He estado en varias ocasiones en
las cuevas o bodegas de vino de la Villa
de Almudévar y recorrido, sus puertas, siendo invitado en
alguna de ellas a tomar un vaso de buen vino. Estuve en otra ocasión, en la
Gran Bodega del Señor Val, Marqués de Artasona. Este Señor,cuya Casa-Palacio ha
sido derribada, para construir pisos nuevos, hoy en paro, tenía una gran
bodega, que cedió al Ayuntamiento, que la ha restaurado y convertido en un centro cultural. En cierta
ocasión yo fui invitado a asistir a una reunión cultural, porque estas bodegas o cuevas, dan a conocer la historia agrícola de
Almudévar, basada en la uva, con el almendro y el olivo y hoy en día además del
trigo y de la cebada, con la alfalfa. Recuerdo que en aquella bodega, excavada en
los cerros que rodean la Villa de Almudévar, son cuatrocientas cincuenta y una
las cuevas que se han abierto, desde la época medieval y están localizadas en
cuatro colinas, a saber:San Martín en Las Coronas, Puyadul, Las Crucetas, donde
se encontraba un Molino de Viento y el Monte Tabor. En esas colinas se
distinguen las puertas de las cuevas, convertidas en bodegas, de las cuales
unas son comunes y otras privadas. La
mitad de tantas bodegas está siendo restaurada con la colaboración de todos los
vecinos. Estos se dan cuenta de la “utilización de la tierra como refugio del
hombre”. Mirándose uno los cerros que defienden de los vientos del Norte, como
Las Crucetas, Masevilla y La Corona, da la impresión de contemplar un enorme
templo natural, que defiende a la Villa del Cierzo y conserva en sus entrañas
el vino y los alimentos, que darán vida a sus habitantes. En el Bodegón de la
familia de los Marqueses de Artasona, han preparado un museo de la tradición
vinícola y agrícola de Almudévar. La producción de vino ha disminuido, pero en
otros tiempos pasados, el vino era el principal licor que animaba en su vida a
los “saputos” o sabios, que habitaban la Villa de Almudévar.
Están esas cuevas, muchas de
ellas, excavadas en la roca, consiguiendo las mejores condiciones de
temperatura y humedad, para conseguir un
buen vino.
Estas bodegas sirven para la
transformación de la uva en vino, con la transformación y el almacenamiento del
mismo en los toneles.
El aspecto exterior de las
bodegas es, casi siempre el de unas cuevas, pero hay muchas que en el exterior
de ellas elevan alguna pequeña construcción
y reservan para el interior lagares o cubos, destinados a pisar la uva,
cuyo mosto se introduce en un pequeño pozo. Se introduce más tarde en toneles
de madera.
En este mes de Mayo del año de 2014, en la
tienda de un amigo mío, en Zizur, éste
me ha regalado unas fotografías de las
cuevas o bodegas de Puibolea, pequeño pueblo al pie de la Sierra de Guara, muy
cerca del pueblo de Bolea, de donde vienen los Abarca de Bolea, que pasaron a
ser Condes de Aranda. El escudo de los Abarca esta en Huesca y en Navarra, en
el monumento que se alza al lado de la
Plaza Principal de Pamplona.
Este navarro tiene un interés por
la vida de los vecinos pueblos de Navarra y de Aragón y me ha pasado delante de
mis ojos, unas fotografías de las quince cuevas o bodegas, excavadas en la
parte alta del tozal o cerro, que corona Puibolea.
En lugar de salir por aquellas
puertas de ladrillo, algún brujo o bruja, una joven mujer inteligente le
explicó detalles de aquellas bodegas, que ya casi todas ellas, se encuentran en
estado de ruinas. Esta joven y culta mujer, estudió en el Colegio de Santa Ana
de Huesca y fue compañera de mi hija Elena, que está de doctora en un Hospital,
mientras su amiga vive en lo alto de Puibolea, soñando renovar aquellas
curiosas cuevas ,en bodegas, que recuerden el pasado y sirva para adivinar el
futuro de los hombres.
Esas cuevas tendrían desde unos
seis metros de profundidad y veinte las más alargadas. Su bóveda está sostenida
por arcadas de ladrillo, que recuerdan la arquitectura de los moriscos. Son
obras de la Edad Media, pero no creo que los moros se preocuparan del
vino, prohibido por el Profeta Mahoma.
Pero todavía vivieron en esa zona de Puibolea hasta el año de mil seiscientos
diez, en que cultivaban el arte mudéjar, en iglesias y en obras civiles, como
la bodegas de Puibolea. En la entrada de
una de esas bodegas, se encuentra un portal de ladrillo con la forma árabe de un
arco mudéjar, que recuerda al visitante la lucha y la colaboración entre
cristianos y musulmanes. También se encontraron huesos de musulmanes en la
Plaza del Castillo de Pamplona.
Hace unos días hablé con un turolense,
que estaba vendiendo verduras en mi pueblo de Siétamo y también salió la
conversación de la existencia de cuevas o bodegas de vino en el pueblo de
Teruel, cerca de Oliete. Me dijo que
desde las alturas, se puede bajar hasta la parte Norte del pueblo de Alacón,
desde donde se puede admirar el trazado de los caminos de las bodegas,que están excavadas en aquella
enorme pared de piedra. En esta ladera Norte del pueblo de Alacón, se cuentan
unas quinientas cuevas o bodegas .Es un vino como el ambiente en que se
encuentran esas bodegas, dentro de las rocas. Está todo rodeado de tumbas
primitivas, de corrales en que se encerraban ovejas y cabras, dominado por
alturas en que hacen sus nidos los buitres.
En verano el que tiene la
oportunidad de probar el vino de Alacón, lo encuentra fresco y en invierno le
sabe más templado.
Yo creo, amigo mío, que este verano podrías viajar a esta zona de
Alacón, donde te emocionarás, como de niño te emocionabas en el Puente de La
Reina, donde naciste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario