lunes, 13 de julio de 2020

Azara del Alto Aragón y de Vasco-Navarra.


                                                                                                                       Falta el escudo de Azara

El apellido Azara se encuentra en la “Enciclopedia Hispanoamericana de Heráldica y Genealogía”. Los apellidos vascos se adoptaban derivándolos  de los nombres de los lugares, donde nacían los antepasados.  Se indica esta costumbre del Pais Vasco-Navarro, sin indicar que en Aragón ha existido la misma costumbre y teniendo en cuenta que en gran parte de Aragón, se habló el vasco. El apellido Azara,  en Aragón, se tomó del pueblo de Azara, cerca de Barbastro. No hay que confundir el apellido Azara con el árabe La Zahara. La invasión de los árabes, hizo, por ejemplo que entre los ríos Flumen, de nombre latino y el Isuela, de nombre vasco-ibérico, se denominara en árabe Alcanadre al río que pasa por Angües o Guatizalema al que pasa por Siétamo.



Escudo de Azara en un armario de casa Almudévar en Sietamo.

Es curioso comprobar en mi tierra altoaragonesa, cómo muchos apellidos son isótonos con algún pueblo antiguo o desaparecido. Esta costumbre duró varios siglos, pues mi antepasado, que era bearnés, participó en la conquista a los moros del pueblo de Almudévar. En tiempos primitivos  se llamó Burtina, nombre vasco- ibérico, pero al nombrar a mi antepasado Bayle, que perdió el apellido bearnés, probablemente  vasco ibérico,  lo cambiaron  por Almudévar.  Pero mi amigo Belarre, se llama así porque algún antepasado suyo era natural del pueblo, encima de la ribera del río Belarra y situado en la Sierra del mismo nombre. El pueblo de Azara, cercano a Barbastro, dio su nombre a los aragoneses del Altoaragón, como dice Carrafa , que bautizaron con el mismo nombre en Navarra y el Pais Vasco, derivado de  algún poblado, río, monte o peña de su territorio. En Aragón existen, al menos una veintena de pueblos vivos o desaparecidos, montes y fincas, llamadas Javierre, antes Chavierre, que en vasco quieren decir Casanueva, y en Navarra que está, limitando con Aragón, Javierr, donde nació San Francisco Javier. Berri en vasco quiere decir nuevo, pero en Aragón se decía, igual que en Javier, bierre. Así como cerca de Huesca se encuentra el pueblo de Arbaniés, debajo de Pamplona se halla el de Arbuniés. Y de la misma forma que en  Huesca se encuentra el pueblo de Bescós de la Garcipollera, origen del apellido De Silvio Kostti o Manuel Bescós Almudévar, en Navarra también se encontraba el pueblo de Bescós y zonas de monte, donde se recogen plantas medicinales. Hay tres nombres de pueblo en el Altoaragón, que definen a Artasona de Almudévar  o del Llano, pueblo de Colonización,  construido en una finca llamada  Artasona. Hay otro Artasona cerca de Ayerbe, que ya quedó despoblado y un tercero, debajo de Torreciudad,  perteneciente al Ayuntamiento de El Grado.  En Navarra y cerca de Tafalla se  encuentra el Pueblo de Artajona.  Hasta en el pueblo de Artasona del Llano, vive una simpática señora, que se apellida Atarés, nombre de un pueblo cercano a San Juan de la Peña, cerca de Jaca.  
Aquí no hay que confundir el nombre del pueblo de Azara, palabra con un Azor en su escudo, mirando al sol, con la palabra árabe Azahara, que quiere decir flor. Basta mirar a la ciudad de Arabia Llamada Medina Azahara, que significa la Ciudad de la Flor.
¿Está relacionada la palabra Azara con el ave de rapiña azor?. Eso parece deducirse del escudo de Azara, donde se alza, un azor mirando al sol, azor del que alguna vez se ha dicho que se trataba de un águila, mirando la misma estrella.
La última hija de los Azara de Siétamo, Francisca Escabosa Azara, hija de Escabosa de Ola, se casó con José  Almudévar  Altabás de Barluenga. En la actual casa Almudévar, en una alacena, se exhiben paralelos  dos escudos, uno el de Almudévar y el otro el de Azor mirando al sol de
los Azara. Antes de la Guerra Civil, en la capilla levantada por Mosen Juan Azara, estaba expuesto en escudo de Azara, que fue destruido, en la Guerra Civil de 1936, en que se destrozaron  todos los altares en la Iglesia Parroquial.
En Huesca el 16 de Febrero de 1714, aparece el siguiente Escrito:” Nos el D.D. Carlos Alamán Canónigo de la Santa Iglesia de Huesca, Catedrático de Prima de Leyes en su Universidad y en lo espiritual y temporal y como Vicario General, del muy Ilustre Cabildo de dicha Iglesia. La Sede Episcopal Vacante por  muerte del Ilustrísimo Señor Dr. Francisco de Paula Garcés de Marcilla, último Obispo de Huesca. Por las presentes damos licencia y facultad al  Retor  o, Regente….. de  la Iglesia Parroquial de Siétamo, para que pueda hacer la bendición del Altar y Capilla que ahora, nuevamente se ha erigido, so (bajo) la invocación del Santo Cristo y también de la Virgen Santísima del Carmen y Animas del Purgatorio, que en ellos se pueda celebrar el Santo Sacrificio de la Misa, conformándose en todo con lo que el dicho Ritual Romano, dispone para dicha función, que procurará observar exactamente atendiendo a todo lo que previenen la Sagradas Escrituras. Assí lo fiamos de su virtud y Celo.
