Este es un país de ratas, unas en
el sentido estrictamente zoológico y otras en el sentido figurado de
depredadoras de bienes materiales, culturales e, incluso, espirituales. Los
ratones son más bien traviesos, hacen males, pero menores y son más simpáticos,
encargándose los gatos de tenerlos a raya. Digo que son menos peligrosos que
las ratas porque me he enterado que, en los órganos de nuestras iglesias, son
éstas las que los destruyen afilando sus dientes en las trompetas que, por ser
de una aleación de estaño y plomo, constituyen para ellas un elemento ideal
para mantener sus dientes en debidas proporciones. Hay en los órganos unos
componentes que se llaman secretos y como su nombre indica, es muy difícil tener
acceso a ellos, pero para las ratas no hay secretos; tienen la habilidad de
penetrar en los lugares más recónditos, donde anidan sin que nadie las moleste.
Las badanas que ajustan las válvulas, después de bien roídas, les sirven para
preparar la cama a sus crías. Son refinadas estas “señoras” en
sus gustos, deterioran los materiales más nobles y les gusta el olor a cuero
viejo, que con tanto cariño abatanaban los antiguos artesanos, no los actuales,
porque ahora, para conseguir badana para órganos, hay que pedirla a Alemania. Si los alemanes tuvieran estos
órganos, ya que ellos perdieron casi todos los suyos durante la Guerra Mundial,
los tendrían custodiados con más esmero. Nosotros, aparte de las ratas
humanas que venden los tubos a los chatarreros, adoptamos una postura ratonil,
inconsciente, como la de los ratones de dibujos animados. Convendría que
nuestras cabezas superaran esa mentalidad de roedores mayores o menores y se
pusieran a la altura de los habitantes de Pertusa que pagaron, cada uno, un
tubo de órgano, demostrando el amor a sus cosas, de tal manera que muchos
lloraron al oírlo sonar, después de muchos años de silencio. No olviden que el
raticida es más barato que comprar tubos.
viernes, 30 de junio de 2017
martes, 27 de junio de 2017
En la Playa de Comarruga
Estando sentado a fines del mes
de Septiembre, ante un bello paisaje, iluminado por el Sol, que casi abrasa la
piel de los que pasean sobre la arena de la Playa, ante mis ojos, se elevan hacia las alturas cinco “ramos”
vegetales de palmeras, cuyas palmas
se mueven por el aire suave del mar. Ante mis ojos se elevan hacia el
cielo cinco “ramos” de palmeras, cuyas hojas que forman los “ramos”, que con sus suaves movimientos,
parecen conversar entre ellas, sobre el agua de la Playa, sobre el juego de los
niños, sobre las gaviotas, que por encima de ellas, vuelan por el aire. Debajo de las gaviotas, que vuelan altas, un
elevado pino da sombra a un grupo de hombres mayores, ya jubilados, que esperan
a otros, para jugar a la Petanca. Entre un grupo y otro
de palmeras, buscan su sombra, para
hacer sus juegos de niños, como columpios, pistas de patines, que divierten a
los niños y a las niñas.
El paisaje entre los que estamos
sentados en unas butacas, observando las playas, el color amarillo de la
arena, que al final es bella, se agrupan personas sentadas o tumbadas, en sus
hamacas, junto al agua azul del Mar Mediterráneo, donde llegan en continuo
correr del tiempo, olas de blanca espuma, que se diluyen en la playa. Se
desplazan las blancas espumas por la arena amarilla y dejan detrás de ellas ,
unas olas de un color azul intenso, que se alejan del horizonte, formando una
larga raya de su color azul, que se pierde en un cielo, también azul, de
más claridad que el del mar.
Por la raya final de las aguas
del mar, navega flotando un barco, que sube del Sur al Norte. Su obscura figura
limita el oscuro horizonte marino, que, de repente se encuentra con el color
amarillo de la playa.
En ella hay personas mayores que
toman el calor del Sol y el fresco de las próximas olas espumosas, que vienen
de lejos y se destruyen cerca de ellos. Estas personas que pretenden recoger
del Mar, su sentido de paz y de unión con la tierra.
Los niños son felices, ante el
contraste del color del cielo con el mar y de éste con la arena del mismo mar.
Y cuando la Tierra va a
convertirse en terreno urbano, las palmeras asoman sus hojas hacia afuera del
tronco y estos troncos, con los restos de sus primeras hojas y sus fibras, ya secas por el tiempo, impiden a los niños
subirse a sus copas.
De vez en cuando, sienten los
ojos la curiosidad, de ver que por las aguas van navegando los barcos y por el aire vuelan las
gaviotas.
sábado, 24 de junio de 2017
Onofre Almodóvar o Almudévar y después Almudéver
Escudo de la Villa de Almudévar. |
Escudo casa Almudévar (Sietamo). |
La Villa de Almudévar,
conquistada por los cristianos a los moros, para entrar a dominar y conquistar
Zaragoza, se llamaba antes de la invasión de los árabes, Burtina, nombre vasco
–ibérico. Parece ser que los moros la llamaban Almodóbar, que significa El Redondo o La Redonda. Se ha mantenido su condición de La Redonda,
con la edificación encima del tozal de La Corona, de la iglesia donde se aposenta la Virgen, que hace rimar la
redonda corona de tierra del tozal, con la corona, también redonda, que le
colocaron sobre su cabeza, los hijos de Almudévar. Al ser derrotados los moros
por los cristianos, éstos honraron a la Virgen, identificando su nombre y su
corona con el del tozal, en que edificaron su iglesia.
