Estaba sentado en la Cafetería
con mi amigo Santiago y de repente, entró un
joven apuesto, que se quedó paralizado delante de nuestro velador, en
que estábamos tomando un buen café. Yo quedé con una gran curiosidad al
escucharlo sonriente y con su aspecto amable, hasta que el mismo profesional,
que para mí era un joven, tal vez un estudiante, me di cuenta enseguida que se
trataba de un profesional elegante con un rostro amable y una voz de un sonido
elegante. Yo, confundido por mi vieja edad de ochenta y nueve años, no lo
conocí de momento, porque cuando yo frecuentaba su pueblo, en el que había
nacido, hacía ya muchos años. Mientras yo envejecía, él que era
un pequeño infante y se había desarrollado como un joven. Pero al comprobar sus
palabras, caí en la cuenta de que se trataba de Nicolás García Labat. Es primo-hermano de Antonio Alcubierre, vecino
de Casa Bercero donde nació mi esposa Feli. Su madre se llamaba Josefina, que
mi esposa recuerda como amiga suya y su padre Nicolás, según la cultura del viejo
pueblo, en el que se encontraba su casa de Torralba de Aragón, la llamaban “Casa
Colás”.
Yo por los sesenta y cuatro años
de edad, enfermé y no me acuerdo de que Don Nicolás García Labat, estuvo
visitándome y ahora ha sido mi esposa la que me lo ha contado. Me he enterado
de las visitas que me hizo cuando yo estaba enfermo, pero ahora lo sé, porque
mi esposa me lo ha contado.
El ahora Doctor Nicolás García
Labat, añadiendo su trabajo a su elegancia, labraba los campos de su familia,
allá en Torralba de Aragón. ¡Cuánto ha estudiado desde entonces los problemas
médicos, para admirar su perfecto nivel de profesional médico!.
Hacía ya muchos años que no veía
a este caballero, pues era un niño cuando yo bajaba desde Huesca a Torralba de
Aragón y durante mi enfermedad no me enteré de que se preocupó de mí.
Pero antes de estar enfermo, cuando
subíamos a oír la Misa con mi novia Felisa a la Parroquia de Torralba,
pasábamos por la Escuela a la que
asistía el entonces niño Nicolas García Labat. ¡Cómo la iglesia de Torralba de
Aragón en la cima de una elevada
colina, dirige a los cielos, desde lo
alto de la misma, las oraciones de sus
hijos de Torralba, que en la altura que
los aproxima a los cielos, dirigen al Todopoderoso, oraciones por sus
antepasados y confianza por su porvenir!. Para alcanzar la altura en que se
levanta la iglesia Mudéjar, se pasaba cuando yo acompañado por mi entonces
novia Feli, por la Escuela , veía a
Nicolás García Labat con sus compañeros,
acompañados por su profesor, su esposa y su hija, de belleza y simpatía sin
igual, que también subían a la altura de la iglesia mudéjar, para participar en
la celebración de la Misa por el sacerdote…..
Desde la altura de la iglesia, a
su oeste y por la llanura, se contemplaba el pueblo, pero ya al lado de la
noble y bella casa de Coarasa, empezaba la llanura a escalar hacia la Sierra de
Alcubierre. Cerca de Casa Coarasa pasa el Canal de Riego y encima de él, hay
campos de secano. Allí Mariano Bercero tenía una paridera a la que acudía a
soltar a las ovejas por aquella enorme Sierra, que bajaba desde Tardienta hasta
Alcubierre.
De aquella Sierra se acuerdan los vecinos de Torralba y de
Alcubierre, de los famosos bandidos El Cucaracha y otros famosos bandidos.
¡Ahora los escasos vecinos que quedan en aquellas huertas que han sido tierras
de secano hasta hace cuatro días, se cuentan las aventuras de aquellos
bandidos, que no consiguieron quitar a los monegrinos la devoción a las diversas ermitas, como la de
Santa Elena, en la parte alta de la Sierra, desde la que se protegen los torralbinos.
El centro de aquella ruta
geográfica entre Tardienta y Alcubierre tenía que cruzar la Sierra para llegar
al Santuario de Nuestra Señora de Magallón, situada en la provincia de Zaragoza
Allí acudían vecinos de los pueblos desde Tardienta, Torralba, Senés, Robres y
Alcubierre.
Al Santuario de Nuestra Señora de
Magallón, en alguna ocasión acudiría el
hoy Doctor Don Nicolás García Labat.
En la iglesia del pueblo de Uncastillo, hoy aragonés, están escritas en
vascuence varias oraciones, como el Credo y el Padre Nuestro, porque, a
principios del siglo XX, los feligreses rezaban esas oraciones. En el norte de
Aragón quedan todavía “Godés”, que fueron abundantes en aquellos lugares en que
se hablaba la lengua vasca, concretamente en Huesca y en Siétamo. En
Vascongadas querrían que volviese a usarse el vasco y en Aragón, ni siquiera
queremos acordarnos de esa antigua lengua española.
Tampoco es posible olvidar a
otras razas humanas, como los agotes, que aprendieron el vasco y ahora ya no se acuerdan
del
mismo… ni de ellos.
Hoy nos hemos encontrado después
de pasar tantos años, y me alegro ¡Nicolás!, de que dediques tu persona a la
salud de los españoles actuales. Estoy seguro de que tu temperamento influirá
en la salud de tus conciudadanos y tu seguirás sonriente con tu prójimo y feliz
de esa zona, contigo mismo.
En el zaragozano Uncastillo se
encuentran los restos de la baztanesa ciudad romana de Los Bañales. Con
individuos de esa zona de la Cinco Villas, se repobló Zaragoza. Tomás Goya y
Lucientes, hermano del gran pintor Goya, que se casó en Sobradiel con una
Baztanesa. En el pueblo de Zizur, Marino Latienda, se ha convertido, en un
historiador, que ha recorrido casi todos los monumentos de Navarra, de Zaragoza
y de Huesca. Me enseñó un archivo de fotos de los monasterios próximos del Monasterio
navarro de Leyre y del cercano aragonés de San Juan de la Peña.
Por esas tierras navarras y
aragonesas el antecesor navarro de Nicolás García Labat, nacido cerca del
Monasterio navarro de la Oliva y por el pueblo navarro de Carcastillo, que se
casó en Torralba de Aragón, donde vino al mundo el Doctor Don Nicolás García Labat, iba por aquella zona
navarro-oscense practicando el comercio rural. Al pasar por el navarro pueblo
de Carcastillo, me he encontrado varias veces con corridas de toros por sus
calles. Cuando sales de esta población y estás cerca del aragonés Uncastillo,
en el que se ha hablado vasco hasta unos pocos años. Por estas tierras del
antecesor navarro de Nicolás García Labat, ya no se habla la lengua vascongada,
pero cuando éste iba al Santuario de la Virgen de Magallón se encontraba con
los peregrinos del pueblo de Alcu-Bierre, que con el sonido “bierre”, oía
hablar en vasco, como lo oía su antepasado en Carcastilo navarro y en
Uncastillo, oscense.
Hoy te he encontrado joven, en
una época en la que nos acordamos de nuestras tierras en las que se cosecha
trigo y en la Sierra que baja desde Tardienta a Alcubierre. Ha pasado parte de
la historia de mi vida pero al verte me has hecho recordar esa Sierra que baja desde Tardienta hasta Alcubierre, con ermitas
en sus alturas, como la Virgen de Magallón, ya en tierra de Zaragoza.
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