martes, 14 de noviembre de 2023

Natalia, está linda la mar.-



Te voy a contar un cuento.”¿A dónde irá-ese barquito que cruza la mar serena?. Unos dicen que “pa” Cádiz y otros que “pa” Cartagena”. Al oír esta canción queda uno embelesado y enamorado del mar. Este “llega a hacerse imprescindible como un gran amor”. Así lo sentía Natalia,  hija de mi hermano Luis, comprobando que la mar, como la tierra, resultan  a veces amargas. El barquito de vela, vela, que no sabe si va “pa” Cádiz o “pa” Certagena; si es pesquero,  lo más probable es que vaya a parar secuestrado a algún puerto de morería. Ya tiene bastantes motivos de sufrimiento el marinero con su propio trabajo, con su soledad; sobre una cáscara de nuez, bailaba y rebailaba  por las olas que vienen no se sabe de dónde y que van, tampoco se sabe a dónde. Sólo le sirve de referencia el sol, si luce, y le amarran a tierra el recuerdo y el amor de los suyos, que, cansados de tanta espera, unas veces exclaman: ”¡Me “cagüen” la mar serena!.  Y otras dicen: “¡Me “cagüen” la mar salada!”.  

Es impresionante ver enterrara a un ser querido en la tierra; pero queda el consuelo de ir a rezar a su tumba y depositar sobre ella un ramo de flores. Pero yo creo que es más impresionante ver sumir en las aguas el cadáver de un marinero. Su tumba será insondable en lo profundo e inabarcable en su extensión. Su madre, sobre una roca, pronunciará una oración, de las que harán eco los acantilados, las olas y las borrascas. ¡Luego dicen que el pescado está caro!.

Los oscenses estamos acostumbrados a navegar por la tierra, y cuando uno de nosotros trabaja mucho, se le dice: ¡cuánto navegas!.Navegando con el tractor sobre torrocos, se destroza la columna vertebral. Navegando sobre la más mullida superficie de las olas del mar se destroza la columna con los reumas. Todo es navegar. Incluso navegamos por la vida.

Antiguamente los aragoneses buscaron la salida al mar por el río  ,que dicen que es más estrecho que el mar, pero de largo ¡habría que verlo!. Los catalanes nos cortaron la capa  y eso que dicen que hasta los peces del Mediterráneo llevaban las barras de Aragón.

También algunos aragoneses, como mi hermano, se han lanzado al mar e, irónicamente, los llamamos marineros de secano. ¡Natalia!, el tema de tu familia, sí que interesa y tiene que ver con Huesca, porque también hay oscenses enamorados del mar. Como tú.       

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