sábado, 1 de enero de 2022

Antepasotismo.-

 


Todos hemos tenido antepasados y los pasotas han tenido antepasotas. Como ahora somos tantos en el Mundo, hay más pasotas que antes, pero siempre los ha habido. Lo que es nuevo es el nombre con que se designa a esos individuos, que como acertadamente dice José Ramón Villanovas, intentan “vivir hasta que puedan vivir de sus  padres hasta que puedan vivir de sus hijos”.

Aquí en el Somontano,  a aquella persona que le daba lo mismo ocho que ochenta, le decían que era “un échame-ne más”. A todo decían que sí.  A nadie decían que no, en una palabra, no daban golpe, no tenían enemigos y se dejaban querer.

Había segundones en las casas “güenas”, que conseguían vivir a costa de sus padres, hasta que conseguían hacerlo a costa de sus sobrinos. En este detalle difiero de José Ramón. Los tiones tenían derecho a vivir al ser y al haber de la casa, comían lo que les echaban (quizá de ahí viene eso de echame-ne más). Y tenían un puesto junto a la lumbre. Yo conocí a un tión que cogía una escopeta de caza de la casa, se montaba en el caballo de la casa, y se lanzaba a cazar al monte.

Le seguían los galgos de la casa, disparaba  al conejo sin apearse del caballo y si conseguía matar alguno, caso no frecuente, “pasaba” y si no lo cogían los galgos, allí se quedaba para pasto de las zorras. Estos antiguos pasotas no eran envidiosos y con acertada actitud ante la vida,, pasaban por la misma haciendo suya la filosofía de Fray Luis: Despiértenme las aves con su cantar sonoro, no aprendido; no los cuidados graves de que siempre es seguido, quien al último trato está atenido”.

Aquellos “pocas penas” yo creo que eran más felices que los de ahora, pues a éstos en lugar del cantar  sonoro de las aves, los despierta el cantar horrísono de los tocadiscos. A las “malas ganas” de antes no los seguían los cuidados graves del trato humano, pues como he dicho, no eran envidiosos ni envidiados, pero con los pasotas de ahora todo el mundo se mete y todos tenemos algo que decir de su conducta. Y para confirmar mi teoría de que siempre ha habido pasotismo, recuerden esta copla : “ Yo me llamo “poca pena”/ pariente de mala gana/ y por apellido tengo/  “a yo no me s´én da nada”.

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