jueves, 2 de julio de 2020

Ramón Arizón Duch, viator oscense


Por Osca o Huesca pasaron y pasan todavía, varias vías romanas y el que por ellas caminaba era calificado como viator o caminante por esas vías.
Y Ramón nos ha salido doblemente viator, porque después de ser alumno del Colegio de Huesca, se hizo hermano de la Congregación que fundó este Colegio en el año 1926 y que le llevó a andar por el Nuevo Continente. Muchos antiguos alumnos lo conocían y conmigo y con nuestros hermanos, es decir los suyos y los míos, nos juntábamos a jugar en la Torre de Casaus. Yo, de muy niño estuve en su casa del Coso Bajo en alguna ocasión y conocí a su padre y a su madre, auténticos señores aragoneses. Su madre era hermana del oculista oscense Doctor Duch, del que el Doctor Barraquer de Barcelona, afirmó que era un sabio conocedor de la especialidad. Vivían en un piso de su misma casa dos tíos suyos a los que conocí cuando iban a pescar a Siétamo, en el río Guatizalema. Otros conocen a los Arizón por ser los dueños de la Torre de su mismo nombre. Su hermana mayor Clotilde,se casó con un catedrático del Instituto y siempre sonreía.Bernardo estuvo muchos años fuera de Huesca,trabajando de Ingeniero, pero volvió a vivir a Huesca y siente amor al al arte,porque me enteré de que era alumno del Centro de Retauración de las Capuchinas y Enrique ha estado ejerciendo de funcionarioen el edificio oficial ,que se encuentra cerca del Gobierno Civil.Ramón era el hermano pequeño poseyendo un carácter bondadoso, tratándose con todo el mundo y de su amor a la humanidad,se hizo Hermano de San Viator. Su figura oscense me recuerda la de aquellos españoles que caminaron por las tierras americanas,consiguiendo formar veinte naciones en el continente. En Norteamérica, a unas tierras ásperas como las nuestras de los altos de Monrepós o de Guara, las bautizaron con el nombre de Arizona, que como las citadas está llena de “erizones’.
Los modernos viatores españoles sintieron la necesidad que sintieron sus hermanos franceses de extender su congregación por Canadá, de hacer lo mismo por América del Sur y fundaron su Congregación en Chile. Allí acudió Ramón, donde trabajó enormemente en cultivar la cultura que allí habían llevado los españoles y los altoaragoneses, ya que en las estribaciones de los Andes, se encuentra un templo dedicado a la Virgen de la Carrodilla, fundado por un altoaragonés, nacido en Estadilla. Yo he acompañado a un ilustre americano al Templo de la Carrodilla de Estadilla. Últimamente, impulsado por su vocación viatoriana, participó en la fundación en Bolivia de actividades que durante siglos llevaron a cabo los misioneros españoles y poco antes de su muerte, compró en dicho Pais, un edificio digno de ser un palacio por su destino religioso y cultural, que le recordó el palacio de los Duques de Villahermosa y Condes de Guara de Huesca, en el que el año 1926, empezaron su misión en dicha ciudad, los Clérigos de San Viator.
‘Ad mayorem Dei gloriam’ trabajó Ramón para conseguirla, pero hay que tener en cuenta que a su ciudad de Huesca le ha dado también honor y gloria.

1 comentario:

  1. Muy estimado Don Ignacio,
    Fue un pálpito de alegría haber encontrado sus prosas con su noticioso escrito histórico y biográfico, de su coetáneo Ramón Arizón.
    Él fue mi profesor, y por cierto que mi querido “padre Ramón” le ha dado honor y gloria a su ciudad natal, tanto como a sus parientes y amigos.
    Le agradezco mucho su amable estilo de escribir sobre este hombre de Dios.
    Personalmente me siento privilegiado de haberlo tenido como profesor y guía en el Colegio San Viator de Ovalle, Chile. Fui parte de la segunda generación de egresados del Colegio, ya hace un rato.
    Debo dar gracias a Dios, a los Clérigos de San Viator y al padre Ramón por haberse entregado en vida, para el beneficio de los demás … entre ellos, yo.
    Puedo comprender ahora que la base cristiana que me dió el Colegio, los Clérigos de San Viator, y en particular nuestro profesor jefe, el buen padre Ramón, con su paciencia, rectitud, sabiduría, y amabilidad, influyeron en mi comportamiento en la vida, que me ha llevado por caminos de paz y bienestar.
    Puedo razonar hoy y comprender que este buen hombre, fue un fiel seguidor del hijo de Dios y entregó literalmente su vida, por el beneficio de los demás. Dejó a los suyos y se vino a un lugar lejano, donde se le necesitaba para impartir conocimiento científico y cristiano.
    Lo que soy hoy, en buena parte se lo debo a los Clérigos y al buen padre Rámón, que ciertamente transitó por el camino de la santidad.
    Siempre me ha entristecido, no haberlo buscado antes de su muerte, para agradecerle su entrega en el colegio y para hacerle saber personalmente mi gratitud.
    Quedé en deuda con él. Es así, que estaré muy complacido si puedo seguir la huella de sus parientes y amigos, para al menos desahogar con ellos, mi gratitud y palabras de agradecimiento, hacia este buen hombre.
    Tengo avidez de saber, a través de su vívida prosa, de más pasajes de la vida de su extraordinario coetáneo Ramón, los detalles de su tránsito de la niñez a la adolescencia, tanto como los lugares que visitaba, así como la ubicación en Huesca de la casa donde vivía,
    Con el objeto de hacer saber de mi gratitud a mi profesor y formador padre Ramón, mucho le agradeceré su gentileza de darme algún contacto de sus hermanos o parientes.
    Por último, le comparto un documental fotográfico, que en algún momento hice, que tiene un carácter biográfico e histórico de mi querido Colegio, que le dará una pincelada del enclave y espíritu de él: https://www.youtube.com/watch?v=az-1nXj5POU
    Con mis fraternales respetos,
    Claudio Rodrigo Hurtado Labarca
    rhfluids@gmail.com

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