En una Cruzada promovida en
Toulouse y apoyada por el vasallo del Rey de Aragón, Vizconde de Pau y Señor
del Bearn, a donde se asciende por las
Cinco Villas, entre otros pueblos por Luesia, fundado por un Vizconde del Bearn,
por Sos del Rey Católico, por Sigüés y por el pueblo navarro de Burgui. Roma
convocó la Cruzada y se reunieron en Ayerbe, voluntarios del Bearn, de Vizcaya, de Alava, de Navarra y de la
Montaña aragonesa, y conquistaron Almudévar, para llegar después a Zaragoza.
En un escrito, pone que Onofre Almodóvar o Almudévar, fue,
según lo alaba Polo en el “Canto del Turia”, un poeta valenciano. Fue impresor, que se dedicó a imprimir
numerosas obras en valenciano, que él amaba con un fervor enorme y en
castellano, lengua en la que escribía con arte. En la BIBLIOTECA VALENCIANA el “Libro
Tercero de la ínclita y Coronada Ciudad de Valencia y de su Reyno: copilada por
Martín de Vicyana, natural de la Villa de Burriana”, pone que en aquellos
tiempos fue “impreso con Licencia de la Sancta Ynquisición”. Al principio del
libro, está escrito: “Onofre Almudévar en alabanzas de toda la crónica a modo
de epílogo”. Y a continuación sale su famoso soneto, que así dice: “Soneto”:
“Armas, hechos, linajes y edificios-de muchos aun presentes y pasados,- de nuestros
y de extraños memorados- las paces, disensiones,
y bollicios.-Los grados, dignidades, los oficios-como, cuando y por quien
fueron fundados-los tiempos, las mudanzas recontados- vereys sin que verdad
salga de quicios.-Dexen pues la lición de historia vana-frecuenten los lectores
tal historia- y alaben nuestra patria Valenciana.-Laureen al auctor de fama y
gloria-pues la verdad desenterró Vicyana- de cosas tanto dignas de memoria”.
El nombre de Almodóvar, era el que le pusieron los moros a
la población de Burtina. Almodóvar, que significa Redondo, de donde sale La
Corona Redonda, que es una corona redonda geológica, sobre la que se asienta la iglesia
de la Virgen de la Corona. Existe en España el apellido Almodóbar, que entre
otros posee un gran creador de cine, pero lo posible es que dicho apellido
derivase de la Villa moruna de Almodóvar, y que los que de tal forma se llaman,
fueran moros huidos de dicha población, cuando
fue conquistada por el rey Alfonso el Batallador. Pero en aquella confusión
lingüística, aparece en una Biblioteca Valenciana, el apellido de Almodóvar en
el escritor Onofre y otras veces el Almudévar y el Almudéver.
En aquel complicado mundo por las diversas lenguas
que se hablaban en el Reino de Aragón, a saber el árabe, el vasco- aquitano, las
diversas formas de aragonés, como el ribagorzano, el lemusín y el castellano, pone una crítica en la “Biblioteca Valenciana
de los Escritores”, sobre los tres apellidos con los que se conocía a ONOFRE
ALMODOVAR, y así se expresa en la página 124: “Onofre Almodóvar”, en la
epístola proemial de su obra: “Instrucción para saber devotamente oír Misa”,
que cita Ximeno, se llama ALMUDÉVAR, de cuya epístola consta que imprimió
también algunas Obras de N. Arcis Vynoles, y de muchos otros doctos
valencianos……Ximeno, tomo I, pág.158, col.2, le llama malamente ALMODÓVAR, siendo
así que en el prólogo que hizo a “Lo Sompni de Joan Joan, y la Brama dels
llauradors” de Jaime Gazul, que reimprimió en Valencia 1561…se llama ALMUDÉVER”…
“A Onofre Almudévar lo menciona
Timoneda en su “Sarao de Amor” y Gil Polo, en su Canto de Turia, dice con estas
palabras: Aquel a quien de derecho le es debido-por su destreza un hombre señalado,-
de mis sagradas Nymphas conocido,- de todos mis pastores alabado,- hará un
metro sublime y escogido,-entre los más perfectos estimado:-éste será
Almudévar, cuyo vuelo- ha de llegar hasta el supremo cielo”.
ONOFRE ALMUDÉVAR es muy digno de
alabanza, no sólo por las obras propias que dio a luz, si no también por las ajenas
que renovó, como las de Roig impresas en Valencia en 1561, con el elogio en
verso que ya produjimos, y el “Procés de les Olives”, y “Sompni de Joan Joan”, etc.
“En la misma Ciudad y año: precede un modesto prefacio, que por contener
curiosas noticias y elogios de muchos Poetas Lemosines celebrados por Polo, lo
pondremos aquí”.