Alamán. Por Mandato del Ilustre Señor Vicario General- Antonio Ferrer Secretario”.  
En el alero de la casa de Azara y Almudévar, pusieron cuatro azores metálicos, de los que quedan dos y en casa Sipán, donde se casó un Escabosa  Azara, hermano de Francisca, heredera de los Azara, en un ángulo del tejado, se asoma otro azor, de madera.
El primer Azara del que se tiene noticia en Siétamo es MARTÍN AZARA y ALQUEZAR, que se casó en SIETAMO el día 16 de Septiembre de 1588 con María Salinas de Siétamo. Por el escudo se ve que provenía, como los Azara de Barbuñales, del pueblo de AZARA.
El segundo fue Don Felipe de Azara, que se casó con doña Martina de Lierta, de Siétamo, el 22 de Noviembre de 1610.
El tercero fue Pascual de Azara, que se casó con María Benedetes, hija de Pedro Benedetes y su heredera en 1627(¿). Benedé de Novales siempre que me veía me recordaba nuestro parentesco.
El  CUARTO, Don Pascual de Azara, hijo del anterior Pascual de Azara, tal vez nacido el 29 de Junio de 1628 y se casa el nueve de Junio de 1673, con doña TERESA DEL TORO de Siétamo. Don Martín Cavero, cura de Siétamo dice en el folio catorce del libro de casados,  lo siguiente: “Partida de casamiento. En veintinueve de Junio de mil seiscientos setenta y tres,  desposé yo Victorián Sesé Retor de Siétamo, a Pascual de Azara y a Teresa del Toro”.
Fueron los hijos de Don Pascual de Azara y de doña Teresa del Toro: Don Pascual de Azara ,el segundo, abogado en Zaragoza, Mosen JUAN DE AZARA y Don Felipe de Azara, cura de Ola, que en 1784 nombró sus herederos a su hermano Pascual de Azara, abogado de los Reales Consejos de Zaragoza, a su primo cura entonces del lugar de Almuniente, al Retor que es del lugar de Siétamo, a Antonio Beneded, su primo, residente en Novales y a MARÍA FRANCISCA Azara, su sobrina en Siétamo.
Tuvieron a Mosen Juan de Azara, capellán de la Capilla de Cristo Crucificado…1728.
El Quinto (5) JUAN DE AZARA casado con PABLA DE MUR, el año 1772 en el que ya estaba muerto el dicho Don Juan de Azara, capellán de la Capilla del Santo Cristo Crucificado.
Fue hijo suyo Miguel AZARA, religioso de la Orden Seráfica de San Francisco de Asís en el convento de Nuestra Señora de los Angeles de Hijar. En 1772, el Novicio de la Orden de los Franciscanos, Miguel AZARA hace testamento de lo que le ha de entregar su hermana y HEREDERA FRANCISCA AZARA, que a su vez recibirá las diez libras jaquesas de su tío Pascual de Azara (que era hermano de su padre JUAN DE AZARA), abogado y en su muerte a don Vicente AZARA  (primo de Miguel), hijo del abogado y primo del franciscano.
6- La Sexta AZARA, Doña Francisca AZARA y Mur, que fue heredera de Juan de AZARA, por haberse hecho fraile franciscano su hermano MIGUEL. Hizo Capitulación Matrimonial  con Pascual Escabosa Mancebo, en Siétamo el 15 de enero de 1672.
De esta FRANCISCA AZARA Y MUR, nacieron María FRANCISCA ESCABOSA AZARA, que se casó con JOSÉ ALMUDEVAR ALTABÁS de Barluenga  y otra hermana que se casó con un varón de CASA NAYA de PANZANO y su hermano  Mateo Escabosa Azara, que se casó con la heredera de casa Sipán. Se quedó Francisca Escabosa Azara viuda de ESCABOSA DE OLA y se volvió a casar con   Pablo Segura, que en su testamento dice ser enterrado en la Capilla Laical, creada por don Juan Azara.
“Cuando narra Severino Pallaruelo, las venidas a Siétamo de los Azara de Barbuñales, con las correspondientes visitas a los Condes de Aranda, se veían con sus parientes los AZARA de Siétamo. Había una gran amistad entre los Conde de Aranda y los AZARA, Pues al sacerdote Dom Juan AZARA, el Conde de Aranda lo hizo párroco del pueblo de Puy de Cinca, hoy desaparecido,  que le pertenecía. También los Azara de Siétamo pidieron ayuda al Conde, para que les dejara paso al actual corral de la casa, entonces de AZARA y luego heredada por los Almudévar, pues uno de ellos, JOSE ALMUDEVAR ALTABAS se casó con la heredera de los Azara,  sin conocerse la fecha  exacta de la boda de José Almudévar Altabás con Francisca
Escabosa Azara y que tal vez fue el año ¿1746?, fecha que me parece un error  porque en esta  me parece extraño que José Almudévar y Francisca Escabosa Azara se casaran en la misma, porque los padres Pascual Escabosa y Francisca Azara y Mur se casaron en el año de 1742.
