Los agotes (al igual
que los chuetas mallorquines, los vaqueros asturianos, los cretinos o incluso
los payeses de remensa catalanes) constituyeron poblaciones absolutamente
marginadas y subyugadas por la población autóctona repartidas por el Pirineo
vasco, navarro, aragonés o francés. Según unas fuentes su procedencia vendría
de los godos franceses, para otros podían ser cátaros y según otros serían
musulmanes vencidos en Poitiers en el año 733.
La primera mención se da en Francia en el cartulario de la Abadía de Luc en el
año 1.000. A partir del siglo XVI se fueron promulgando con escaso éxito leyes
para tratar de evitar la segregación a la que estaban sometidos pero todavía
perduraría hasta entrado el siglo XX en el caso del barrio de Bozate en
Navarra, el más famoso de los asentamientos agotes.
La raza de este pueblo maldito parece que era distinta del resto de la población.
Pío Baroja dijo de ellos que algunos tenían un aire germánico y sin embargo
otros recordaban a los gitanos.
Los agotes debían llevar bordado en rojo una pata de oca sobre fondo claro en
su hombro izquierdo. Mucho se podría hablar sobre la simbología de la pata de
oca, símbolo que podemos encontrar por ejemplo en los extremos de la cruz
templaria, o en el crismón románico que son dos patas de oca superpuestas que
forman la X y la P (iniciales de Cristo) y que se extendió por la península
ibérica a partir de la catedral de Jaca. Es frecuente este símbolo a lo largo
del camino de Santiago (camino espiritual divulgado a los no iniciados mediante
el juego de la oca) y parece ser un símbolo iniciático usado por los
constructores de esas iglesias románicas. Precisamente los agotes tenían fama
de ser buenos constructores y se dedicaban a ser albañiles o carpinteros
mientras que las mujeres trabajaban con la rueca.
El agote debía acceder a la iglesia franqueando una puertecilla vergonzante que
le obligaba a entrar agachado. El agua bendita la recogía con la punta de un
cucharón, asistía a misa en un rincón apartado destinado para ellos y el cura
les daba la comunión en el extremo de una larga paleta. En su vida habitual, el
agote debía abrevar en fuentes exclusivas para ellos, no podía dedicarse al
comercio, solo podía cultivar campos de lino o cáñamo aunque se les permitía un
pequeño huerto de subsistencia y no podían tener cabezas de ganado a excepción
de un cerdo viudo y un asno. Eran acusados de llevar un estigma en su cuerpo,
de transmitir la lepra, de oler mal (imagino que sería un mal común en la época
y no solo entre los agotes), de no tener lóbulos en las orejas y de haber
fabricado la cruz en la que murió Cristo. Por supuesto, estaban obligados a
mantener la endogamia más absoluta, a vivir en barrios apartados y además eran
enterrados en cementerios aparte.
Las comunidades agotes más importantes en Aragón se encontraban en los valles
próximos a Jaca, valles de Echo, Ansó y Aragón y en el valle de Gistaín. Este
último valle lo estudió la escritora chistabina recientemente fallecida Nieus
L. Dueso Lascorz en su trabajo “Los agotes de Gestavi (Bal de Gistau)”. Este
estudio está disponible en Pdf en la Universidad de la Rioja y se puede encontrar
fácilmente con Google. Un indicio claro de la presencia de agotes es la
existencia de una pequeña puerta en una iglesia por la que debían entrar
humillados al templo. Según Bastian Lasierra podemos encontrar esas puertas en
Ansó, Fago, Echo, Majones, Salvatierra, Sigüés, Berdún, Villanúa, Castiello,
Barós y Plan.
Hoy he aprendido algo nuevo con éste escrito de nuestro Maestro Ignacio Almudevar , confieso mi gran ignorancia pues es la primera vez que oigo hablar de los "agotes"y francamente me ha dejado muy desolado pero en absoluto sorprendido de que ciertas clases sociales dominantes en tiempos pasados trataran así a las personas , en la actualidad no se les obliga a entrar por puertas de escasa altura para humillarles , ahora simplemente no les dan trabajo , a nuestros mayores les dan pensiones ridículas para que malvivan , a los jóvenes los mandamos a otros países ect ect. así que a partir de ahora todos estos grupos marginados, en los que me incluyo, ya nos son parados ni, trabajadores en B que defraudan para no morirse de hambre ni jóvenes "NINIS" ni trabaja ni estudian ni,empleados en precario con sueldos de 600 € ect ect así hasta mas de un 50 % de nuestra población , pues bien todos éstos , incluido Rafaelito , somos AGOTES , pero tenemos algo, que se llama Dignidad y eso nadie nos la puede quitar.
ResponderEliminarYa paro , porque me sale el espíritu de Mayo del 68.
Un abrazo Ignacio y sigue así que pronto tendrás una legión de Agotes siguiendo tú página.