José Almudévar Altabás, nacido en
Barluenga, debajo del Monasterio de MONTEARAGÓN, hermano de un sacerdote que dependía
del Monasterio, que celebraba fiestas religiosas por el Somontano. Cuando murió
su hermano, el sacerdote, subió José al Monasterio, a devolver las ropas y
objetos litúrgicos, cargados sobre una burra, al Abad.
Se casó José en Siétamo con Francisca
Escabosa Azara, de una familia llamada AZARA. Esta familia era pariente de los Azara de Barbuñales y Mosen Juan AZARA,
además de pariente, estudió su carrera con loa Azaras de Barbuñales, en la
pequeña Universidad que en Huesca se alza, en la Plaza de la Catedral.
Era grande la amistad de estos Azaras
con el Conde de Aranda, cuyo domicilio más habitado por él, era el Castillo
–Palacio que fue destruido en el año de 1936.
Cuando murió el Conde de Aranda, heredó
su patrimonio el Duque de Hijar; éste de lejanas tierras no conservó la amistad
con los vecinos de Siétamo y el Infanzón José Almudévar Altabás, se vió
despreciado por el Administrador y tuvo que ir a conservar su ganado en la Sierra de Guara, en MASCÚN.
Sierra de Guara |
José Almudévar Altabás, que era el
hermano menor de Casa Almudévar de
Barluenga, procedente de la Villa de Almudévar, se casó con
María Francisca Escabosa Azara de Siétamo. Tuvieron dificultades para
organizar su patrimonio, pues entre otras cosas el hermano de María Francisca
Escabosa Azara, a saber Mateo Escabosa
Azara y su esposa Rosa Sipán, levantaron un pleito, que parece ser acabó de
buena manera, pues en la escritura Apoca de 1776 dice “confesamos haber
recibido de María Francisca de Azara, nuestra Madre y Señora, la cantidad de
doscientas y treinta libras Jaquesas en parte de pago de las trescientas, que
me mandó, y se obligó pagar a mí, dicho Mateo Escabosa en varios plazos,
mediante escritura pública de dotación…….y a más confesamos y otorgamos haber
recibido de nuestra madre los doce “Basos” de Abejas o Colmenas, que por la
misma Escritura de Dotación me mandó y señaló…….Hecho fue lo sobredicho en el
Lugar de Siétamo, a Diez y nueve días al Mes de Diciembre al año contado al
nacimiento del Señor de MIL SETECIENTOS SETENTA y TRES. Siendo a todo ello
presentes por Testigos Don Antonio Los Arcos Cadete del Regimiento de Dragones
del Rey, residente en la ciudad de Huesca, y Antonio Morcate Labrador residente
en el Lugar de Siétamo”. Todavía queda un pequeño olivar, que está tapiado,
donde estaban las colmenas de los Azaras, y se encuentra en la Costera de
Siétamo, subiendo a la Granja de cerdos, que yo levanté.
Se desconoce la fecha exacta en que José
Almudévar Altabás, y Francisca Escabosa
Azara contrajeron matrimonio, pero el hermano
Mateo Escabosa Azara de Francisca con los mismos apellidos, puso un
pleito para recibir un mayor Dote, y en MIL SETECIENTOS SETENTA Y TRES, Mateo,
confiesa haber recibido Doscientas treinta Libras Jaquesas y doce “Basos” de
Abejas y Colmenas.
¡Cómo el Abogado Doctor Don Pascual de
Azara, vecino de la Ciudad de Zaragoza se acuerda de la Casa Azara de Siétamo, para reclamar cien libras Jaquesas, “que me
pertenecen en los Bienes y Herencias de mis difuntos padres y hermanos!”. Pero
¡cómo se acuerda de los agradables bocados que tomaba en Siétamo con la dulce
miel de la Colmena de la Costera y con la canal de los cerdos de cien o más
libras de peso!, cuyo recuerdo le mueve a reclamar “el referido cerdo, que
deberán entregar para la Natividad del Señor del presente año de MIL
SETECIENTOS OCHENTA Y SIETE; y con dicha cantidad recibida,
el referido Zerdo”. Y satisfecho con sus dineros y con la canal de su
cerdo: “Yo dicho Doctor Don Pasqual de Azara, me separo y aparto de
qualesquiere pretensiones que me
pertenecen”.
Los ALMUDÉVAR, que desde el Bearn francés, bajaron a conquistar Zaragoza a los
moros, después de apoderarse de Burtina a la que bautizaron con el nombre árabe
de Almudévar, adoptaron su apellido en la Villa de nombre vasco-íbero de
Burtina, a la que los árabes rebautizaron con el de Almudévar.
Aquellos bearneses de Oloron, de Pau o
de su comarca, vinieron, por la llamada a unas Cruzadas, a conquistar Zaragoza,
que estaba en poder de los moros. En la
Villa de Burtina encontraron una gran
resistencia, pero al fin la conquistaron
y dejaron el paso libre para bajar a Zaragoza. En su marcha hacia Zaragoza, se apoderaron de
Almudévar el año de 1118.en la Edad Media. Uno de aquellos conquistadores
recibió un nuevo apellido y se llamó Almudévar, que en árabe quiere decir La
Redonda. Uno de esos Almudévar fue nombrado como Jefe supremo de Almudévar y de
su familia que desciende toda ella, es decir
todos los Almudévar que estamos
en España y en el Mundo. Unos seguimos con el apellido Almudévar, otros con el
de Almudéver y algunos con el Almodóvar, sobre todo en Valencia.
