viernes, 26 de noviembre de 2021

Federico Balaguer y otros oscenses.-



Federico Balaguer.


 

 Ha muerto este año 2OO1, que inicia el siglo XXI, Don Federico Balaguer, gran historiador, pero con la cualidad de deducir siempre de sus estudios  históricos, consecuencias, que aplicaba al progreso de Huesca y su provincia. En la Nueva España del día de San Lorenzo del año 1976, aparece un artículo suyo titulado  "Los gigantes de Huesca", en el que después de analizar todos los datos que sobre ellos, le aportaban sus múltiples conocimientos, saca su consecuencia, diciendo:"Se dice que los aragoneses somos gigantes y cabezudos. No sé si es tópico o realidad. Quizá  el aragonés en general sea así. Pero ¿y los oscenses?.Dudo mucho que se nos pueda aplicar esa expresión, al menos, en nuestra manera de actuar colectivamente. A veces, en lugar de dedicarnos a empresas importantes, que hagan grande a Huesca, nos entretenemos con pequeños problemas  y con frecuencia la inconstancia  y no la tenacidad predomina en nuestra conducta ciudadana. Me gusta comparar la actitud de los zaragozanos  y la de los oscenses. Nuestros hermanos han sabido hacer de su ciudad amada una población hermosa y grande, casi gigantesca; nosotros nos hemos conformado con hacer de Huesca una ciudad de tercera, con aspiraciones de cuarta".


                                                    Maquina tren Magallanes en Huesca.

Han pasado veinticinco años y poco ha crecido Huesca en población y poco se ha hecho en Huesca por su progreso industrial, por crear nuevos regadíos, algunos aprobados en 1915, por convertir en Universidad Sertoriana nuestras incompletas realidades educativas, se ha conseguido unir a nuestra ciudad con Zaragoza por medio de la autovía, pero no se ha logrado todavía realizar, en su totalidad, la que nos ha de unir Valencia con Francia, ni se ha comenzado siquiera la de Lérida-Pamplona. Se nota en Huesca capital la transformación del ferrocarril de carbón y más tarde movido por el gas-oil, en eléctrico. Todos nos acordamos de haberlo utilizado alguna vez, tan lento y tan ruidoso, como describe María Cruz Bescós en su obra: "¡Que no se lo lleve el viento!”en la que le dice a la máquina del tren, llamada "Magallanes":"¡Hola! vieja amiga!.¡Cuantas veces en el curso de cuarenta años y en mis paseos al borde de la vía, te he visto pasar ligera arrastrando estas mismas cuatro unidades ya cochambrosas!.Y es que al cabo del tiempo, máquina, unidades y viajera, todos hemos perdido la lozanía. Ya pasaba la hora en veinte minutos y el tren no arrancaba, mas de pronto se estremeció convulsivamente y un estruendo espantoso se dejó oír; resoplidos, estampidos, choques, contrachoques, frenos y unos pitidos estridentes como gritos de angustia de clamor humano y un jadear y asma gigante, cual si todos los Saurios que en la tierra han sido, entregasen su vida...diré que en un tiempo record de dos horas la "Magallanes" nos dejó en Ayerbe".Pero falta la reanudación del servicio ferroviario entre España y Francia por Canfranc, que dicen estará  terminado para el año 2OO6,pero  ¡cuantos años tendremos que esperar todavía para ver correr el nuevo tren que nos comunicará  con Europa por Vignemale o tal vez por la cuenca del río Aragón o acaso por La Ainsa?.En este  caso el ferrocarril Zaragoza-Tolosa estaría relacionado con el AVE y Huesca estaría muy bien comunicada con Europa y con el resto de España. Como dice Balaguer, Zaragoza trata de resolver y resuelve todos sus problemas y en ello tenemos ejemplo en su suministro de agua, como podemos ver con el pantano de Yesa, con lo que se hace patente el desenvolvimiento de esa ciudad, que está  al borde de convertirse en una megalópolis. Pero Huesca se ha de ver favorecida por tal desarrollo, en el que debemos participar, no como pasó con el pantano de la Peña, buscando obtener las mejores ventajas para nuestra provincia, como por ejemplo haciéndola participar en nuevos regadíos. Ahora Huesca también está  a punto de lograr el suministro suficiente o más bien sobrado  de  agua, por medio del pantano de Montearagón.  