Si, debo poner pequeñas partes de sus obras, unas en valenciano,
como ya he puesto un soneto en
castellano. En la página 125 de la” BIBLIOTECA VALENCIANA de los escritores”,
obra de Justo Pastor, pone ONOFRE ALMUDÉVER al Lector, un escrito, que entre otras cosas dice: ”Per hon vos exorte,
y tant quant puch encarregue, que torneu sobre vosaltres, y respongan per la
vostra honra en no dexar perdre los obres de tant celebres Autors, sino que
renovantles, mostreu a les nacions stranyes la capacitat de les persones, la
facundia de la llengua, y les coses
altes que en ella están escrites: majorment queus deveu lloar de dos coses: que
ella es en sí tan delicada, que aba facilitat se gira y apren quansevol de les
altres, y ella de poschs es compresa, sen lo que mes importa, que per la sanctedat
del vostre benaventurat compatriota Sanct Vicennt Ferrer, fonch decretada en
tal manera, que la estengué per les parts llonginques y remotes, predicnat a
estranyes nacions, y de totos clarament ab ella fonch entes”…….San Vicente
Ferrer dice Onofre que predicaba en extrañas naciones y en pueblos lejanos,
como en pueblos más cercanos, pertenecientes, como Valencia, al Reino de
Aragón, por ejemplo en Graus, donde el
Santo dejó un Cristo, que todavía se venera con gran devoción por los
grausinos. San Vicente Ferrer predicaba
en valenciano, pero los que lo escuchaban, sólo entendían algo de lo que
expresaba, que sin embargo, los llenaba de fe. En Graus concretamente hablaban
y todavía lo hacen en el idioma ribagorzano, que aunque se parezca, no es
catalán. Como el valenciano, según he oído a muchos hijos de Valencia, tampoco
lo es. Me acuerdo de contemplar en Huesca, la televisión valenciana y cuando
iba a explicar el tiempo que iba a hacer, lo anunciaba con un cartel, que
decía: “L’Orache”, que en Huesca lo pronuncian de esta forma y en
Cataluña, me dijeron que casi no se
usaba tal palabra, pero en mi pueblo de Siétamo, a doce kilómetros de Huesca,
la gente se decía: “¡ Qué mal orache va a fer!”. Al acabar el escrito en
valenciano, Onofre, saluda a sus
lectores con la palabra VALE, que quiere decir
que gocen de buena salud. “Don Juan Antonio Mayans, Canónigo de
Valencia, sujeto literato, en varias ocasiones aseguró llamarse Almudéver
nuestro autor, y si la última e , la mudó en a, en la referida epístola, sólo
fue por querer castellanizar el apellido”. Pero Don Juan Antonio Mayans se
equivocaba, porque los antepasados de
Onofre, venían del Bearn y tenía parientes en Zaragoza. Además amaba a
la lengua valenciana, relacionada con el lemosín que de Francia llegó y
enriqueció el valenciano. A su antepasado que seguramente venía también del
Bearn, lo nombró el Rey Bayle de Almudévar, al Vizconde del Bearn lo nombró
Señor de Zaragoza y Onofre, con su lengua se
encontraría feliz y contento en Valencia. Los valencianos al pronunciar el
apellido Almudévar, cambiarían la a, en e, como les ocurría con palabras
valencianas como “obres”, que era como pronunciaban la palabra obras y con el
apellido Sorribas, que en Huesca pronunciaban de esta forma y en Cataluña, lo
transforman en Sorribes. No tenía Onofre
ganas de castellanizar el origen de su apellido, cambiando la a, por una e; la cambiaban cuando
pronunciaban el apellido Almudévar, que se convertía en Almudéver, que siguen
siendo el mismo apellido, como lo es también el de Almodóvar. En el libro
valenciano “Notas al canto del Turia”, dice en la página “162.,l.3,(1)
ALMUDÉVAR (ONOFRE). Este Poeta fue contemporáneo de Polo. (1) Llámase Almudéver y Almudévar indistintamente”. Esta
afirmación está hecha por un valenciano.
Los cristianos llamaban Almudévar al antiguo pueblo de
Almodóvar y el Rey, al nombrar Baile al
parecer a un caballero del Bearn, le dio el nombre del pueblo, del que lo hacía
Baile. ¿Por qué supongo que mi antepasado en nuestro apellido, aplicado por el
Rey de la Villa de Almudévar, tuviese sentimientos españoles, tomando la
iniciativa en la conquista de Almudévar y de Zaragoza?; tanto es así que en
Zaragoza nombró el Rey de Aragón al Vizconde o Señor del Bearn, Señor de la
Ciudad conquistada. Miembros de la familia del Bearn, fundaron en la Provincia
el pueblo de Biel, en el camino que desde el Bearn baja a Zaragoza y del pueblo
de Buil, con uno de sus apellidos. Pusieron de Bayle en Almudévar a un
seguramente bearnés, que se nombra en la Infanzonía de los Almudévar, y de
Zaragoza nombraron Señor a Gastón IV del Bearn. Conquistaron Zaragoza el año
1.118 y tardaron por otras causas en apoderarse de Valencia, hasta el año 1238.
Parece ser que hay relación entre el habla que usaban aquellos bearneses con el
lemosín y la “fabla”, aragonesa en la que todavía escriben en la revista de
Almudévar, alguno de sus hijos. Yo puedo hablar un poco en “Fabla aragonesa” y
tengo un libro publicado en dicha “fabla”, que se titula “Beyendo chirar o
sol”, pero no sé nada de si el lemosín influyó en la formación del valenciano;
sólo sé que en la página 423, en la que pone:”Almudévar es muy digno de
alabanza, no sólo por las obras propias que dio a luz, sino también por las
ajenas que renovó, como las de Roig, impresas en Valencia en 1561, con el
elogio en verso que ya produximos, y el Procés de les Olives, y Sempre Joan
Joan, en la misma ciudad y año, a que precede una discreta prefacción, que por
contener curiosas noticias y elogios de muchos POETAS LEMOSINES, celebrados por Polo, lo pondremos aquí”. Pero entonces
parece que el tiempo corría muy poco, pues de la misma forma, que en Ayerbe se
unieron las tropas del Bearn, para seguir la llamada del Papa, para conquistar
Almudévar, Zuera y Zaragoza, cuando se conquistó Valencia, también acudieron
los bearneses.
