domingo, 22 de diciembre de 2019

A nuestra Señora del Viñedo, que se venera en Castilsabás.


Desde una ventana, en la parte Norte de Casa Almudévar de Siétamo, se contempla en la misma Sierra de Guara, la parte alta del pueblo de Castilsabás. La hermana de mi abuelo paterno estaba casada en casa Vallés del citado pueblo. Yo subo alguna vez a lo más alto de Casa Almudévar para saludar el recuerdo de mi tía, casada con Vallés y para rezarle a la Virgen del Viñedo, que atrae a muchos fieles para pedirle, que su vida acabe dentro del amor a Dios.
La Ermita de la Virgen del Viñedo se encuentra en Castilsabás y en  Casa de Vallés vivía la hermana de mi abuelo, que tuvo siempre un amor celestial con la Patrona de la Ermita. Castilsabás dependía de Barluenga, donde vivían los Almudévar y en  Baluenga  estaba la Casa de los Almudévar, dependiente del Monasterio de Montearagón. Había una relación de hermanos entre el Monasterio, Barluenga y Castilsabás, pues un Almudévar de Barluenga, celebraba misa por aquella zona.  
El Monasterio fue destruido e incendiado por los modernos enemigos de la Historia, pero la más pequeña iglesia de la Virgen del Viñedo, sigue despertando la devoción a esta Virgen.


Ya casi no quedan fieles viviendo en Castilsabás. Únicamente  vive en aquella sagrada ermita,  su Santera, que está ya con   alcanzar los  noventa y seis años de edad. Tiene una doble vida, una, como vecina del Pueblo de Castilsabás y otra como Santera de la Ermita de la Virgen del Viñedo. He dicho que tiene una doble vida, pero sólo es una la que le acompaña, que es el cuidado y el amor a la Virgen del Viñedo. Pero habéis tenido otra fiel amiga vuestra, ¡Virgen del Viñedo!, que ha sido una hermana de mi abuelo de Siétamo, desde donde se ve el pueblo de Castilsabás. “Ya muerta, disteis la vida- a Ventura de Vallés; -y esta doncella, después,- de vos tan favorecida,- su mortaja agradecida,-os legó con gozo igual”. Estos versos se leen en el Cancionero Popular del Alto Aragón, libro escrito por el canónigo Don Gregorio Garcés Til.
 En la iglesia que acoge a la Virgen del Viñedo, se acuerda uno de estos versos: ”En toda tribulación-tus doce pueblos dichosos- a  Tí acuden presurosos-a imploran tu protección;- Vos remediáis su aflicción, como Abogada especial”. El pueblo canta estos gozos, clamando: “Virgen del Viñedo hermosa, líbranos de todo mal”. El pueblo de Castilsabás, siguió cantando:  “Dado que fue vuestro aviso-por este joven pastor,-Castilsabás con fervor-obedeció muy sumiso-y desde estos días quiso- seros fiel y muy leal “.
En la iglesia está colgado un cuadro escrito por un carpintero, en fabla aragonesa. ¡Qué pocos recuerdos escritos en fabla aragonesa, se conservan en las iglesias de Aragón, pues estaba prohibido escribir en muestra Fabla. Por eso casi todos los cantos están escritos en castellano.  Salen en estos cantos las oraciones a la Virgen del Viñedo de agradecimiento, que los devotos  le  dedican a su protectora. Y  sin embargo, casi todos aquellos fieles que cantaron agradeciendo la protección a sus hijos fieles de la Virgen del Viñedo, han hablado en aragonés o mezclado con el castellano.
El día Primero de Mayo de 2.002, un carpintero de cuyo nombre no me acuerdo, escribió  un texto que se encuentra en la Iglesia de la Virgen del Viñedo. Así dice:”Bien pasau ya medio siglo el recuerdo  d’unos  hombres, que en esta Sagrada Ermita (siendo tiempos d¨Algaradas) con a Virgen  s’alcontraron de todos…¡aquí olvidada!.

Pá que siguiera l’olvido mucho por ella arriesgaron, qu’ ese pozo d’a entrada, ¡hasta d’os suyos guardaron!.
Ta su tierra catalana con ellos se la llevaron y, justo acabar “aquellos” ¡el degolvela  anunciaron!.
A rezebila  acudieron tól ABADIAU con L’ OBISPO. Fue a más grande Romería, qu’en O  Viñedo s`ha visto.
O qu,aún está en a memoria,de romeros ¡ya es Historia!.
Primero de Mayo del  2.002.
A la Virgen del Viñedo, s’salcontraron de todos ¡Aquí olvidada!. P’a que siguiera “L’olvido” mucho por ella arriesgaron qu’en ese pozo d’a entrada ¡hasta d´os suyos guardaron!.”
Los que atacaron la Ermita, a la Virgen arrojaron, al pozo que está instalado al lado de dicha Ermita.
De allí la sacaron y la restauraron y la volvieron a colocar en el retablo del Altar Mayor. Desde allí bendice al pueblo, que exhibe las banderas de cada uno de ellos, como la de Siétamo.
Esta Virgen del Viñedo, tiene la puerta del Santuario adornada por parras , que cada año ofrecen a los fieles sus frescas uvas.  Yo sólo le admito a  la Santera tres granos de uva, para que todos los fieles, reciban la bendición de consumir otros tres granos de uva.
¡Qué buena es la Santera de la Ermita, que vive feliz junto a su Madre la  Virgen del Viñedo!.
Entre el pueblo devoto de la Virgen del Viñedo, existía una devoción de amor hacia Ella, pero aquel pueblo devoto de la Virgen, no tenía una devoción dirigida a contar y a cantar la duración de su vida en este Mundo, porque unas generaciones iban sucediendo a otras, en aquel Somontano. Tenían fe en el Viñedo, y cantaban las curaciones milagrosas que su Virgen les sanaba, porque una  Salvaje Revolución, destruyó y abrasó el elevado Monasterio de Montearagón y dejó inmune el Santuario de la Virgen del Viñedo. Pero los devotos de la Virgen del Viñedo, cantaban: “Muchas gracias otorgáis,-grandes milagros hacéis,-de peligros defendéis,- a nadie amparo negáis-y de todos os mostráis-Protectora universal”.
Y es que el pueblo ya sabía que sus vidas físicas, no durarían siempre, pero sabían que sus espíritus, vivirían eternamente en el Cielo.       
En el Mundo la Política gobierna a los humanos, pero éstos creen en  su libertad , que se les va acabando a unos seres humanos ,unos detrás de otros. Todos los seres humanos van muriendo y llenado los cementerios, pero los creyentes esperan continuar su vida en el Cielo.
Pero la Santera del Viñedo con sus noventa y muchos años, cuando voy a venerar a esa Virgen del Viñedo, al despedirnos del Santuario, me deja coger granos de uva ,que me llenan de esperanza en un futuro celestial; yo me cojo tres granos y entro en la Iglesia a saludar a la Virgen del Viñedo, porque creo que ya nos encontraremos. 
 

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