jueves, 4 de agosto de 2022

El Pueyo de Barbastro

 

El Pueyo es una elevación hacia el cielo desde la que se domina con la vista amplia de colección de pueblos del Somontano de Huesca y de Barbastro, que parece que están venerando a la Virgen del Pueyo. Se alza el montañoso Pueyo sobre su cima, para que desde ella, se contemplen más de sesenta pueblos el Templo, desde los cuales, se divisa la altura del Pueyo, con la presencia de la Virgen de las Alturas.”A UNA ESCASA LEGUA DE LA CIUDAD DE Barbastro y  a la parte del oeste,se eleva a una gran altura un elevado monte, cuya cima corona un elevado santuario, que es, al mismo tiempo, risueño risueño mirador y sitio de recreo para sus vecinos. A los pies del monte se extiende un hermoso y dilatado viñedo. Cubre la falda un umbrío bosque de encinas y entre su oscuro verdor, se levantan el venerado Pueyo, por el cual caracolea una senda, hasta llegar a la eminencia, donde, en tiempos poco posteriores a la Conquista, en el mismo siglo XII según piadosa tradición, se apareció la Reina de las Cielos al humilde pastor BALANDRÁN, mandándole bajar a la ciudad y dar parte a su Consejo de este beneficio que Ella dispensaba. Y se edificara allí un templo donde fuera venerada”.

La aparición de la Virgen, ocurrió el año de 1.101 y San Balandrán que será siempre seguido por otros un Capellán, que gobernará la iglesia y el monasterio. Por cerca de Barbastro se proliferan las iglesias debidas a la Virgen del Pueyo, como, como Torreciudad, La Carrodilla, la Candelera, La Bella, Los Dolores, La Peña y la Alegría. Tuvieron lugar la Guerra de la Independencia y las Guerras Carlista, hasta que en 1.889, se iniciaron 73 años de vida de los monjes benedictinos. El Pueyo llego a ser un foco de cultura económica, que acabo con la guerra civil en el año de 1936, y en esta guerra se sacrificó a 18 monjes.

Acabada la guerra volvieron a entregarse al culto del monasterio, a los que acudieron a él venidos de otros lugares , como Viña del Mar en Chile, pero no pudo crecer su vida monacal.

Ya no pudo alcanzar un periodo feliz de vida y en 1936, crucificaron sus cuerpos y pasaron a la gloria celestial los frailes benedictinos. Pero a continuación siguiendo la búsqueda de Dios, subiendo a las alturas del monte de Barbastro vestidos sus cuerpos con sus propias ropas blancas adorar a Dios para unirse con El, se acabo la vida mortal de los benedictinos pero alcanzo la vida celestial.


Pero ese año a aquel Pueyo llegaron unos frailes blancos que en aquellas alturas tan cerca del Señor y cada domingo celebran una misa que los aproxima al Señor y acerca su vida al cielo.

En aquella misa están presentes muchos fieles de Cristo que se encuentran con el señor en aquellas alturas próximas a lo alto. El estar en las alturas del Pueyo de Barbastro que acerca al cielo y donde además de contemplar la tierra intuyes las maravillas del cielo.

El domingo siguiente mí hija Elena y su esposo Santiago, acudieron a misa y gozaron de la piedad elevada al Señor.

José Luis, alcalde de Antillón nos acompañó en su visita al Monasterio, donde pudimos ver miles de libros antiguos, muy bien conservados y nos fuimos del Convento, maravillados. Es que José Luis gran discípulo de la Virgen del Pueyo, labró gratuitamente las tierras de las laderas de las base de la ermita para que los frailes pudieran seguir progresando y cuando ya encontró cansancio en su labor, regaló el tractor a los Monjes.

Yo conocí a otros pueblos que acuden todos los años a la Romería al Templo de la Virgen y me emocionó la asistencia desde Blecua de mis parientes de Casa Almudévar.


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