Yo, con mis años
que pasan ya de los noventa, conozco a estos animales, que son cariñosos, pues
recuerdo cuando en mi niñez les hablaba, les rascaba su cabeza, y ellos en
aquellas celdas o zolles, gruñían porque se ponían contentos y agradecidos,
pues sentían el placer de que un muchacho, joven como era yo entonces, les
suministraba alguna pera, manzana o alguna simple patata. Entonces hacían sonar
sus gargantas, mostrándome con esos sonidos guturales, la satisfacción, que sentían al recibir esos
placeres tan simples, que les hacían sentir él de ser queridos por un ser
humano, que le proporcionaban alguna alegría, en su gruesa boca, que les
llegaba al corazón. Yo conmovido por el agradecimiento del cerdo o
“tocino”, algunas veces, le sacaba al
corral los restos, que había producido por debajo de su cola y me complacía en
hacerlos gozar de la limpieza de su cuerpo.
Muchas veces en
la “zolles” donde vivían y soñaban los buenos animales, se acumulaban sus
propios restos digestivos con la paja, pero hoy día, en esas granjas, con un
suelo, formado por unas rejas de cemento, que entre ellas van echando debajo
del suelo, en que corren, sus propias heces, pues sin ellas viven alegres y
limpios, aquellos alegres animales.
Los sabios ya se
fijaron hace muchos tiempos en las necesidades de los cerdos, qué como los
hombres, deseaban vivir limpios, pues los
sabios se han dado cuenta de ingresar en el hombre algún corazón porcino.
En los
periódicos de estos días, salen fotografías de grandes cirujanos trabajando en
el trasplante a un ser humano, del estómago de un cerdo. Por lo que se
deduce que hay esperanzas de qué en los humanos, se admitan órganos de cerdos,
que puedan sustituir los suyos, casi eternamente usados.
Al leer en estos
días el uso por los Cirujanos del estómago de un cerdo para sustituir
por otro estómago humano, lo he encontrado natural.
Si porque yo he gozado
durante muchos años de la “amistad” de mi persona con los cerdos, que en mis
granjas yo cuidaba y se ha alegrado mi corazón al enterarme en la prensa
diaria, de aquel acto “vital”, de que un cerdo ha ocupado el pecho de un hombre,
para hacerle funcionar su “caja
cardiaca”, que hace ya funcionar la fusión de la vida humana con el corazón de
un cerdo.
Con este
“milagro”, he visto el poder de la Vida, que está tratando de igualar al hombre
con los animales, antes queridos y amigos del hombre. Pidamos al Señor que siga
progresando esta evolución del corazón de un cerdo, hacia la vida intelectual. ¿Así
veremos cómo los hombres, en el cielo,
encontrarán la felicidad humana, acompañada por la de los cerdos ?.
George Orwell,
fue el escritor de “Rebelión en la granja” y de “1.984”, que parece ya tenía
pensamientos que, comparaban el sentido de la libertad de los cerdos,
encerrados en granjas, que se podían igualar con la de la “libertad pobre”, que
sufrían algunos indios, donde estaba colonizando en la India, Georges Orwell. Y
Orwell no encontraba muchas diferencias entre el vivir de los cerdos con las
guerras dictatoriales, que en el Mundo
creaba la Unión Soviética, para dominar a los hombres.
Por esta causa
George Orwell, viéndose herido en un Huerto de mi padre en Siétamo, se vio con
peligro de su vida y cuando pudo, escapó de la Guerra Civil, sostenida por los rusos comunistas.
George leyendo los triunfos de estalinismo, escribió en 1.945 “se ha convertido
por derecho propio en un hito de la cultura contemporánea y en uno de los
libros más mordaces de todos los tiempos. Ante el auge de los animales de la
Granja Solariega, pronto detectamos las semillas de totalitarismo en una
organización aparentemente ideal; y en nuestros líderes más carismáticos, la
sombra de los opresores más crueles”.
A este escritor,
es decir a George Orwell se le considera la conciencia de una generación,
provisto de una voz alzada contra toda clase de totalitarismo.
George Orwell,
nacido en la india en 1.903 y muerto en Londres en 1.950,que se puso tal
nombre, cuando su nombre real era Eric
Blair, puso en evidencia las perversiones del Socialismo con su obra
“Rebelión en la Granja” en 1.945. Sus pensamientos generaron unas voces muy
claras ,que se sublevaron CONTRA TODA CLASE
DE TOTALITARISMOS.
George Orwell se
hizo voluntario en la Guerra Civil de España el año de 1.936 y él mismo
escribió : “Barbastro, aunque quedaba lejos del frente, ofrecía un aspecto
desolado y maltrecho. Enjambres de milicianos de andrajosos uniformes vagaban
por las calles tratando de protegerse contra el frío……Mi compañía fue enviada
en camión a SiÉTAMO…Siétamo había sido atacado tres veces antes que los
anarquistas lo conquistaran por fin en octubre, una buena parte de la población
había sido atacada tres veces antes de que los ANARQUISTAS lo conquistaron por
fin en Octubre, una buena parte de la población había sido destruida por las bombas y la mayoría de las casas
mostraban huellas de fusil….A cuatro quilómetros de nuestras trincheras, HUESCA
brillaba, pequeña y clara, como una ciudad de casas de muñecas. Meses atrás,
cuando se tomó Siétamo, el general que
mandaba las tropas del gobierno dijo alegremente: Mañana tomaremos café en
Huesca. No tardó en saber que se equivocaba”.