En 1636, aparece una Apoca, en que es indudable que no podían conocerse José y Francisca, porque no habían ni siquiera nacido, pero se adivina el interés que pondría José por los documentos financieros de la familia Azara, al entrar en su matrimonio con Francisca Escabosa Azara, pues en un lado de dicha Apoca,  aparece su firma, escrita en un lado de una “Apoca de doscientos sueldos de pensión del año 1636 a favor de la casa de Almudévar”.                                  
En una “Comanda” de 1815, varios vecinos del pueblo de Siétamo, escriben: “de nuestro buen grado y cierta ciencia, confiados de todo nuestro derecho, reconocemos y confesamos tener y que tendremos en verdadera Comanda, puro llano y fiel depósito de don José Almudévar, vecino de dicho lugar de Siétamo, y de sus habientes derecho, la cantidad de ciento sesenta y dos libras, quatro sueldos y dos dineros jaqueses, que en el presente día de hoy en nuestro poder ha encomendado y aquellas en fiel depósito acercamos y confesamos haber recibido, cuya cantidad prometemos y nos obligamos satisfacer y pagar al nombrado don José Almudévar  o los suyos, siempre y cuando de nosotros y nuestros bienes recibir y recobrarlos, y está en moneda metálica sonante  y no en vales reales ni otro papel alguno, y si para la exación y cobranza de dicha cantidad, al nombrar Almudévar se le quitasen algunas costas, o se le rebajasen algunos perjuicios, unos y otros prometemos y nos obligamos pagarle íntegramente, sin que para ello necesite más prueba, que su mera aserción y palabra…………Hecho fue lo sobredicho en el Lugar de Siétamo a los quince días del mes de Diciembre del Año contado  del Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo mil ochocientos y quince, siendo a todo ello  presentes por testigos Don Vicente Mocinex, residente en el Lugar de Siétamo, y Antonio Lafuente, Vecino de la ciudad de Huesca, de presente hallado en dicho Lugar. Se halla continuador y firmada esta Escritura en su Nota  original según Fuero de Aragón”. José Azara fue también Alcalde de la Villa de Siétamo.
 Felipe de Azara, que fue  hermano de Mosen Juan de Azara, aparece en la Bendición en el Monasterio de Casbas, en la toma de posesión de la Parroquia de Puy de Cinca por su hermano Juan de Azara y hay un oficio de 1718, con el que se le nombra Limosnero para el Hospital de Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza. En 1711 están fechadas  las compras y corrales cercanos a la Iglesia y Plaza Mayor de Siétamo por Mosen Juan Azara, que pide al Señor Obispo permiso para levantar la casa y el 6 de Junio de 1713, le llegó el permiso. El 22 de Septiembre de 1783, reciben un papel del Administrador del Conde Joaquín de Urriza José Almudévar y Francisca Escabosa Azara, en el que reciben permiso para usar el riego tres o cuatro cahizadas de tierra del Tapiaded, junto al camino por el que pasan los de Torres de Montes a Moler al Molino del Conde, mi señor”. Esta carta   demuestra que ya estaban casados José y Francisca. Estas fechas indican que la construcción de la casa, entonces Azara y a partir de aquella fecha, se hizo con la presencia de José Almudévar.
Con José Almudévar y Francisca Escabosa Azara se acaban en Siétamo los hombres que poseían el apellido Azara.
Se celebran varios matrimonios de los Azara de Siétamo, como Don Francisco de Azara con Antonia de Arazo, de Aguas de Coscullano, el 21 de Octubre de 1734. Se casa también Don Francisco Antonio de Azara con Doña Rita Buesa de Arascués en Sangarrén el 18 de Noviembre de 1765.También se casa Don Gregorio Francisco de Azara con Doña Bárbara Calvo de Ibieca, el 12 de Marzo de 1770,”pero según el testimonio 7, el 28 de Mayo de 1791.
 Hemos visto que los Azara tenían capacidad intelectual, pues algunos estudiaron en la Universidad de Huesca, otros fueron abogados, Juan Azara, era amigo del Marqués de Torres y Barón de Siétamo, que le adjudicó la parroquia del hoy desaparecido Puy de Cinca. Miguel Azara al entregarse a la Orden de San Francisco,  dejó heredera a su hermana Francisca Azara, que ya no dejó el apellido Azara a su hija Francisca Escabosa Azara, que se casó con José Almudévar Altabás. No conozco la fecha exacta de la boda de José Almudévar y Francisca Escabosa Azara, (aunque se supone que fue por el año o años anteriores al 1783, pero, con  la carta enviada por el administrador del Conde de Aranda para “que pueda usar del riego de tres a cuatro cahizadas”, se ve que ya  entonces estaban casados, pues esa carta se escribió el  22 de Septiembre de 1783.
El sacerdote Juan de Azara y toda su familia se preocuparon de erigir en la Parroquia de Siétamo, la Capilla del Santo Cristo, en la que se podrían enterrar, los que idearon esta obra,  sus hijos y descendientes por línea recta. En 1508 llegó el permiso episcopal, pero por lo visto quisieron los Azara observar otras iglesias, concretamente en el Monasterio de Casbas, como dice un escrito en latín que se expresa así: “Nos D. Sr. Benedictus Linás sacrae Biologiae, et ser Abbas Regalis Monasteris Beata María de Escarpe, ordinis cisterciensis, et Beatus Generalis Cisterciensis congregacio Aragoniae et Navarrae,Vobis Mosen Juan de Azara, Pascual de Azara et Azaras Isabel, Juana la Plana, Josepho de Azara y Margarita de Azara… “Sigue el Beato General Cisterciense de la Congregación de Aragón y de Navarra, bendiciendo a los Azara.  