Yo no sé valenciano, pero me parece que debe
existir también algo común a lo largo de la Edad Media, entre el Lemosín y el Valenciano,
aunque haya “poca filiación filológica entre el limosín” y la lengua de
Valencia. Alguien define la lengua lemosina como: un dialecto de la lengua de
Occitania”. En el libro de “La Diana enamorada”, escrito por Gaspar Gil Polo,
pone “En los pasajes que se han puesto en Lemosín, se hallará alguna diversidad
en la ortografía, nacida de las mismas que hay en las varias ediciones y copias
de que nos hemos salido y alguna vez se
ha puesto ñ por ny, que en Valenciano tiene una misma pronunciación”. Por este
comentario se adivina que al Valenciano
empezaron a llamarlo Lemosín. Y no es extraño, por tanto que Onofre Almudévar,
conservara un recuerdo lejano en el
tiempo, del Bearn, porque se ve la continuidad de los Bearneses en Huesca, en
Zaragoza y en Valencia. Zaragoza fue conquistada en 1118 y Valencia en 1238. La
familia de Onofre subiría al Bearn con frecuencia o pasaría temporadas en
alguno de los pueblos que habían fundado los bearneses; no se sabe, pero en la
Biblioteca del autor Gregorio Mayans se lee que un hermano de Onofre Almudévar,
que tenía una profesión en relación con la construcción, vivía en Zaragoza.
En 1238, ¿acudiría el padre de
Onofre a conquistar Valencia?. Es de suponer que se acercaría al cerco desde
Zaragoza, pero es posible que viviera en algún pueblo valenciano,como Manises
conquistado por los cristianos antes que
Valencia, pues se sabe que El Vizconde del Bearn parece ser que fundó tres
pueblos, también en el que sería pueblo valenciano, como los había fundado en
Aragón. Manises era una alquería mora y en 1238 fue donado a Artal de Luna,que
lo vendió en 1307 a Pere Boil o Buil, que venía del Bearn y se convirtió en la
Baronía de Manises. Este Boiñ o Buil, había fundado en la actual provincia de
Huesca, el pueblo de BUIL. Pasaron muchos años desde que los voluntarios que
iban a conquistar Zaragoza, se reuniesen en Ayerbe, el año 1118, hasta que
volvieron a hacerlo en Valencia el año
1238, donde se unieron aragoneses,
catalanes, navarros, occitanos e incluso ingleses.
Allí se quedaría a vivir y
nacería Onofre, que amaba la historia de Valencia, primero por haberla vivido. Este
amor le llevó a escribir el siguiente soneto: ”El lustre de linajes
escogidos-de la ciudad y reyno de Valencia-su antigua prosapia y descendencia-
al parangón de estraños muy subidos.- Los títulos y nombres conocidos-por
hechos de grandísima excelencia-la renta, y vasallos, la eminencia-injusta era tenerlos
escondidos-Vicyama sin que más aquí lo alabe-por tu milicia antigua ha
descubierto-estos indicios do sacan tall tesoro.- Ilustrísimo Duque pues os
cabe ser uno-y principal deste concierto-de quilates que por Vos suba a
tesoro”.
En la página 419 de “Notas al
Canto del Turia”, vuelvo a repetir lo
siguiente:”Pag.162.l.3.(1) ALMUDÉVAR (ONOFRE). Este Poeta fue contemporáneo de
POLO”. En el bajo de la hoja, pone “Llamase Almudévar y Almudéver
indistintamente”.
Queda claro que los apellidos Almodóvar, Almudévar y
Almudéver son el mismo sobrenombre. La forma valenciana Almudéver es muy
frecuente en Valencia, de donde se extendió por las Islas Canarias, por Francia
y por otros muchos países. El apellido Almudévar lo llevan varios ciudadanos
canadienses. Yo tuve un escudo de Almudéver, que perdí y recuerdo que era casi
igual al del pueblo de ALMUDEVAR, como el escudo del apellido que se extendió
por Aragón y que se exhibe en Siétamo sobre la puerta de mi casa.
Para recordar estos acontecimientos históricos, podían subir
por Zaragoza,Almudeveres y Almudévares, por Almudévar y siguiendo el Canal, por Sos del Rey Católico, por Biel , por
Sigüés y por el pueblo navarro de Burgui, al solar del Bearn, que tanto influyó
en la formación del Reino de Aragón y de Valencia,
viernes, 23 de junio de 2017
Toros, caballos y hombres
Ahora la península ibérica está
surcada por autopistas, vías de ferrocarril y por ellas circulan los bienes de
consumo, que parecen apagar en los corazones de los españoles, aquel sentimiento
lírico, que en ellos se refugiaba, al contemplar aquellos toros en plena
Naturaleza, como una fuerza bruta no consciente, inspirados por impulsos
cósmicos y elementales, pero de un origen cósmico. El poeta Rafael Morales, le escribía al toro “Odio, rencor, amor desordenado, - te crecen
procelosos por las venas”. Gerardo Diego presenta a Rafael Morales,
escribiendo: “Aquí está Rafael Morales,-
morando en los andurriales- de su verso turbulento,- mientras que repasa el
viento –lecciones primaverales”. Si, así
estaban los andurriales de Talavera, en aquellos primitivos tiempos, pero no
sólo los andurriales de la vera del río Tajo,
sino todos los campos ibéricos, por los que andaban con sus elevadas astas los toros acompañados
por sus vacas, sesteando debajo de las oscuras encinas. Los íberos molían las
bellotas y comían la carne de aquellos animales bravos, que los convirtieron en
espíritus toreros, que “sonreían y cantaban a la muerte”. Desde Navarra, Aragón
hasta Andalucía y Extremadura se pueden contemplar esos animales, símbolos de
la fuerza, que en otros tiempos han sido
devotamente venerados en aquellos cultos paganos.
