domingo, 31 de diciembre de 2023

¡Pon,pon!,dineretes al bolsón.



Me suena en la cabeza cada vez que oigo hablar de la Bolsa. No me acuerdo de la canción infantil completa, que alegraba a los niños y ha sido sustituida, por la canción sino por los gritos de los agentes de Bolsa, que no se MUESTRAN ALEGRES, SINO CRISPADOS. No sé  porque esa bolsa me recuerda la Bolsa de JUDAS, por la qué,  en la Procesión de SEMANA SANTA, calificábamos al apóstol de Traidor.

Ahora la Semana Santa, por los dolores del Pueblo, se ha convertido en una sucesión de años dolorosos y si antes éramos proclives a mirar la bolsa de Judas, ahora nos pasan por las narices reiteradamente, las subidas y bajadas bolsísticas, con lo que el pueblo, está ya hasta las bolsas escrotales. Es efectivamente preocupante la salvaje bajada de la Bolsa, en relación con las finanzas, pero el noventa por ciento de las gentes se preguntan por otras  bolsas que directamente les afectan más.

Reflexionan algunos sobre el chiste que propugna que en las cuentas corrientes, donde ingresan las ganancias de las Nucleares, ingresen paralelos los residuos radiantes y que al pueblo le resuelvan el problema de la Bolsa de la compra y que mejoren su nivel de vida, aquellos que viven en las bolsas de miseria, sin olvidar que está “esculada” la Bolsa en el ahorro de la clase media.                        

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