sábado, 8 de diciembre de 2018

¡España llega tarde a todas partes!. ( Blas Otero)




 
España llega tarde a todas partes…”aunque en cuestión de Autonomías actuó con mucha rapidez, pues dejó muy pronto de ser una Nación Autónoma. Esto lo escribió Blas de Otero y yo, al leerlo, me fijé que España y su pueblo al dividirse en naciones o regiones autónomas, ya no es dueña totalmente de sí misma. Hay naciones como Cataluña  o  como el País Vasco, de donde salió el nombrado escritor Otero y está Aragón, que según el Conde de Aranda era una nación.
Y, ahora, Blas Otero, exclama: “Por tierras de Aragón, oigo sonar las viejas hojas secas del árbol de unos libros, abiertos entre las sombras que aún perduran. ”En  su libro que trata de España, nombra poco a Aragón, pero cuando oye sonar las viejas hojas secas del árbol de unos libros, parece referirse al  Arbol  de Sobrarbe,  presente en el Escudo de Aragón, con la Cruz de Iñigo Arista elevada en la copa del Arbol.  Iñigo Arista jefe común de Navarra, de Aragón y del Sobarbe,  aparece  también  en el Escudo de Aragón. Cuando Otero nombra aquellas viejas hojas secas del árbol de unos libros, me recuerda  aquellas  que nombra  Madoz, en su “Libro geográfico, estadístico e histórico”. Caen aquellas hojas de los árboles de las orillas del río Ara, que corre  por  el  Sobrarbe  y  Madoz habla de ellas , al verlas salir por el caudal sierra, desde el río Ara hasta el Barranco de Mascún, las viejas hojas secas del Arbol de  la Fuente del río Mascún, cerca de  Rodellar. ¿Son esas que bajan por simas excavadas en la Sierra, desde el río Ara hasta el Barranco de Mascún, las viejas hojas secas del Arbol de Sobrarbe?.
Va nombrando Blas Otero a Castilla y a León y a Francia con su capital parisina y a China y a Cuba, pero a  Aragón,  le “hace soñar en las viejas hojas secas del árbol de unos libros”, que parecen referirse al Arbol  de Sobrarbe.
Históricamente Aragón fue la nación que formó, bajo el gobierno de Fernando el Católico, con Cataluña, Valencia y Baleares, una potencia que se unió  a  España. Y ahora Aragón se siente humillado, ante los territorios que ponen de manifiesto que son naciones. Si, se proclaman, como  si  lo  fueran,  por ejemplo con sus ferrocarriles que pasan por Port Bou o por Irún, como si ellos, vascos y catalanes, fueran sólo ellos, vecinos con Francia. Aragón queda olvidado, como un rincón, que no tiene porvenir. Parece que quieren aislarlo de Francia, para ser los vascos y los catalanes, los que gobiernen el tránsito de la Península con Europa.
Aragón parece no acordarse del  ferrocarril  del  Canfranc  y de la  autopista  que desde Zaragoza, llega hasta la frontera francesa. En “Aquellos libros abiertos en medio de las sombras, que aún perduran, escritos por Joaquín Costa,”se oyen sonar las viejas hojas secas del árbol de unos libros” y los oigo, como se ven las hojas caídas de los árboles del río Ara, que por debajo de la tierra, en corrientes de agua subterráneas, llegan hasta Mascún.  Aquí, en Aragón, los ferrocarriles no pasan nunca a Francia, pues por lo visto ya lo hicieron bastante en tiempos pasados y por las carreteras se circula a veces, y pasan con muchas dificultades.


Dice Otero: “España llega tarde a todas partes… en su concepto histórico, único que queda de ella, no es una nación autónoma, dueña de sí”. No es España autónoma, pero lo son casi todos sus territorios. Blas Otero murió en 1979 en el centro de España y nació en el País Vasco el año de 1916, pero él quería a toda España, cuando ahora los que gobiernan, no buscan la Autonomía para toda España, sino que quieren algunos vascos y catalanes, una vez conseguida su propia autonomía, su propia independencia. Piensan y obran muchos, que quieren esa independencia, porque “en su concepto histórico, único que queda de ella, (de España) no es una nación autónoma, dueña de sí”. Esto lo escribió el vasco-español. Blas Otero, en unos versos dedicados a Aragón. Añade el poeta: “Dime lo que el pueblo come, y te diré el papel que desempeña en la historia. ¿Cuántos aragoneses viven y comen en su tierra?. Son muy pocos, porque en Teruel están desapareciendo sus escasos habitantes, como pasa también en los pueblos de Zaragoza y de Huesca. La capital de Aragón, Zaragoza tiene más habitantes que el resto de Aragón, pero está esperando que se abran los pasos de los PIRINEOS y entonces será el corazón del comercio y el turismo entre España y Europa. Y hace Blas Otero, esta observación: ”Dime  lo que el pueblo come y te diré el papel que desempeña en la historia”. Anima el poeta, diciendo: “transformaremos este río seco en río vivo y corriente”. Ya lo intentó Carlomagno, hace muchos siglos. Y ya lo dijo Joaquín Costa y lo escribe Blas Otero en su poesía sobre Aragón: ”Escuela  y despensa, despensa y escuela”.
Me he quedado emocionado de leer las obras de Otero el vasco, que sentía España en su corazón, pues dice: ”Claro  que el mundo no es España. “EZ” significa en euskera, no. ¿Sabemos acaso qué es España?. Meditemos. ¿Es un cielo?, ¿ una historia?  
  
