Se encuentra la Ermita de esta
Virgen, protectora de las viñas, al pie de la Sierra Guara, debajo de
Santolaria en aragonés o de Santa Eulalia la Mayor, en castellano. Para subir a
esta pintoresca población, se arranca desde
el pueblo de
Castilsabás hacia lo alto de la
Sierra de Guara. Desde una ventana, que mira hacia el Norte en casa Almudévar
de Siétamo, se ve el pueblo de
Santolaria como ya
hace muchos años. Antes en Siétamo desde
la puerta del kantiguo
cementerio, yo veía a la señora Juana, nacida en Santolaria, rezar por los antepasados de su pueblo, que ya habían muerto. Esta señora Juana estaba
casada con un Ferrando y tuvo una hija, llamada Concha o Concheta,
que fue enviada por los republicanos desde Siétamo al Estrecho Quinto, para
ofrecer a los sublevados la rendición. No la obtuvo, pero ya no quiso volver a
Siétamo con los republicanos. Le había sido negada la rendición por los
sublevados y fue a parar Concheta a
Huesca. Murió, ya mayor, después de vivir feliz, con momentos de miedo, y sin
poder olvidar, sus aventuras para convencer a los “rojos” de que no quemaran
Casa de Almudévar. Esta señora Concha o Concheta
FERRANDO era prima de JORGE FERRANDO y
fue, por su influencia, la que colocó
a éste de “mozo mayor” en Casa
Almudévar de Siétamo.
Llegó la Guerra Civil y la mayoría de los
habitantes de Siétamo, huyeron del pueblo hacia Huesca y los niños, entre aquel
terror y miedo, aparecieron subiendo a un camión que iba a llevar a esos niños
a Barbastro, que se refugiaran en Rusia. A un momento dado, en la fachada de
Casa Almudévar, entonces el Cuartel General de Siétamo, apareció un camión para llevar
a los niños y niñas a Rusia. Estos niños habían empezado a subir al
camión, pero un pequeño hombre de cuerpo, con su espada, que iba casi arrastrando su punta por el suelo,
me explicó la señora de mi edad Joaquina
Larraz, que se casó, muchos años después, como salió de las oficinas de mi casa, que se llegó
a utilizar como residencia de Durruti y ordenó que aquellos niños, bajaran del
camión y que no subieran los demás que lo iban a hacer. Yo no me acuerdo de si Joaquineta había ya subido al camión que tenía
como destino llevarla con los demás niños de Siétamo. Este miembro del
Ejército, era un hombre patriota, que hizo que aquellos niños no tuvieran que
perder su patria española.
Entre tanto el Mozo Mayor de Casa
Almudévar de Siétamo, Jorge Ferrando, estaba acompañando y alimentando los
animales de tiro, en la Torre de Casaus, debajo de la ermita del monte de San
Jorge.
Acabó la
Guerra y el “siño”
Jorge Ferrando, volvió a Siétamo acompañando
el caballo y las mulas,para seguir cultivando las tierras de Almudévar.
Al acabar dicha Guerra, el señor
Jorge siguió cultivando la tierra de Almudévar de Siétamo, pero la familia de
mi padre y sus seis hijos e hijas, estaba viviendo con su abuela materna
Agustina Lafarga en Huesca, y el señor
Jorge tenía ya dificultades para trabajar en soledad el patrimonio de Almudévar
de Siétamo. Se murió mi madre el año de 1943.
Tuvo el señor Jorge Ferrando la
oportunidad de casarse con María Arasanz, que vivía en el pueblo de Sesa. Ya tenía
la señora María varios hijos, entre los que se encontraba la señorita CARMEN PÉREZ MUR, casada hoy en día en la Casa- Palacio de Castilsabás
, en cuyo portal se exhiben los escudos de Vallés y de Almudévar.
CARMEN PÉREZ Mur es hoy esposa
del caballero JUAN VALLÉS
MARTíNEZ, que viven en el Palacio-Vivienda
en Castilsabás y nacida en el
pueblo de Sesa. En su fachada se exhiben
los dos escudos de Vallés y de Almudévar. Esta casa está unida hace ya muchos
años a casa Almudévar de Siétamo, parientes en aquellos tiempos,
pues una señora nacida en casa
Almudévar de Siétamo, ayudó a construir la
casa Vallés de Castilsabás y en casa
Almudévar de Siétamo, se casó su dueño con una señorita de casa Vallés de
Castilsabás.
¡ Qué felicidad encontrarme
cierto día, que estuve en la Ermita a visitar a la Virgen del Viñedo y a su
amada Santera, que tendría por aquel entonces más de cien años de edad!. En el Molino trabajaban y oraban los vecinos de
aquellos pueblos, pero la Guerra Civil hizo que esta zona del molino
, quedara casi despoblada. Pero ese “casi despoblada”, lo ha convertido la
“Santera Consuelo”, que no ha querido nunca abandonar a esta Virgen y a su
hermosa tierra.
