmúdicos y me prometió que me mostraría dicho local. Lo encontré otro día y se lo recordé y él, con gran generosidad me contestó que subiera al Estanco de la Catedral y se lo dijera a la dependienta. Esta, con gran amabilidad, preparó un foco de luz y me enseñó toda la  Sinagoga. A la altura de calle se encuentra un arco de herradura y una columna con un capitel que no es cristiano ni pagano, es simplemente una columna con un capitel geométrico y más adentro hay una sala con dos arcos, también de herradura y en un lado hay una pila redonda de piedra. Bajando por una escalera, colocada en un hueco de la pared  se encuentra otra pila, pero está montada con varias piedras y tal vez puesta en la entrada de la parte baja de la Sinagoga, tal vez para lavarse, como dice el salmo:”Lavaré mis manos entre los inocentes” o tal vez para depositar el Talmud, que se guardaba en lugares, como si fueran sagrarios , porque lo utilizaban para leer textos sagrados. Una vez abajo ,contempla uno varias bóvedas con arcos ojivales,es decir como si sus puntas, fuesen puntas de flecha. Hay cuatro pequeñas salas abovedadas y no se observan objetos judaicos , porque los judíos fueron expulsados en 1492,es decir hace unos cuatrocientos años.
 Jesús Benito y su esposa Isabel Pertusa están orgullosos de su sinagoga y querrían verla restaurada, próxima a la  Cristiana Catedral y a la antigua Mezquita, a la que dicen pertenecía parte de la torreta, donde están las tumbas de los hermanos Lastanosa y de mi pariente Azara. No fue ésta, la primera vez que estuve en el Estanco de la Sinagoga, sino que hacía ya muchos años, entré en él y le pedí un paquete de tabaco a la anciana madre de Jesús Benito, pero al mirar la cartera para pagarlo, no la llevaba;  entonces le dije a la buena señora : dejo aquí el tabaco y ya vengo con el dinero necesario para pagarlo, pero ella, que no me conocía, me lo hizo llevar sin pagarlo y diciendo que ya lo pagaría cuando quisiera. La sinagoga me ha hecho recordar a aquella amable persona.
Huesca es un maravilloso museo, porque al lado de San Jorge se encuentran los restos del cementerio judío y otro que al que llamaban el Fosalé en Barrio Nuevo; además se pueden ver columnas y arcos de una Sinagoga, pero en la parte alta de la Ciudad de Huesca,viejo se concentran los restos históricos, que comprenden desde los vaco-ibéricos, en el solar de los Templarios, pasando por los romanos, con el mosáico romano del Ayuntamiento, siguiendo por los árabes con sus murallas y por los judíos, que conservan todavía,sin saberlo sus descendientes, una hermosa sinagoga. Todos estos restos se encentran entre numerosos monumentos arquitectónicos  cristianos como la Catedral o San Pedro el Viejo.
Si un sefardita de los que todavía quedan en Israel, oyese la palabra Sefarad, equivalente a España y viese las fotos de las sinagogas de Huesca, sus ojos se llenarían de lágrimas, mientras nosotros estamos como olvidados de todos los monumentos, que permanecen en Huesca. 

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