Todos hemos tenido antepasados y los
pasotas han tenido antepasotas. Como ahora somos tantos en el Mundo, hay más
pasotas que antes, pero siempre los ha habido. Lo que es nuevo es el nombre con
que se designa a esos individuos, que como acertadamente dice José Ramón
Villanovas, intentan “vivir hasta que puedan vivir de sus padres hasta que puedan vivir de sus hijos”.
Aquí en el Somontano, a aquella persona que le daba lo mismo ocho
que ochenta, le decían que era “un échame-ne más”. A todo decían que sí. A nadie decían que no, en una palabra, no
daban golpe, no tenían enemigos y se dejaban querer.
Había segundones en las casas
“güenas”, que conseguían vivir a costa de sus padres, hasta que conseguían
hacerlo a costa de sus sobrinos. En este detalle difiero de José Ramón. Los
tiones tenían derecho a vivir al ser y al haber de la casa, comían lo que les
echaban (quizá de ahí viene eso de echame-ne más). Y tenían un puesto junto a
la lumbre. Yo conocí a un tión que cogía una escopeta de caza de la casa, se
montaba en el caballo de la casa, y se lanzaba a cazar al monte.
Le seguían los galgos de la casa,
disparaba al conejo sin apearse del
caballo y si conseguía matar alguno, caso no frecuente, “pasaba” y si no lo
cogían los galgos, allí se quedaba para pasto de las zorras. Estos antiguos
pasotas no eran envidiosos y con acertada actitud ante la vida,, pasaban por la
misma haciendo suya la filosofía de Fray Luis: Despiértenme las aves con su
cantar sonoro, no aprendido; no los cuidados graves de que siempre es seguido,
quien al último trato está atenido”.
Aquellos “pocas penas” yo creo
que eran más felices que los de ahora, pues a éstos en lugar del cantar sonoro de las aves, los despierta el cantar
horrísono de los tocadiscos. A las “malas ganas” de antes no los seguían los
cuidados graves del trato humano, pues como he dicho, no eran envidiosos ni
envidiados, pero con los pasotas de ahora todo el mundo se mete y todos tenemos
algo que decir de su conducta. Y para confirmar mi teoría de que siempre ha
habido pasotismo, recuerden esta copla : “ Yo me llamo “poca pena”/ pariente de
mala gana/ y por apellido tengo/ “a yo
no me s´én da nada”.
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