Numerosos poetas han escrito del
toro en el campo, desde los clásicos, como Virgilo y Lucano, una de cuyas
poesías tradujo Jáuregui, en que habla del toro, que “experimenta el cuerno en
tronco o rama,- y orgullo vencedor hierve en sus venas”.Espronceda con su
extraordinaria vena poética, escribe: ”¡Visteis el toro que celoso brama,-la
cola ondea sacudida al viento,-que el polvo en torno levantado inflama-envuelto
en nube de valioso acento!..José María de Cossio dice: ”Si, el bramar de los
toros en la noche tiene un sombrío prestigio, la ronca voz de las bestias se
convierte para el poeta en una fuerza más de la Naturaleza, misteriosa y
enérgica”. Todo lo que he escrito sobre los toros puede ser una reflexión
sobre un tema taúrico, más que taurino.
Pero la poesía de la muerte de un
toro viejo, me hace recordar la muerte de tantos buenos vaqueros, que
intervinieron en crear lo Taurino. Es que
la vida taurina tan independiente, siempre dependió no sólo del hombre
sino de éste unido al caballo, para evitar la entrada de los toros en los
sembrados y trasladarlos de un encinar a otro. Ya lo dijo Domingo Ortega: ”el
primer hombre que se montó en un caballo para apartar los toros en los campos
tuvo, necesariamente, que ir hacia delante echado ligeramente sobre el cuello
del caballo”. El toro es de tal forma
fiero, que solamente impera su cabeza, de modo que el hombre se tuvo que montar
en el caballo” para, evitar su propia
muerte y derribar su dolor y su fiereza,
propia solamente de las astas que surgen de su testa”.
El poeta Rafael Morales canta al
vaquero muerto por un toro ceniciento, con estos versos: ”Has de llorar, ¡oh
toro!, en la ribera-del suspirado río,-que en una noche
lívida de estío-se llevó al mayoral que te quisiera”.
El hombre tiene buenos
sentimientos y se ha acercado siempre al toro y al caballo, pero en éste
encontró un buen amigo, que incluso se prestó a colaborar con él en la creación del arte. Caballo y caballero, se acercan al toro
y lo torean con elegantes trotes y provocaciones y huidas, que alegran los
corazones de los hombres que los miran.
La unión del hombre y el caballo,
no fue la primera vez que se realizó, porque en la mitología pagana, llegaron a
fundirse en un solo ser el hombre y el caballo, para crear el centauro. El
ardor del toro parece que hubiera sido más fácilmente derrotado por el centauro
porque si el centauro era un mito, el toro tiene “un trueno congelado en su
cabeza-que coronan dos rayos afligidos-dos rayos silenciosos, detenidos- por la
muerte que puebla su fiereza.” Pero el hombre ha tenido dificultades para
evitar las luchas crueles, por un lado entre los mismos toros “que rotundas las
cabezas, como rocas,- se acometen tronando, retumbando- en el ciego corazón de
los aires” y ha creado el picador, del que Rafael Morales dice:” No cesas de
empujar, tu sangre brota- poderosa y febril, activa, fiera,- mientras gime la
puya casi rota”. Y sigue el hombre buscando en el mismo toro un colaborador en
su trato con los bravos, por medio de los “mansos”, pero para ello tiene que castrarlos y a pesar de su ayuda,
ha de luchar con los toros hasta la muerte. Los picadores no suelen dar tan
bellas escenas como los rejoneadores.
Porque el hombre impulsado por el
arte y el caballo por su gran nobleza, no quisieron eliminar al toro con violencia, sino con
arte, formando un baile de rejoneo, en que el caballo se acerca y se sale del
alcance de las dos puyas sangrientas del
astado y el rejoneador se
inclina, se alza y acomete, se para montado en su caballo, delante del toro y
retrocede dando la cara al enemigo y lo desafía con sus banderillas,
llenando de color el ruedo de la plaza y hiere con su rejón al toro, que con
este sangriento baile sufre menos que cuando lo separan de la majada, para
transportarlo en el ferrocarril al lugar de su sacrificio.
Algunos protestan contra la tauromaquia, que tiene grandes
escenas unas veces y otras penosas, que el hombre debe eliminar, pero nunca debe eliminar el arte y para
ello es preciso que dicho hombre asista
al espectáculo de los toros, porque así se dará cuenta de que es imposible evitar el lamento
poético, que hizo un poeta, castellano antiguo, cuando escribió;
“Ay, cuanto de dolor- está presente- al infante valiente, a hombres y caballos
–juntamente”.
