miércoles, 22 de mayo de 2019

Las tijeretas.-






En la clasificación entomológica, la tijereta es un insecto dermáptero, pero  si  además
digo, que se llama forfícula, nadie, me entenderá; por eso tiro por la calle de en medio y la seguiré llamando tijereta. Cuando el pueblo, con su sabiduría basada en la observación la llamó así, por algo sería. Ese algo se ve mirando correr a una de ellas, fusiforme como un pequeño huso, alargada, de color marrón claro y portadora en el extremo de su abdomen de un instrumento de dos hojas, en el que algunos reconocen unas tenazas, pero la mayoría unas tijeras.
En esta discusión estaban el herrero y el sastre de un pueblo y cada cual arrimaba el instrumento a su taller y aquel juraba que eran tenazas y el costurero, más comedido, afirmaba que eran tijeras. ¿Para qué las quiere ese bicho?,gritó el bruto del herrero;¡desde luego que para nada ,ninguno de los dos!,exclamó la señora María.¡Pues no  tiene razón la señora!, añadió un monaguillo pillo pues las ¡quiere para cortar las mininas!. Y un coro de niños empezó a cantar:” ¡ra-ra-ra, suelta la tijereta que te la cortará, ra-ra-ra!. Los niños cogían las tijeretas y las hacían correr por sus brazos y bromeaban sobre sus aficiones cortadoras, pero jamás se supo que  sólo  uno de esos
Cucos, se la cortara a ninguno.
Sin embargo, el mundo de los adultos abundaba más en picardías en lo relativo a las lides del amor y del sexo.
De la misma forma que se rezaba a San Antonio o se preparaba un elixir para obtener el amor de una persona determinada, se usaban conjuros, ensalmos y filtros para romper el amor o impedir su ejecución a una pareja, de uno de cuyos  miembros,  el que los usaba, estaba enamorado y había recibido calabazas. Esta  magia  en Francia se conocía como “denoument de noeuds”, es decir romper los nudos de la pareja víctima del conjuro. En castellano no sé como se llama, pero en el Alto Aragón a esa faena la llaman “incortar”. No sé si se trata de cortar nudos o de cortar otra cosa y si se trata de esto último, nada mejor que un filtro en el que  entren  cortamininas  picados.
Ya ven que no hay nada nuevo bajo el sol  ni  “a media luz los dos”, pues entonces para evitar acoplamientos se utilizaban tijeretas y ahora para cortar fecundaciones, además de “pindoletas”, se usan toda clase de artefactos, artilugios y “artularios”.
Los adultos ya no usan tijeretas para sus pócimas, pero los niños en los pueblos, siguen jugando con ellas y cantándoles sus romances.


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