“Pero ese “casi despoblado”, lo
ha combatido la anciana Consuelo, que no ha querido nunca abandonar a esta
Virgen y a su hermosa Tierra. Su permanencia ha estimulado entre los aragoneses
el amor a la Virgen y el recuerdo de aquel Molino, que en viejos tiempos los
hombres de aquella tierra, creasen una
Cooperativa Aceitera.
Igual que las golondrinas ponen
los huevos en el claustro de la Ermita, aquellos, ya difuntos señores, crearon
la idea que ahora se está realizando en otras zonas de España. Y yo, Ignacio
Almudévar, pienso que si volvieran los hombres en forma de
cooperativa a conservar en los claustros sus nidos, unos dieciocho, que con su
dulzura, alegran con sus cantos, a hacer funcionar el Molino, y la fe de sus visitantes.
Se encuentran las golondrinas, a
la entrada de la oficina turística, como si ellas fueran atraídas por la
Virgen, por su ermita, por la Sierra que corta los soplos del Cierzo, por el
Sol y por Consuelo, que encima de ellas vive, reza, sueña y atiende a sus
visitantes, entre los cuales acuden sus nietos y biznietos, a verla los
domingos.
Tal vez alguno
de sus nietos,
se acuerde de la poesía de Becquer, que así recitan: “Volverán las oscuras
golondrinas-en el claustro sus nidos a colgar,- y otra vez, con el ala en tus cristales-jugando
llamarán”, pues se acuerdan de ti, al contemplar la Ermita y la bendita casa, donde
tú moras ,¡Santa santera del lugar!. Otros versos dicen: “ Las golondrinas se
van volando-se ve que van muyviñedo lejos y se llevan su canto-las golondrinas
se2 van volando- mientras la tierra sevirgen del va enfriando”, pero tú no te vas, porque la
Virgen, que se encuentra al lado de Castilsabás no te ha abandonado jamás y tú
la quieres tanto y te hace tan feliz, que mientras vivas, estarás con ella.
Las golondrinas se van porque
llega el frío del invierno, pero volverán, al claustro, de debajo de tu casa, sus
nidos a colgar porque no pueden abandonaros los Cofrades, que tuvieron que
emigrar, pero sienten la necesidad de volver a rezarle a la Virgen y de hablar
contigo, ¡Consuelo!, y de hacer funcionar una cooperativa del antiguo y viejo
Molino. Esa idea la llevan los Cofrades
en su mente y en su corazón,
porque ya hace años, alegran los corazones de los fieles, con vino del Viñedo, producido por ellos.l
¡Consuelo, tú vas
a vivir todavía muchos años y todos te
deseamos que veas la comunión que existe entre tu Virgen del Viñedo y su
Molino!.
En el estandarte que aparece en
la iglesia, figura también el nombre del pueblo de Siétamo, pues la entonces
esposa de Vallés de Castilsabás, nacida en casa Almudévar de Siétamo.
Esta Señora parece ser que fue tan devota de la Virgen del Viñedo, que
participó en un hecho milagroso, al que se refiere un escrito que aparece en la
bella y santa iglesia, dedicada a la Virgen del Viñedo, a la que ha dedicado”
su vida, la anciana y devota señora.
En nuestros pueblos hemos
olvidado nuestra lengua o “fabla aragonesa”, pero en la iglesia dedicada a la
Virgen del Viñedo, en aragonés “Virgen d’o Viñero”, se muestra a la lectura de
los devotos de la Virgen, este texto: “Bien pasau ya medio siglo en recuerdo de
unos ¡hombres!, que en esta sagrada ermita (siendo tiempos d’algarada) con a Virgen
s’alcontraron de todos …¡Aquí olvidada!.
P’a que siguiera l’olvido mucho
por ella arriesgaron,qu’en este pozo d’ entrada,¡hasta d’os suyos, guardaron!.
Ta su tierra catalana con ellos
se la llevaron y, justo acabar aquellos, ¡el degolvela anunciaron!
A rezibila acudieron to’l Abadiau
con l’Obispo. Fue a más grande romería ¡qu’en o Viñedo s’ ha visto!. O qu’aun
está en a memoria de romeros ¡ya es historia!. Primero de Mayo del 2.002. La
fabla aragonesa, ha disminuido enormemente tanto que ya es muy difícil
oír hablarla cerca de Huesca, pero el señor carpintero que trabajó en la nave
donde se conservan sistemas antiguos para producir el aceite de oliva, escribió
en fabla aragonesa, la aventura que sufrió
la Virgen del Viñedo por su robo y la destrucción. Esta desgracia fue
superada por el hallazgo de imagen y descrita por el señor capintero, que
trabajó en la instalación de sus máquinas para producir aceite. viñedo
Todo lo que pasó por los
calendarios durante ciento y pico de años, lo vivió la señora Consuelo, que en
los últimos días, fue homenajeada en la Ermita por muchísimos vecinos suyos y
por el Señor Obispo de Huesca.
La señora Carmen Pérez Mur,
casada con mi doble pariente Vallés de Castilsabás, la veo cada vez que subo a
la ermita del Viñedo, y que siempre que
puedo, visito a la señora Consuelo,
amiga eterna de la Virgen del Viñedo, que tiene una buena discípula en Carmen
Pérez Mur.
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