miércoles, 21 de junio de 2017
A Don Antonio Porta Labata
Ya son varias las ocasiones en que me encuentro a Don Antonio Porta en
una churrería, comprando chocolate con churros, para dar el desayuno a sus
nietos. Hablé con él y me acabé de dar cuenta de que es un hombre al que es
preciso ponerle delante el título de Don. Si, porque Don, en su origen latino quiere decir "dominus" o señor y ahora que ya se está perdiendo el uso del Don, hay que reconocer que es más necesario que nunca. No sólo es señor por que en medio del trabajo que le dan sus empresas, él se acuerda de sus nietos, de unos niños a los que ama, por que vienen de él y de su esposa, hija de Barraca, nacida en Santa
Eulalia de Gállego. Sí, se acuerda de los niños, ahora que tiene nietos, pero
se ha acordado siempre de las personas mayores, porque nunca ha podido estar
parado en este mundo, sino trabajando en múltiples actividades y cuando se le
ocurría alguna iniciativa, no decía:
“voy a hacer”, sino “vamos a hacer”. El
se acordaba de los hijos de los entonces poseedores de un buen patrimonio de
tierra, que a sus hijos no les buscaban trabajo, pero él en aquella empresa de
Piensos Porta, buscó trabajo para ¿miles? de
personas, “hombres y mujeres juntamente”. El ponía su apellido delante de la empresa, pero a su lado trabajaban multitud de
personas, por las que luchaba para conseguir su bien y no sólo el suyo, porque
a él le basta con poco para ser feliz, ya que viendo a un hijo suyo arreglar un
coche o repartiendo chocolate entre sus nietos es la persona más feliz del
mundo. El nació en el pequeño pueblo, próximo a Huesca, de Lascasas y se acuerda de mamar en las
ubres de una cabra, a la que cogía cuando volvía de pacer con el ganado, pero
no ha abandonado tan rústicas aficiones,
porque todavía cultiva tierras, a
las que riega y se preocupa de ellas, hoy día que el campo está tan abandonado. Hoy parece que está retirado del
trabajo y no es cierto, porque se
preocupaba de la empresa Orusa y de la economía no sólo de ella, sino de la de
Aragón y aunque siempre sonríe, sufre cuando ve los peligros por los que pasa,
la economía de nuestra tierra.
Aquí en Aragón, no nos acordamos de los hombres que han
hecho méritos y conseguido el progreso de su tierra, pero a él no le preocupa
esa circunstancia, sino que piensa en el bien de los aragoneses, en sus
estudios, en sus trabajos y en su porvenir. ¡Ojalá surjan en Aragón muchos
patronos como Don Antonio Porta Labata!.
Ya falleció Don Antonio, pero su recuerdo quedará para siempre.
lunes, 19 de junio de 2017
En el pórtico de “Sainte Marie”, aguantan dos presos, el peso del Bearn
El jueves, 27 de Agosto de 2015,
subimos con mi esposa, mi hija y mi yerno Santiago, al Bearn, que se unió con el antiguo Reino de Aragón, en la lucha
contra la invasión musulmana. Se recuerda en el Bearn, la antigua unión guerrera entre este País y
Aragón, que participó en la formación
del antiguo Reino de Aragón, conquistando la Villa de Almudévar, de Zaragoza y más tarde del Reino de Valencia.
Yo sentía en mi corazón, el ser descendiente
del Bearn, pero con el apellido Almudévar, que recibió mi antepasado, cuando lo
nombraron Bayle o Alcalde de Almudévar, después de participar en su conquista. Mi deseo de conocer la tierra
de la que yo provenía, ya lo tenía casi abandonado, porque ya había acabado con
la posesión del Carnet de Conducir, pero mi yerno Santiago, se ofreció a llevarme a Oloron y yo muy
agradecido, me dejé llevar.
Al llegar a Oloron, nuestro
primer propósito, fue el de visitar el templo de “Sainte Marie” de Oloron. Y al llegar al
pórtico, me llenó de emoción el contemplar un doble arco, por el que se entraba
en el templo. La base de este doble arco era una escultura tallada, de dos
hombres, musulmanes, que apoyaban sus espaldas una contra otra y sus pies en la
base central de ambos arcos. Con sus espaldas sostenían la base superior del
doble arco, ayudando con sus manos, sus espaldas y sus cuellos. Alrededor de su
cintura, estaban sujetos por una fuerte cadena, que bajaba hasta el suelo.
Sacaban una cara de sacrificio, con su boca buscando aire para poder respirar,
ante un esfuerzo tan terrible. ¡Qué crueldad mostraba esa figura, para con dos
hombres, sometidos a tal esfuerzo por los cristianos!. Pero las guerras han sido siempre crueles y
antihumanas, como se ve en éste pórtico de “Sainte Marie de Oloron” y en la muerte causada a Gaston IV en el Sur
de España, por los moros, al que después de muerto, le exhibieron su cabeza
como una gloria de triunfo. Los cristianos pidieron a los moros el cadáver del Vizconde Gastón, que devolvieron tras el
pago de una gran cantidad de dinero. Este cadáver está enterrado en la Basílica
del Pilar de Zaragoza. En el Museo se encuentra el olifante de caza de Gastón de Bearn, que es
un instrumento de viento, tallado en un
colmillo de elefante y con el que
soplaban los caballeros medievales, en sus salidas de caza. En el Museo del
Pilar se puede contemplar el olifante de Gastón de Bearn.
Las guerras son la Historia de
los habitantes del mundo y el Bearn, en la cara Sur de los Pirineos, y en ellas
fue un protagonista heroico Gastón su vizconde. Es preciso destacar la
“Biografía de Gastón IV Le Croisé o el Cruzado (1090-1131),”que fit construire la
cathédrale Sainte-Marie”,según
está escrito en el libro que compré en dicha catedral y titulado “L´ art roman à
Oloron-Sainte Marie, de J. Paradies y C. Roux. La muerte de Gaston IV en 1.131,
no se había acabado totalmente la iglesia de Sainte Marie.
