miércoles, 1 de mayo de 2019

Fiesta celebrada en la Virgen del Viñedo.




Se encuentra la Ermita de esta Virgen, protectora de las viñas, al pie de la Sierra Guara, debajo de Santolaria en aragonés o de Santa Eulalia la Mayor, en castellano. Para subir a esta pintoresca población, se arranca  desde  el pueblo  de  Castilsabás  hacia lo alto de la Sierra de Guara. Desde una ventana, que mira hacia el Norte en casa Almudévar de Siétamo, se   ve   el   pueblo  de  Santolaria  como  ya hace muchos años. Antes en Siétamo desde   la   puerta  del  kantiguo cementerio, yo veía a la señora Juana, nacida en  Santolaria, rezar por los antepasados de  su pueblo,  que ya habían muerto. Esta señora Juana estaba casada con un Ferrando y tuvo una hija, llamada Concha  o  Concheta, que fue enviada por los republicanos desde Siétamo al Estrecho Quinto, para ofrecer a los sublevados la rendición. No la obtuvo, pero ya no quiso volver a Siétamo con los republicanos. Le había sido negada la rendición por los sublevados y fue a parar  Concheta a Huesca. Murió, ya mayor, después de vivir feliz, con momentos de miedo, y sin poder olvidar, sus aventuras para convencer a los “rojos” de que no quemaran Casa de Almudévar. Esta señora Concha o  Concheta FERRANDO era prima de JORGE  FERRANDO y fue, por su  influencia,  la  que  colocó  a  éste de “mozo mayor” en Casa Almudévar de Siétamo.

 Llegó la Guerra Civil y la mayoría de los habitantes de Siétamo, huyeron del pueblo hacia Huesca y los niños, entre aquel terror y miedo, aparecieron subiendo a un camión que iba a llevar a esos niños a Barbastro, que se  refugiaran  en  Rusia. A un momento dado, en la fachada de Casa Almudévar, entonces el Cuartel   General de  Siétamo, apareció un camión  para llevar  a los niños y niñas a Rusia. Estos niños habían empezado a subir al camión, pero un pequeño hombre de  cuerpo,  con  su  espada,  que iba casi arrastrando su punta por el suelo, me explicó la señora de mi edad Joaquina  Larraz, que se casó, muchos años después, como  salió de las oficinas de mi casa, que se llegó a utilizar como residencia de Durruti y ordenó que aquellos niños, bajaran del camión y que no subieran los demás que lo iban a hacer. Yo no me acuerdo de si  Joaquineta había ya subido al camión que tenía como destino llevarla con los demás niños de Siétamo. Este miembro del Ejército, era un hombre patriota, que hizo que aquellos niños no tuvieran que perder su patria española.
Entre tanto el Mozo Mayor de Casa Almudévar de  Siétamo,  Jorge  Ferrando, estaba acompañando y alimentando los animales de tiro, en la Torre de Casaus, debajo de la ermita del monte de San Jorge.   