Roma convocó una Cruzada, convocada en
Toulouse, apoyada por el Rey de Aragón y
por el Vizconde del Bearn. Se reunieron en Ayerbe con voluntarios del Bearn,de
Vizcaya , de Alava, de Navarra y de ka Nontaña aragonesa y conquistaron primero
Almudévar. En estas Cruzadas que llegaron a Valencia, llegaron a esta Ciudad
los Almudévar. En un escrito , pone que Onofre Almudévar o Almodóvar, que según
lo alaba POLO en el “CANTO DEL TURIA”, era un poeta valenciano.Escribió en
valenciano y en castellano. Compuso este soneto : “Armas, hechos, linajes y
edificios- de muchos son presentes y pasados,- de nuestros y de extraños memorados-las paces, disensiones, y bollicios.- Los grados,dignidades, los
oficios-como, cuando y por quien fueron fundados- los tiempos,las mudanzas
recontados – veréis sin que verdad salga de quicios.- Dexen pues la lición de historia vana-frecuenten
los lectores tal historia- y alaben nuestra Patria Valenciana.-Laureen al autor
de fama y gloria- pues la verdad desenterró Vicyana- de cosas tanto dignas de
memoria”.
En Siétamo vivía una familia de AZARAS,
parientes de los de Barbuñales, que tenían una gran amistad con Don Pedro Pablo
Abarca de Bolea, Conde de Aranda (1709- 1789). Que por cierto en Valencia
creaba hermosos mosáicos. Los Azara de Siétamo, unidos al Monasterio de Casbas,
organizaron un acto religioso en el mismo,
del que queda un antiguo documento.
Conservamos el Escudo primitivo de los
Azara, junto al de los Almudévar, tallados ambos en un gran armario, que
conservamos en Casa Almudévar de Siétamo.
Tanto los Azaras de Barbuñales como los
de Siétamo, tenían una gran amistad con Don Pedro Abarca de Bolea, Conde de
Aranda, cuya CASA- PALACIO en que nació, se elevaba en Siétamo, hasta la GUERRA CIVI de
1936. Los Azara de Barbuñales tenían una buena amistad con él y alguno
participó en la política europea, comentando sus intervenciones en ella. Otro fue militar y en el Paraguay cultivó la
biología de sus especies animales. Llegó a ser uno de los mejores Naturalistas
europeos. Otro hermano fue Arzobispo en Barcelona y otro canónigo en la
Catedral de Huesca. La única hermana de los Azara, se casó con un noble de
Graus, cuya casa ocupa un puesto entre las bellezas de una hermosa plaza. El
hermano Canónigo de Huesca, viajaba con mucha frecuencia entre Barbuñales y
Huesca. Pasaba con un coche de caballos,
que todavía se encuentra en Casa Azara de Barbuñales, cuando iba desde este
lugar a Huesca y solía parar en el Castillo-Palacio de Siétamo, donde en
algunas ocasiones dialogaba con el Conde de Aranda. Eran todos intelectuales.
La relación entre los Azaras de Barbuñales
y los de Siétamo, era muy cultivada, porque en la Universidad de Huesca,
tomaron Títulos, el mismo Conde de Aranda, miembros de los
Azara de Barbuñales y Mosen Juan Azara de Siétamo. Este Mosen Juan Azara estaba
muy relacionado con el Marqués de Torres y luego Conde de Aranda.
Los Almudévar, que desde el Bearn francés, bajaron a conquistar Zaragoza a los
moros, después de apoderarse de Burtina a la que bautizaron con el nombre árabe
de Almudévar, adoptaron su apellido en la Villa de nombre vasco-íbero de
Burtina, a la que los árabes rebautizaron con el de Almudévar.
Aquellos bearneses de Oloron, de Pau o
de su comarca, vinieron, por la llamada a unas Cruzadas, a conquistar Zaragoza,
que estaba en poder de los moros. En la
Villa de Burtina encontraron una gran
resistencia, pero al fin la conquistaron
y dejaron el paso libre para bajar a Zaragoza. Uno de aquellos
conquistadores recibió un nuevo apellido y se llamó Almudévar, que en árabe
quiere decir La Redonda. Uno de esos Almudévar fue nombrado como Jefe supremo
de Almudévar y de su familia descendemos
todos los Almudévar que estamos en
España y en el Mundo. Unos seguimos con el apellido Almudévar, otros con el de
Almudéver y algunos con el Almodóvar, sobre todo en Valencia.
Ermita de la Virgen de la Corona (Almudevar) |
Tuvieron los Azara una gran amistad con
Don Pedro Pablo Abarca de Bolea, Conde de Aranda. Los Azara de Siétamo, unidos
al Monasterio de Casbas, hicieron un acto religioso en el mismo, del que queda
un antiguo documento. Conservamos el escudo primitivo de los Azara, junto al de
los Almudévar, tallados ambos en las puertas de un gran armario, que se
encuentra en Casa Almudévar de Siétamo.
