miércoles, 5 de diciembre de 2018

Antonio Ciria y Ciria nacido en Albero Alto


Lascasas (Huesca).



Este Antonio me ha contado recuerdos de la belleza de la vida en los pueblos cercanos a Huesca. ¡Qué pena cuando Antonio se  acuerda  de  trabajar intensamente la tierra de Albero Alto, con la alegría que le producía el sonar de las campanillas, que sus mulas llevaban colgadas  en sus cuellos!. Menos mal que Antonio era hijo de una buena casa, porque sus mulas no estaban flacas, sino que llevaban los collares de campanillas en sus cuellos, porque él se sacrificaba, cuando había necesidad de alimentos, comiendo en alguna ocasión poca cantidad de su fiambrera, para que las mulas labraran con alegría, animadas por el sonido de las campanillas.
Antonio era feliz con el contenido de su fiambrera y el sabor alegre del vino que llenaba su bota. Pero no todos tenían la felicidad como Antonio, porque, ninguna de sus mulas estaba coja, sino que la de un vecino suyo, cojeaba y su dueño le echaba vino caliente en la pata coja, y le daba algún trago de vino, que guardaba en su bodega, hacía ya muchos años.
Labraba sus tierras en Albero Bajo, pero se acordaba de un pueblo montañés, llamado Concilio, que Antonio lo conoce, ya que su hermana estuvo de Maestra Nacional en dicho pueblo. Con esta nota, nos damos cuenta de que no sólo hacía producir la Sierra, sino que su propia hermana estudió en Huesca, cerca de Santa Ana, para aprender la cultura, que quiso después transmitirla al pueblo de Concilio en la Montaña, pero ahora ya no queda gente en el montañés pueblo de Concilio.
Mientras Antonio trabajaba en Albero, su familia pensaba ya en la Cultura del Pueblo Aragonés, estudiando en Huesca para Maestra Nacional.
En ocasiones vivía Antonio, al lado del río Flumen, cerca de un Molino de Harinas, del que era su dueño, el padre de don Antonio Porta Labata. Allí pasó su niñez el que llegaría a ser creador de una inmensa Fábrica de Piensos Compuestos, de cuya amistad yo fui uno de sus admiradores.
Antonio Ciria, el labrador de sus tierras, solía hablar con el dueño del Molino, que estaba al lado del río. Su dueño era el padre de Don Antonio Porta Labata,que me contó que cuando era todavía un niño les sacaba a las ovejas y cabras la leche de sus mamas y sacaba de ellas una leche que le inspiró una alimentación digna para los animales, con sus Piensos Compuestos. Lo llamó el padre del creador de alimentos Porta y a Antonio Ciria le mostró con un gran cariño y una gran satisfacción un automóvil que se había comprado, para que su hijo fuera un gran fabricante de piensos compuestos.
A orillas del río Isuela convivieron el labrador Antonio Ciria de Albero con el gran productor de piensos Don Antonio Porta Labata. ¡Cómo pasa el tiempo!.

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