“Ce qui rendit Gaston IV, celebre, ce fut sa glorieuse participation a la grande croisade des Chevaliers, prechée par le pape Urbain II,
et commandée par Godefroy de Bouillon”, como pone en el libro de Pardies y
Roux, es decir que fue gloriosa la participación de Gaston IV, en la Cruzada de
los Caballeros, convocada por el Papa Urbano II.
Gaston IV demostró en Jerusalén
tener un genio militar de gran categoría
porque “A Jerusalem il prit part a
l’assaut final des remparts en utilisant astuciesement des tours roulantes”, es decir
que en Jerusalén, asaltó la ciudad, usando torres corredoras.
Cuando el 15 de Julio de 1099, una
vez tomada la ciudad de Jerusalén, después de cuarenta días de asalto, impidió
la matanza de la población refugiada en el Templo de Salomón, “en la mettant
magnanimement sous la protection des
ètendards Bèarnais, devenus glorieux et respectés”. Pero las guerras son la
guerras y los autores del libro francés reconocen, que “los cruzados masacraron
a 70.000 personas, que se habían refugiado en Al aqsa”.
Debe Europa buscar la paz con los
numerosos musulmanes que están poblando, como refugiados sus territorios. Los que gobiernan El Bearn ya se acuerdan de
las torres rodantes, que dominaron Jerusalén, para reconstruir el ferrocarril
de España a Francia, para que circule el
rodante tren canfranero. Y los hechos
colaboran con las ideas, porque al pasar, cuando mi ambiényerno Santiago me
llevó al Bearn, el día 20 de Agosto de este año de 2015, estaba un
equipo de técnicos y de trabajadores, renovando la vieja Vía férrea, que quedó
cortada hace ya muchos años. No resucita Gastón IV, pero sus pensamientos se han
transmitido a las mentes y a los corazones de los bearneses actuales. Ya se
preocupó Gastón IV del paso de los peregrinos de Santiago de Compostela,
haciendo una guía del peregrino, recomendando el paso de los peregrinos a
Santiago por el puerto de Aspe (Col de Samport), que reconocía mejor paso que
por el col de Roncevaux. Pero en invierno era más duro el paso por el Bearn que
por Roncesvalles. Promovió al mismo tempo los hospitales para favorecer el paso
de los peregrinos. Fueron también creados numerosos hospitales para favorecer
el paso, no sólo de los peregrinos, sino
también de los ejércitos y de los nuevos pobladores de la cara Sur de los
Pirineos.
En un monumento de un Parque
Público, cercano al río Aspe, leí varios apellidos de ciudadanos bearneses, que
son también altoaragoneses, como Gabás, Lapetre y Lapetra en el Sur del
Pirineo, Lacoma, Morlan, Lalana o Lalane y me acordé de otros muchos, que
todavía llevan ciudadanos del Norte y del sur de los Pirineos, con apellidos de
mi pueblo de Siétamo , como Larraz, Latre, Labarta…
Los Reyes de Argón Pedro I,
conquistador de Huesca en 1096 y Alfonso I el Batallador, que decidió
conquistar Zaragoza, decidió contar con la ayuda de Gaston IV, para asediar la
ciudad juzgada inexpugnable. Pero allí estaba el vizconde francés, que renovó
la táctica, que le había dado tan bien resultado en Jesusalén: ”les tours
mobiles” lanzadas sobre las murallas. Ante tan valiente y técnico hecho, fue
nombrado “Chevalier de l’Ordre de Saint Sauver”.
Llegado el año 1116, Alfonso
preparó las operaciones definitivas para el asedio de Zaragoza y reunió un
fuerte ejército de sus vasallos de ambas vertientes del Pirineo, en Ayerbe, punto
de convergencia de la gran vía romana de Somport y de la que a través de Cinco
Villas, entraba en Navarra. Parece ser que el Papa convocó una Cruzada para
conquistar Zaragoza. Esta ciudad se rindió el 18 de Diciembre de 1118. “El dio
la ciudad en honor a Gastón, conde de Bearn, y también fue heredado en ella el
conde de Alperche”. Volviendo al libro de Pardies y Roux, lo confirma pues
escribe:”Pour recompenser lo viconte, dont la compétence faisait merveille,
Alphonse 1er lui donnna á Saragosse, le quartier Notre-Dame du Pillier; ainsi que la seignerie d´Uncastillo, en Navarre”, hoy en las Cinco
Villas aragonesas. “En el Bearn se encuentran numerosos pueblos con nombres vascos, que siguen apareciendo en
Aragón.Carlomagno,en su regreso de su vuelta por España,con el legendario
Roldán impone a su hijo Louis primero,el Piadoso, como jefe de los vascos,
creando el Ducado de Aquitania. En el siglo noveno, el Duque Vascón Loup III,
hereda el vizcondado del Bearn,creado hacia el año de 840.”
El Vizconde Gastón IV, es
bearnés, pero al mismo tiempo
zaragozano, pues está enterrado en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar y
con su olifante, en el museo.