Monasterio de Casbas, claustro. |
Como acabo de decir tanto los Azaras de
Barbuñales como los de Siétamo, tenían una gran amistad con Don Pedro Abarca de
Bolea, Conde de Aranda, cuya casa natal se elevaba en Siétamo, hasta la Guerra
Civil. Los Azara de Barbuñales tenían una buena amistad con él y alguno
participó en la política europea, otro fue militar y en el Paraguay cultivó la
biología de sus especies animales. Llegó a ser uno de los mejores Naturalistas
del Mundo. Otro hermano fue Arzobispo en Barcelona y otro canónigo en la
Catedral de Huesca. La única hermana de los Azara, se casó con un noble de
Graus, cuya casa ocupa un puesto entre las bellezas de una hermosa plaza. El
hermano canónigo de Huesca, viajaba con mucha frecuencia entre Barbuñales y
Huesca. Pasaba con un coche de caballos, cuando iba de Barbuñales a Huesca y
solía parar en el Castillo-Palacio de Siétamo, donde en algunas ocasiones
dialogaba con el Conde de Aranda. Eran todos intelectuales.
La relación entre los Azaras de
Barbuñales y los de Siétamo, era muy cultivada, porque en la Universidad de
Huesca, tomaron un Título Universitario el mismo Conde de Aranda, miembros de los
Azara de Barbuñales y Mosen Juan Azara de Siétamo. Este Mosen Juan Azara estaba
muy relacionado con el Conde de Aranda y Marqués de Torres.
Los
Almudévar, que desde el Bearn francés,
bajaron a conquistar Zaragoza a los moros, después de apoderarse de Burtina a
la que bautizaron con el nombre árabe de Almudévar, adoptaron su apellido en la
Villa de nombre vasco-íbero de Burtina, a la que los árabes rebautizaron con el
de Almudévar.
Los Azara vivían en Siétamo y los
Almudévar pasaron de la Villa del mismo
nombre, a Sieso y después a Barluenga. Se conocieron Francisca Escabosa Azara
de Siétamo con José Almudévar Altabás de Barluenga y se comprometieron a
casarse
Casa Almudevar , Sietamo. |
En tiempos de la Reconquista, aquellos
bearneses de Oloron, de Pau o de su comarca, vinieron, por la llamada a unas
Cruzadas, a conquistar Zaragoza, que
estaba en poder de los moros. En la Villa
de Burtina encontraron una gran resistencia, pero al fin la
conquistaron y dejaron el paso libre
para bajar a Zaragoza. Uno de aquellos conquistadores recibió un nuevo apellido
y se llamó Almudévar, que en árabe quiere decir La Redonda. Uno de esos
Almudévar fue nombrado como Jefe supremo de Almudévar y de su familia descendemos todos los Almudévar que estamos en España y en el
Mundo. Unos seguimos con el apellido Almudévar, otros con el de Almudéver y
algunos con el Almodóvar, sobre todo en Valencia. En Valencia vivió un escritor
llamado Almudévar, que lo hizo en castellano y en Valenciano. En los documentos se le aplica en apellido
Almudévar, el de Almudéver y el de Almodóvar.¿No tendría el valenciano alguna
relación con la lengua del Bearn?.
En Siétamo vivía una familia de Azaras,
parientes de los de Barbuñales, que tenían una gran amistad con Don Pedro Pablo
Abarca de Bolea.
Conservamos el Escudo primitivo de los
Azara, junto al de los Almudévar, tallados ambos en un gran armario, que conservamos en Casa
Almudévar de Siétamo.
Tanto los Azaras de Barbuñales como los
de Siétamo, tenían una gran amistad con Don Pedro Abarca de Bolea, Conde de
Aranda, cuya casa natal se elevaba en Siétamo, hasta la Guerra Civil, de 1936.
Los Azara de Barbuñales tenían una buena amistad con él y alguno participó en
la política europea, otro fue militar y en el Paraguay cultivó la biología de
sus especies animales. Llegó a ser uno de los mejores Naturalistas europeos. Otro hermano fue
Arzobispo en Barcelona y otro canónigo en la Catedral de Huesca. La única
hermana de los Azara, se casó con un noble de Graus, cuya casa ocupa un puesto
entre las bellezas de una hermosa plaza. El hermano de los Azara, canónigo de Huesca, viajaba con
mucha frecuencia entre Barbuñales y Huesca. Pasaba con un coche de caballos,
cuando iba de Barbuñales a Huesca y solía parar en el Castillo-Palacio de
Siétamo, donde en algunas ocasiones dialogaba con el Conde de Aranda. Eran
todos intelectuales.
El escritor altoaragonés, Severino
Pallaruelo escribió: “En Siétamo, no lejos de Barbuñales, alzaba sus muros de
arenisca dorada, el Palacio de los Condes de Aranda (Marqueses de Torres, Barones de Clamosa, de
Siétamo,etc., etc., amigos de la Casa de Azara. Un tío de María (única hija
entre varios hermanos de casa Azara), era Canónigo de la Catedral de Huesca. Cuando
iba a visitarlo, pasaba por Siétamo. Se detenía en el Palacio de los condes.
Admiraba los salones, Allí había libros y estampas, telas exóticas y muebles
hermosos: todo el lujo tranquilo y claro, confortable y pulcro que promovían
los ilustrados del siglo como ambiente donde desarrollar tertulias razonables,
conversaciones interesantes y debates sobre la felicidad del género humano, conseguido
por medio del desarrollo de la inteligencia y de la riqueza”.
Yo recuerdo mis visitas al Castillo-Palacio
cuando estaba próximo a cumplir los seis años de edad. Se subía por unas
grandes escaleras de piedra y en lo más alto, como ayudante de mi tío José
María, mirábamos los nidos de las palomas, Me decía mi tío que cuando llegaba
el invierno, se quitaban los huevos para que las palomas no sufriesen buscando
la poca comida que se encontraba en el invierno.
