domingo, 21 de noviembre de 2021

Santo Tomás de Aquino.-

 


Imagen cedida por la familia Zamora.

Santo Tomás de Aquino quiso encontrar una respuesta al intento de obtener una conciliación entre la razón y la fe. “Pero, empieza por distinguir una clara distinción entre ellas: la razón solo puede conocer de abajo arriba a partir de los datos de los sentidos; en cambio, la fe conoce de arriba abajo, a partir de la revelación divina”. Santo Tomás, a continuación, establece la idea de no contradicción entre fe y razón: las verdades racionales y las verdades de fe no pueden estar en contradicción pues la VERDAD ES UNA SOLA.” Pero DISTINGUE DOS TIPOS DE VERDADES: las naturales o racionales, que son proporcionadas por la razón humana, y las sobrenaturales, que son reveladas por la fe. Santo Tomas cree que hay ciertas verdades que sobrepasan la capacidad de la razón humana y que solo se alcanzan mediante la fe, como es, por ejemplo, que Dios es uno y trino. Pero hay otras que sí pueden ser alcanzadas por la razón natural, como es la existencia de Dios. Dios ha revelado algunas de esas verdades que la razón puede conocer por sí sola. Estas verdades son preámbulos de la fe, que sólo pueden ser conocidas por unos pocos hombres, y no sin errores y dudas, para distinguirlas de los artículos de la fe, aquéllos que no son cognoscibles por la razón natural.”

Santo Tomás de Aquino pensaba que había que buscar una conciliación entre la razón y la fe. La razón está pendiente de entrar en la Fe. PERO EL MUNDO ESTÁ PENDIENTE DE CONCILIAR LA FE DEL HOMBRE CON LA RAZÓN. ¿Cómo pueden separarse la fe de la razón, sin más explicaciones? San Agustín y Santo Tomás de Aquino tardaron unos ocho siglos en no coordinar este problema y entre tanto el mundo, está pendiente de salir de esta situación que nos mantiene aislados del Camino del Cielo. Ahora sólo nos dan los periódicos soluciones a los problemas temporales de los hombres, y el Mundo busca diversas religiones y partidos políticos que nos hagan libres de esa sujeción de atarnos a una fe pura, que nos haga desear la vida eterna Entre tanto los hombres estamos pendientes de la Política a la que damos una importancia eterna, cuando en realidad se van multiplicando los problemas del hombre, que son eternos al menos en su espíritu y que nos hacen esperar una vida eterna (¡qué llega!). Aquella teoría de Santo Tomás fue la creación de un problema para dar Luz a la vida Eterna, que pasó de esta vida material, con su espíritu, a la Luz eterna, que unas nuevas vidas llevan los teólogos y filósofos terrestres a la vida Eterna, más de XX siglos intentando unir la fe y la razón.

Para santo Tomás, la existencia de Dios no es un artículo de la fe sino un preámbulo de la fe, que se puede demostrar mediante el empleo de la razón, afirmando que el hombre es quien realiza las obras “porque, de otra manera, la individualidad del hombre quedaría reducida puramente a lo corpóreo, negándose así, a la inmortalidad personal de su alma”.

Y la inmortalidad de su alma llevó al hombre a que de esto mismo hayamos podido enterarnos de sus hechos en la Historia Sagrada.

Hay relatos bíblicos que describen los esfuerzos del hombre en buscar la deseada unión de sus personas con el cielo, y en el lugar en que relata el impresionante relato de la TORRE DE BABEL, da una impresión de tristeza la multiplicación de las lenguas humanas, que hace a los hombres abandonar la construcción de esa Torre que acogería todos los hombres en el Paraíso. La Biblia es el Libro del pueblo de  Dios, formado por los Judíos y la Iglesia Cristiana porque contiene mensajes de Dios.

 Y los Reyes Magos, ¿de dónde han salido? Y siguen saliendo cada año en la Plaza de Zaragoza, saludando y bendiciendo a los niños de Huesca, que los reciben con ilusión y entusiasmo. Vienen de Países lejanos a adorar al Niño Dios, acompañando a los niños de Huesca.

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