Acaba en Nuestro Real Monasterio de Casbas, en el mes de Febrero de 1606.
Firma el Magister Benedictus  Linás, Abad del Real Monasterio de la Beata María de Escarpe.
Hasta hace escasos años he visitado el Monasterio femenino de la Gloria, fundado en 1173. Fue la Condesa de Oria de Pallars, hija del Conde de Urgel, la que fundó este Monasterio cisterciense de Nuestra Señora de Gloria, pero después de tantos siglos, hace unos pocos años se cerró.
En la bendición que da el Abad a mis antepasados los Azara, no dice nada de que fuera dicho Monasterio un refugio femenino, y parece ser porque era D. Benedictus Linás el Beato General Cisterciense de la Congregación en Navarra y Aragón y esas misiones de bendecir a una familia, eran propias de los hombres, en esta caso del Abad cisterciense de Navarra y Aragón. Los Azara de Barbuñales y los de Siétamo, estudiaron en la Universidad de Huesca. Martín Azara de Barbuñales,  se hizo Graduado en dicha Universidad, Martín Azara en 1587, José Azara y Toro, de Siétamo en 1710, Francisco Mamés Azara Loscertales y Foncillas en 1722 y Pascual Azara de Siétamo en 1732. El mismo Don Pedro Pablo Abarca de Bolea Conde de Aranda fue investido Doctor en Leyes por la Universidad de Huesca, el dos de Septiembre de 1769. En las listas de los alumnos de la Universidad de Huesca, se ve a los Azara de Barbuñales y de Siétamo, parientes  y por la mistad con el conde de Aranda, pues como dice Pallaruelo en su obra, cuando los Azara de Barbuñales pasaban por Siétamo , se paraban a visitar al Conde o a su familia y fue el Conde el que adjudicó a Don Juan Azara de Siétamo,  la Parroquia del pueblo de Puy de Cinca, hoy desaparecido. En dicho apellido hay que destacar a, FELIPE de AZARA, natural de Barbuñales, que siendo militar, se dedicó en el Paraguay, en los límites con Brasil, a estudiar la Biología animal y vegetal, que lo han hecho un científico universal. Está enterrado en la Capilla de los Argensola de la Catedral de Huesca, con los que  les  unía la Historia. Como también los unía con la tía del Conde de Aranda, Doña  Francisca Abarca de Bolea, Abadesa de Casbas y escritora.   
En Sieso, que está al lado de Casbas, se instalaron los Almudévar que subieron desde la Villa de Almudévar y en Casbas todavía quedan individuos con tal apellido. José Almudévar nació en Barluenga y tenía sus antepasados en Sieso, siendo pariente de la Familia Claver, importante en la Historia de Aragón. A esta familia perteneció San Francisco Claver. Esta familia de Sieso tiene a Violante Almudévar, casada con un Claver y fue pariente del Conde de Aranda. En Sieso, limitando con casa de Almudévar, de la que todavía queda una parte del arco de piedras, por el que se entraba en casa de Almudévar, se encontraba Casa de AZARA, cuyos habitantes no sé qué  grado de parentesco tendrían con los Azara de Barbuñales o de Siétamo.  
Todavía vivía el Conde de Aranda, que nació en 1719, durante cuya vida se casaron  José Almudévar con Francisca Escabosa  Azara en Siétamo y viviendo todavía Pablo Segura (escritura de 1773),)  participó en la Historia de España, el Conde de Aranda, cuya vida dedicó desde muy joven a luchar por la grandeza de España, siendo trasladado ya de niño a Italia, donde estudió e incluso luchó y quedó herido. Murió en 1798, retirado en su nueva residencia del Palacio de Épila.
El año de 1795, hacen un tratado de arreglo José Almudévar Altabás  y doña Francisca Escabosa Azara con Mateo Escabosa Azara y su esposa Rosa Sipán,  conyuges (con un hijo a saber Ramón Escabosa Sipán). Manifestaba Mateo no estar conforme con la herencia recibida. Pretende recortar la herencia recibida de Francisca Escabosa Azara y la de su padre Pascual Escabosa, que ya se había muerto. También reclama por la disposición testamentaria de Pabla de Mur, abuela de Francisca Escabosa Azara y de Mateo. Protestaba también por el Testamento de su difunto tío, el cura de Ola, ya muerto Don Felipe de Azara. Reclaman finalmente la Capellanía Laical que poseía Francisca Escabosa Azara, como heredera universal de la Casa y bienes que fueron de sus difuntos padres y abuelos. En Junio del Año de 1725, se arreglaron y el 16 de Septiembre del año 1799, se acabó el pleito. El año anterior de 1798, murió el Conde de Aranda.