Ruinas del Palacio del Conde Aranda delante de la casa Almudevar (Sietamo). |
Las ilusiones de alcanzar la riqueza
para Aragón, se vieron frustradas por la adición de la salida al mar del río
Ebro, pero Don Pedro Pablo Abarca de Bolea, murió unos seis años antes de que se
adjudicara a Cataluña, la desembocadura del río Ebro.
La relación entre los Azaras de
Barbuñales y los de Siétamo, era muy cultivada, porque en la Universidad de
Huesca, tomaron el título de abogados el mismo Conde de Aranda, miembros de los
Azara de Barbuñales y Mosen Juan Azara de Siétamo. Este Mosen Juan Azara estaba
muy relacionado con el Conde de Aranda y Marqués de Torres, tanto que el Conde
le dio la autoridad sobre sobre la Parroquia de Puy de Cinca.
Los Almudévar, que desde el Bearn francés, bajaron a conquistar Zaragoza a los
moros, después de apoderarse de Burtina, a la que bautizaron con el nombre
árabe de Almudévar, adoptaron su apellido en la Villa de nombre vasco-íbero de
Burtina, a la que los árabes rebautizaron con el de Almudévar.
Aquellos bearneses de Oloron, de Pau o
de su comarca, vinieron, por la llamada a unas Cruzadas, a conquistar
Zaragoza, que estaba en poder de los
moros. En la Villa de Burtina
encontraron una gran resistencia, pero al fin la conquistaron y dejaron el paso libre para bajar a
Zaragoza. Uno de aquellos conquistadores recibió un nuevo apellido y se llamó
Almudévar, que en árabe quiere decir La Redonda. Uno de esos Almudévar fue
nombrado como Jefe supremo de Almudévar y de su familia descendemos todos los Almudévar que estamos en España y en el
Mundo. Unos seguimos con el apellido Almudévar, otros con el de Almudéver y
algunos con el Almodóvar, sobre todo en Valencia. Mi hermano mayor Manolo acabó su vida de Psiquiatra en Canadá,
donde vive su esposa y sus hijos.
En
Siétamo vivía una familia de Azaras, parientes de los de Barbuñales, que tenían
una gran amistad con Don Pedro Pablo Abarca de Bolea, Conde de Aranda. Los
Azara de Siétamo, unidos al Monasterio de Casbas, hicieron un acto religioso en
el mismo, del que queda un antiguo documento, del Real Monasterio de Nuestra Señora
o Beata de Escarpe, que bendecía a los pueblos y a las gentes del Somontano
Como en el Escrito de 1706, que fue mandado por el Ilustrisimo Abbatis N.
Joseph Antt. Lucientes a la familia Azara de Siétamo, en el que se expresa así:
”Nos D. Sr.Benedictus Linás sadrae
Biologiae, Magister Abbas Regalis Monasreri Beata María de Escarpe, ordinis
Cisterciensis et Vicarius Ganeralis Cisterciensis Congregacionis Regionis
Aragoniae et Navarre, bobis Mosen Juan de Azara, Pascuali de Azara, Isabel
Juamae la Plana( uxor) de Josepho de Azara et Margaritae de Azara. Salutem in
Domino…”.”En Nuestro Real Monasterio de Casbas a veiticuatro de Febrero de mil
setecientos y seis”.
Conservamos el escudo primitivo de los
Azara, junto al de los Almudévar, tallados ambos en un gran armario, que
conservamos en Casa Almudévar de Siétamo.
Tanto los Azaras de Barbuñales como los
de Siétamo, tenían una gran amistad con Don Pedro Abarca de Bolea, Conde de
Aranda, cuya casa natal se elevaba en Siétamo, hasta la Guerra Civil.
El escritor altoaragonés Severino Pallaruelo, escribió:
“En Siétamo, no lejos de Barbuñales, alzaba sus muros de arenisca dorada el Palacio de los Condes de Aranda(Marqueses
de Torres, Barones de Clamosa, de Siétamo, etc,. etc, amigos de la Casa de
Azara. Un tío de María (única hija Ana entre varios hermanos de casa Azara),
era canónigo en la Catedral de Huesca”.
La relación entre los Azaras de
Barbuñales y los de Siétamo, era muy cultivada, porque en la Universidad de
Huesca, tomaron el título de abogados el mismo Conde de Aranda, miembros de los
Azara de Barbuñales y el Mosen Juan de Azara de Siétamo, al cual el Conde de
Aranda hizo que lo nombraran Párroco de la Parroquia de Puy de Cinca, que era
propiedad también del Marqués de Torres y Barón de Siétamo. (En el Documento de
fecha 1686, aparece la toma de posesión de la Parroquia y Abadía de Puy de Cinca de Mosen Juan Azara, que es el Azara más
sobresaliente de su familia.
