Bosón de Higgs |
Estamos a trece de Octubre, cuando
el Otoño se va adueñando del medio ambiente de los
campos, de los animales y de toda la tierra. Pero en este mundo en que vivimos
hombres y mujeres, al observarnos a
nosotros mismos, nos parece que somos los hijos del Creador. Del Creador
aparecieron sus hijos, los humanos y hasta la Biblia nos recuerda a Adán y a
Eva. Para el que no conoce la Biblia y nadie le ha dicho que los hombres somos
hijos de Dios, a pesar de esa ignorancia, se lo parece. Y muchos hombres
antiguos se sienten al ser acogidos por sus padres del género humano, a través
de generaciones, hijos de Dios. Este Creador o Padre, goza del hombre, primero
creándolo, luego aumentando su perfección, entre otras cosas por la evolución y
enseñándole los Mandamientos de la Ley
de Dios, para educarlo. Además le da la Ciencia y la Libertad, que el hombre en
lugar de aprovecharlas, lucha contra los demás hombres, con notables
excepciones, como la de Job. En esta
Libertad, basada en el estudio de la Ciencia, se ve la grandeza del Creador,
pues quiere la felicidad del hombre, pero con su participación humana en tal
búsqueda. Dios lo que quiere es la felicidad de los hombres, pero Creador de todo, incluida la libertad, hace que para que haya paz y
amor entre los hombres, sean éstos los que colaboren, siendo, por tanto responsables los mismos hombres. Este
comportamiento divino, buscando la colaboración del hombre en su obra, nos hace comprender, como el Señor ama al
hombre y da la impresión de que quiere que éste, salga responsable de su marcha
por la vida.
Pero los hombres utilizando su
libertad, y la intervención del Diablo, se separan del estudio de la Ciencia,
como podemos ver en la siguiente frase: Ramón y Cajal amaba la Ciencia, además
de la Libertad y afirmaba que “las enseñanzas de preceptores y padres obedecen
con frecuencia a prejuicios, fanatismos, ideas falsas relativas a la ciencia,
la religión y la conducta” y que, ”bajo la influencia de esta información, se
establecen en el cerebro del niño conexiones exclusivas y anormales entre determinados
grupos de células; de modo que el
resultado psicológico será la rutina del pensar, el desprecio de la ciencia, la
credibilidad excesiva, el ansia de lo maravilloso, u otros vicios de
pensamiento tan graves como dificilísimos de desarraigar”. De la misma forma que
existen los hombres y aman a sus hijos, los educan, juegan con ellos y les
incitan al trabajo, el ejercicio de su libertad hace que otros, se dediquen a
la lucha, al alcohol y a otros vicios. Y
de la misma forma muchos hombres educan a sus hijos y otros hombres, muchas veces no los educan, sino que
los pervierten.
Da la impresión de que hay una
semejanza entre la Paternidad del Creador con sus criaturas o hijos, a saber
los hombres y la paternidad de éstos con sus hijos.
José María Llanas Aguilaniedo ya
se da cuenta de la labor del cerebro en el desarrollo del hombre, pero ve dos
clases de cerebración: una descubierta en su contemplación de los difuntos,
porque en una vista que hizo al cementerio, a los difuntos que en él descansan,
dice: “algunos, pareció que me saludaban, en tanto a otros, era yo mismo el que
les decía: ”De lo profundo de mi alma clamé a tí, Señor. ¡Escucha mi voz!”. ”Ese
parecerme que me saludaban algunos
muertos, ¿sería una experiencia de cerebración inconsciente?. Yo me pregunto, ¿qué
es una cerebración ?. Y me da la
impresión de ser un acto intelectual, opuesto a lo emotivo, a lo apasionado, a
lo vivido”. La cerebración es una actividad realizada con el cerebro que Dios
nos puso para buscar la libertad y la ciencia y de tal forma que hay cerebros
como el de Ramón y Cajal y el de Higgs; hay otra forma de pensamiento, que es
la cerebración emotiva, que no es un pensamiento libre, sino intervenido, como
el sueño, la hipnosis, y , como yo recuerdo lo que me enseñaron algunos niños,
que consistía en introducir la cabeza de una gallina debajo de una de sus alas,
darle suaves vueltas y aparecía la gallina dormida. Para aclarar todos los
problemas, desde el de la gallina en mi infancia, hace falta mucha libertad y
mucha ciencia. Lo dijo el Catedrático español de Yale, Rodríguez Delgado :
“Hace falta una combinación de científico, psicólogo y filósofo, lo cual no es
fácil, aunque sí posible, como lo demuestran las obras de Eccles, Sperry, Pribram
o el genial ejemplo en las publicaciones de Santiago Ramón y Cajal”.
Alberto Ruiz, hace ya años, escribía
: ”En el cerebro hay materia, energía, patrones eléctricos, procesos
neuroquímicos, mecanismos neuronales y
códigos funcionales. Sin embargo la nueva neurobiología está encontrando algo
más allá de toda esa “materia”: los símbolos transmateriales del cerebro; algo así que no es material,
aunque necesita la existencia de los portadores materiales de la fisiología
neuronal.
Rolf Heuer director del CERN, ha dicho hace poco: ”Tenemos
un descubrimiento. Hemos observado una partícula, que concuerda con el bosón de
Higgs”. Este mismo, en 1964, describió con una aguja de lápiz y un papel, una
partícula nunca vista que es necesaria para la formación del Universo y de todo
lo que existe.Insisto en la frase anterior de Alberto Ruiz que “la nueva
neurobiología está encontrando algo más allá de toda esa “materia”: los
símbolos transmateriales del cerebro, algo así que no es material,
aunque necesita la existencia de los portadores materiales de la fisiología
neuronal”. Esto lo escribe hace ya unos
años cuando Higgs trataba de demostrar y lo ha demostrado hará unos cuarenta años. Higgs ha encontrado
con el bosón de su nombre una especie de formador de la masa y de sus
desplazamientos, que han hecho posible la vida de la Física actual.
¡Cómo se acerca el nombre del bosón de Higgs, al que también lo llaman la Partícula
de Dios, a lo transcendental, como dice Alberto Ruiz de “los símbolos
transmateriales del cerebro, algo así que no es material, aunque necesita la
existencia de los portadores materiales de la fisiología neuronal”
Familia de Atapuerca |
Esta misma mañana he salido por
el pueblo y me ha ventilado un aire fresco, que en todo el verano pasado no ha
afectado a mis sentidos. El cielo clareaba, las hojas de los árboles no se
desprendían todavía de las ramas de los árboles y llenaban el ambiente del
color claro que desprendían de los chopos y el oscuro de las encinas. No se
veían ya las volanderas golondrinas ni las que se posan en los cables, porque
ya habían volado al terreno cálido de Africa, pero se oían piar a los gorriones
en los cipreses y a los estorninos,
recién llegados, con sus variados cantos, unos agradables y otros desechables,
volar desde unos árboles a otros, para comer algún fruto. Las palomas seguían
haciéndose el amor, con su ron-ron, en las ventanas de la bóveda de la iglesia.
Todas estas frases que acabo de
escribir son cerebraciones racionales y al mismo tiempo emotivas. El hombre es
libre para gozar de ellas o para despreciarlas. La vida del hombre es corta,
pero a nivel individual, porque mi hijo ha estado en Atapuerca, por donde han
pasado doce mil años de generaciones humanas. Se hace evidente que ante un
yacimiento tan enorme, se le plantee al hombre, la historia de la Evolución humana.
El Creador parece que es uno y la humanidad, ¿no será también una?.
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