Parece que ahora Zaragoza trata de reconquistar el norte de Aragón, igual que en otros tiempos fueron los montañeses los que conquistaron la Capital. Tanto es así que Zaragoza pretende ampliar su influencia hacia el norte, como se está  viendo al pasar por Villanueva de Gállego y por Zuera, a través de la autovía que la une con Huesca. Parece quererse notar esa influencia en la villa de Almudévar, donde ya existen industrias modernas y además están preparando una zona industrial, con calles amplias. En Gurrea de Gállego también se han establecido industrias y en Alcalá  de Gurrea ya se están creando líos a causa de una industria, a la que acusan entre otras cosas de producir malos olores y contaminación. En Huesca capital pronto se notarán los beneficios del nuevo ferrocarril eléctrico, tan distinto a aquel que todos nosotros hemos usado alguna vez, como dice la descripción hecha por María Cruz Bescós en su citada obra, publicada en 1953:”¡Qué no se lo lleve el viento!.Es preciso continuar la autovía que por Monrepós llegue a Canfranc y a Pamplona y que acaben la que unir  Valencia con Francia, a través de Zaragoza y Huesca y esa vía de comunicación se sumará  a los beneficios del ferrocarril de Canfranc, de Vignemale o tal vez de La Ainsa. Añadamos a estas vías de comunicación, la creación de un aeropuerto en Alcalá -Monflorite, que bien aprovechado puede convertir a Huesca en un centro industrial, comercial y turístico. Estamos viendo el éxito de la Cuevas de Altamira, pero no pensamos en el que tendrían las de Chaves y Solencio, en el Parque de la Sierra de Guara y tan cerca de Monflorite. Vemos como la Cueva de Altamira tiene limitada la entrada hace ya unos años, en tanto nadie dice nada de poner en actividad nuestras cuevas de Solencio y de Chaves.

Pero no sólo están la industria y el turismo para enriquecer a nuestro pueblo, sino que la tierra ha de ser regada, más en estos momentos en que se van a llevar el agua del río Ebro, río que por otra parte nosotros no necesitamos, sino más bien debemos utilizar nuestros propios ríos antes de que viertan en el Ebro, como vemos que hace Zaragoza con el río Aragón por medio del pantano de Yesa.  Porque aquí, en Huesca siempre hemos estado haciendo versos, como los del tan oscense y tan querido Daniel Calasanz, que publicaron también en la Nueva España de San Lorenzo de 1976 y que decían así:"Como la sequía es grande-en infinidad de pueblos-del Norte, del Sur de España-y también del extranjero-y aquí podemos dar gracias-porque llovió muy a tiempo,-debemos de visitar-al invicto San Lorenzo-y decirle:¡Muchas gracias,-querido patrono nuestro!-¿Qué haría Huesca sin tí?".Si, a San Lorenzo le debemos muchos favores con las lluvias, pero nosotros nos hemos descuidado en regar nuestras tierras. El mismo día en que habló o escribió Federico Balaguer y Daniel Calasanz, el periodista preguntó al alcalde José Antonio Llanas:¿"El Ayuntamiento es partidario del "Canal de Huesca?"y éste le contestó "Huesca puede un día necesitar agua potable y se puede encontrar con todos los recursos hidráulicos comprometidos por concesiones. Huesca necesita regar su término municipal y le puede ocurrir lo propio y, por último Huesca precisa de una comarca rica y la riqueza de la comarca tiene que llegar por los riegos...Soy un convencido de que el mayor desastre que nos aflige es el haber quedado marginados totalmente del Plan de Riegos del Alto Aragón por las reformas últimas que tuvo este Plan.    

Uno de estos días leí que algún organismo de Zaragoza, "de cuyo nombre no puedo acordarme", ha declarado que es necesario extender el desarrollo del Valle del Ebro hacia el Norte. Parece ser que se han dado cuenta de lo que está  ocurriendo con las nuevas vías de comunicación, que unirán a Zaragoza con Toulouse, la convertirán en un extraordinario centro comercial de España y como la provincia de Huesca es necesaria para realizar tales programas, la zona central de los Pirineos se verá  enormemente favorecida, dejando incluso como de menor volumen comercial a los pasos occidental y oriental de la cordillera fronteriza. Pero como Don Federico Balaguer dudaba de nuestra condición de gigantes hay que darle la razón porque casi no nos quedan habitantes, pues cada año mueren en Huesca más seres humanos, que los que nacen.

Estamos tardando mucho tiempo en imitar a Carlomagno que pasó los Pirineos hacia Zaragoza, dejándonos a los oscenses bien visible el Salto de Roldán, que es un símbolo de las obras que hay que crear, para que todos podamos comunicarnos con Europa, a través del Alto-Aragón y de Aquitania, regiones hermanas.

He citado a Don Federico Balaguer, a Don José Antonio Llanas, a Don Daniel Calasanz y a la escritora doña María Cruz Bescós, para que como dijo Ortega y Gasset "la ejemplaridad de unos pocos se articule en la docilidad de otros muchos".  




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