El nombre del Amparo es antiguo,
porque el significado de tal palabra lo ha necesitado el hombre desde que sus
primeros padres Adán y Eva, fueran echados del Paraíso Terrenal. Necesitaron al
poco tiempo de ser libres y de andar por el inmenso mundo abrigo, defensa,
auxilio, igual que ahora, cuando ya han pasado muchos siglos y gran número de
generaciones, en que los hombres y mujeres juntamente, a veces y otras en
solitario, se ven apurados y solos en su trabajosa y envejecida vida y tienen
que buscar, como dice el escritor Clarín “amparo, mucho cariño ,un regazo”,como
lo buscan los niños pequeños. Y la Sociedad humana se ha preocupado desde hace
muchos de dar acogimiento, de adoptar, de apoyar, de proteger, de dar refugio,
abrigo y amparo a muchos necesitados, aunque sin los medios económicos y
técnicos que ahora tenemos. Y se creó
en Huesca el Amparo, que es una residencia modelo para los necesitados de él.
Es propiedad del Ayuntamiento,
pero lo dirige el Patronato de la Virgen
de la Merced. Cuando se creó no existía
la Seguridad Social y ahora que funciona, no llega a poder acoger a todos los
miembros de la Tercera Edad ,que piden ser amparados. Se ha creado una multitud
de centros de acogida por la iniciativa
privada, pero aún así no pueden acoger a
muchos hombres y mujeres, que ya no son capaces de vivir solos, y se quedan desamparados.
El Amparo oscense ya no es un refugio sin habitaciones, con unas cámaras enormes que divididas con cortinas, hacían que los
hombres, en una sala y las mujeres en
otra, durmieran separados, más o menos.
El Patronato, al subir el nivel
de la sociedad en general, decidió dar mejor vida a los ancianos ,hacer que su
estancia fuera más feliz y darles más larga vida.
Ahora hay habitaciones para una
sola persona y otras para dos, en que se
acogen preferentemente los matrimonios, con su cuarto de baño. Tienen
biblioteca, sala de gimnasia, cuarto de estar con una inmensa televisión ,una
moderna cocina, un comedor elegante y unos espacios ,que en el verano les
permite estar al fresco ,en la sombra.
Las monjas de Santa Ana mantienen
una limpieza pulcrísima y dirigen la cocina y cuidan el bienestar de los
acogidos.
En los tiempos pasados, tiempos
de escasez, aquellos ancianos no tenían tantas comodidades como ahora y se
veían en la necesidad de sacar el dinero, en ocasiones vendiendo cupones para
la rifa del “tocino”.
En los viejos tiempos no se
quedaba ningún anciano sin poder entrar
en el amparo, a pesar de que entre ellos se encontraban también los “tiones”.
Ahora, es mayor el número de solicitantes debido a unas causas materiales, como
la pequeñez de los pisos y otras por motivos éticos y costumbres nuevas, que
hacen que los jóvenes con los viejos vean difícil su convivencia, ya por falta
de generosidad, o por que en la familia del marido se necesita auxilio para sus
ancianos, igual que pasa en la de la mujer. Por otro lado, cuando los mayores
ven las condiciones que reúne el Amparo y su situación, sobre la muralla, desde
donde se ve a la izquierda el Gratal, a la derecha la Sierra de Guara y en
medio el Salto de Roldán, se quedan enamorados del paisaje, que tiene a su lado
el torreón de la muralla y más abajo, se pueden contemplar el convento de las
Miguelas, el renovado río Isuela con su bello puente de San Miguel. Estas
visiones les hacen recordar la vida que pasaron en sus pueblos y quieren
entrar, porque han hecho ya su petición más de cien seres humanos que necesitan
esa ayuda para pasar el resto de sus
días, hasta que tengan que llegar a la eterna presencia de Dios.
Como en otras Residencias de ancianos, cada
día hay peticiones de entrada, porque, entre otras razones, todos vamos
envejeciendo y se les tiene que decir que no pueden entrar, cuando su vida es
difícil y se va acortando más o menos deprisa.
El Patronato siente inquietud
social y ama a los ancianos y quiere para ellos un porvenir más llevadero, que
les haga prolongar su vida durante algunos años más, haciéndoles pasar de un modo agradable aquel tiempo de
vida que les queda. Y ,pensando en tan
noble motivo ,compraron el solar, que se encuentra encima del amparo, como si
se tratara de un magnífico observatorio y quieren edificar en él.
Hacen falta dineros para realizar
tan noble obra y los pidieron al
Gobierno de Aragón, que con sentido de la Justicia ,les prometió una cantidad
notable para la ejecución de esta Residencia y está actualmente el patronato
gestionando la posibilidad de construir este edificio, de acuerdo con las
normas del nuevo Plan de Urbanización.
De la importancia social de esta
obra, esperan que las autoridades puedan resolver las dificultades actuales y
en breve pueda la ciudad de Huesca ,con su provincia disfrutar de una
Residencia ,tal como está proyectada por el arquitecto Don José Miguel Ferrando
Vitales.
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