La belleza ha dejado de ser
un ideal para los hombres y mujeres, pues vemos como muchas tendencias y modas
tratan de acabar con el concepto de esa belleza. Humberto Eco en el libro
“Historia de la fealdad” escribe que “también el arte contemporáneo practica
la fealdad y la celebra”. Pero Lynch
dice: “Si no hay nada trascendente y divino allí fuera, no hay nada bello que
reproducir”, es decir que si Dios no existiera, no habría nada bello que
representar.
Esos que se dicen sabios y no creen en un Ser
Supremo se creen que ellos son los que han de dictar donde está el arte y donde
no está.
Pero la poesía de San Juan produce un efecto
literario entre los lectores creyentes, que aman a Dios y a sus hermanos, igual
que lo produce entre los que no creen
porque no tienen fe. Dice
Humberto Eco que muchas veces “ la atribución de belleza o fealdad se ha hecho atendiendo no a
criterios estéticos, sino a criterios políticos y sociales” y en estos tiempos,
los que se llaman a sí mismos modernos, dictan que el arte ha de liberarse de
reproducir la belleza. En este mundo hay cosas feas y cosas bellas, pero la
poesía trata de hacer del mundo el reflejo de las cosas bellas. Hace poco
tiempo escuché la letra de esta jota, que dice así: ”Como los pájaros cantan-
las penas de mis amores- así canto yo la jota-para aliviar mis dolores”. Si
esta jota me llena de emoción, ¡cuánta
brotará dentro de cualquier lector al leer el “Cantar del alma que se huelga de
conocer a Dios por la fe”, cuando escribe: “Que bien sé yo la fonte que mana y
corre,-aunque es de noche!”. ” Su origen no lo sé pues no le tiene- mas sé que
todo origen della viene- aunque es de noche”.. ”Sé que no puede ser cosa tan
bella, -y que cielos y tierra beben della -aunque es de noche”. ¡Cómo inunda su
alma la poesía que acaba este Cantar” y que así dice: ”Aquesta viva fuente, que
deseo, en este pan de vida yo la veo, aunque es de noche”, pues efectivamente
la falta de fe, hace que sea de noche para los partidarios de la fealdad y del
mal. Pero en tanto a San Juan de la
Cruz, el mirar el Pan Bendito del Cuerpo de Cristo le hace ver la viva fuente
que el Señor nos ha dado, los que sois fieles a la Adoración Nocturna, podéis
cantar aquellos versos de San Juan de la
Cruz, cuando escribía: “Vivo sin vivir en mí y de tal manera espero que muero
porque no muero” y “Cuando me empiezo a aliviar - de verte en el Sacramento-
háceme más sentimiento- el no poderte gozar- todo es para más pensar- por no
verte como quiero- y muero porque
no muero”.
La voluntad de San Juan de la Cruz, llega, como
vemos, a desear su muerte para gozar de la auténtica presencia de su amado
Jesús, junto a sí mismo, pero se consuela al ver la hermosura de la naturaleza,
como un reflejo o como un recuerdo del amado, que al mirar los sotos los ha
embellecido con su mirada. Así lo afirma el Santo, cuando escribe: “Mil gracias
derramando-pasó por estos sotos con presura;-y, yéndolos mirando, con sola su
figura-vestidos los dejó de su hermosura”. Y San Juan de la Cruz escribe de los
sotos, que son zonas próximas a los ríos y donde se contemplan árboles de
distintos frutos y formas, como por ejemplo el manzano, del que escribe Santa
Teresa: ”Entiendo yo por manzano el árbol de la Cruz” y gozo “del fruto que
sacó Jesucristo Nuestro Señor de su Pasión, regando este árbol con su sangre
preciosa”, porque en un manzano cometieron Adán y Eva el primer pecado, como
dice Pagán en su poesía: ”En el árbol fue cometido- lo que pecaron los dos,- y
el castigo desto ha sido-que en el árbol muere Dios-de humana carne vestido”.
Muy próxima al manzano del Paraíso, reptaba la
serpiente, buscando el mal entre los hombres, que hicieron que en el árbol
muriera Dios. En el Padre Nuestro, pedimos “venga a nosotros tu reino”, porque
el demonio, unas veces en forma de serpiente y otras, vestido de hombre bueno
está haciendo el mal en este mundo de tal forma que los cristianos nos veamos
en la necesidad de pedir a Dios que “venga a nosotros tu reino”
En la Historia de la Humanidad, siempre se ha dado
la lucha entre el Bien y el mal y como el Señor ha hecho al hombre libre, se
dan toda clase de enfrentamientos y contradicciones. San Juan de la Cruz llegó
a desear su propia muerte para gozar de la presencia de Jesús, pero se consoló
viendo la hermosura de la naturaleza, como se ve en sus versos: ”Mil gracias
derramando –pasó por estos sotos con presura;- y, yéndolos mirando, con sola su
figura-vestidos los dejó de su hermosura”.
Otros hombres, tentados por el demonio, representado
por la culebra, no quieren el lado de la muerte para sí y han generalizado la
visibilidad de la violencia, de la muerte y lo desagradable. Todos sabemos que
nos llegará la muerte, aunque muchos no la quieren aceptar y quieren prolongar
la belleza, sin darle importancia a la alteración del envejecimiento de nuestro
físico. Total que han creado una belleza que se ha convertido en fealdad. Esa
sociedad está enferma porque quiere modificar la estética con una belleza
inarmónica, pues hasta las palabras groseras se pronuncian en público y se
pintan las fachadas de los edificios.
¿Cuánto
tiempo durará el reinado de la fealdad?. Entre los años 1927 y 1930,un padre
jesuita llamado Georges Lemaître, dijo que el universo comenzó por la explosión
de un átomo primigenio, fenómeno al que llamaron el Big-Bang. Desde esa
explosión empezó a nacer la vida, pero Francis Crick, premio Nobel, descubridor
del ADN, decía que “ Un hombre honesto, equipado con todo el saber que hoy está
en nuestras manos, habría de afirmar que el origen de la vida parece,
actualmente, un hecho milagroso”.pero cuando ya no quedé nada por destruir
vendrá un fenómeno opuesto al Big-Bang y así como éste produjo una enorme
explosión ,en el Big- Crunch, al ser un fenómeno contrario, vendrá una
implosión del universo. Hace pocos días escuché a Stephen Hawkings, el sabio
que sufre disminuciones físicas, que decía:
en doscientos años el hombre tendrá que viajar a otro planeta, porque
las condiciones de vida en este mundo, se hacen imposibles.
Los Adoradores Nocturnos, le pediréis a Cristo en el
Santísimo Sacramento “y mándame ir a Ti, para que con tus Santos te alabe por
los siglos de los siglos”.
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