Nació en Siétamo y habitante de dicho lugar. Sus padres eran Pascual de Azara y Teresa del Toro, que financiaron la creación de la Capilla de Casa Azara, entre su casa y la Parroquia de Siétamo. Luego por matrimonio de una sobrina de Mosen Juan Azara, llamada FRANCISCA ESCABOSA AZARA, se casó con JOSÉ ALMUDÉVAR ALTABÁS de Barluenga y pasó la Casa a llamarse Casa Almudévar). En la fachada de Casa Almudévar de Siétamo pone la fecha de su construcción y en ella se exhibe el Escudo de los Almudévar. En un salón del primer piso aparecen ese Escudo de Almudévar en la puerta de un armario y en la otra el Escudo de los Azara. En 1713, obtuvieron los Escabosa Azara y José Almudévar Altabás el permiso para obrar al lado de la iglesia, en los solares y casas, que había comprado Mosen Juan Azara. Este desapareció probablemente en 1705. Por estas fechas se debió hacer la boda entre José Almudévar Altabás y Francisca Escabosa Azara.
Nació en Siétamo y habitante de dicho lugar. Sus padres eran Pascual de Azara y Teresa del Toro, que financiaron la creación de la Capilla de Casa Azara, entre su casa y la Parroquia de Siétamo. Luego por matrimonio de una sobrina de Mosen Juan Azara, llamada FRANCISCA ESCABOSA AZARA, se casó con JOSÉ ALMUDÉVAR ALTABÁS de Barluenga y pasó la Casa a llamarse Casa Almudévar). En la fachada de Casa Almudévar de Siétamo pone la fecha de su construcción y en ella se exhibe el Escudo de los Almudévar. En un salón del primer piso aparecen ese Escudo de Almudévar en la puerta de un armario y en la otra el Escudo de los Azara. En 1713, obtuvieron los Escabosa Azara y José Almudévar Altabás el permiso para obrar al lado de la iglesia, en los solares y casas, que había comprado Mosen Juan Azara. Este desapareció probablemente en 1705. Por estas fechas se debió hacer la boda entre José Almudévar Altabás y Francisca Escabosa Azara.
Conde de Aranda. |
El mismo marqués de Torres, más tarde conde de Aranda, fue investido Doctor en Leyes, en Siétamo el dos de septiembre de 1.769. Pascual Azara de Siétamo obtuvo el título de Graduado en 1792 y Alejandro Azara Loscertales nació en 1702, que pone en evidencia que vivieron en la misma época, ya que tardaría algunos años para obtener el Título en la Universidad de Huesca.
Las cartas que se escribían José Nicolás
de Azara, que ya era Marqués de Nibbiano, con el Conde de Aranda,”que en sus
altas misiones buscaban el bien de España, no sólo escribían los
acontecimientos políticos en nuestro País y en Europa, sino que también
comentaban el tiempo atmosférico de Aragón, en sus respectivos pueblos de
Barbuñales y de Siétamo, cuando perjudicaba la sequía en alguna época del año”.
Esta correspondencia dejaba asomar una
tristeza por temor a un porvenir más triste en España, como si tuvieran José
Nicolás AZARA y el CONDE DE ARANDA, un temor que no hubiera políticos con un
interés por España, como lo tenían ellos.
“El Conde de Aranda llevaba ya unos
catorce años de destierro en París y le preocupaba la falta de descendencia …Su
joven novia María Pilar Fernández de Híjar,hija de del VIII Duque de Hijar y su
único hijo varón murió en 1755. Tuvo el Conde un segundo matrimonio con María
Pilar Fernándes de Hijar y Palafox.. con 17 años. No podía vivir en París y lo
esperaba en Madrid desde 1768. Aranda sólo quería marchar, a pesar de los
ruegos de Azara, que estaba casi desesperado de su abandono. En sus cartas,
trataba de convencerlo de que no marchara de París al “País
de moros con peluca, con frac, con espada y con rosario”. “Volvió el Conde de
Aranda a España, tuvo que sufrir con la pérdida de su segunda esposa, el
destierro en Córdoba y gozar de su retiro en la finca de Epila, que él
cultivaba con nuevas producciones
agrarias”. Nació el Conde de Aranda en 1719 y murió en 1798, unos pocos años antes de que
se dividiera España en Regiones, en la que se dio a Cataluña, la parte inferíor
del Ebro, en que el Conde Aranda trabajó para dar a Aragón el Centro de Aragón,
Valencia, Cataluña y Baleares. Se
preocupaba el Conde de Aranda del Río Ebro y de la Guerra con Portugal, pero no
se olvidaba de los pequeños detalles rústicos en Siétamo, entre sus fieles los
Azara y otros. Hay una carta dirigida a Don Felipe Azara, hermano de Mosen Juan
Azara de Siétamo, por Don Onofre de R., del que conocía la amistad que Felipe
de Azara tenía con el Conde de Aranda, y le da las siguientes noticias:”De mi
Amo recibí ayer cara de Mérida y que quedaba con salud y el día siguiente,
marchaba a Talavera, a donde se transfiere el Cuartel General por haber mucha
enfermedad en Mérida. Ocho de Enero de 1763”. Se ve en el Conde de Aranda la
benignidad con su paisano con el que tantas veces se había comunicado, al mismo
tiempo que su disciplina militar, por la que le pedía a Felipe de Azara, que no
pidiera más de lo que en el escrito consta. El Conde de Aranda favorecía a sus
súbditos, pero no dejaba pasar el favoritismo.
Pasando ahora a la vida más rural, en que aparece José Almudévar Altabás,
todavía en vida del conde de Aranda, “el Abogado de Siétamo, Don Pascual de
Azara”, ejercía su profesión en
Zaragoza, pero tenía un gran amor a la Casa de los Azara de Siétamo. En esta
ciudad y en el año de mil setecientos ochenta y siete (el Conde de Aranda murió
en 1798). El Abogado Don Pascual de Azara, habiendo recibido un buen trato
económico del joven matrimonio de José Almudévar y de su esposa Escabosa Azara,
se dedicó en Zaragoza a su misión de Abogado.
