viernes, 21 de enero de 2022

Cerdo o tocino.-

 

        




                                                              

Yo, con mis años que pasan ya de los noventa, conozco a estos animales, que son cariñosos, pues recuerdo cuando en mi niñez les hablaba, les rascaba su cabeza, y ellos en aquellas celdas o zolles, gruñían porque se ponían contentos y agradecidos, pues sentían el placer de que un muchacho, joven como era yo entonces, les suministraba alguna pera, manzana o alguna simple patata. Entonces hacían sonar sus gargantas, mostrándome con esos sonidos guturales, la  satisfacción, que sentían al recibir esos placeres tan simples, que les hacían sentir él de ser queridos por un ser humano, que le proporcionaban alguna alegría, en su gruesa boca, que  les  llegaba al corazón. Yo conmovido por el agradecimiento del cerdo o “tocino”, algunas veces, le  sacaba al corral los restos, que había producido por debajo de su cola y me complacía en hacerlos gozar de la limpieza de su cuerpo.

Muchas veces en la “zolles” donde vivían y soñaban los buenos animales, se acumulaban sus propios restos digestivos con la paja, pero hoy día, en esas granjas, con un suelo, formado por unas rejas de cemento, que entre ellas van echando debajo del suelo, en que corren, sus propias heces, pues sin ellas viven alegres y limpios, aquellos alegres animales.

Los sabios ya se fijaron hace muchos tiempos en las necesidades de los cerdos, qué como los hombres, deseaban vivir  limpios, pues los sabios se han dado cuenta de ingresar en el hombre algún corazón porcino.

En los periódicos de estos días, salen fotografías de grandes cirujanos trabajando en el trasplante a un ser humano, del estómago de un cerdo. Por lo que se deduce  que hay esperanzas  de qué en los humanos, se admitan órganos de cerdos, que puedan sustituir los suyos, casi eternamente usados.     

Al leer en  estos  días el uso por los Cirujanos del estómago de un cerdo para sustituir por otro estómago humano, lo he encontrado natural.

Si porque yo he gozado durante muchos años de la “amistad” de mi persona con los cerdos, que en mis granjas yo cuidaba y se ha alegrado mi corazón al enterarme en la prensa diaria, de aquel acto “vital”, de que un cerdo ha ocupado el pecho de un hombre, para hacerle funcionar su  “caja cardiaca”, que hace ya funcionar la fusión de la vida humana con el corazón de un cerdo. 

Con este “milagro”, he visto el poder de la Vida, que está tratando de igualar al hombre con los animales, antes queridos y amigos del hombre. Pidamos al Señor que siga progresando esta evolución del corazón de un cerdo, hacia la vida intelectual. ¿Así veremos cómo  los hombres, en el cielo, encontrarán la felicidad humana, acompañada por la de los  cerdos ?.

George Orwell, fue el escritor de “Rebelión en la granja” y de “1.984”, que parece ya tenía pensamientos que, comparaban el sentido de la libertad de los cerdos, encerrados en granjas, que se podían igualar con la de la “libertad pobre”, que sufrían algunos indios, donde estaba colonizando en la India, Georges Orwell. Y Orwell no encontraba muchas diferencias entre el vivir de los cerdos con las guerras dictatoriales, que en el  Mundo creaba la Unión Soviética, para dominar a los hombres.





Por esta causa George Orwell, viéndose herido en un Huerto de mi padre en Siétamo, se vio con peligro de su vida y cuando pudo, escapó de la Guerra  Civil, sostenida por los rusos comunistas. George leyendo los triunfos de estalinismo, escribió en 1.945 “se ha convertido por derecho propio en un hito de la cultura contemporánea y en uno de los libros más mordaces de todos los tiempos. Ante el auge de los animales de la Granja Solariega, pronto detectamos las semillas de totalitarismo en una organización aparentemente ideal; y en nuestros líderes más carismáticos, la sombra de los opresores más crueles”.

A este escritor, es decir a George Orwell se le considera la conciencia de una generación, provisto de una voz alzada contra toda clase de totalitarismo.

George Orwell, nacido en la india en 1.903 y muerto en Londres en 1.950,que se puso tal nombre, cuando su nombre real era Eric  Blair, puso en evidencia las perversiones del Socialismo con su obra “Rebelión en la Granja” en 1.945. Sus pensamientos generaron unas voces muy claras ,que se sublevaron CONTRA TODA CLASE  DE TOTALITARISMOS.



George Orwell se hizo voluntario en la Guerra Civil de España el año de 1.936 y él mismo escribió : “Barbastro, aunque quedaba lejos del frente, ofrecía un aspecto desolado y maltrecho. Enjambres de milicianos de andrajosos uniformes vagaban por las calles tratando de protegerse contra el frío……Mi compañía fue enviada en camión a SiÉTAMO…Siétamo había sido atacado tres veces antes que los anarquistas lo conquistaran por fin en octubre, una buena parte de la población había sido atacada tres veces antes de que los ANARQUISTAS lo conquistaron por fin en Octubre, una buena parte de la población había sido destruida  por las bombas y la mayoría de las casas mostraban huellas de fusil….A cuatro quilómetros de nuestras trincheras, HUESCA brillaba, pequeña y clara, como una ciudad de casas de muñecas. Meses atrás, cuando se tomó  Siétamo, el general que mandaba las tropas del gobierno dijo alegremente: Mañana tomaremos café en Huesca. No tardó en saber que se equivocaba”.