“El veinticuatro de Agosto del año mil setecientos quarenta y dos, en el Lugar de Siétamo, otorgaron Capitulación Matrimonial de una parte Pasqual Escabosa Mancebo y de otra María Francisca Azara, doncella. Fueron padres de la contrayente, Don Juan Azara, que hizo su testamento a veintiséis días del mes de Diciembre de Mil setecientos veintisiete y su madre fue Pabla de Mur”.
El año 1813, aparece el Testamento del segundo esposo de Francisca Escabosa Azara, a saber Pablo Segura, que ya estaba viudo de la misma. Pone en el mismo testamento lo siguiente: ”Item quiero que mi cuerpo hecho cadáver, sea sepultado en la Iglesia Parroquial  de Siétamo, y sepultura de mi casa, gastándose en mi Entierro, honras, novenas y cabo de año, y demás sufragios acostumbrados, aquel tanto que a los sujetos de mi clase se acostumbra, y todo a voluntad de mis infrascriptos herederos…y lo mismo la Limosna para el Hospital de Nuestra Señora de Gracia de la Ciudad de Zaragoza”.
Hace poco murió en Ola, mi pariente Otal Escabosa y su viuda, sin hijos, vendió la casa. Su hermana Carmen Otal Escabosa, casada con Rufino Blasco Puente, conocido como Rufino de Antillón, descendiente de una familia noble, adoptó a Elena Otal Otal,  hija de Otal de Ola, casada con un buen labrador de Esquedas, llamado Pascual Martínez Laguarta, de la  que a su vez crían nuevos descendientes de Escabosa. Carmen, poco antes de morir, me llamó por teléfono y se despidió de mí, su pariente, con el que tuvimos, durante nuestras vidas, comunicaciones con ella y con su marido Rufino, en las Fiestas de Ola.
José Almudévar Altabás, junto con su señora María Francisca Escabosa Azara, tuvieron dificultades para organizar su patrimonio, pues entre otras cosas el cuñado Mateo Escabosa Azara y su esposa Rosa Sipán, levantaron un pleito, que parece ser acabó de buena manera, pues en la escritura Apoca de 1776 dice “confesamos haber recibido de María Francisca , de Azara, nuestra Madre y Señora la cantidad de doscientas y treinta libras Jaquesas en parte de pago de las trescientas, que me mandó, y se obligó pagar a mí, dicho Mateo Escabosa en varios plazos, mediante escritura pública de dotación…….y a más confesamos y otorgamos haber recibido de nuestra madre los doce Basos de Abejas o Colmenas, que por la misma Escritura de Dotación me mandó y señaló…….Hecho fue lo sobredicho en el Lugar de Siétamo, a Diez y nueve días al Mes de Diciembre al año contado al nacimiento del Señor de Mil setecientos setenta y tres. Siendo a todo ello presentes por Testigos Don Antonio Los Arcos Cadete del Regimiento de Dragones del Rey, residente en la ciudad de Huesca, y Antonio Morcate Labrador residente en el Lugar de Siétamo”. Todavía queda un pequeño olivar, que está tapiado, donde estaban las colmenas de los Azaras, y se encuentra en la Costera de Siétamo.
En Zaragoza y en el año de mil setecientos ochenta y siete, el Abogado Don Pascual de Azara, dice haber convenido, que “los dichos Pablo Segura, Don José Almudévar y Doña María Francisca Escabosa y Azara, me han de dar  y entregar a mí el Doctor Don Pasqual de Azara o a los habientes mi Derecho, la cantidad de cien Libras Jaquesas ,las que he recibido luego, y de presente, y otorgo Apoca en la debida forma; y además la Canal de un Zerdo de cien o más libras de peso, que deberán entregar para la Natividad del Señor del presente año de MIL SETECIENTOS OCHENTA Y SIETE; y con dicha cantidad recibida, y el referido Zerdo, yo dicho Don Pasqual de Azara me separo, y aparto de cualesquiere  pretensiones, que me pertenecen, y puedan pertenecer en qualquiera manera a los Bienes de dichas Herencias, renunciando como renuncio de todas ellas a favor de la dicha María Francisca Escabosa y Azara, como heredera nombrada en la Carta Dotal para su matrimonio con el referido Don José Almudévar por la Difunta Doña María Francisca Azara, su madre……Y para que conste hicimos el presente por Duplicado en ZARAGOZA a veinte de Febrero de Mil Setecientos ochenta y siete”. Firma Pascual Azara.
¡Cómo el Abogado Doctor Don Pascual de Azara, vecino de la Ciudad de Zaragoza se acuerda de la Casa Azara de Siétamo, para reclamar cien libras Jaquesas, “que me pertenecen en los Bienes y Herencias de mis difuntos padres y hermanos!”. Pero ¡cómo se acuerda de los agradables bocados que tomaba en Siétamo con la dulce miel de la Colmena de la Costera y con la canal de los cerdos de cien o más libras de peso!, cuyo recuerdo le mueve a reclamar “el referido cerdo, que deberán entregar para la Natividad del Señor del presente año de mil setecientos ochenta y siete; y con dicha cantidad recibida,  el referido Zerdo”. Y satisfecho con sus dineros y con la canal de su cerdo: “Yo dicho Doctor Don Pasqual de Azara, me separo y aparto de qualesquiere  pretensiones que me pertenecen”.
