miércoles, 30 de junio de 2021

El pastor Rafael, salva una oveja caída en un pozo.

 


                              Recopilación de escritos, de Ignacio Almudévar Zamora.-

Aquí en Huesca se dan las mismas circunstancias, cuando las buenas gentes, quizá movidas por su subconsciente colectivo algunas y otras por  una  consciente  fe cristiana, vienen a Cillas a Sanjuanarse, la noche de San Juan Bautista.

¡Samjuanarse!, palabra nuestra, el porque me parece que no se encuentra en el Diccionario de la Lengua Castellana.

Y aquí hemos acudido los presentes, ya sanjuanados, doblemente por el agua que recibimos en el bautismo y por las reflexiones y alegrías, que la próxima, más bien inmediata Navidad promueve en nosotros. Y entre nosotros están los pastores, con los que, como Veterinario, tantas veces he convivido, he participado en sus trabajos y ¿por qué no decirlo?, en sus colaciones. Y es que los pastores están llenos de dignidad, ya que ellos fueron los primeros llamados al Portal por un  Angel, que les cantaba: “Pastores venid, pastores llegad, a adorar al Niño, que ha nacido ya”.



En el Evangelio también se lee: “El Buen Pastor da la vida por sus ovejas”. Yo lo he podido comprobar en varias ocasiones, sobre una de las cuales escribí de la siguiente forma: hay un pozo en mi pueblo, contiguo al camino que conduce a una granja. Una vez que pasaba por ahí un rebaño de ovejas, una de ellas se asomó al citado pozo, que carecía de brocal y cayó dentro Antonier, buen pastor como el del Evangelio, sin encomendarse a Dios ni al diablo, se tiró al pozo para salvarla, pero una vez dentro no podía sacar la oveja ni salir él. Empezaba a subir, y la pared de tierra se desmoronaba como se desmorona un  montón de trigo, cuando los niños suben por él. Antonier sufría por sí mismo, por la oveja que balaba, por la que arriba permanecían sin pastor y por los perros del ganado que se miraban desde arriba, con pena, como si fuesen a llorar.

Cuando notó que se agotaba, empezó a llamar a gritos, hasta que, por casualidad, alguien que por ahí  pasaba,  le oyó  y avisó a los demás vecinos que por allí estaban y entre todos sacaron, primero a la oveja y luego a él.

El Señor dice que el Buen Pastor da la vida por sus ovejas, pero no dice que la ha de dar por las ajenas y la oveja, en este caso, no era del pastor.

Por este comportamiento, me explico que los pastores tengan tanto protagonismo “ en el Portal de Belén, donde  hay también como protagonistas, estrellas, sol y luna, la  Virgen y San José  y el Niño que está en la cuna”.

En lo más alto del pueblo de Belén y ahora del belén  luce una estrella que en un cuadro de Giotto, algunos identifican  como el Cometa Halley, que guió  a los Reyes Magos hasta el Portal, y  como si descendieran también del cielo, por el que circulaba el cometa, se veían  ángeles que cantaban: “Pastores venid, pastores llegad a adorar al Niño,  que ha nacido ya”. Se había cumplido la profecía y ángeles y pastores cantaban: ”Puer natus est  nobis in Betleem”. Nada menos que un Niño- Dios había nacido para nosotros, para todos los hombres a los que comunicó su participación en la divinidad,  nos comunicó la dignidad de hijos de Dios, de la que muchas veces, por desgracia nos apeamos.

Bartolomé Leonardo de Argensola, ante ese Nacimiento, ante tal acontecimiento exclama:” La noche  ofuscaba  al  mundo- y por horror y por sueño- todas las cosas yacían- en el más alto

 silencio – cuando piadosa la luz – nació de un virgíneo seno- que distinguió distinguió los colores- y las tinieblas huyeron”. Cedieron con el tiempo las tinieblas del alma ante la llegada de la  Fe,  en el Hijo de Dios y en la dignidad del hombre, ante la llegada de la Esperanza, que conduce al   equinocio  de Primavera, en que se alcanza el equilibrio entre la duración del día y de la noche, en que Jesús seguirá el ciclo de la Salvación, dando su vida por nosotros en la Cruz, para que esperemos su Segunda Venida en el día del Juicio Final, practicando la Caridad, como nos advirtian los pastores, cuando cantaban: ”Madre en Belén hay un Niño más hermoso que el so bello, tirando está de frío, porque el pobre vino en cueros” ,”Anda y llévale al Niño ropas y así se calentará, porque en esta tierra ya no hay Caridad.

1 comentario:

  1. Me ha encantado recordar a Antonier y las ovejas, como buen pastor que era, gracias papá

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