domingo, 24 de diciembre de 2023

Cuento de Navidad por Manuel Almudévar Casaus


A MIS HIJOS.-

Quiero esta noche, tratando el asunto con todo el respeto, cariño y veneración que merece, hacer mi cuento de Navidad, valiéndome del lenguaje vulgar, que se hablaba y todavía se habla, cada vez con menos extensión, en los pueblos de este Alto-Aragón; y al mismo tiempo que rendir tributo de devoción y recuerdo al Niño Jesús, introduciros de este modo, con éste y otros casos, al conocimiento de algo sobre las costumbres, lenguaje y modo de ser del País que os vio nacer; pues se da casi siempre el caso, que uno sepa de las costumbres, carácter y hasta modalidades del lenguaje de los Andes, del Congo o del Himalaya, valga por ejemplo, y no conozca nada de lo que un erudito llamaría Folklore local o características de su País.

Así pues, sin más pretensiones, y a modo de familiar y honesto ofrecimiento, os ofrezco con mi paternal cariño y bendición, el siguiente relato en prosa rimada.

Los pastores del abuelo, narraban bellas leyendas, y hoy noche de Navidad, os referiré‚ una de ellas.

Era por derecho y costumbre, el sitio del Mayoral, un puesto junto a la lumbre, a la entrada del hogar.

Y desde allí con decires de cadencias ancestrales nos narraba efemérides y cuentos de Navidades.

Quiero emplear el lenguaje que el Mayoral empleaba, en recuerdo y homenaje a la traición pasada.

Dejemos pues que se oiga, en esta noche su voz, para narrar las leyendas que en otros tiempos narró.

María y José, marchan de camino

Van con asperanza de que un ser divino,

Que mora n'antraña, de ra Virgen pura,

Alcuentre un asilo, palacio u cabaña

Que haga menos dura, ra triste jornada,

De ro viello esposo y ra esposa amada.

Ra Virgen teneba frío

Y San José, se chelaba,

Caminando, caminando,

A burreta resollaba.

Llegaron en ta Belén

Un lugar mu chiquirrín

De ros qu'ay en os belenes,

Feitos de zurio y serrín.

Iban pidiendo posada,

Trucando de puerta en puerta

Y ninguno les ne daba.

Ra Virgen qu'era mu güena

Mu santeta y conformada

Le deciba a San José,

Que no mirara ya nada,

Que anque fuera en un rincón,

De pajar u de tinada

Se pasarían a nuey

Pa guardasen da chelada,

Se'n fueron ta ras afueras,

Y alcontraron un Portal,

Que sirvía de cubijo,

A ros bajes do lugar.

En as pallas d'un pesebre,

Ascape s'acomodaron,

Y una muleta y un güey,

Alinto y calor les daron.

Y dando gracias a Dios

Se quedaron adormidos,

Pues de tanto caminar,

S'alcontraron mu rendidos,

Pero a iso de media nuey

Sintieron una mosica

Y d'encima d'o Portal,

Se posaba una estrelica,

Pregunté que qué sería

San José todo asombrau

Y le respondió María:

Es qu'o tiempo ya a llegau

De cumplise a profecía

De que todo un Rai d'os Cielos,

A'ste suelo bajaría,

Pa rediminos a todos,

D'os pecaus y as herejías.

Mientras esto iba digendo

Como si fuera un milagro

Un zagaler mu bonico,

Se refirmaba n'os brazos;

Este era el Niño Jesús,

Que en cuanto abrió ros ojetes,

Desanchando ros bracetes,

Fizo a fegura de Cruz,

Y golviéndose a sus padres

Con cariño y con amor,

Levantando ra maneta

A ros dos los bendició.

Ra Virgen y San José

Al inte s'arrodillaron,

Lo besaron como a fillo

Y como Dios l'adoraron,

María lo cogió ambrazos

Y con gran veneración,

Lo ofreció a Nuestro Señor,

Para nuestra redención.

Un angelico de Dios

Con os güellos como soles,

Les avisó a ros pastores,

Qu'abía puos alredoles;

Y ascape fueron llegando

Repatanes y mairales,

Craberizos, vaciveros,

Yeguas,erizos y duleros,

Boyateros y zagales

Mocetas d'esas que cudian

  Os pavetes y os verracos

Y mientras filan estambre,

Apacientan os rezagos.

Todos veneban contentos

Y todos trayeban algo,

Pa ofrecelené a Jesús

Y al mesmo tiempo adoralo.

Trayeban figos de Fraga,

Orejones d'Estadilla

Y pansas d'esas qu'escaldan

En Lascellas y Velillas,

Vino de Castilsabás

Y corderetes d'Albero

Billotas de Banastás

Y conejos de Pebredo

Tortas d'aceite d'Ayerbe

Turrón guirlache de Jaca,

Castañas de mazapán

D'a zucrería Lasala,

Tortadas de Berbegal

Y pan moreno d'Angüés

Pedos d'as  monjas de Casbas,

Juguetes de Bandaliés.

Entre gente tan humilde

Tan humilde como güena,

Quiso'l Redentor del mundo

Presonase aquí, en a tierra,

Era pa danos ejemplo

Que toda su vida dió

D'humildad y de pacencia,

De mansedumbre y amor.

Y aquí remata el relato,

Venida del Hombre -Dios

Que Nuestro Señor del cielo

Por Padre nos envió.

Y si Cristo es nuestro Padre,

San José, si somos güenos

Nos tratará  como a nietos

Y nos llevará  t'al cielo.

Cuento escrito por Manuel Almudévar Casaus en Huesca,el 24 de Diciembre de 1941.


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