 ¿Otero vivió tres etapas en su vida, siendo la primera la religiosa, pues era cristiano practicante y creía  en  las doctrinas de la Iglesia Católica. En el año de mil novecientos cuarenta y cinco, pasó de la etapa religiosa a la existencial, porque al verse vacío del consuelo religioso, lo buscó en  la  poesía  existencial. La pérdida de su fe, le hizo buscar a Dios, como ocurrió con su “ Cántico espiritual”, con el que Blas Otero buscaba el amor a lo divino. Pero no lo alcanzaba y llamaba al Señor con gritos, que le daban al escucharlos una impresión de soledad, lejos de conseguir la paz de su alma.  Se  sentía aislado y sólo, llamando a  Dios y no sintiendo su respuesta. Esta falta de unión con Dios, lo hizo pensar en que esa deseada unión, la encontraría en la muerte.
En estas frases de abandono y soledad, se puso a pensar, en diferenciar el “ser” del “existir”. Se fijaba en los objetos, que no tienen ninguna acción derivada del pensamiento, del que carecen y se ve claro, que allí “están”. Pero en cambio el hombre “existe” porque tiene un alma, que tiene un fin especial y tiene a la vez un cuerpo, que “es” simplemente una cosa más. Los  cuerpos  humanos  han sido  incluso  venerados,  pero en los tiempos actuales, esos cuerpos son abrasados, convertidos en polvo. Los cadáveres del hombre en distintas épocas históricas y también en otras épocas históricas, ha sido quemados, desde luego por métodos lejanos a la técnica actual.
El cuerpo “es” y va desapareciendo, pero sigue “existiendo” el alma que tiene aspiraciones a la eternidad. Esta Etapa del Existencialismo, llamada la segunda etapa del pensar de Otero, la asumió el año de 1950 y le hizo sufrir, porque llamaba a Dios y no le contestaba. Y se encontró en una Etapa Social, en la que etapa Religiosa, a una segunda se pasaba del “yo” de la persona al “nosotros”.   
Blas Otero pasó de su primera Etapa Religiosa, a una segunda Etapa con ideas que le producían la poesía existencial, que  con la doctrina existencialista, le hacían buscar a Dios. Se sentía el hombre aislado y sólo buscaba a Dios, pero se dio cuenta de que la única forma de alcanzar esa unión con Dios es la muerte. Y en esa Etapa Existencial que le llegó en 1950, piensa en las diferencias que se dan entre el “ser” y el “existir”. Los objetos que “son” no protagonizan ninguna acción. El espíritu del hombre existe, porque la muerte, aparta del conjunto humano su cuerpo, que “es” una cosa, pero permanece su espíritu, que tiene un fin especial, porque “existe”. El espíritu humano del hombre, tiene el fin de los espacios, después de vivir contenido en su cuerpo. Antes de morir tenía el hombre una aspiración a la eternidad. El hombre que tiene un cuerpo que “ES” Y UN ALMA que existe, con ese espíritu aspira a la eternidad.
Ya sus pensamientos le llevaban a darse cuenta de que la existencia abarca la Etapa Social del hombre. En 1955 su poesía convirtió el “YO” en el “Nosotros”, uniéndonos a todos los hombres, en cuya solidaridad busca una religión, basada en la libertad y el amor.
Debo preguntarle a San Agustín si existió en aquellos siglos una religión de la libertad y del amor.
Esta Epoca de poesía social, comienza en el año de 1955 y el camino que buscó en la religión, lo busca en la solidaridad de los que sufren. Sus sentimientos sobre España, le proporcionan amor y dolor. Con el dolor evoca un pasado lejano, pero también un pasado cercano, el odio, la guerra, la sangre. Con esos sentimientos, a la vez lejanos y también próximos, conoce estas tierras españolas. Tuvo el poeta un extraño sentimiento de odio y amor simultáneamente, que lo llevó a París. Ese sentimiento causado en él, por su lucha interior entre el amor y el odio, lo desvió a afiliarse en el año de 1952, en el Partido Comunista. Pero no fue una filiación política, sino por afinidad, porque en sus doctrinas veía concretos sus ideales humanistas.
Se le estaban presentando problemas y buscaba soluciones a esos problemas humanos. Blas Oterro estaba encontrando una solución al problema de la lucha entre el amor y el odio y a él y a muchos hombres, les parecía que el verso se había convertido en el medio de hacer desaparecer el odio entre los hombres.
En los últimos años de su vida se convirtió en misionero del pueblo llano, pues “convivió y trabajó con mineros,  recorrió  los pueblos del interior de Castilla y León, sin apenas dinero, viviendo del trabajo y de lo que le ofrecían los amigos que iba haciendo por el camino”.
Parece que buscaba a Dios, como Cristo, Dios y hombre verdadero, como el  “nosotros” y el “Yo” de la doctrina existencialista.
Blas otero se queda con Dios y con “nosotros”. Y yo me quedo con Cristo, que también es Dios,”que sin apenas dinero, caminaba por el Mundo.Pidiendo la paz y la palabra”.

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