sábado, 9 de mayo de 2020

La Luna.-



Ayer, día seis de Mayo, estando contemplando el horizonte y la arboleda del  Parque, observé como desde el cielo,  una Luna redonda, que me pareció que estaba mirando, como buen satélite de nuestra Tierra, su marcha hacia la noche. Me fijé en sus ojos, que da la impresión de que lo miran todo, con su forma redonda y parece que sonríe con unos labios montañeses, dibujados o levantados por sus zonas más o menos creadas por una geografía, lejana de nuestro mundo. Yo observaba la Luna y ella me daba la impresión de que se estaba mirando en mí, pero yo no podía apreciar si me miraba por una curiosidad, humana como la mía o por una capacidad de observación, de lo que se posaba en esos momentos, delante de sus “rocas oculares”. Me causaba su mirada una demanda del satélite, que yo no comprendía si eran unos ojos vivos o era una mirada que hacía pensar a mis preguntas, y yo no sabía si era una mirada real o era una  “tomadura de pelo” por parte de la Luna, que si estaba pensando en los lejanos  seres humanos, que la hacían sonreír o era una “mirada pétrea” indiferente a la humanidad.
Es la identidad de la Luna un misterio, porque los niños les cantan coplas, como: “Ay, Luna, Luna lunera, cascabelera-debajo de la cama tienes la cena-Luna lunera, cascabelera,- cinco pollitos y una ternera- Luna, lunera cascabelera- toma un pedazo, para comerlo” y piensan en ella como si fuera un “abanico inmenso y  rocáceo”. atmosférica, y dice: “La Luna vino a la fragua-con su posición de nardos.-El niño la mira mira.-
Además Federico García Lorca, escribió su Romance de la Luna y hace pensar en su labor al niño que está mirando.- En el aire conmovido-mueve la luna  sus brazos-y enseña, lúbrica y pura,- sus senos de duro estaño.- Huye luna, luna, luna.- Si vinieran los gitanos,-harían con tu corazón- collares y anillos blancos.-NIÑO, DÉJAME QUE BAILE.-CUANDO VENGAN LOS GITANOS, TE ENCONTRARÁN SOBRE EL YUNQUE- CON LOS OJILLOS CERADOS.-El jinete se acercaba- tocando el tambor del llano.-Dentro de la fragua el niño,-tiene los ojos cerrados.-Por el olivar venían,-bronce y sueño, los gitanos.-Las cabezas entornadas- y los ojos entornados.- ¡Cómo canta la zumaya,-ay como canta en el árbol!. Por el cielo va la Luna-con el niño de la mano.- Dentro de la fragua lloran,-dando gritos los gitanos.-El aire la vela, vela.- el aire la está velando.”
A mí, me hace pensar la Luna, en su destino por parte del Señor, pero a los niños la Luna los está cuidando, y estos le cantan coplas, como las que acabo de escribir, y que le dicen: ”Ay, Luna, Luna, lunera cascabelera-debajo de la cama tienes la cena.- Luna lunera, cascabelera, cinco pollitos y una ternera.- Luna, lunera cascabelera, toma un pedazo para comerlo”. Y el niño piensa en ella como si fuera un “abanico inmenso y rosáceo”.
Parece que la luna no tiene vida propia, pero “a los niños la Luna los está cuidando y cantan coplas”.
Pero no se cuida la redonda Luna solamente de que los niños jueguen y se alimenten, sino que la aman y se fijan en ella por las noches, los gitanos, como el gran poeta Federico García Lorca, nos hace conmover nuestros corazones, con su “Romance de la Luna”.   
Pero, ¿qué tiene la Luna? que por la noche nos hace ver en ella unos ojos misteriosos y unas veces nos inspira que nos sonríen y otras nos parece que lloran. Pero son los niños los que cantan ¡Ay Luna, Luna lunera, debajo de la cama tienes la cena!. Y los gitanos que describe García Lorca, se  están mirando, como el niño que espera la muerte “mira, mira, el niño se está mirando”.  “Niño déjame que baile -cuando vengan los gitanos,- te encontrarán junto al yunque-con los ojillos cerrados. Huye luna, luna huye, si vinieran los gitanos.-te encontrarán sobre el yunque-con los ojillos cerrados”. ¡Como el Poeta mezcla la vida del  gitanico  con la muerte, en el yunque andaluz, que golpeaban en sus sonoros martillos!. ¡Cómo aquellos gitanos andaluces, cuando lleguen a su herrería, se encontrarán sobre el yunque, al gitanico, muerto,  con los ojillos cerrados!. Y el poeta exclama: “¡Niño, déjame que baile!.” Pero ¿qué baile sueña  Federico, que habrá iniciado el gitanillo?, tal vez sea el que todos los hombres hemos de emprender de la vida a la muerte. Porque “cuando vengan los gitanos, te encontrarán sobre el yunque- con los ojillos cerrados”.
El Poeta Federico García Lorca, era un gran poeta que admiraba las virtudes de los gitanos y en esta poesía, describía con un gran amor las cualidades que tenían, trabajando en Andalucía el hierro,  pero conservando sus viejas tradiciones y tenía un corazón humano muy sensible, que sentía el dolor del gitanico, muerto en su forja, que hace llorar al lector sentimental y humano.
La Luna hace pensar a los humanos en todos sus pensamientos, cuando la miras no te responde inmediatamente, pero los niños le piden los alimentos que apetecen y parece que si esa Luna, siente en sí misma, un ardiente amor, que les canta en sus corazones “ mira, mira ,debajo de la cama tienes la cena”. Y los gitanos se sentían protegidos por la Luna, porque ellos tienen un amor a esa bella y redonda cabeza con la que se aman, aunque no comprendan, cuando la miran, sus ”mudas palabas”. Los que miran hacia la Luna no comprenden lo que les dice, pero la Luna no los abandona, porque el poder imperial del Sol sobre las mareas, es inferior al de la Luna,  que los mira con un gran amor, como ellos la adoran  amorosamente.
Pero la historia y la geografía nos explican que la Luna  produce  las mareas, que en el mar suben y bajan.  La  cara de la Luna cuando mira hacia el Mar, se entrega hacia ella y a la altura máxima la llaman “pleamar” y cuando disminuye su altura, la llaman “bajamar”. Las mareas se producen por un “desequilibrio  gravitacional”, que hace perder la compensación del agua del Mar a lo largo de todo el Planeta. La Luna no es la que tira del agua hacia arriba, porque si lo hiciese, también aparecerían mareas en las lagunas, en los estanques e incluso en las piscinas. Las tareas que son más efectivas, aparecen en la Luna Nueva, porque en ellas apoya la gravedad del Sol a la de la Luna, que hacen su fuerza en la misma dirección.
El Satélite lunar se encuentra en la Luna Nueva, ayudado por la fuerza del Sol. Influye la Luna en los niños.
El influjo de la Luna en los gitanos, lo demuestra, con el lamento del poeta Federico García Lorca, que horrorizado del encuentro de los gitanos con el cadáver del gitanico, escribió:” Huye luna, luna huye, si vinieran los gitanos, te encontrarán sobre el yunque, con los ojitos cerrados”.   

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