Tuvo George Orwell la cualidad de escribir una obra profunda y satírica como “Rebelión en la Granja”, pues en Siétamo se acercó a su muerte por una bala, que le entró en el cuello y fue trasladado al Hospital instalado en el Huerto de la Piscina. Aborrecido por la crueldad de esa Guerra, tan pronto pudo, escapar desde Cataluña a su Patria, lo hizo, pues aquella asquerosa, Guerra había convertido España en un “MATADERO UNIVERSAL”. El hospital que se instaló en SIÉTAMO,  en el Huerto de Casa Almudévar y ahora, en el verano, todos los días acudimos a bañarnos los cuerpos y a aborrecer los sufrimientos que pasaron tantos heridos y muertos, en aquellos tiempos de Guerra Miserable.

Pero vino la Paz y LUISMA Almudévar, mi sobrino, ha muerto estos días en Málaga y su familia hemos celebrado un funeral en aquel Hospital Antiguo y él desde el cielo, nos ha escuchado nuestras músicas, que sonaban sobre la bicicleta, conducida por una culebra buena, que allí hemos dejado descansar de ir al río Guatizalema con su primo Luis y volver a la piscina, donde nos acordamos de esa triste Guerra, donde George Orwell, estuvo tratado de una herida producida por una bala de Fusil.     

“Rebelión en la Granja”, es un libro escrito por George Orwell y en él se desarrolla una fábula en la que donde convierte a los animales en “personas”. Los explotados animales de una Granja, como explica George Orwell, se sublevaron en una rebelión contra la tiranía de un totalitarismo ”estalinista”. Esta obra de George Orwell daba al Mundo un significado y un mensaje, que siguen siendo una idea de Libertad para el pueblo, esclavizado del Mundo.

Ese pueblo esclavizado se entiende también, además de para el pueblo humano, también para los animales ,esclavizados por los hombres en Granjas y en explotaciones de animales en el Mundo. Y aquí fue George Orwell donde escribió Rebelión en la Granja, donde nadie pudo imaginar una revolución para alcanzar la Libertad  de los “eternos cerdos, principales esclavos de los hombres”. Hasta entonces nadie pudo imaginarse una rebelión de los animales, sometidos desde siempre por los que esclavizaron la Libertad del hombre y luego la de los animales. Y es George Orwell uno de los primeros hombres que crea la personificación de  los animales. Esta obra de la personificación de los animales fue rechazada por  Stalin. En aquellos tiempos nadie podía imaginar que una cantidad de  ciudadanos soviéticos formara una fábula mordaz de aquellos hechos de  Stalin.

Se da una rebelión en la Granja de Orwell, que es una sátira sobre la corrupción de aquellos hechos de Stalin.

En aquella guerra, fruto prohibido por Dios en el Mundo, el partido político se “cargaba” a los ciudadanos de cualquier “idea” y George Orwell, se dedicó a huir de aquellas matanzas y escapó a su Patria Inglesa.

Cuando y se acabaron la Guerra y la Posguerra, en el huerto donde se habían levantaron naves hospitalarias, quedó abandonado y yo al acabar la carrera de Veterinario, con mi padre Don Manuel Almudévar Casaus y con mi hermana María y mis hermanos  Luis y Jesús, nos fuimos a vivir a Siétamo. Allí estaban los recuerdos tristes de una Guerra Cruel y con mis hermanos nos dedicamos a reconstruir recuerdos llevaderos de un pasado anterior a la Guerra.



En aquel Huerto instalamos una piscina, para olvidar aquellos “tiempos guerreros e iniciar una vida pacífica”.

En los veranos acudieron mis sobrinos y gozaban de la Paz, que el Mundo nos robó. Nos fuimos tornando mayores y mi sobrino Luis- Manuel, que ya vivía en Málaga en un  chalet con su jardín. En él era feliz porque trabajaba y acompañaba su persona con “auténticos enanos”, unos tortugas, otros serpientes pacíficas y animales, a los que daba la posesión de sus viviendas. Luis- Manuel tenía su cerebro ausente de edificios guerreros y sólo quería gozar de la Paz que aquellos primos suyos, querían olvidar, en la ya pasada Guerra Civil.

En Siétamo con su primo Luis iban a la era y al río para tratarse con animales pacíficos y con esos animales hizo un jardín donde vivían en paz, aquellos amigos suyos, que quería olvidar la Guerra y las muertes de la pasada época de la Guerra Civil.

En aquel huerto, mi sobrino Luis-Manuel era feliz, pero un día, con grandes dificultades acudió a recordar su gozoso trato con los animalitos, que antes iba a buscar a la era y al río Guatizalema y a despedirse con un aspecto pacífico del  que gozó en tiempos pasados de su inocente vida.



Estuvo acompañado por sus dos hermanas en Siétamo y como la muerte lo perseguía, volvió  raudo a su jardín lleno de animales, para despedirse de ellos.

En el huerto se recuerda el entierro de Luis Manuel.



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