miércoles, 27 de marzo de 2024

Maradona.-


Ha muerto Maradona y ha dejado un recuerdo, ahora triste y parece que siempre estará su recuerdo, amado por una inmensa cantidad de  hombres, amantes del fútbol. Era Maradona un hombre que ha vivido el Fútbol, deporte que le ha hecho famoso y admirado no sólo en la Argentina, sino en todo el Mundo. Ha muerto a los cincuenta años y millones de hombres se han desesperado, llorando con tristeza la pérdida de un hombre futbolista, entregado a los aficionados por medio de ese deporte. Maradona   escribió: “Si me muero, quiero volver a nacer y quiero ser futbolista. Y quiero volver a ser Diego Maradona. ¿Por qué? Por qué soy un jugador que le ha dado alegría a la gente”.

Y la gente ha sido feliz con el juego de Maradona y así como en el Evangelio, Jesús hacía felices a los miembros de la multitud, a la que explicaba la palabra de Dios, al tiempo en que les daba alimentos, para satisfacer no sólo su espíritu, sino también a sus cuerpos, las multitudes de aficionados al fútbol quedaban felices con las victorias futbolísticas de Maradona.

 Efectivamente el pueblo era feliz con el juego maravilloso de Maradona y los discípulos de éste, demostraban un entusiasmo, que ha durado hasta después de su muerte. Este entusiasmo satisfacía la  alegría  de los  aficionados al fútbol, pero no lograba satisfacer el apetito de sus cuerpos, que siempre han querido participar de su deporte futbolístico, aunque económicamente van viviendo como han podido políticamente y en su diario alimentarse.

¿Cómo era el cielo para Maradona? Se ignora si aspiraba al cielo divino o a la materia del balón y de los campos de fútbol. Pero en un periódico notable, que promete al hombre un cielo divino, aparece en la Puerta del Cielo, en que lo reciben un Arcángel celestial, acompañado por San Pedro el Viejo, que lo reciben con alegría en las puertas del Cielo.

En algún periodo vida, sufrió la esclavitud del alcohol, pero su devoción al Fútbol, lo liberó de la esclavitud de tal embriagador alcohólico, y él vivía como en un cielo deportivo, que le hacía olvidar las cualidades del “ HOMBRE” y  si por un lado era como un dios del deporte, vivía como si tuviera la obligación de convertir su vida en un “celeste futbolista mundial”, que estaba gozando de ser un “ejemplar de héroe del Mundo y olvidando de un futuro celestial”.  

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