sábado, 8 de enero de 2011

ARRARO


Arraro es el nombre de un antiguo pueblo de nuestra Sierra de Guara y que suena a algo raro, a algo extraño, pero si ahora resulta dicha palabra con tal significado, en otros tiempos, cuando nuestros antepasados los ilergetes hablaban la lengua vasca, ya Arraro significaba raro, extraño, lo que no llamaba la atención de los habitantes de nuestra vieja tierra.

Si que es raro ver en un lugar tan apartado de la Sierra de Guara, los restos de un antiguo pueblo, que fue repoblado en la terminación del siglo XI. Se escribe que la ermita de Nuestra Señora de Arraro tiene una fecha (13-2-993) en la que dicen que se edificó o más bien se comenzó a edificar o ¿ no se referirá dicha fecha al Castillo desaparecido?. Resulta raro efectivamente que se construyera un pueblo, en una zona casi sin tierras de cultivo, alejada de zonas pobladas, pero tiene una explicación, ya que se fundó para ayudar a los cristianos a salir de la Montaña y para desde allí, empezar a reconquistar la Tierra Baja, cuyas puertas constituía el pueblo de Arraro, ya cerca de Huesca capital de la Plana o Llanura. No es raro, por tanto, que con tales intenciones se fundaran pueblos como Arraro o Castillos como el de Loarre, ya que Huesca se conquistó en 1096.

Fray Alberto Faci escribió que “En un altísimo Monte contiguo a la Sierra llamada de Guara, hubo antes de la pérdida de España, un Pueblo, llamado Arraro: vencidos Aragón y sus Montañas por los árabes, los cristianos de Arraro, siguiendo la práctica de otros, escondieron en una cueva, no distante del Templo de Nuestra Señora y de aquella población, una imagen de Nuestra Señora, que veneraban en su Iglesia Parroquial, para que oculta, se librase de las sacrílegas manos de los sarracenos; en dicha cueva estuvo la Sagrada Imagen escondida, hasta que venciendo nuestros Reyes a los moros, quedaron Guara y sus Montañas libres de su poder tirano; por este tiempo se cree, que fue hallada la Sagrada Imagen en la cueva y fue restituida a su Iglesia de Arraro, de donde tomó su nombre, y desde entonces es venerada en Panzano y otros pueblos vecinos, con singular devoción”.Es la Sagrada Imagen de madera; está sentada en una silla de la misma materia, y no es pequeño milagro, haberse conservado en sitio tan húmedo entonces, y después de tantos siglos, libre de la corrupción, que consume tanto cualquier madera”.

Una copia de la Virgen de Arraro, destruida la original durante la Guerra Civil española, se halla en la Iglesia de Panzano.

Desapareció el pueblo de Arraro y ahora Panzano, en cuyo término están enclavados el monte y la ermita de Arraro, se ha convertido en un pueblo de muy pocos habitantes, situado a unos veintinueve kilómetros de Huesca, dentro del territorio que actualmente se denomina Parque Natural de Guara, y antes estaba unido a los pueblos de Santa Cilia de Panzano, al pie mismo de la Sierra y al, actualmente despoblado pueblo de Bastaras, que a modo de colonia funciona, cercado de vallas, como coto de caza y quedan dentro de ellas, por ejemplo, la cueva de Chaves, que ha pasado a ser un enorme yacimiento arqueológico del Paleolítico hasta la Edad del Bronce. A poca distancia de Chaves se encuentra la cueva de Solencio, que a veces trae grandes inundaciones al salir de ella el agua acumulada. Conocidos eran los caminos del vino, del aceite y de la harina, que bajaban o subían desde la parte norte de Guara, hasta los pueblos inferiores, con los que las gentes montañesas trataban aquellos alimentos que necesitaban para pasar el invierno y al mismo tiempo vendían las patatas que habían producido, a los somontaneses. Camino había desde Nocito a Santolaria pasando por la ermita de Sescún, pero existían también otros cuatro que bajaban desde Used, Zamora y Bara; se unían ya cerca del Cabezo de Guara (a l.870 metros.) y bajaban pasando por cerca de la cueva de la Grallera, superada la cual unos se dirigían a Santa Cilia de Panzano, desde donde bajaban a Panzano, mientras otros ya se habían marchado a Bastaras. Estos caminos no creo que los pudiera comprar nadie, por lo que me parecería oportuno que quedaran libres para ser usados por los excursionistas, turistas y estudiosos y más ahora que la comarca en que se encuentran, se ha convertido en Parque Natural de Guara. Al contemplar como el camino de Santiago que entra en Aragón por Canfranc, se desprecia, cuando allí en Roncesvalles se recibe a los europeos como si no hubiera más caminos a Santiago de Compostela. No es una casualidad encontrar la palabra vasca Arraro por estas tierras, pues se encuentran muchas otras, unas de pueblos ya desaparecidos hace ya muchos años, como Isarre, que parece expresar la hondura en que se encuentra, debajo de Guara, que puede equivaler al vasco Gora (arriba) y otros, como Zamora que primero fue pueblo, después pardina y por fin, no hace muchos años, desapareció. Zamora en vasco quiere decir "que tiene astucia, maña y sagacidad", como efectivamente tenían y aún quedan algunos habitantes por aquellas proximidades que las tienen, aunque no las pueden usar para su tierra, porque en el gobierno y administración del Parque Natural no entran los ayuntamientos de la zona, lo que no es democrático.

Por Bastaras y Panzano pasa el río Formiga, que no es muy largo, pero es bello, ya que está lleno de badinas, de cascadas y a veces se desliza entre paredes estrechas, dando lugar a que las aguas del río discurran más veloces, bajo enormes rocas, que parece imposible puedan sostenerse sobre las aguas sonoras. Por debajo de Panzano parece convertirse en un río de llanura, siendo utilizado para regar los huertos.

Los de Panzano, lugar donde nació la Madre Pabla Bescós, que profesó en la Comunidad de Santa Ana, han ido siempre de romería, unas veces a los Santos Cosme y Damián y otras a la ermita de Arraro. Si San Cosme y San Damián en los dominios del Conde de Guara, que tenía una casa con su escudo en Panzano, se encuentran en lugar encantador, como se demuestra con un solo detalle del trigo pétreo que se encuentra por los suelos, que es como una representación del verdadero trigo que se cosecha por aquellos montes de Panzano, la ermita de Arraro, que se debate entre ruinas, es una joya del arte románico.

Dicen que fue construida con sillares, de los que muchos están todavía formando parte de las ruinas de la Ermita y colocados en la segunda mitad del siglo XII, cuando la ciudad de Huesca estaba a punto de caer, ya que se tomó, como he dicho el año 1096.Todavía se conoce su planta rectangular y se puede contemplar su ábside semicircular. Este ábside estaba cerrado por una esfera de piedra, de la que todavía quedan cinco hileras que inician la cubierta continua, formando un cuarto de esfera.

En la parte central del ábside, está una ventana que permitía su iluminación; es sencilla con su arco dovelado, que le presta elegancia.

Arraro se encuentra en la Sierra de Guara,Parque Natural y debía ser visitado con frecuencia por los oscenses,que recordarían su pasado y les entrarían deseos de restaurar aquellas ruinas ,al contemplar “aquellos campos de soledad, mustio collado”,donde en viejos tiempos aquellas ruinas fueron ,no Itálica famosa,sino el conjunto del castillo, de la ermita y del pueblo de Arraro.

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