Acabó   la Guerra y  el  “siño”  Jorge  Ferrando, volvió a Siétamo acompañando el caballo y las mulas,para seguir cultivando las tierras de  Almudévar.
Al acabar dicha Guerra, el señor Jorge siguió cultivando la tierra de Almudévar de Siétamo, pero la familia de mi padre y sus seis hijos e hijas, estaba viviendo con su abuela materna Agustina Lafarga  en Huesca, y el señor Jorge tenía ya dificultades para trabajar en soledad el patrimonio de Almudévar de Siétamo. Se murió mi madre el año de 1943.     
Tuvo el señor Jorge Ferrando la oportunidad de casarse con María Arasanz, que vivía en el pueblo de Sesa.  Ya   tenía  la señora María varios hijos, entre los que se encontraba la señorita  CARMEN PÉREZ MUR, casada  hoy en día en la Casa- Palacio de Castilsabás , en cuyo portal se exhiben los escudos de Vallés y de Almudévar. 
CARMEN  PÉREZ Mur es  hoy esposa  del caballero JUAN  VALLÉS MARTíNEZ, que viven en el Palacio-Vivienda   en Castilsabás y nacida en el pueblo de Sesa.  En su fachada se exhiben los dos escudos de Vallés y de Almudévar. Esta casa está unida hace ya muchos años a casa Almudévar de Siétamo, parientes  en  aquellos  tiempos,  pues  una señora nacida en casa Almudévar de Siétamo, ayudó a  construir la casa Vallés de Castilsabás  y en casa Almudévar de Siétamo, se casó su dueño con una señorita de casa Vallés de Castilsabás.
¡ Qué felicidad encontrarme cierto día, que estuve en la Ermita a visitar a la Virgen del Viñedo y a su amada Santera, que tendría por aquel entonces más de cien años de edad!. En el  Molino trabajaban y oraban los vecinos de aquellos pueblos, pero la Guerra Civil hizo que esta zona  del  molino , quedara casi despoblada. Pero ese “casi despoblada”, lo ha convertido la “Santera Consuelo”, que no ha querido nunca abandonar a esta Virgen y a su hermosa tierra.    
“Pero ese “casi despoblado”, lo ha combatido la anciana Consuelo, que no ha querido nunca abandonar a esta Virgen y a su hermosa Tierra. Su permanencia ha estimulado entre los aragoneses el amor a la Virgen y el recuerdo de aquel Molino, que en viejos tiempos los hombres de aquella tierra, creasen   una Cooperativa Aceitera.
Igual que las golondrinas ponen los huevos en el claustro de la Ermita, aquellos, ya difuntos señores, crearon la idea que ahora se está realizando en otras zonas de España. Y yo, Ignacio Almudévar, pienso  que  si volvieran los hombres en forma de cooperativa a conservar en los claustros sus nidos, unos dieciocho, que con su dulzura, alegran con sus cantos, a hacer funcionar el Molino,  y la fe de sus visitantes.
Se encuentran las golondrinas, a la entrada de la oficina turística, como si ellas fueran atraídas por la Virgen, por su ermita, por la Sierra que corta los soplos del Cierzo, por el Sol y por Consuelo, que encima de ellas vive, reza, sueña y atiende a sus visitantes, entre los cuales acuden sus nietos y biznietos, a verla los domingos.
Tal  vez  alguno  de  sus  nietos, se acuerde de la poesía de Becquer, que así recitan: “Volverán las oscuras golondrinas-en el claustro sus nidos a colgar,- y  otra vez, con el ala en tus cristales-jugando llamarán”, pues se acuerdan de ti, al contemplar la Ermita y la bendita casa, donde tú moras ,¡Santa santera del lugar!. Otros versos dicen: “ Las golondrinas se van volando-se ve que van muyviñedo lejos y se llevan su canto-las golondrinas se2 van volando- mientras la tierra sevirgen del  va enfriando”, pero tú no te vas, porque la Virgen, que se encuentra al lado de Castilsabás no te ha abandonado jamás y tú la quieres tanto y te hace tan feliz, que mientras vivas, estarás con ella.
Las golondrinas se van porque llega el frío del invierno, pero volverán, al claustro, de debajo de tu casa, sus nidos a colgar porque no pueden abandonaros los Cofrades, que tuvieron que emigrar, pero sienten la necesidad de volver a rezarle a la Virgen y de hablar contigo, ¡Consuelo!, y de hacer funcionar una cooperativa del antiguo y viejo Molino. Esa idea la llevan los   Cofrades  en   su mente y en su corazón, porque ya hace años, alegran los corazones de los fieles, con vino del  Viñedo, producido por ellos.l
 ¡Consuelo,    vas  a vivir todavía muchos años y todos te deseamos que veas la comunión que existe entre tu Virgen del Viñedo y su Molino!.
En el estandarte que aparece en la iglesia, figura también el nombre del pueblo de Siétamo, pues la entonces esposa de Vallés de Castilsabás, nacida en casa Almudévar de Siétamo. Esta Señora parece ser que fue tan devota de la Virgen del Viñedo, que participó en un hecho milagroso, al que se refiere un escrito que aparece en la bella y santa iglesia, dedicada a la Virgen del Viñedo, a la que ha dedicado” su vida, la anciana y devota señora.
En nuestros pueblos hemos olvidado nuestra lengua o “fabla aragonesa”, pero en la iglesia dedicada a la Virgen del Viñedo, en aragonés “Virgen d’o Viñero”, se muestra a la lectura de los devotos de la Virgen, este texto: “Bien pasau ya medio siglo en recuerdo de unos ¡hombres!, que en esta sagrada ermita (siendo tiempos d’algarada) con a Virgen s’alcontraron de todos …¡Aquí olvidada!.
P’a que siguiera l’olvido mucho por ella arriesgaron,qu’en este pozo d’ entrada,¡hasta d’os  suyos, guardaron!.
Ta su tierra catalana con ellos se la llevaron y, justo acabar aquellos, ¡el degolvela anunciaron!
A rezibila acudieron to’l Abadiau con l’Obispo. Fue a más grande romería ¡qu’en o Viñedo s’ ha visto!. O qu’aun está en a memoria de romeros ¡ya es historia!. Primero de Mayo del 2.002. La  fabla aragonesa, ha disminuido enormemente tanto que ya es muy difícil oír hablarla cerca de Huesca, pero el señor carpintero que trabajó en la nave donde se conservan sistemas antiguos para producir el aceite de oliva, escribió en fabla aragonesa, la aventura que sufrió  la Virgen del Viñedo por su robo y la destrucción. Esta desgracia fue superada por el hallazgo de imagen y descrita por el señor capintero, que trabajó en la instalación de sus máquinas para producir aceite.  viñedo
Todo lo que pasó por los calendarios durante ciento y pico de años, lo vivió la señora Consuelo, que en los últimos días, fue homenajeada en la Ermita por muchísimos vecinos suyos y por el Señor Obispo de Huesca.

La señora Carmen Pérez Mur, casada con mi doble pariente Vallés de Castilsabás, la veo cada vez que subo a la ermita del  Viñedo, y que siempre que puedo, visito  a la señora Consuelo, amiga eterna de la Virgen del Viñedo, que tiene una buena discípula en Carmen Pérez Mur.


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