jueves, 14 de septiembre de 2017

Aurora Pardo Royo



Coscullano (Huesca).



Hebillas visigodas encontradas en las ruinas de la ermita

Museo Provincial de Huesca.




Esta señora es Maestra Nacional, nacida en tierras de Soria, casada en plena Sierra de Guara, con el agricultor  don José Calvo, en el pueblo de Coscullano; tiene noventa y dos años de edad y ha dedicado su profesión  a realizar el bien entre las familias de varios lugares. Y especialmente en la Escuela de Coscullano, como  así  lo ha proclamado el pueblo  el día diez de Septiembre de este año de 2.017. Ha sido Maestra en las Escuelas Públicas, pero al mismo tiempo ha sido Maestra de la vida humana. Nació en la noble y rústica tierra de la provincia de Soria y se casó en la hermosa Sierra de Guara y ambas tierras místicas, influyeron en su vida espiritual, que la han convertido en una mujer religiosa y trabajadora, para hacer felices a los demás.

Yo conocí su vida de Dueña de Casa y educadora de niños y de niñas, en Coscullano, cuando yo era Veterinario de ese pueblo y la Señora Maestra Nacional del mismo pueblo era Doña Aurora Calvo, por ser esposa de don José Calvo.   Ahora que ya han pasado muchos años, nos encontramos en la puerta de nuestra casa de Huesca, al lado del Parque Municipal, cuando viene de trabajar en el Ropero, que es una Cooperativa Caritativa de Huesca. Pero no sólo durante años se ha dedicado a ejercer su amor al prójimo o de ir a visitar las iglesias, en que cada día va a oír Misa, por qué  hay días en que no sólo participa en la Misa, sino que hay otros días que la sigue una por la mañana y otra por la tarde y yo le pido que rece por mí y ella me pide que le de algún escrito, de los que a mí,  me gusta escribir. Ha pasado su vida de Maestra, pero no puede olvidar a aquellos niños a los que educaba y no puede en Huesca, donde ahora vive con su hija y con su familia, olvidar como en otros tiempos, los niños que acudían a la Escuela.  Subían los vecinos de Coscullano a la partes altas de la Sierra y “recogían su cosecha de “alborzas” y en castellano madroños, tan agradables para comerlas solas o con anís y azúcar y en otras ocasiones  recogían fajos de leña, que a lomos de algún asno o cargadas en un carro, llevaban a vender a Huesca… donde adquirían alimentos, que consumían con sus verduras, sus corderos, sus cerdos, gallinas y pollos y también sus huevos, acompañados todos ellos por el vino que producían”. En sus caminatas por lo alto del Término Municipal, llegaban a contemplar los restos de una antigua ermita Visigoda y en ella encontraron una moneda de los Bárbaros y dos hebillas, que se puede contemplar en el Museo de la Plaza del Seminario, en la ciudad de Huesca.

Siendo yo mismo Diputado Provincial, aquellos  hombres de Coscullano,  de  los que ya no queda casi ninguno, pavimentaron el pueblo y repartieron por las casas el agua corriente. ¡Qué alegría y qué entusiasmo ponían aquellos hombres en su trabajo sin paga, pero qué felices se sentían con la modernización de  Coscullano!.  Ya casi no quedan en esta vida muchos de estos hombres, de los que algunos, si vivieran,  contemplarían sus casas abandonadas.
Pero llegó el año de  2.017 y pensaron, los hijos de Coscullano, hacerle un homenaje a la antigua Maestra Aurora Pardo, señora de Calvo. Se reunieron en la Iglesia de Coscullano, más de un ciento de personas el día y la hora en que querían darle un homenaje, pues  muchas de ellas eran antiguas alumnas suyas y a determinada hora, se juntaron con otros vecinos  del Pueblo.  Asistió, sin haberse enterado de que se le iba a homenajear,  para asistir a misa en la Iglesia con sus antiguos  alumnos y vecinos de Coscullano.
El sacerdote estaba en el Pórtico de la Iglesia y por la cuesta por la que se sube a éste, desde la Casa de los José Calvo y de su esposa  Aurora, subía ésta alegre, ignorando las personas que la estaban esperando para dedicarle un homenaje.  Al legar Aurora , acompañada  por su hija, se quedó sorprendida ante la presencia del cura y le dijo, ¡qué suerte encontrarlo a Ud., en la puerta de la Iglesia, para celebrar la Santa Misa!. Pero al entrar en ella, los numerosos asistentes, que la estaban esperando, se pusieron a aplaudirle. Cuando acabaron sus aplausos, Paz Zamora le dirigió al pueblo unas palabras de bienvenida a Aurora, como si comenzase el Curso Escolar. Desde 1972, era Paz, la última alumna, que además iba cada día a buscar a la Maestra a su casa.

