lunes, 8 de enero de 2024

Juan Pablo II, transmite la fe.-

 


Cuando en sus numerosos viajes, el Papa Juan Pablo II, además de celebrar ritos eclesiales, tiene que leer algún discurso, se encuentra con dificultades, que le obligan a sacrificarse, e incluso en ocasiones tiene  la necesidad de que lo acabe de pronunciar alguno de los cardenales u obispos que le acompañan.

Esta situación hace pensar a algunos hombres, que “ignoran la verdad del Evangelio”, que el Papa debía retirarse, porque pronto se quedará mudo y no será,  por tanto útil en la enseñanza de la Fe Cristiana. Pero lo que pasa es que dichos señores, hombres de poca fe, no se dan cuenta de que Juan Pablo II es un auténtico santo y no se dan tampoco cuenta de que los inútiles son ellos, por la ignorancia que manifiestan del Poder del Señor y de los favores que envía al Santo Padre; y por medio de esa ignorancia alimentan el gran deterioro mental de sus cerebros, tratando de transmitirlo a las cabezas de los fieles. Y eso es debido a que no comparan el amor a Dios que tiene el Papa y no sólo a El, sino también a sus hijos, con el escaso aprecio que ellos tienen por los hombres, que ya sean cristianos o pertenezcan a otras religiones, en las que se dedican a buscar la verdadera fe, una fe como la de Cristo, que nos hace iguales a todos los humanos.

El Papa, por su avanzada edad, se unirá al Señor  el día que Este lo ordene, pero mientras tanto, él pedirá como Cristo, cuando estaba pendiente de la Cruz y exclamaba”: ¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?.

Pero el Señor no abandonará al Santo Padre, como no abandonó a Cristo al que ayudó a pasar los tormentos de la Pasión, porque su actitud hará que se disuelva la aparente fortaleza de la arcilla, de que están compuestos los espíritus de sus enemigos, porque el Señor aprecia la fortaleza de la Fe de su Santidad, que no sólo la pone en práctica, sino que además la transmite a los fieles, con sólo su presencia, aunque esté callado, como Cristo cuando era interrogado por Poncio Pilatos.

Dicen que el Santo Padre quedará mudo y leyendo la pasión de Nuestro Señor Jesucristo, según San Juan (18 y 19), observa uno que “Cuando Pilatos oyó esta acusación, se llenó de más temor y volviendo a entrar en el pretorio, dijo a Jesús: ¿de dónde eres tú?. Mas Jesús no le respondió palabra. Por lo que Pilatos le dice:¿a mí no me hablas?”.

“Desde aquel punto Pilato buscaba como liberarle”.

Como vemos, hasta Pilatos quedó conmovido ante  la mudez de Cristo y de allí podemos deducir que también se conmoverán aquellos que dicen que Juan Pablo II, perderá la palabra.

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