sábado, 12 de junio de 2021

El Amparo.-

 



El nombre del Amparo es antiguo, porque el significado de tal palabra lo ha necesitado el hombre desde que sus primeros padres Adán y Eva, fueran echados del Paraíso Terrenal. Necesitaron al poco tiempo de ser libres y de andar por el inmenso mundo abrigo, defensa, auxilio, igual que ahora, cuando ya han pasado muchos siglos y gran número de generaciones, en que los hombres y mujeres juntamente, a veces y otras en solitario, se ven apurados y solos en su trabajosa y envejecida vida y tienen que buscar, como dice el escritor Clarín “amparo, mucho cariño ,un regazo”,como lo buscan los niños pequeños. Y la Sociedad humana se ha preocupado desde hace muchos de dar acogimiento, de adoptar, de apoyar, de proteger, de dar refugio, abrigo y amparo a muchos necesitados, aunque sin los medios económicos y técnicos que ahora tenemos. Y   se creó en Huesca el Amparo, que es una residencia modelo para los necesitados de él.

Es propiedad del Ayuntamiento, pero lo dirige  el Patronato de la Virgen de la Merced. Cuando se creó  no existía la Seguridad Social y ahora que funciona, no llega a poder acoger a todos los miembros de la Tercera Edad ,que piden ser amparados. Se ha creado una multitud de centros  de acogida por la iniciativa privada,  pero aún así no pueden acoger a muchos hombres y mujeres, que ya no son capaces de vivir solos, y  se quedan desamparados.

El Amparo oscense  ya no es un refugio sin habitaciones,  con unas cámaras enormes  que divididas con cortinas, hacían que los hombres, en una sala  y las mujeres en otra, durmieran separados, más o menos.

El Patronato, al subir el nivel de la sociedad en general, decidió dar mejor vida a los ancianos ,hacer que su estancia fuera más feliz y darles más larga vida.

Ahora hay habitaciones para una sola persona y otras para dos,  en que se acogen preferentemente los matrimonios, con su cuarto de baño. Tienen biblioteca, sala de gimnasia, cuarto de estar con una inmensa televisión ,una moderna cocina, un comedor elegante y unos espacios ,que en el verano les permite estar al fresco ,en la sombra.

Las monjas de Santa Ana mantienen una limpieza pulcrísima y dirigen la cocina y cuidan el bienestar de los acogidos.

En los tiempos pasados, tiempos de escasez, aquellos ancianos no tenían tantas comodidades como ahora y se veían en la necesidad de sacar el dinero, en ocasiones vendiendo cupones para la rifa del “tocino”.

En los viejos tiempos no se quedaba ningún anciano sin  poder entrar en el amparo, a pesar de que entre ellos se encontraban también los “tiones”. Ahora, es mayor el número de solicitantes debido a unas causas materiales, como la pequeñez de los pisos y otras por motivos éticos y costumbres nuevas, que hacen que los jóvenes con los viejos vean difícil su convivencia, ya por falta de generosidad, o por que en la familia del marido se necesita auxilio para sus ancianos, igual que pasa en la de la mujer. Por otro lado, cuando los mayores ven las condiciones que reúne el Amparo y su situación, sobre la muralla, desde donde se ve a la izquierda el Gratal, a la derecha la Sierra de Guara y en medio el Salto de Roldán, se quedan enamorados del paisaje, que tiene a su lado el torreón de la muralla y más abajo, se pueden contemplar el convento de las Miguelas, el renovado río Isuela con su bello puente de San Miguel. Estas visiones les hacen recordar la vida que pasaron en sus pueblos y quieren entrar, porque han hecho ya su petición más de cien seres humanos que necesitan esa ayuda  para pasar el resto de sus días, hasta que tengan que llegar a la eterna presencia de Dios.

 Como en otras Residencias de ancianos, cada día hay peticiones de entrada, porque, entre otras razones, todos vamos envejeciendo y se les tiene que decir que no pueden entrar, cuando su vida es difícil y se va acortando más o menos deprisa.

El Patronato siente inquietud social y ama a los ancianos y quiere para ellos un porvenir más llevadero, que les haga prolongar su vida durante algunos años más, haciéndoles pasar  de un modo agradable aquel tiempo de vida  que les queda. Y ,pensando en tan noble motivo ,compraron el solar, que se encuentra encima del amparo, como si se tratara de un magnífico observatorio y quieren edificar en él.

Hacen falta dineros para realizar tan noble obra y los pidieron  al Gobierno de Aragón, que con sentido de la Justicia ,les prometió una cantidad notable para la ejecución de esta Residencia y está actualmente el patronato gestionando la posibilidad de construir este edificio, de acuerdo con las normas del nuevo Plan de Urbanización.

De la importancia social de esta obra, esperan que las autoridades puedan resolver las dificultades actuales y en breve pueda la ciudad de Huesca ,con su provincia disfrutar de una Residencia ,tal como está proyectada por el arquitecto Don José Miguel Ferrando Vitales.

 

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