En 1783, en que todavía vivía José
Almudévar Altabás, casado con Francisca Escabosa y Azara, queda este título escrito, aprobando
el riego en la Finca del Tapiaded, el año de 1783.
El
Conde de Aranda murió en Epila, el año de 1798 y heredó, entre todos sus
bienes, el Patrimonio de Siétamo el DUCADO DE HIJAR, y en Siétamo conservaron durante
cierto tiempo el Castillo-Palacio.
Duque de Hijar (1798). |
Uno de estos Duques de Híjar perdió el buen trato del Conde de Aranda con
sus amigos los Azara y con el pueblo, persiguió económicamente a José Almudévar
Altabás, (bautizado en Barluenga ), que se casó con Francisca Escabosa Azara,
pariente de los Azara de Sieso, que por lo visto pertenecían a la misma familia
de los Azara de Barbuñales. Tuvo que volver José Almudévar Altabás a correr los
pastos que encima de Bierge, cerca de Sieso, que estaban y siguen estando en el paraje de la Sierra de Guara, llamado MASCÚN. La
amistad e influencia entre los Azara y el Conde de Aranda se fue aflojando
desde que se habla de la toma de posesión de los Duques de Hijar del Patrimonio
del Conde de Aranda. También desapareció Don Pedro Pablo Abarca de Bolea, Conde
de Aranda y se enfriaron las relaciones entre el duque de Hijar y los Almudévar
Azara, que tuvieron que sacar del ganado
lanar de Siétamo, para que paciera en MASCÚN, que también era un lugar heredado
del Conde de Aranda.
Ese pastoreo en la Sierra de Guara, lo
realizó José Almudévar y Altabás durante varios años y fue la causa de volver a
tratarse con su familia, los Almudévar de Sieso.
José
Almudévar Altabás era Alcalde de Siétamo
y entonces con estas dos autoridades, la moderna de la Alcaldía y la antigua o propia de la Nobleza, se crearon
las luchas entre el Alcalde del pueblo, que era una apertura a la Democracia, y el Duque de Hijar. Este era una autoridad
lejana al pueblo y creía que podría gobernar con una gran autoridad, sin hablar
con el sencillo pueblo de Siétamo, que vivía en este lugar y estaba en un ambiente más real con respecto a la producción de su tierra.
El Conde de Aranda, vivió en Polonia, en
París y otros Países europeos, sin embargo estaba unido por un gran amor con el
pueblo de Siétamo, como se ve en las conversaciones que tuvo con el Duque de
Nibiano, natural de Barbuñales. Entonces
se preocupaban de la sequía y de la escasez de los productos de la tierra y
eran unos caballeros, que se preocupaban de sus súbditos y no como unos
explotadores del pueblo, del que sólo
buscaban obtener dinero.
Esta acusación no va dirigida al Duque de Hijar, sino a su administrador Don Pedro Bezares ,cuyo
amo era el Duque, de Hijar, por muerte del
Conde de Aranda en 1790, recibió lo que dice esta carta, escrita por el
Ayuntamiento de Siétamo el 27 de Enero de 1807, (fecha que
demuestra que ya José Almudévar era vecino de Siétamo), en que se quejan los
vecinos de dicho Ayuntamiento, diciendo que: “No podemos persuadirnos de que
haya juicio tan poco fundado, que de unos tales antecedentes saque por
consecuencia que el Ayuntamiento de Siétamo ha vejado y provocado al
Administrador. Vuestra Merced se confiesa amante de la Paz y lo creemos, pero al mismo tiempo confesamos
de buena fe, que mientras no tenga otros informes que los que manifiesta la que
motiva esta contestación o será más seguible
o muy difícil que Don José Almudévar, pidiese
permiso para que sus cabras paciesen el carrascal, ni hace caso, porque
cualquiera tiene derecho para pedir, en su juicio, cualquier cosa puede
suceder. Que la primera vez ya le intimaron por razones , causas, litigios y
averiguaciones, y ofreció a los Morteros
veinte pesetas, que nunca hubiera dado si ellos cumpliendo con su
obligación, se hubiesen negado a admitirlas, no es tampoco de la administración
presente. Si entonces el Señor Irigoyen
hubiera obrado con arreglo a leyes y ordenanzas, Almudévar hubiera
pagado su pena y hubiera callado. Lo que no admite disimulo y parece fuera de
toda razón es, que habiendo el mismo Almudévar, legado sus cabras al
ayuntamiento de Ola, o habiendo comprado para ellas el pasto, estando con ellas
las de Ola y otras forasteras en un mismo día, hora y lugar, y a esto dice V.M.,
que si por cumplir el Sr. Administrador con su obligación, que no presenta
otras pruebas de su cumplimiento, que una pasión dominante, un encono
manifiesto y un odio declarado, porque siga Vm., si aquí hubiera obrado la
Justicia no eran igualmente dignas de pena las demás cabras, y si las de
Almudévar por forasteras estaban sujetas
a la íntima, no había otras igualmente forasteras. Y es que paciar o pastar un
puesto prohibido no era puesto con razón que correspondiesen los que habían
reunido su contingente por pastarlas, y no el que ya había pagado el pasto. Nosotros,
Señor , no hemos estudiado de propósito
las Leyes, pero sólo la luz de la razón nos presenta estas cosas como
evidentes.
