viernes, 5 de abril de 2019

Españolito…… (1.999).




Cuántas veces hemos escuchado los versos aquellos que decían  así : ”Españolito que al Mundo vienes -te guarde Dios – que una de las Españas – ha de helarte el corazón”.
Y efectivamente, al recordar aquellos ya viejos tiempos de los años 1936 al 1939, a uno se le hiela el corazón con sus recuerdos, viéndose a uno mismo rodeado de su familia y de sus vecinos, huyendo al estallar la Guerra Civil, desde Siétamo, unos hacia Huesca, otros hacia Angüés  y otros quedando sumergidos  entre los tiros y el fuego en su propio pueblo.
Aquel día de Julio del año 1936, con mis cinco años de edad, salía yo de casa y al llegar a la calle, mi padre me hizo volver a entrar rápidamente y una vez en el patio escuché  un brutal estallido, cuya causa he desconocido siempre, aunque hace poco me dijeron que una bala de cañón había caído detrás de la despensa. Ya no subí arriba sino, que otra vez, nos sacaron de casa y fuimos llevados a la vecina bodega de la iglesia. Se llenó de gente y me acuerdo de mi tía Luisa con su delantal, que constantemente entraba y salía, porque iba a casa a buscar alimentos y bebidas para la gente que se encontraba al lado de sus madres, que les decían : no lloréis , “mírate a Inacier”, que no llora; y yo pensaba: yo no  lloro pero tengo miedo y lo tenía porque durante toda la mañana y parte de la tarde, se escuchaba un continuo  bombardeo, que nunca había oído. Por la tarde, cuando se paró de escuchar ese bombardeo, nos sacaron con lo puesto y nos llevaron, como he dicho antes, al camión.  ¡ Y cuántos muertos engrosaban cada día su número, unos niños y otros mayores¡.
Nos parecía que acontecimientos como los de aquella época no volverían a producirse, pero cada día que pasa vemos a través de las pantallas de televisión y escuchamos a través de los altavoces de la Radio, la repetición de aquellos desgraciados e injustos hechos, aquí en Europa, en el Pais de Kosobo, en la tierra mayoritariamente habitada por albaneses y en menor cantidad también poblada por servios.
 Qué retraso lleva la Historia ¡y qué retraso sus hombres que todavía después del dominio comunista en Yugoslavia y en los diversos países de Oriente, habiendo sufrido la segunda Guerra Mundial, se vuelven a encontrar después de siglos con los viejos problemas, creados por las luchas entre turcos  y  rusos. Aquellos turcos que en el año 1.566 crearon un Estado Colosal, con un  pie  en Asia y otro en Europa. “Era Turquía, señora absoluta del Danubio”, donde a través de los siglos se han ido riñendo grandes batallas.
En 1.718 se empezó a desmembrar de Turquía alguna de sus más florecientes conquistas. Pedro I el Grande de  Rusia, empezó a reconquistar los puntos principales del Mar Negro, al grito de sus soldados, que exclamaban: “Dadme agua, que tierra tengo!”. Algunos de los que con más valor luchaban contra Rusia eran los tártaros de Crimea, que de  un  modo parecido a como los  servios  expulsan a los albaneses, fueron más tarde  expulsados de Crimea por Stalin. En 1.736 “el mariscal Lascy asolaba Crimea, y reducía a cenizas un millar de aldeas”. Pasa ahora en Kosobo  lo mismo  que entonces sucedía en Crimea.
Y vinieron más tarde la Primera Guerra Mundial y luego la Segunda, para más tarde ocurrir las guerras civiles de Yugoslavia, que no han terminado como demuestra ésta de Kosobo.


John Langan escribe: “En situaciones de este  género  como  Kosobo, Bosnia , Ruanda, Somalia, Uganda, Liberia y otras, hay una ruptura parcial o completa del orden dentro de una sociedad. El Imperio de la Ley y la protección que ofrece ésta, cesan de estar al alcance de una parte considerable de la población de un Estado, quizá incluso de toda  ella”.
k Estos acontecimiento me hacen revivir los que yo viví en 1936 y me hacen recordar lo que yo, como muchos otros, cuando éramos niños, tuvimos que pasar.


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