Pero en 1771, Mateo Escabosa Azara pretendíó   “saber la cantidad de trescientas Libras Jaquesas, y doce vasos de COLMENA, o Abejar, los que el dicho Mateo se elegirá del  Abejar que tiene la otorgante….”Notas. Extraje la presente a requerimiento de Don Joseph Almudebar, hoy día veinte y dos de Agosto de Mil setecientos noventa y cuatro, en el presente pliego del sello segundo de la que le hice entrega”.
En estos papeles, que he revuelto, salen los alimentos de aquellos años de los siglos XVIII y XIX, como la miel que poseían los Azara y los Almudévar, en aquel Colmenar de la Costera y también se puede observar el interés del Abogado zaragozano de la familia Azara, por la canal de un cerdo, pero encuentro además una carta dirigida por el Alcalde de Siétamo, el día 25 de Septiembre del año 1813 al Señor de Jaso, de cuya personalidad no puedo dar explicaciones, y que esribe: ”Señor de Jaso, muy Señor mío, me hará Vd., el favor de decirme cuanto es cada ración de carne, en dinero, cuantas raciones por cada fanega de Judías, cuanto de Guijas, por ver si podemos completar el número de legumbres, a causa de haber dado 4.000 raciones en carne. Favor que espera de Vs. Su afto. Q. B. S. M. ¿No se trataría de abastecimientos obligatorios, para las tropas, en esos años de la Guerra de la Independencia?.
Vicente Benedé,  Alcalde, añade: ”Un señor llamado Bederrain, contrasta con las siguientes palabras: ”Cada ración de carne en dinero es 3 ¿reales?, y son en legumbres 36 raciones por fanega, no siendo admisibles las arvejas o guijas”.
Se adivina como en aquellos tiempos la alimentación del pueblo era un tanto pobre, lo que ahora hacía que la duración media del tiempo que vivían los seres humanos, fuera más corto que hoy en día.
A Francisca Escabosa Azara, ”le dieron y mandaron y donación propter nupcias, le hicieron a favor de María Francisca Azara , Mujer del dicho Pascual  Escabosa, es a saber la hicieron dueña de todos los bienes  “que fueron y pertenecieron al difunto Juan Azara”.
Era JOSÉ ALMUDEVAR (¿nacido en 1746?) un hombre de una gran actividad, pues cultivaba el negocio heredado de los Azara, referente a los seguros que hacían las Cofradías, cultivaba la tierra, atendía los juicios a los que fue llevado por su cuñado Escabosa, casado con Pepita Sipán…..  atendía a las peticiones de los Azaras para cobrar herencias de los antepasados, atendía también a la labranza con sus riegos y se preocupaba de crear un gran rebaño de ganado lanar. Con esta clase de ganado hizo ventas a algunos, como los de Casbas, que escribieron: “el ganado que nos vendió fue a nuestra satisfacción en el año de mil setecientos noventa y siete”. Se vio combatido por un Administrador del Conde de Aranda, viéndose obligado a arrendarle al Conde las yerbas de Rodellar,  que se encuentra en la Sierra de Guara.
Don Pedro Bezares, cuyo amo era el Duque de Hijar, por muerte del Conde Aranda en 1790, recibió lo que dice esta carta,  escrita por el Ayuntamiento de Siétamo el 27 de Enero de 1807, en que se quejan los miembros de dicho Ayuntamiento, diciendo que: ”No podemos persuadirnos haya juicio tan poco fundado, que de unos tales antecedentes saque por consecuencia que el Ayuntamiento de Siétamo ha vejado y provocado al Administrador. Vuestra Merced se confiesa amante de la paz y lo creemos, pero al mismo tiempo confesamos de buena fe, que mientras no tenga otros informes, que los que manifiesta la que motiva esta contestación o será más seguible o muy difícil que Don Josep Almudébar pidiese permiso para que sus cabras paciesen el carrascal, ni hace caso, porque cualquiera tiene derecho para pedir, en su juicio, cualquier cosa puede suceder. Que la primera vez ya le intimaron por causas, razones, litigios y averiguaciones, y ofreció a los Monteros veinte pesetas, que nunca hubiera dado, si ellos cumpliendo con su obligación, se hubieran negado a admitirlas, no es tampoco de la inspección presente. Si entonces el Señor Irigoyen hubiera obrado con arreglo a leyes y ordenanzas, Almudébar hubiera pagado su pena y hubiera callado. Lo que no admite disimulo  y parece fuera de toda razón es, que habiendo el mismo Almudebar, legado sus cabras al Ayuntamiento de Ola, o habiendo comprado para ellas el pasto, estando con ellas las de Ola y otras forasteras en un mismo  día, hora y lugar. Y a esto dice Vm., que si por cumplir el Sr. Administrador con su obligación, que no presenta otras pruebas de su cumplimiento, que una pasión dominante, un encono manifiesto y un odio declarado, porque siga Vm., si aquí hubiera obrado la Justicia no eran igualmente dignas de pena las demás cabras, y si las de Almudébar por forasteras estaban sujetas a la íntima, no había otras igualmente forasteras. Y si es que paciar (o pastar) un puesto prohibido no era puesto con razón que respondiesen los que habían reunido su contingente por pastarlas, y no el que ya había pagado el pasto. Nosotros, Señor, no hemos estudiado de propósito las leyes, pero sólo la luz de la razón nos presenta estas cosas como evidentes.
