sábado, 19 de junio de 2021

He encontrado una Novena a San Antonio de Padua

 


Foto a principios del siglo XX.

Hace años siempre estaban, cuando en las iglesias no había luz eléctrica, haciendo novenas a los santos, en los que confiaban, pues casi no estaban preparadas las carreteras para visitar a los  antiguos  santos, en sus ermitas o en sus iglesias parroquiales. Dentro de  la  mayoría  de  iglesias  no llegaba energía eléctrica, para venerar a los santos en medio de una alegre luz, los devotos y sobre todo las abundantes devotas. Si no brillaba la luz eléctrica en las calles, ni en los domicilios, ni siquiera en el centro de la iglesia, la oscuridad que se trataba de corregir encendiendo velas. Había quien fabricaba velas de cera con cuya luz, obtenían una visión natural encendida la mecha de la vela, que al quemarse derramaba buen aroma de cera natural por la bóveda de la iglesia.  Yo he visto pocos aragoneses vestidos con calzones cortos, que por su parte baja enseñaban unos calcetines de lana, que habían creado sus esposas, y en lugar de exhibir un gorro, llevaban “cacherulos”, que en algunos lugares y según su categoría, cubrían a veces con un sombrero. Cubrían su tórax con una camisa sin cuello, y encima portaban un chaleco negro.

Se ven en una fotografía por la carretera frente a casa Pisa un grupo de hombres que suben avanzando hacia el Oste del pueblo. Sigue otro grupo en el que también van vestidas de aragonesas varias mujeres y de las que es difícil sacar su aspecto con exactitud. ¿ De  qué  año procede esta fotografía?. Lo ignoro, pero esta imagen, muestra una realidad, que se vivió muchos años y que se ha olvidado. ¿Estarían celebrando alguna fiesta religiosa o esperando que por la carretera acudiese algún  sacerdote  o  alguno de esos antiguos políticos?.

Esa fotografía nos muestra una gran cantidad de hombres y de mujeres vestidos con sus ropas de aragoneses o “maños y mañas”, que van caminando por la carretera que pasa por el pueblo. Yo  no   a  qué se debe ese tránsito por la carretera, que sube por la derecha a Siétamo y por la izquierda a Huesca. Nadie me ha dado explicaciones de esa cantidad de  Sietamenses, pero yo recuerdo a “aragoneses” que iban vestidos de esa forma, como “Recuerdo algún año después de la Guerra Civil de 1.936 a un  abuelo, de casa “Calvitos” portando una especie de “tapacabezas” o cacherulo con una faja cubriendo su vientre y una abarcas, que cubrían sus calcetines, de lana de oveja.

El año de 1.936, subimos a Ansó huyendo de la Guerra Civil y allí proliferaban ansotanos y ansotanas, vestidos con sus trajes aragoneses. Me acuerdo de una ansotana, vestida toda ella con sus ropas aragonesas, a la que mi hermano pequeño Jesús, le causó la pérdida de unos pollitos y al tratar mi padre de pagarle su valor, la buena ansotana de un gran  corazón, no quiso cobrarle ni un céntimo. Pasaron los años y se veían ansotanos vestidos con su ropaje, por Huesca y por Zaragoza. El último ansotano vestido con su ropaje, lo seguí viendo en Zaragoza, donde yo estudiaba en la Facultad de Veterinaria y en Huesca. Tengo colgadas en mi casa fotografías de ansotanos y ansotanas, que me hacen recordar a esa noble casta aragonesa.

No hay que olvidar a San Antonio de Padua, “que fue un protector de los que han sufrido en la vida. La pérdida de la salud, la escasez de recursos, las injustas persecuciones, la ausencia de paz……y todo cuanto puede atenazar el alma”.

Hay un responsorio de San Antonio, que dice: “Si buscas milagros mira-muerte y error desterrados, -Miseria

 y demonio unidos-leprosos y enfermos sanos.- El peligro se retira,-los pobres van remediados; Cuéntenlo los socorridos,-díganlo los Paduanos”.

La vida era dura para nuestros antepasados y tenían que acudir a los santos, como San Francisco de Asís y a San Antonio de Padua. “Este se convirtió en protector de los que sufrían, pues acompañaba el dolor del pecado, la pérdida de salud, la escasez de recursos, las injustas persecuciones, la ausencia de paz, las hondad preocupaciones, las grandes tristezas”.

Los Santos Antonio y Francisco de Asís nacieron en  familias  poderosas,  pero se entregaron a los escasos de dinero, para proteger la ausencia de necesidades, cuando ahora la Sociedad trata de encontrar la igualdad entre los hombres. Los seres humanos van envejeciendo y tornándose muchos inválidos para el trabajo. Estos seres humanos son recogidos en residencias para ancianos y yo he visto en un Centro para ancianos, una pequeña capilla, en la que se juntan ancianos y ancianas, para rogar por un futuro, que se acuerde de la unión de los difuntos con la  Vida Eterna.

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