lunes, 13 de agosto de 2018

LANUZA




Lanuza no es sólo una palabra, sino que fue ya hace muchos siglos, una población viva, muy viva, que llegó a tierra darse por muerta con la creación de un Pantano, de esos que matan la Montaña para que la Tierra Baja se enriquezca con los riegos y se ilumine con la energía eléctrica. Cuando subía al Sanatorio de Panticosa, pasaba por mis ojos la visión maravillosa del pueblo de Lanuza y a sus pies ,bañándolos, la acompañaban las aguas del Pantano, que no recuerdo si eran verdes o azules, pero lo que llamaba mi atención ,era que estaban claras. Entonces la población había desaparecido, porque les habían expropiado sus tierras y sus casas. Sus  habitantes se habían repartido por todo el mundo, unos fueron a Huesca y otros a Zaragoza ,donde eran conocidos y ellos mismos se identificaban ,con una gran dignidad, con el apellido Lanuza, el mismo que el nombre del pueblo, ya desde antes de Felipe II. Este condenó a muerte al Justicia de Aragón, sin juicio. Don Juan de Lanuza, porque de Lanuza era el origen de su familia  y  al ser conducido a su ejecución exclamó: “Traidor no, mal aconsejado, si”. Lo mismo ocurrió con todos los habitantes de Lanuza, que fueron víctimas del Pantano de su mismo nombre y hoy, por propias ideas y habiéndoseles devuelto sus casas, las han restaurado, empezando por la Casa de Dios, es decir su Iglesia y hacen que aquel territorio tan hermoso sea cuna del turismo de la Montaña.
Todavía recuerdan la antigua casa de los Lanuza, que hoy, después de experimentar las modificaciones que lleva la ausencia de tan noble familia durante tantos años y que ha sido sustituida por otros “lanucinos” y a la que todos conocen como Casa del Rey.
Los últimos días que permanecieron en Lanuza, bailaron su dance, como haciendo participar en  su  despedida  lo más sagrado que tenían y que sería de distinta forma a la que en años anteriores habían bailado, porque en esta ocasión, los dances iban acompañados de lágrimas. Pero gracias a Dios, no fue aquella la última vez que se danzó el dance de Lanuza,  ya  que  Angel Pérez Ventura me dijo: el día 22 de mayo es la Fiesta Pequeña de Santa Quiteria y se ha vuelto a bailar el antiguo dance o “paloteo”, que con el choque de sus palos “,manejados por los “churdos” o hijos fieles de Lanuza, golpean en la sensibilidad de todos los corazones de los que asisten a ver este baile y a escucharlo. Esta vez no lloraron los danzantes, sino que su corazón estaba alegre, viendo resucitar las ruinas de las casas y de las costumbres de su pueblo.
Fue la iglesia parroquial la primera casa que reconstruyeron los vecinos de Lanuza, poniendo sus esfuerzos físicos, su dinero y principalmente su corazón. Me lo enseñó mi amigo Angel y comprobé como habían colocado un retablo, con esculturas antiguas en su parte alta y procedentes del pueblo de las Cinco Villas, conocido por Erla. En el Coro llama la atención un trozo del antiguo retablo de la misma iglesia, enmarcando una silla de madera, en la que se sentaba el párroco, cuando los fieles cantaban en algún día de fiesta, las Vísperas. Dicha silla fue devuelta voluntariamente por el dueño de un Hotel de la próxima estación de esquí del Formigal.  
Un veraneante de Sallent, que era catalán, sacó una campana que tocaba las horas del reloj de la torre, cuyo nombre era Orosia, colgando sogas  del  campanario  y el señor Paniciello, como se llamaba el catalán, al enterarse de que se iba a recuperar el pueblo, entregó voluntariamente la campana, que primitivamente procedía de una vieja y desaparecida ermita.
¿Cuándo volverá a tañerse la “campaneta” y  cuando  volverán los vecinos de Lanuza a escuchar su bello sonido?.
De la iglesia nos condujo Angel al “Hotel La Casueña”, construido por sus hijas e hijos en el antiguo edificio donde se alojaban sus ganados. Tuve que marchar enseguida de tan hermoso lugar, donde el descanso se inicia en el mismo momento en que penetras en él, ya que al llegar a su portal de yerros  forjados, contemplas la elevada iglesia y al fondo la Peña Foratata, que parece indicar a los hombres la dirección del cielo.  








No hay comentarios:

Publicar un comentario

Candelabro de hojalata

En una chatarrería se encontraron una cruz, para ser portada por un hombre, tal vez vestido de sacerdote o de sacristán, acompañada de vario...