Esto de que te vengan a pedir un
artículo para un programa de fiestas, así, a bote pronto, sin estar inspirado,
es una gaita. Y hablando de gaitas y estando en Aragón y concretamente en
Tierz, por fuerza nos tenemos que acordar de la Gaita Aragonesa. ¡Dejémonos de
gaitas gallegas y a ver si los aragoneses y más en el Día de San Jorge, su
patrón, nos negamos a ser el palico de
la gaita!.
Algunos altoaragoneses se
preguntarán, ¿qué tiene que ver la gaita
con nosotros?. Mucho. Porque nuestro
folklore es muy rico y algunos pretenden que sólo la jota nos pertenece. En
realidad las Jotas se bailan en casi toda España, aunque
seamos los aragoneses los campeones en esa especialidad, de la misma manera que
los gallegos y asturianos son los amos en hacer sonar las gaitas. Pero, no nos
olvidemos de que existe una gaita aragonesa de características que la
distinguen de la gallega.
Todos nos acordamos de que a los gigantes, cabezudos y caballetes de
Huesca, les acompañaba con su música un gaitero.
En la exposición de fotografías
de Compairé, aparece un montañés con su gaita en una boda de Gistain. En Graus eran típicos los gaiteros que
recorrían su comarca ribagorzana animando las clásicas albadas. En Sariñena
todavía queda un pastor que sabe fabricar nuestro instrumento y en el Rabal de
Zaragoza, me he enterado por “dijendas”, de que también practicaban esta
costumbre.
Pero lo que más alegría me ha
causado en estos últimos días, ha sido la noticia de que en Tierz tienen una
gaita aragonesa guardada en una casa.
Aunque los de Tierz me digáis que
no os venga con gaitas, os pido por favor, que tratéis de revitalizar ese
instrumento. En realidad las jotas se bailan en casi toda España,
aunque seamos los aragoneses los campeones de esa especialidad, de la misma
manera que los gallegos y asturianos son los amos en hacer sonar las gaitas.
Pero no nos olvidemos de que existe una gaita aragonesa de características, que la distinguen de la gallega. Todos nos
acordamos de que a los gigantes, cabezudos y caballetes de Huesca, los
acompañaba con su música , un gaitero.
En la exposición de fotografías
de Compairé, aparece un montañés con su gaita en una boda de Gistain. En Graus
eran típicos los gaiteros que recorrían su comarca ribagorzana, animando las
clásicas albadas. En Sariñena todavía queda un pastor que sabe fabricar nuestro
instrumento, y el Rabal de Zaragoza, me he enterado “por dijendas”, de que
también practicaban esta costumbre.
Pero lo que más alegría me ha
causado en estos últimos días, ha sido la noticia de que en Tierz tienen una
gaita aragonesa guardada en una casa.
Aunque los de Tierz me digáis que
no nos vengan con gaitas, os pido por favor que tratéis de revitalizar ese
instrumento.
Sería maravilloso veros acudir a
la Ermita de Salas haciéndolas sonar, porque hasta Alfonso X el Sabio, que
cantó a la Virgen de Salas en la Edad Media, se alegraría en su tumba, al oír
la Gaita Aragonesa; él estaba acostumbrado a escuchar la gaita gallega y a
escribir en gallego y en castellano.
No sería mucho pedir que los
aragoneses revitalicemos nuestras costumbres, que con ellas nos uniremos más a
otras regiones, en lugar de separarnos, como es moda ahora.
Los de Tierz
podéis ser primeros en tan entrañable “quefer”.
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