Allí estaba Cristina de Calvo, hija de José Calvo y de Aurora, casada con José María López, agricultor de Casbas de Huesca, hombre inteligente, que siempre me ha enseñado revistas del Monasterio de Casbas, en las que él,  también escribía. Es un músico que hace sonar un pequeño órgano y que hizo que en el acto de homenaje a su madre política, sonase en su ceremonia.  Estaba también su hermana, la Médica Aurora, casada con el Médico Javier Callau de, de Almudévar. Asistían también cuatro nietas y un nieto.

El marido de Cristina Calvo, hizo sonar un armonio, que lo hacía igual que un órgano, que fue fabricado en Berdún, un pueblo de la Montaña de Huesca, e imponía con su sonido una solemnidad y un respeto, que llenaba de gozo a Aurora y a todos los asistentes, al mismo tiempo, que homenajeaba  a la antigua Maestra. Llenó de emoción el “Ave María”, que cantó su hija Cristina, acompañada por el sonido que, su esposo, hacía brotar del pequeño órgano.
Hace aproximadamente un mes, estuve en Casbas acompañado por mi yerno Santiago y fuimos a visitar  a la pareja de la cantora Cristina y a su organista José María López. Nos dio un concierto que nos elevó nuestros espíritus a las alturas y al marchar, casi en la puerta de su casa encontramos a la Maestra Aurora, madre de la también  Maestra y cantora Cristina, acompañada por la madre del organista José María López. Es que Doña Aurora sube a Casbas a ver a sus hijos y nietos, sube a Coscullano  a contemplar el escudo polícromo de la casa donde vivió tantos años y a recordar su Escuela y su Parroquia. Pero no hace falta buscarla para hablar con ella, ya que en Huesca la encuentras en sus calles, en sus iglesias y en la puerta de su casa, al lado de la mía, en  Huesca capital, donde siempre te recuerda alguna anécdota de la vida, o te cuenta algún cuento de los que ya leyó,  hace días.

Después de la Misa, Ana Gabarre, leyó un resumen de su vida escolar en Coscullano, luego José Mariano Seral , escritor, pronunció una poesía dedicada a la personalidad de doña Aurora. Cantó una jota, José Víctor, yerno de Araceli Zamora, hermana del padre de Paz, Lorenzo Zamora, acompañado por un clarinete, que hizo sonar la nieta de doña Aurora, Adriana. Para terminar, Angel Arellano, cantó una Jota, agradeciendo su trabajo a la gente de Coscullano, que se había volcado en recordar a doña Aurora.

Después de gozar de la Gracia de Dios en la Iglesia parroquial, fueron a recordar la Escuela, donde hizo felices a los niños y niñas y a sus padres en Coscullano.

Después de la Misa, comieron satisfechos en el antiguo edificio escolar, donde tantos años se preocupó de los innumerables niños y niñas.  

La Maestra, doña Aurora tiene más de noventa años y ha vivido y sigue viviendo una vida de religiosidad y de trabajo. Siempre sonríe y hace felices a las personas, que con ella se tratan. 
Es una señora feliz y lo seguirá siendo eternamente.


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