Recuerda su situación el río
Aspe, que pasa por Oloron y nace sobre
el monte Aspe, que se levanta en Aragón. Y desde este mismo Monte Aspe, baja
hacia el Sur el río Aragón. El río Aspe es más caudaloso que el Aragón, a su paso por Canfranc y las flores con que
adornan sus orillas, reparten una belleza inmensa, en tanto que en Canfranc,
gozando de gran belleza, no es tan
caudaloso el río Aragón y sus floreros en las orillas del Aragón, son muy
bellas , pero no alcanzan la perfección, que logran en el río Aspe, pasando por
Oloron. Y el vizconde bearnés Gastón IV, en sus largas luchas en el Oriente y
en España, no podía olvidar la belleza del Bearn. Se miraba al monte Aspe, situado
en Aragón y veía como las aguas recogidas en él, bajaban unas por el río Aspe,
hacia el Norte y otras por el río Aragón, hacia el Sur, y se acordó del Pilar
de Zaragoza, con Santiago llamando a los peregrinos hacia Santiago de
Compostela, que de Europa pasaban muchos por el Bearn. Se acordaba de que
Alfonso primero de Aragón “lui donna à Saragosse, le quartier Notre-Dame du
Pilier” y pensó en construir “L´Èglise Santa –María”, con sus dos moros
sosteniendo el Pórtico doble de la misma.
El rey contempló el mundo
musulmán poco unido y marchó a Valencia,
saqueando sus campos. Se dedicó a recoger hombres y botín, cruzó las Alpujarras
y llegó a Vélez-Málaga.
Acompañado de muchos mozárabes,
llegó al reino de Aragón, dejando a algunos de ellos en Huesca, donde se dice
que fueron recogidos en la iglesia de San Miguel.
En varias donaciones reales, Gastón
IV recibió el título de “premier Ricombre”. Cuando a los fieles caballeros de
su entorno, se les nombraba “Caballeros de Honor”, a las tierras de Uncastillo
se las calificó de “fors bearnais, que se convirtieron en “los fueros”, A los
hijos de estos caballeros se les nombraba con el título d’infant”, que a los
infantes convirtió en “infanzones”.
En el Escudo de Almudévar,
aparece un gran castillo y unas medidas de trigo, llamadas los “almudes” y en el escudo de los
Almudévar, defienden esos almudes, dos bravos leones. En un escudo de
Almudévar, valenciano, aparecen junto a las Barras de Aragón, unas filas de
trigo segadero. ¡Cómo recordaron los valencianos venidos de Almudévar, el trigo
que antes medían con los “almudes”, instrumentos de medida de cereales, ya no
usada en Valencia.
La continua actividad guerrera de
Gastón IV, le mantenía, casi continuamente ausente del Bearn, no impedía su
interés profundo de los asuntos del vizcondado, porque todo lo que obtenía en
España ,aprovechaba “a su querida vizcondesa del Bearn, ya que ésta dirigía en
su nombre” ayudada por su hijo el futuro vizconde Centulle VI”.
“Durante su permanencia en tierra
bearnesa en 1122,recibió Gastón a su amigo el rey Alfonso I el Batallador,pariente
de su esposa Talèse. El rey hizo una estancia de varios días en Oloron”.
En 1128, “Gaston IV” gracias a
las riquezas recogidas por su expedición por Andalucía, hizo construir la
abadía benedictina de Sauvelade, al lado de uno de los principales caminos de
Santiago de Compostela, que acercaba la Bourgogne a Rocasvalles, por Cluny”.
Gastón IV, llamado por el rey
Alfonso I, guerreó contra los moros, desde 1129 hasta 1131. “Lors de cette derniere croisade, il
fut tué dans une emboscade” desapareciendo de la vida por este ataque de los
moros.
Todo Aragón sintió la muerte de
Gastón IV, desde el rey hasta la sencilla población, celebrando unos grandes
funerales, enterrándolo “sous le porche de la cathedrale de la Seo. Ses operons
et son bel olifant, furent conservés comme de reliques dens le tresor de la
cathedrale”, es decir que su cuerpo, sin
cabeza, fue enterrado en los porches de la Seo.
Sigue hablando el libro francés
de los trovadores de aquella época , que cantaron, algunos piensan que parte de
la “Chanson de Roland”, basados en los altos hechos de armas que realizó en el
vizconde bearnés, “l’un des plus valereureus chevaliers du Moyen- Age”.
Cuando murió Gaston IV, en 1131,
“la decoration de la cathédrale Sainte Marie
n’etait pas terminé”, “pero Centulle VI siguió la obra emprendida por su padre,
ayudada por su madre Talése, que hizo donación a la Abadía de Sauvelade, del
castillo y de los del dominio de Ayerbe”.
Las guerras han hecho sangre en
el mundo y estas mismas guerras nos han hecho olvidar, las anteriores: por
ejemplo, la Guerra de la Independencia entre España y Francia, en 1808, nos ha
hecho olvidar de hombres famosos, habitantes de los Pirineos, Como Gastón IV
del Bearn. Vuelven entre tanto las invasiones africanas de Europa y hacen temer
que se renueven aquellas guerras medievales, como se renuevaan en Siria ,
Palestina, Mesopotamia, etc.
Pero el vizconde Gastón IV,que
fue tan español como francés, encima y debajo de los Montes Pirineos, me hace
soñar con un héroe, cuyas ideas siguen luchando por la unidad europea hispano
francesa. Cuando uno recuerda como rodaban las torres que invadían Jerusalén y
Zaragoza, se imagina como volverán a rodar las ruedas de los trenes y de los
automóviles, atravesando los Pirineos, entre Pau y Oloron y Zaragoza, donde
está enterrado Gastón IV.
El día veinte de Agosto de 2015,
vimos el espíritu de Gastón IV, sobre los trabajadores, cerca de Bedous, que me
pareció ver brillar sobres sus cabezas.
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