Tengo un amigo, desde hace muchos
años, con el que me veo de vez en cuando
y comentamos la situación
económica de la Sociedad actual. Él es un hombre altoaragonés, que no puede
estar parado, sino que tiene necesidad de colaborar en la actual sociedad, a la
que en estos momentos, le hacen falta movimientos de iniciativas y de valores.
Siente la necesidad de poner en marcha dichas iniciativas y valores, porque
siente como una necesidad, la de obedecer a esa orden, que dice “ganarás el pan
con el sudor de tu frente”. Pero no sólo es un proceder que le lleva a acatar
esa orden bíblica, sino que es una iniciativa que tiene en su interior y que le
impulsa a crear, a hacer algo positivo, que no se basa solamente en el acumular
dinero, sino en crear alimentos para la humanidad, máquinas industriales o agrarias para que todo
el mundo participe en la producción, que explicará a los hombres el sentido de
la vida. Porque aquella orden, como he dicho, nos recuerda “que hemos de ganar el pan con el sudor de nuestra frente”. Él se ve que ha meditado sobre esta
cuestión, porque dice: en este lugar no hay trabajadores con iniciativa, o por
lo menos no los dejan tener iniciativa, porque nuestra sociedad oscense es como
un culo de saco, donde se echan, o los
echan, a los posibles trabajadores, para disminuir e incluso anular esa
iniciativa, que nos lleva al trabajo, con que nacemos todos los hombres.
Mi amigo ama el trabajo, pero le
gusta la conversación, acompañada de buen humor , que hace saltar las risas de
su persona y además, muchas veces, para huir de la preocupación que le
aprisionan su mente, cuando crea industrias, oficios agrícolas u comerciales,
lo ves jugando a las cartas. Estas fugas del excesivo trabajo, hacen que se
mueva por la vida con tanta actividad y clarividencia para la creación de esas
actividades humanas. Porque jugar a las
cartas, para él no es un vicio, sino un escape o una fuga de la concentración
mental obsesiva y del exceso de trabajo. Pero no es sólo el juego una
escapatoria de la preocupación que se le acumula con el trabajo, sino que con frecuencia,
en sus conversaciones se ríe, con
alegría. De esta forma de ser surge una figura humana, que no está como la de
otros oscenses, prisionera dentro de un saco de inutilidad, sino que sabe mirar
la realidad de los problemas, que se le plantean o a veces se plantea él
mismo, cada día. Esas risas, cuando se
encuentra con sus amigos, revela que no es un hombre sólo, que no está en el
fondo del saco de la soledad, que en ocasiones, hace que, cuando se encuentran
solos, esos empresarios que pierden
dinero, que es la única actividad humana decente, que ejercitan, se lancen al suicidio.
España está endeudada y los
españoles, no es justo que se conformen con tal situación. ¿Será culpa de los
gobiernos, de los ayuntamientos o de los patronos?. ¿Por qué en el Polígono
Sepes de Huesca, no hay enganches para que se use la energía, procedente del
gas?. En cambio en Navarra han puesto enganches en todos los pueblos y han
hecho o todavía están haciendo nuevos riegos de agua, por toda Navarra.
Mi amigo, no sólo se preocupa de
sus actividades, pues está preocupado, primero
de los trabajadores, a los que quiere sacar del saco de la inactividad y
del trabajo en sí mismo, cuando se fija en la instalación del gas en todas las
zonas, donde aproximaría los hombres al trabajo. Acercaría también el agua a las
tierras de los Monegros, donde él mismo, ha realizado obras de riego en
aquellos terrenos, que ha hecho producir, cantidades de fruta que dedica a la
exportación. Yo he visto hombres altoaragoneses, en esas fincas, que trabajan
con ilusión y son felices con su trabajo.
Pero el hombre, actualmente,
trata de vivir con plena libertad y libremente saciarse con el dinero, con
actividades corruptas y no se ve satisfecho con el amor de sus esposas, porque
ahora muchos no se casan, sino que buscan el amor libre, que en lugar de darles
felicidad, los hace unos desgraciados. Estamos los hombres equivocados porque
esa felicidad completa, no la podemos
alcanzar en este mundo, sino aceptamos el sacrificio, que lleva consigo el
tiempo, con la edad avanzada. No creo
que la vida sea, como un resto de una vela, en una palmatoria, que se va
consumiendo lentamente, pero que ya no produce. No podemos tampoco ser felices,
viendo padecer a los demás y no tratar de ayudarles. Sí, es preciso que los
seres humanos se ayuden mutuamente, porque estando ya creado el “El club de los
solos y de las solas”, vamos “camino de nada”. Esto no ocurre solamente con los
hombres y mujeres de escasa economía, sino que mi amigo me ha contado la
soledad de hombres, que poseen el dinero en abundancia, pero están ya en el
“Club de los solos”.
Tiene este hombre trabajador y creador, un
amigo, que él cree que ya está en el
fondo del saco de la soledad y no le encuentra solución a esa soledad y lo
siente en su corazón, pues me lo cuenta con un rostro bañado por la tristeza.
Ese amigo altoaragonés no ha seguido en
la vida, una vocación de trabajo, de amor y de virtud hacia los demás,
empezando por los obreros, a los que dar trabajo e ilusión por una vida justa y
agradable. Ha seguido más bien, nacido en una familia pudiente, la vía del
pasarlo bien por la vida, una especie de amistad con el “cachondeo”. Estudió
una brillante carrera y al principio, fue un ejemplo en el trabajo, pero se
quedó sólo, ya que su mujer se le marchó y un hijo se le murió, marchándose el
segundo que tenía, a vivir lejos de
España. El divorcio, hoy en día, rompe la felicidad de muchos hombres y de
muchas mujeres, porque no sabemos hacer
frente a algunos sacrificios en la vida, de cuya renuncia brota una desgracia
total de los hombres y mujeres solos, que van al “saco de la soledad”. Este
comportamiento fácil y sin espíritu de sacrificio, suele traer problemas
morales o éticos. Le pregunté a mi amigo, que si fue la ruptura de la
moral, la causa del divorcio y de la
soledad de ese solitario. No encontraba clara la causa de si los problemas,
eran morales o éticos, pero me dijo que no habíamos mezclado la vida familiar,
con los intereses políticos. En esta vida, teóricamente democrática, habrá que
pensar para darnos cuenta si sería alguna rivalidad política, la que está
llevando a una gran parte de la población a la Soledad.
Esa soledad que no quiere dejar a
los hombres, esa soledad que no quiere soltarlos, que no quiere dejarlos a
ellos ni a ellas. Prefiere que se mueran en el fondo del saco de la soledad.
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