No es menos injusta la tercera pena con
la que sólo fue castigado el ganado de Almudévar, estando junto y en el mismo
puesto con otros, pero respecto a esto sólo tenemos que decir que precitado el
Montano a señalar el punto donde le había intimado, juró que tal punta, la que
no estaba vedada, pero que lo apenó porque no sabía por donde iba la mojonación o muega de la dehesa. Esta sí que era obligación de
Irigoyen, informarse si los Monteros saben los términos de su jurisdicción, y
los lugares que saben cuidar. Esta especie de encono se mostró mejor cuando
Irigoyen hizo juntar al pueblo algunas reses de Almudévar , las que a
instancias de la Señora Administradora dejó libres después de haber recibido
por la pena, cuarenta Reales Vellones.Vm. nos hace muy poco favor y hablando
más propiamente mucho disfavor, en pensar que nos agraviamos porque Irigoyen
cumpla con su obligación. Sabemos muy bien que con esto no debe agraviar a
nadie, pero no alcanzamos y aun negamos que el que tiene obligación de cumplir
con la Justicia, satisfaga su deber, obrando contra ella. Dice vuestra merced,
que la calumnia no se ha de descubrir, nosotros no deseamos otra cosa que el
Señor Duque tiene sus archivos, esto ya
lo sabemos, pero creemos que los tiene para dar razón a quien la tenga, y contamos con el
brazo de su clemencia para que nos mire como a los hijos y con la Justicia para
que nos castigue si lo merecemos y para usarla con quien abusando de su nombre
y autoridad nos oprime.
Nuestra mayor satisfacción será que su
Excelencia pueda llegar a informarse del enredo y de la “molanga” y juntamente
de sus actores.Dice Vm.: ”Es increíble que el Administrador haya dicho lo que
referimos y nosotros a no decirlo. Nos, no entendíamos que podía Vm., persuadirse que mentíamos cuando tenemos tanto horror al enredo, al
embuste y a la impostura, que solamente
por desvanecerlas damos los pasos qye somos y que son bien contra el amor que
tenemos a la verdadera Paz y trnquilidad. Por fin Señor, si a Vm., no se le
oculta lo ocurrido con los Administradores antecesores a Ifigoyen, acaso se le
ocultarán los motivos que para ello hubiera y esto no es el caso presente. Vino
Irigoyen, que era, como Vm. dice, hombre cabal, le recibió el Ayuntamiento con
MÚSICA y se le hacía por las noches en
su Palacio. Así es y ya es tan malo como los otros, dice Vm. Pero quien le tiene la culpa, si nada más
fuera que tan malo no pasarían tantas trapisondas. Nos pregunta Vm. que quien nos
acomodará. Respondemos que un hombre cabal, íntegro, justo, imparcial, fiel
observador de los derechos de su Amo y de los del pueblo. Y si un tal, dice
Vm., que no hallará en todo el género humano, decimos que se hace Vm., poco
favor a sí mismo y a sus semejantes.
Si algún exceso se ha cometido contra
Irigoyen, como fueron LAS PIEDRAS que se retiraron, lo primero es en algún modo
pudo dar causa para ésta ( que según los
efectos no fue más que chanza) la misma familiaridad suya con gente no del
juicio más sentado, lo segundo no se sabe quien fueron, lo tercero el no
requirió a la Justicia para que se averiguara, lo cuarto nunca pudo ser motivo
para que saliese por el Pueblo con los monteros
animados, mandándoles que si alguno sabía, dispararan, lo quinto que la
Justicia salió y en todo el pueblo no halló otra puerta abierta que la de
Irigoyen, a las siete se oyeron en el Pueblo algunas escopetadas, y no podemos
sospechar si fueren los mismos Monteros, que dispararon para abultar más la
cosa. Y caso de así hubiera sucedido( que es lo más probable o creible) tampoco
extrañaríamos hubiesen sido los mismos, los conductores del escaño, pero todo
esto, ya conocemos, no es más que adivinar y conjeturar , pero nadie ignora que
no se permiten otras pruebas, mientras ignorándose los líos, pero por eso mismo
suplicamos que Vm., eche mano de los medios que parezcan más oportunos para
ahogar unas disensiones tan perjudiciales al bien estar de Vm., de nosotros y
de nuestro Señor Temporal que nada desea con más ansia que en paz interior y el
mejor estar de estos sus fieles vasallos. Si a Vm. parece se presenten ahí las
personas de quienes haya mayor satisfacción o venir Vm. a informarse boca a
boca de la verdad, nosotros nos alegraremos lo haga. Y en fin, por el
incomparable bien de la Paz estamos puestos a someternos a cualquiera
providencia que indudablemente haya de contribuir a la tranquilidad pública.
Esto es lo que con mayor encarecimiento pide todo este pueblo al Señor que
guarde la vida de Vm., tantos años como
desea éste.
Los miembros del Ayuntamiento y Justicia
de SIÉTAMO, añaden los miembros del Ayuntamiento , lo siguiente: “Pero esto
aunque pruebe la atención de los Señores del Ayuntamiento que entonces era,
nunca sería una prueba de la bondad de su conducta sabiendo que este año
también nos presentamos el día de Reyes, habiendo primero enviado al Escribano,
y no se dignó este señor de acompañarnos y respondernos con la política que
esperábamos, pero queremos conceder (pues no tenemos testimonio en contrario,
ni queremos juzgar temerariamente) que fuera entonces buena y ahora ya es tan
malo.
