El francés Lucien Briet con su escritura
ha iluminado la soledad de Guara y de todo el Pirineo. Los hermanos VALERO
abandonaron su casa y algún visitante de Used la quemó, pero ellos no podrán
jamás olvidar cuando participaban en la ruta del vino y del aceite, que subían
desde Los Molinos de Sipán. Desde este pueblo iniciaban el ascenso hacia
Santolaria ,Cuello Bail, paso de ganado por el que subían los hombres y sus
caballerías, por una Costera, que rodea el monte Bail. La Costera empezaba a ascender desde las Managuas
y llegaba al Mesón de Santolaria. A la derecha se veían allá abajo, el Pantano
de Vadiello y el río Guatizalema, que baja desde Nocito. Llegados al Mesón, se
encontraba más allá el monte perteneciente a Santolaria, al que llamaban el
Camerage, en una de cuyas laderas se encontraba la caseta de Bruna. Es un monte
alto, en cuyas laderas se criaban patatas, que luego se vendían en el Somontano
para sembrar.
Me acuerdo que un año que llovió mucho,
Faustino Valero, cuando tenía catorce años y con otro muchacho, se vieron
apurados para llegar a Used y durmieron en la caseta de casa Bruna. En Castejón
de Arbaniés vive el señor Nicolás Fañanás, que es descendiente de casa Bruna de
Santolaria. En aquella caseta pasaban temporadas vecinos de Santolaria e incluso los hermanos Valero, participaron en el pastoreo de ganado
lanar por aquellos montes.
En la ruta del vino y del aceite, bajaban
patatas para sembrarlas, sobre los lomas de esas caballerías , aparejadas con sumo
arte, con las que podían presumir. En el Somontano, aquellas patatas probaban
muy bien y daban buen resultado. Vendidas las patatas en el Somontano y con su
dinero compraban aceite y vino, de los que unas veces cargaban con dos boticos
de vino por macho y otras veces con dos
boticos de aceite.
Siguiendo el camino a Used, pasaban por
el Monte Camerage de Vallés de
Castilsabás, y desde el que tenían necesidad de bajar a cruzar el río
Guatizalema, para llegar a Used.
¡Cuántas veces los hermanos Valero encontraron
nieve en sus expediciones por la Sierra para llevar el aceite y el vino
a su casa de Used!.
En una ocasión era tal la cantidad de nieve que dificultaba
su marcha, que tuvieron que soltar los ramales que unían la cola de un mulo con
el cabestro del siguiente y dejarlos caminar solos.
Aquellos animales, además de tener una
figura artística, eran inteligentes porque llegaron sanos y salvos a las
cuadras de Used.
Pero no sólo cuento lo que hicieron
durante siglos, los hermanos Valero y sus antecesores, sino que se me brinda la
oportunidad de escribir sobre la nieve, que cae en la misma Sierra en
abundancia y la qué con menos fuerza, cae en las laderas del
Somontano e incluso, a veces, en la Tierra Baja.
Ahora están construyendo la Autovía que
ha de subir a Francia por Canfranc y en el pueblo de Arguis, se ha creado una
carretera que sube al pueblo de Belsué, que se encuentra en el Valle de Nocito.
Cuando yo era veterinario de Bolea, no podía ir a Belsué con mi moto, por una
carretera, que no existía. Cuando lo fué, tuve que subir a Belsué por la Ermita
de Santa María de la Peña, entre Bolea y Apiés. ¡Ya han pasado muchos años
desde entonces!, pero a pesar de haber
pasado más de sesenta años, todavía me acuerdo de los habitantes de Belsué,
amables y cuidadores de sus animales, que eran cabras, ovejas y caballerías.
Han pasado, desde entonces unos sesenta años y mi nieto Pablo conoció a un pastor jubilado de Belsué, que
se acordaba de mí como aquel que recuerda su trato, en años jóvenes. Mi nieto, Pablo, estudiaba en
Pamplona la Carrera de Cine, que trata de la Comunicación Audio
Visual y el pastor José María Aquilué , al explicarle mi nieto la necesidad que tenía de escribir sobre el
oficio de pastor, se le ofreció y le hizo vivir, con sus esquillas ,con sus aperos pastoriles y con los perros de
pastor, las obligaciones, que toda su vida había realizado con sus ovejas y
cabras.
Poco tiempo después de presentar mi
nieto, su trabajo, tuvo que ir a recibir un Premio en Urrea de Gaen, donde lo
llevó su tía Pilar. Han sido numerosos los premios recibidos por mi nieto Pablo
en cuestiones de Cine, pero hoy me limito a éste, qué según su corazón
agradecido, le obligó a visitar y a agradecérselo al Pastor José María Aquilué,
que le premió con las viejas riquezas del Pastoreo.
La distancia entre Huesca y el típico
pueblo de Belsué es moderada y a mi yerno Santiago y a mi sobrino Pablo, a
pesar de que se veía la Montaña de color blanco, no les dio miedo, subir en el
coche para llevarle al sabio pastor José María un saludo de agradecimiento.
Estábamos en el mes de Enero, pero el ambiente no parecía de que iba a
nevar. A mí me colocaron en el coche y
me subieron al pintoresco pueblo de Belsué, para agradecer al pastor, ya
jubilado, las lecciones que le había dado a mi agudo nieto, Pablo Adiego
Almudévar.
Subimos ,pasando por Arguis hasta un
túnel cerrado, desde el que había que bajar al pueblo de Belsué. Amenazaba el
cielo con mandar la nieve sobre nuestra ruta, pero llegamos a encontrarnos con
el pastor José María Aquilué, en su pequeño pueblo. Al vernos, se alegró
enormemente y nos hizo subir a su casa, a la que escasamente pudimos llegar,
porque patinaban las ruedas del coche. Bajamos del coche y subimos a su elevada
casa. Allí nos sirvió “laminerías”, acompañadas por un buen café.
Estábamos felices, pero el cielo se iba
cerrando con nubes espesas, cogimos y miedo, los tres visitantes, nos tuvimos
que subir al coche, para volver a Huesca.
José María estaba un poco triste de ver
que se estaba cortando la inesperada visita, pero desde lo alto del pueblo, se
quedó mirando la dificultosa marcha del coche, que se había aumentado con la
nieve, que caía sobre el pueblo.
Subimos
con dificultad la cuesta que nos separaba de la carretera alta, al lado
del antiguo túnel, llegando a pararse el coche, en algún tramo, pero al llegar
al túnel, se disolvieron las dificultades para llegar a Huesca.
Allá abajo estaba mirándonos el pastor
José María y nosotros a él y fue un tanto triste esta despedida obligada por la
nieve. Gracias a San Urbez, se quedó el
pastor en su pueblo montañés y nosotros pudimos, ya sin dificultades, bajar a
Huesca. Esta ciudad está muy cerca de la nieve y los oscenses la contemplamos
con cariño, pero a veces, nos acordamos, como hicieron los hermanos Valero de la dificultad que tuvieron para
llegar a su pueblo de Used . De esa ocasión se acuerdan mucho los hijos de la
Sierra de Guara.
La última vez que nos pasó a mi yerno ,
a mi nieto y a mí, fue hace escasos días ,subiendo y bajando con rapidez a
Belsué, para volver a Huesca.
Mi nieto Pablo reflejaba en su rostro la pena que le dio tener que
abandonar a su Maestro-Profesor , pero al llegar a Huesca exclamó: el próximo
día que venga a Huesca tengo que ver a Jose María, mi profesor durante mi
carrera , sobre el pastoreo en la Sierra de Guara.
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