No es menos injusta la tercera pena con la que sólo fue castigado el ganado de Almudebar, estando junto y en el mismo puesto con otros, pero respecto a esto sólo tenemos que decir que precitado el Montano a señalar el punto donde le había intimado, juró que tal punta, la que no estaba vedada, pero que lo apenó porque no sabía por dónde iba la mojonación o muega de la dehesa. Esta sí que era obligación de Irigoyen, informarse si los Monteros saben los términos de su jurisdicción, y los lugares que saben cuidar. Esta especie de encono se mostró mejor cuando Irigoyen, informase  si los Monteros saben los términos de su guardición, y los lugares que saben cuidar. Esta especie de encono se mostró mejor cuando Irigoyen hizo juntar al pueblo algunas reses de Almudébar,  las que a instancia de la Señora Administradora dejó libres después de haber recibido por la pena, cuarenta Reales Vellones. Vm. nos  hace muy poco favor y hablando más propiamente mucho disfavor, en pensar que nos agraviamos porque Irigoyen cumpla con su obligación. Sabemos muy bien que con esto no debe agraviar a nadie, pero no alcanzamos y aun negamos que el que tiene obligación de cumplir con la Justicia, satisfaga su deber, obrando contra ella. Dice Vm. Que la calumnia se ha de descubrir, nosotros no deseamos otra cosa que el Señor Duque tiene sus archivos, esto ya lo sabemos, pero creemos que los tiene para dar la razón a quien la tenga, y contamos con el brazo de su clemencia para que nos mire como a los hijos y con la Justicia para que nos castigue si lo merecemos y para usarla con quien abusando de su nombre y autoridad, nos oprime.
Nuestra mayor satisfacción será que su Excelencia pueda llegar a informarse del enredo y de la “molanga” y juntamente de sus autores. Dice Vm. Es increíble que el Administrador haya dicho lo que referimos y nosotros a no decirlo. Nos, no entendíamos que podía Vm. persuadirse que mentíamos cuando tenemos tanto horror al enredo, al embuste y a la impostura, que solamente por desvanecerlas damos los pasos que somos y que son bien contra el amor que tenemos a la verdadera paz y tranquilidad. Por fin Señor,  si a Vm. No se le oculta lo ocurrido con los Administradores antecesores a Irigoyen, acaso se le ocultarán los motivos que para ello hubiera y esto no es del caso presente. Vino Irigoyen, era, como Vm., dice, hombre cabal, le recibió el ayuntamiento con música y se le hacía por las noches en su Palacio. Así es y ya es tan malo como los otros, dice Vm. Pero quien le tiene la culpa, si nada más fuera que tan malo no pasarían  tantas trapisondas. Nos pregunta Vm. que quien nos acomodará. Respondemos que un hombre cabal, íntegro, justo, imparcial, fiel observador de los derechos de su Amo y de los del pueblo. Y si un tal, dice Vm., que no hallará en todo el género humano, decimos que se hace  Vm., poco favor a sí mismo y a sus semejantes.
Si algún exceso se ha cometido contra Irigoyen, como fueron las piedras que se retiraron, lo primero es en algún modo pudo dar causa para ésta ( que según los efectos no fue más que chanza) la misma familiaridad suya con gente no del juicio más sentado, lo segundo no se sabe quienes fueron, lo tercero el no requirió a la Justicia para que se averiguara, lo cuarto nunca pudo ser motivo para que saliese por el Pueblo con los monteros animados, mandándoles que si alguno sabía,dispararan, lo quinto que la Justicia salió y en todo el Pueblo no halló otra puerta abierta que la de Irigoyen, a las siete se oyeron cerca del Palacio algunas escopeteadas, y no podremos sospechar( si) fueren los mismos Monteros que dispararon para abultar más la cosa. Y caso de que así hubiera sucedido( que es lo más probable  o creíble) tampoco estañaríamos hubiesen sido los mismos, los conductores del escaño, pero todo esto, ya conocemos, no es más que adivinar y conjeturar,pero nadie ignora que no se permiten otras pruebas, mientras ignorándose los líos, pero por eso mismo suplicamos que Vm. eche  mano de los medios que le parezcan más oportunos para ahogar unas disensiones tan perjudiciales al bien estar de Vm..de nosotros y de nuestro Señor Temporal que nada desea con má ansia que en paza interior y el mejor estar de estos sus fieles vasallos. Si a Vm. parece se presenten ahí las personas de quienes haya mayor satisfacción o venir Vm. a informarse boca a boca de la verdad, nosotros nos alegraremos lo haga. Y en fin, por el incomparable bien de la paz estamos prestos a someternos a cualquiera providencia que indudablemente haya de contribuir a la tranquilidad pública. Esto es lo que con mayor encarecimiento pide todo este pueblo al Señor que guarde la vida de Vm., tantos años como desea éste.
Ayuntamiento y Justicia de Siétamo
Añaden los miembros del ayuntamiento, lo siguiente: ”Pero esto aunque pruebe la atención de los Señores del ayuntamiento que entonces era, nunca sería una prueba de la bondad de su conducta sabiendo que este año también nos presentamos el día de Reyes, habiendo primero enviado al Escribano, y no se dignó este señor de acompañarnos y respondernos con la política que esperábamos, pero queremos conceder (pues no tenemos testimonio en contrario, ni queremos juzgar temerariamente) que fuera entonces buena  y ahora ya es tan malo.