Pedro Bezares
contestó a los Señores,Junta y Ayuntamiento del Lugar de Siétamo: Muy Señores
nuestros: La benignidad de mi amo ,que es incomparable cuando se trata de
promocionar alivio y todo favor a sus
vasallos, me manda de todo cuanto me escribieron últimamente, que pase yo en
persona a ese Lugar y que a viva voz oiga y acuerde con los medios capaces de
tranquilizar el Pueblo y de hacer renacer aquella dulce paz,que es el manantial
precioso de toda felicidad. En sunte consecuencia dispondré mi viaje el tercer
día de la próxima Pascua, y no lo hago antes porque no ignora que la Semana
Santa, es destinada la Iglesia y cuyos oficios podrñan preparar nuevos ánimos
para entrar de buena fe y con verdadero propósito a tratar de un punto que
conseguirá proporcionar a todos la tranquilidad exterior e interior.Repito a
Vds.mi fina voluntad y deseos de
complacencia.ZARAGOZA ,18 de Marzo de 1807.Firma Pedro Bezares.
El Ayuntamiento
y Justicia de Siétamo, añade lo siguiente:·”Pero esto aunque pruebe la atención
de los Señores del Ayuntamiento que entonces era, nunca sería una prueba de la
bondad de su conducta sabiendo que esta año también nos presentamos el día de
Reyes, habiendo primero enviado al Escribano y no se dignó ese señor de
acompañarnos y respondernos con la política que esperábamos, pero queremos
conceder (pues no tenemos testimonio en contrario, ni queremos jugar
temerariamente) que fuera entonces buena y ahora ya es tan malo”.
El Infanzón de Casa Almudévar, José
Almudévar Altabás, fue como explica el Arbol de la Familia de Almudévar, de
notorios Infanzones del Solar, y Casal en SIESO, el quinto hermano de los hijos
de Juan Francisco Almudévar Con Magdalena Altabás de Grañén. Fue bautizado em
Barluenga el uno de Febrero de 1746.Un hermano suyo se casó en Torres de
Montes, a cuyos sucesores he conocido y me regalaron una Infanzonía de los
Almudévar , porque ellos habían ya perdido el apellido Almudévar. Otro hermano
se casó en Torres de Barbués, que he conocido hace poco tiempo. José Almudévar
se casó con Francisca Escabosa Azara en Siétamo y tuvo un hermano, que era
sacerdote en su casa de Barluenga, donde tenía objetos religiosos litúrgicos, que devolvió al Monasterio de Montearagón, a
donde los llevó sobre los lomas de un asno, Cuando se casó en Siétamo con
francisca Escabosa Azara, siguió trabajando en el campo y con el ganado que lo
subía a pastar a la Sierra de Rodellar. Trabajó también en cofradías que hacían
ahorros, fundadas por Mosen Azara, tío de su mujer.Al subir a Mascún a
apacentar los rebaños, tuvo que reanudar sus visitas al Monasterio de Casbas y
a venerar a la Virgen de tal Monasterio.
De la influencia en la vida del
Monasterio de Montearagón pasó a vivir
dependiendo del Palacio de los Candes de Aranda, para pasar con la muerte de Don
Pablo Abarca de Bolea, a la
Administración tiránica de los Escribanos del Duque de Hijar. El Conde debió acabar su paciencia con los cobros
a los campesinos y decidió vender su
Castillo –Palacio, De ahí se pasó a la
compra por el descendiente de José Almudévar, a saber MANUEL ALMUDÉVAR CAVERO, que compró el Palacio, que fue destruido en la
Guerra Civl del año de 1936.
José Almudévar tuvo dificultades para mantener
su rebaño de ovejas, porque los Administradores del Duque de Hijar se las
ponían, y se le hacía muy difícil ver al Marqués.
Era JOSÉ ALMUDÉVAR (nacido en 1746) un
hombre de una gran actividad,pues cultivaba el negocio heredado de los AZARA, referente
a los seguros que hacían las Cofradías, cultivaba la tierra, atendía los
juicios a los que fue llevado por su cuñado Escabosa, casado en Casa Sipán de
Siétamo, atendía a las peticiones de los Azara para cobrara herncias de los
antepasados, atendía también a la labranza
con sus riegos y se preocupaba de creara un gran rebaño de ganado lanar
y cabrío.
Con esta clase de ganado hizo ventas a
algunos, como los vecinos de Casbas, que escribieron: “El ganado que nos vendió
fue a nuestra satisfacción en el año de mil setecientos noventa y siete”,
Se vio combatido por el Administrador
del Duque de Híjar, viéndose obligado a
arrendarle al Marqués las yerbas de Rodellar, que se encuentran en la Sierra de Guara.
La vida ha sido una lucha entre los
hombres por la religión, como la llegada de los Almudévar a la conquista de
Zaragoza, el deseo de apoderarse de
tierra para producir u de ganado para comprar y vender. Así el Palacio
del desparecido Conde de Aranda, pasó a manos de mi familia, pero en el año de
1936, a causa de la Guerra Civil, perdimos la propiedad y el Granero del Conde
de Aranda, que se está arruinando, asi puede que siga, por que no será posible
reunir el dinero para reconstruir un Granero , edificado en vida del Conde de
Aranda,en 1746.
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