jueves, 13 de septiembre de 2012

El amor de Guati y de Zalema



Muchas veces escuchamos con gusto lo que ocurre lejos de nuestra tierra y no nos interesamos por lo nuestro, que no valoramos. Hemos leído relatos y visto películas sobre Romeo Y Julieta, italianos, que se amaron tanto, que murieron por su amor. Así lo relata la canción:” No somos ni Romeos ni Julietas, aquellos que murieron por su amor…”, que con su pegadiza música nos recuerda aquella historia de amor.

Como aragoneses todos conocemos los amores de Diego e Isabel, los amantes de Teruel, que los llevaron a una trágica muerte. El pueblo, que está en posesión del sentido común, los recuerda con simpatía, pero piensa que todos los excesos son malos y lo explica diciendo, ”los amantes de Teruel , tonta ella y tonto él” y es que el amor entre un hombre y una mujer, debe conducir a la vida y no a la muerte.

Como he dicho, conocemos muchas historias de amor, pero no sabemos nada de la que sucedió entre Guati, cristiano de Siétamo y Zalema, mora del pueblo de Argavieso. Ahora ya la conocemos, gracias a una novela histórica, de autor desconocido. El río Guatizalema se presta a los amores, como habéis podido comprobar al recorrer durante el verano sus orillas. Y esa misma cualidad de nuestro río intuyó  el autor de la dicha novela histórica, cuando escribía: “¿Cómo era posible, decía yo, que entre estos sitios tan amenos, tan pintorescos, tan poéticos, dejasen de amarse locamente sus habitantes en aquellos siglos románticos y caballerescos?.  ¡Ya lo creo que se amaron los ribereños del río Guatizalema, pues lo hicieron hasta la muerte!.

La fe en Dios por parte de Guati y la fe en Alá por parte de Zalema, ha hecho que vivan juntos en el cielo. Bueno sería que esa fe monoteísta en un Sólo Señor, nos sirviera para convivir con judíos y moros, no sólo en el cielo, sino aquí abajo, pues nuevamente regresan a España, después de ser expulsados, hace quinientos años, cuando aquí en Siétamo, todavía persiste un cementerio musulmán, que mira al Oriente.

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