Señor Don Pedro Bezares, Administrador General del Señor Duque, nuestro Señor”.
En un folio, que conservo por el interés puesto por un señor de Fañanás, encontrado entre otros muchos de la Familia Azara, pone lo siguiente: ”Año 1746, yerbas de Rodellar.- En el Escrito pone: “Valga para el reinado de S.M. de S.D. Fernando el VI”. Ante vuestras mercedes Señores Alcalde y Regidores y Ayuntamiento de este Lugar de Siétamo por eso Don Narciso de Arrieda residente en el mismo Lugar en nombre y como Procurador legítimo que es del Excelentísimo Señor Don Pedro Pablo Abarca de Bolea Ximénez de Urrea, Conde de Aranda, Marqués de Torres constituido en tal mediante Poder hecho en la Villa de Madrid a once de Enero del año mil setecientos cuarenta y dos y por Bernardino de Brenaga,vecino de ella, testificado el que se halla transubicado en la Real Audiencia de este Reino y Escribanía de Don Juan Antonio Ramírez Escribano de Cámara en el mismo mes y año y en dicho nombre requiriéndose que bien saben Ustedes a ignorar no pueden que otro Excelentísimo Señor Conde como Señor temporal de dicho lugar es dueño y  verdadero poseedor de sus terrenos Montes y entre ellos del Producto de Yerbas llamadas de la demba del  Rodellar arrendándolas a personas que le ha parecido y que por beneficiar a los vecinos de dicho Lugar les ha permitido, el subir a pastarlas con sus ganados, pagando el tanto de ese compense= Que al presente tiene dicho Excelentísimo Señor Conde su principal arrendador para dichas dembas que le da en cada un año cuarnta y seis Libras Jaquesas, quien no quiere admitir ganadero alguno de este Lugar: Por lo que requiero a Ustedes que si por al tanto quieren tomar a su mano los Ganaderos Vecinos de este Lugar, las referidas yerbas se les hará presente el arrendamiento correspondiente y de lo contrario se pasará a hacer a la persona que ofrece dar dichas cuarenta y seis Libras Jaquesas y será de cuenta y riesgo de ustedes, los perjuicios que en ello se causasen, lo requiere el Notario que presente está que de todo testifique acto público para los fines y efectos que convengan al Dueño de mi Principal=(B) Narciso Arviada= Concuerda esta copia con la original Célula, que menciona que por ahora quede a mi cargo a que me remito y doy fe de paz para que de ello conste de el Infrasquito Notario vecino de la Ciudad de Huesca doy el presente que signo y firmo en el Lugar de Siétamo, a cinco días de el mes de Octubre de mil setecientos cuarenta y seis años.

En testimonio de verdad”.
Martín de Asín y Almudébar.”
Pedro Bezares contestó a los Señores Junta y ayntamiento del Lugar de SIETAMO.
Muy Señores nuestros: La benignidad de mi amo que es incomparable quando se trata de proporcionar alivio y todo favor a sus vasallos, me manda de todo quanto me esribieron últimamente, que pase yo en persona a ese Lugar, y que a viva voz oiga y acuerde con los medios capaces de tranquilizar el Pueblo y de hacer renacer aquella dulce paz, que  es el manantial precioso de toda felicidad. En su consecuencias dispondré mi viaje el tercer día de la próxima Pascua, y no lo hago antes porque no ignorantes de la Semana Santa,es destinada la Iglesia y cuyos oficios podrán preparar nuevos ánimos para entrar de buena fe y con un verdadero propósito a tratar de un punto, que conseguirá proporcionar a todos la tranquilidad interior y exterior.
Repito a Vds. Mi fina voluntad y deseo de complacencia.
 Zaragoza 18 de Marzo de 1807.
 Pedro Bezares.”
José Almudévar Escabosa fue, como explica el Arbol de la Familia de Almdévar, de notorios infanzones del Solar, y Casal de Sieso, el quinto hermano de los hijos de Juan Francisco Almudévar con Magdalena Altabás de Grañén. Fue bautizado en Barluenga el uno  de Febrero de 1746. Un hermano suyo se casó en Torres de Montes, otro en Torres de Barbués, él se casó con Francisca Escabosa Azara en Siétamo, pero tuvo en hermano, que debió de ser sacerdote porque en casa Almudévar de Barluenga tenía objetos litúrgicos del Monasterio de Montearagón. Por cierto que al morir este hermano tan religioso, José devolvió al Abad de Montearagón, dicho objetos religiosos, a donde los llevó sobre los lomos de un asno. Cuando se casó en Siétamo con Francisca Escabosa Azara, siguió trabajando en el campo y con el ganado que lo subía a pastar a la Sierra de Rodellar.  
De la influencia en la vida del Monasterio de Montearagón pasó a vivir dependiendo del Palacio de los Condes de Aranda para pasar a la Administración de los Escribanos del Duque de Hijar. El Duque debió acabar su paciencia con los cobros  a los campesinos y decidió vender su Castillo- Palacio. De ahí se pasó a la compra por el descendiente de José Almudévar, a saber Manuel Almudevar Cavero, que compró el Palacio, que quedó destruido en la Guerra Civil de año de 1936.
Los hombres van pasando por la vida, trabajan unos, otros guerrean y todos acaban o acabaremos en este mundo.

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