Tuvo George
Orwell la cualidad de escribir una obra profunda y satírica como “Rebelión en
la Granja”, pues en Siétamo se acercó a su muerte por una bala, que le entró en
el cuello y fue trasladado al Hospital instalado en el Huerto de la Piscina.
Aborrecido por la crueldad de esa Guerra, tan pronto pudo, escapar desde
Cataluña a su Patria, lo hizo, pues aquella asquerosa, Guerra había convertido
España en un “MATADERO UNIVERSAL”. El hospital que se instaló en SIÉTAMO, en el Huerto de Casa Almudévar y ahora, en el
verano, todos los días acudimos a bañarnos los cuerpos y a aborrecer los
sufrimientos que pasaron tantos heridos y muertos, en aquellos tiempos de
Guerra Miserable.
Pero vino la Paz
y LUISMA Almudévar, mi sobrino, ha muerto estos días en Málaga y su familia
hemos celebrado un funeral en aquel Hospital Antiguo y él desde el cielo, nos
ha escuchado nuestras músicas, que sonaban sobre la bicicleta, conducida por
una culebra buena, que allí hemos dejado descansar de ir al río Guatizalema con
su primo Luis y volver a la piscina, donde nos acordamos de esa triste Guerra,
donde George Orwell, estuvo tratado de una herida producida por una bala de
Fusil.
“Rebelión en la
Granja”, es un libro escrito por George Orwell y en él se desarrolla una fábula
en la que donde convierte a los animales en “personas”. Los explotados animales
de una Granja, como explica George Orwell, se sublevaron en una rebelión contra
la tiranía de un totalitarismo ”estalinista”. Esta obra de George Orwell daba
al Mundo un significado y un mensaje, que siguen siendo una idea de Libertad
para el pueblo, esclavizado del Mundo.
Ese pueblo
esclavizado se entiende también, además de para el pueblo humano, también para
los animales ,esclavizados por los hombres en Granjas y en explotaciones de
animales en el Mundo. Y aquí fue George Orwell donde escribió Rebelión en la
Granja, donde nadie pudo imaginar una revolución para alcanzar la Libertad de los “eternos cerdos, principales esclavos
de los hombres”. Hasta entonces nadie pudo imaginarse una rebelión de los
animales, sometidos desde siempre por los que esclavizaron la Libertad del
hombre y luego la de los animales. Y es George Orwell uno de los primeros
hombres que crea la personificación de
los animales. Esta obra de la personificación de los animales fue
rechazada por Stalin. En aquellos
tiempos nadie podía imaginar que una cantidad de ciudadanos soviéticos formara una fábula
mordaz de aquellos hechos de Stalin.
Se da una
rebelión en la Granja de Orwell, que es una sátira sobre la corrupción de
aquellos hechos de Stalin.
En aquella
guerra, fruto prohibido por Dios en el Mundo, el partido político se “cargaba”
a los ciudadanos de cualquier “idea” y George Orwell, se dedicó a huir de
aquellas matanzas y escapó a su Patria Inglesa.
Cuando y se acabaron
la Guerra y la Posguerra, en el huerto donde se habían levantaron naves
hospitalarias, quedó abandonado y yo al acabar la carrera de Veterinario, con
mi padre Don Manuel Almudévar Casaus y con mi hermana María y mis hermanos Luis y Jesús, nos fuimos a vivir a Siétamo.
Allí estaban los recuerdos tristes de una Guerra Cruel y con mis hermanos nos dedicamos
a reconstruir recuerdos llevaderos de un pasado anterior a la Guerra.
En aquel Huerto
instalamos una piscina, para olvidar aquellos “tiempos guerreros e iniciar una
vida pacífica”.
En los veranos acudieron
mis sobrinos y gozaban de la Paz, que el Mundo nos robó. Nos fuimos tornando
mayores y mi sobrino Luis- Manuel, que ya vivía en Málaga en un chalet con su jardín. En él era feliz porque
trabajaba y acompañaba su persona con “auténticos enanos”, unos tortugas, otros
serpientes pacíficas y animales, a los que daba la posesión de sus viviendas.
Luis- Manuel tenía su cerebro ausente de edificios guerreros y sólo quería
gozar de la Paz que aquellos primos suyos, querían olvidar, en la ya pasada
Guerra Civil.
En Siétamo con
su primo Luis iban a la era y al río para tratarse con animales pacíficos y con
esos animales hizo un jardín donde vivían en paz, aquellos amigos suyos, que
quería olvidar la Guerra y las muertes de la pasada época de la Guerra Civil.
En aquel huerto,
mi sobrino Luis-Manuel era feliz, pero un día, con grandes dificultades acudió
a recordar su gozoso trato con los animalitos, que antes iba a buscar a la era
y al río Guatizalema y a despedirse con un aspecto pacífico del que gozó en tiempos pasados de su inocente
vida.
Estuvo
acompañado por sus dos hermanas en Siétamo y como la muerte lo perseguía,
volvió raudo a su jardín lleno de animales,
para despedirse de ellos.
En el huerto se recuerda el entierro de Luis Manuel.
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