Nos ha devuelto la República Argentina, hermosa y variada en montañas y llanuras, la palabra escrache o escracheo. Los ciudadanos se han quedado extrañados al leer y escuchar tal palabra, cuando entre nosotros también existe. El Periodista Mariano Grondona dice que “el escrache es una agresión física que no llega a ser cruenta, contra aquellas personas a las cuales sus agresores procuran menoscabar simbólicamente delante de la sociedad”. Para algunos el escrache es un acto de violencia, que inclina a perder el respeto a la dignidad de los escracheados. Sí, hay quienes no admiten el escracheo, pero es difícil no sentir simpatía o antipatía por el escrache o por el ofendido en este problema. Dicen que un 78 por ciento de la gente no ve ninguna acción mala en un escracheo, cuando éste se realice de un modo pacífico y un dieciocho por ciento cree que su acción es un delito contra los políticos.
Esta palabra de escrache no se encuentra en el Diccionario Espasa- Calpe ni en la Enciclopedia de Larousse, como tampoco se encuentra en ninguno de ellos la palabra esclache o esclachar y sin embargo se encuentra la palabra escachar. Escachar en Argentina quiere decir cascar o destripar y en la Enciclopedia Larousse: cascar, aplastar, despechugar; vulgarmente romper. En el Espasa- Calpe, pone resultados parecidos, como escachar, cascar, aplastar, despechugar, cachar o hacer cachos y romper.
Pero en el Diccionario de voces aragonesas de Don Jerónimo Borau, publicado en la Imprenta de la Diputación de Zaragoza el año de 1884, escachar quiere decir despachurrar o mejor aplastar, machucar, chasquear y dejar burlado. Y la palabra esclafar, que aparece en la página 227 del mismo Diccionario de Borau, quiere decir machucar, chafar, quebrantar. También se dice esclafar los huevos, por cascarlos, partirlos o abrirlos. ¿ No está relacionada la expresión popular, que dice ¡vete a “cascala”, con esclafe o esclache, acción de cascar los huevos y las situaciones opresoras del pueblo?. Eso de romper o escrachar lo han tenido que hacer durante toda la historia, pues basta ver que de las lenguas occitano- romanas, procede el verbo escrachar. En la lengua francesa, se encuentra la palabra escrache, que a los franceses, les hacía estar encolerizados contra males físicos, como el “muermo y la úlcera”, pero otras veces hacía estar rabiosos a los franceses contra actos humanos, a los que se quería combatir con imprecaciones medievales. Dicen que hay justicia en el Mundo, pero queda un gran espacio que la busca y que no la encuentra y por eso hay hombres que escrachean. Sí, escrachean algunos con Teatro callejero, otros con pintadas frente a los domicilios de personas egoístas y criminales, aunque otras veces son búsquedas del arte que no pueden alcanzar los que las pintan. Arrojar huevos frente a domicilios y contra individuos que han jugado con el dinero ajeno en los Bancos, teniendo en cuenta que esta forma de escracheo, ya viene desde siglos, “no se sabe si de los mismos huevos o de las gallinas”.
Dicen en la Argentina que el escrache, es un procedimiento del pueblo, para pedir la justicia, cuando ésta no se hace o por descuido o por imposibilidad de hacer una condena de un delito. Una Agrupación llamada Hijos, lanzó este lema: “Si no hay justicia, hay esclache”
Algunos definen el esclache o escracheo como una demanda popular, contra personas que han cometido violaciones de los derechos humanos o que están hundidas en la corrupción. Para llevar a cabo esa demanda, se realiza a veces con sentadas, canciones o pintadas, frente al domicilio particular e en lugares públicos. En Huesca, en la cuesta que sube a la Catedral, para la Fiesta de San Lorenzo, un grupo de amigos demandan al Ayuntamiento, no sé si será contra la supresión de la circulación por ciertas calles o por cualquier otro motivo.
En España los afectados por la rotura de sus hipotecas, defienden el escrache como una pacífica forma de protesta por no hacer caso los poderes Político y el Bancario, a las personas que se han hipotecado con sus pisos. Los políticos que tienen la obligación de buscar el bienestar y la justicia, iniciaron la concesión de créditos para que el pueblo comprara pisos y después, al llegar la crisis, ¿cómo no adivinaron la llegada masiva de las hipotecas?. El periodista y escritor Isaac Rosa dice: “los antidesaucios no han empezado por los escraches, sino que antes de llegar hasta aquí, han ido subiendo todos los escalones previos: confianza en el sistema ( que los dejó tirados), denuncias en los juzgados (pero la ley hipotecaria los desampara judicialmente), peticiones a los gobernantes (oídos sordos), manifestaciones (ignoradas o reprimidas), paralización de desahucios (recibiendo a cambio más policía)…….y ahora, después de consumir todos los cartuchos anteriores, el escrache.
Está este mundo confundido con el escrache, el escracheo, el escachar y todas esas palabras con el mismo significado, cómo está confundida la política con la justicia y la hipoteca.
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