Retascon.
Escribe
Don Víctor Esteban la memoria de su vida, para las personas “que le quieren”
y que muchas veces recuerda la historia
violenta de la Guerra del año 1.936 y yo, nacido en Siétamo a doce kilómetros de Huesca, me
quedo impresionado de aquella época en que se hacía correr la sangre de los
españoles. Pero fue la Guerra Civil, la que más le ha hecho pensar, y que
estalló cuando tenía ocho años de edad. Y me ha hecho recordar también en la
que ocurrió en toda España, concretamente en Siétamo y Huesca. Cada día,
disminuyen los recuerdos de aquellos trágicos tiempos en que se destruyeron
numerosas obras, que se han ido reconstruyendo en la Península de España, pero
sobre todo se mataron numerosísimos hombres amantes de la Paz, cuyo recuerdo
va, con los años aflojándose en nuestras ciudades y pueblos. Por eso cuando mi
yerno Santiago, fue a visitar a su madre, en el pueblo zaragozano de Retascón
conversó con el anciano Víctor Esteban, y éste, cerebro pensador y de gran
memoria, le dio a leer un cuaderno escrito a mano, donde narraba, entre varios
temas guerra de su vida, la crueldad de la Guerra Civil del año de 1.936. La
impresión que me causó el relato de la Guerra Civil en el pueblo de Retascón lo
presento acompañado por la Guerra en Siétamo. Primero escribo la Guerra que pasó
Retascón, narrada por el abuelo nacido en este pueblo, y luego pasaré a
describir lo que ocurrió en Siétamo y Huesca. Comienza el anciano Víctor
Esteban escribiendo :”Nací en Retascón ( Zaragoza) el día 16 de Octubre del año
1.928, por lo que cuando escribo esto, tengo 92 años cumplidos. Mis padres
fueron. Joaquín Esteban y Saturnina Esteban, que a pesar de tener los mismos
apellidos, no eran familia. Mi padre procedía
de Tornavilla y mi madre de Retascón. Cuando estalló la Guerra yo tenía
8 años y recuerdo que una mañana del mes de Agosto, estaba sentado encima de la
burra y mi madre me estaba metiendo en el serón, el almuerzo y el agua, para
que la llevara a la era, pues estábamos trillando y de repente oímos un ruido
ensordecedor que procedía de un avión grande que volaba muy raso, pues iba
perseguido por dos cazas, que le estaban dando alcance y justo atravesar las
casas del pueblo, soltó las dos bombas que llevaba para quitarse peso y volar
más rápido, que explotaron en el campo, haciendo dos enormes agujeros en la
tierra…
Una
vez, vinieron al pueblo para estar de retaguardia, muchos soldados y muchos que
eran italianos y dormían en los pajares de las eras, pero comían en la Plaza.
Los chicos estábamos alrededor, esperando que terminaran de comer, para ir a
fregarles los platos de aluminio al pilón y nos daban cigarrillos de tabaco,
que guardábamos en nuestras casas y dábamos a nuestros hermanos. Sucedió que un
día, en uno de esos baches de tierra, que había en la Plaza, estaba lleno de
agua o de gasolina; unos chicos decían que era agua y otros que gasolina.
Rápidamente para salir de dudas, uno de los chicos, que se llamaba Raimundo,
encendió una cerilla y la echó dentro del agujero. Fue tal la explosión y
llamarada, que los soldados entraron en pánico y con mantas y capotes, lograron
apagar el fuego…
He
dicho que los soldados dormían en los pajares de las eras; pero no así los
jefes, estos dormían y comían dos en las casas más pudientes y uno en las
restantes. La Guerra duró tres años, desde 1.936 hasta el 1.939. Casi todos los
mozos del pueblo, fueron a la Guerra y cuatro más haciendo la mili después
de terminada. Debo decir, que durante a Guerra, murieron dos personas del
pueblo, que eran hermanos y se llamaban Pedro Pérez y Juan Pérez; este era
fraile.El pueblo de Retascón estuvo toda la Guerra en zona nacional y no
llegaron a entrar los rojos”. A Víctor Esteban le afectó el dolor de la
Guerra Civil, pero lo superó porque en
sus escritos sigue hablando de sus múltiples actividades en la vida, incluso en
sus años en que ya había cumplido los noventa.
Ruinas de Siétamo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario