Los Gauchos argentinos montados
en sus caballos, no son rivales en la Pampa argentina de los toros bravos, que
en España se lidian en las Plazas de Toros. En España se quiso hacer un trío
entre los caballeros, los caballos y los toros, pero no se consiguió. En
Argentina quedaron los gauchos montados en sus caballos, en una pareja feliz
entre gauchos y caballos y en España los toros fueron toreados en sus plazas,
para darles muerte, tras una pelea entre toros y toreros.
Algo tiene que ver la Argentina
entre el gaucho y el caballo, apartados ambos de la lucha con los toros, pues
no se pican ni lancean los toros, como en las plazas españolas. El ser
argentino tiene que ver con el trabajo común entre gauchos y caballos. Me
cuenta Mario Rafael que los Gauchos consisten en ser una raza trabajadora y
humilde, que tiene por nombre ese tan sonoro de Gaucho. Dicen los argentinos
que ser un hombre caminando es medio gaucho, y el Gaucho entero lo es, cuando
monta en su caballo.
Porque aquí, en España, sentían
la necesidad de darle un espacio a este
Ser, Hombre- Caballo, para luchar
unidos a este toro bravo. Porque en Argentina no han conseguido que el toro
bravo formara un solo Ser unido al Gaucho, montado en su caballo, al lado de un
toro bravo.
En España se discute la nobleza
del Toro Bravo, peleando al Gaucho- Picador montado en su Caballo, porque no ha
alcanzado la hermandad de estos dos miembros de una pareja hermanada. La gente
observa como el toro se ha embravecido, y se aleja del gaucho y del caballo,
dándoles amenaza brava con sus elevadas astas. Y positivamente que impide ver un trío, un trío
unido, porque queda la pareja del Gaucho entre el hombre con su caballero
libre en aquella Pampa húmeda y no busca la pareja la guerra entre el hombre y
el ganado, ni entre el caballo y la
extensa Pampa húmeda.
Aquella Pampa Húmeda parece un
cielo herbáceo, con los pastos verdes y
a su ganado gozándose de tan suave y rica
hierba. Por ella corren los Gauchos, montados en sus “hermosos corceles”, dominando la gigantesca pradera de pastos, donde se
alimentan los ganados, que defienden y guardan los vigilante Gauchos, montados
en sus caballos.
¡Qué felices son los Gauchos cuidando sus ganados en la Pampa, donde el buen tiempo verdea, tras
las tempestades bravas, que hacen relumbrar los cielos y escuchar las terribles
tormenta en el cielo!.
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