sábado, 16 de octubre de 2021

Del Monasterio de San Martin de la Valdonsera a Quinto.

 


En la Val D`Onsera en la misma Sierra de Guara, se encuentran los restos del Monasterio en que vivían en comunidad San Urbez y sus frailes, cuando los moros ocuparon la Península Ibérica.

En tal Monasterio, estaba honrando al Señor, San Urbez, cuando los moros invadieron casi toda España. Era San Urbez un humilde eremita, que, en aquellos tiempos de la invasión mora, se refugiaba en la Sierra de Guara, en un “lugar horroroso”, como escribió el Padre Huesca. Este humilde y oculto centro de la Sierra de Guara, fue ocupado como eremitorio en la Sierra, en un lugar oculto, en el siglo VIII por los visigodos huyendo de los moros. A esta ermita, acudió San Urbez desde Nocito. Allí se convirtió en pastor de almas, al ser ordenado sacerdote. En Nocito fue unas veces pastor de almas  para alabar a Dios acompañado  de los monjes, y alternando su vida espiritual con la de pastor de ovejas. Era un hombre nacido en Burdeos y después de correr los Pirineos, San Urbez se   acogió el año de 750 en las entrañas de la SIERRA DE GUARA por las que bajaban más tarde  los cristianos, por el Monte de Loarre, el de Montearagón, y por Santolaria la Mayor, e  Isarre  y a la más tardana Ermita del Viñedo, donde ya fabricaban los cristianos vino, situada en la misma Sierra de Guara. San Urbez, caminaba por la Montaña, cuando Carlomagno, con la idea de conquistar Zaragoza, corría las montañas del Pirineo  y  hacía posible que bajara hasta OLA y SIÉTAMO  San Urbez para cuidar un rebaño de ovejas.  

Así como Carlomagno bajó hasta Zaragoza para conquistarla, San Urbez bajaba por el pueblo de Loporzano, por Siétamo y Olivito, al pueblo de OLA.  Desde este pueblo, mirando hacia la Sierra de Guara, se observa el Castillo- Monasterio de Montearagón, construido en una altura, desde la que se ve la Plana de Huesca, sobre la que se asienta la capital. Sobre la carretera que lleva a Huesca se ve al Norte el Castillo-Abadía, que se observa como una fortaleza, que está vigilando dicha  ciudad mora de Huesca, capital de la Hoya. Pero desviando la mirada hacia el   Sur, al otro lado hay un conjunto de campos, con el pequeño río Botella, que baja del Monte de Loporzano ya en la carretera N-240, que la cruza para seguir por OLA y acabar en el río Guatizalema. Ascendiendo la cuesta que sube desde la Hoya de Huesca, se contempla a la izquierda Montearagón y  al otro lado se alza el Saso donde se alza un Cruz.



Por ese Somontano corre hasta debajo de Alcalá del Obispo y entre el Saso y montes de la Sierra de Guara, el río Botella o Botellac. Entre la visión del edificio de Montearagón y el principio del elevado Saso, sube la carretera N-240. La carretera ascendente desde la Hoya de Huesca al Somontano, está llena de curvas  y  al  llegar  al  desvío que indica el camino a Loporzano, se torna la carretera recta hacia OLA.  En el  Monasterio de la Val de Onsera, fundado entre los años 507 y 511, tiene una fuente dentro de la iglesia, cuyas cascadas desembocan en el río Flumen, vivió San Urbez. Y desde allí bajaba por el pueblo de SAN  JULIÁN de BANZO a LOPORZANO, donde ya se podían contemplar campos sembrados de trigo. Entre Loporzano y Siétamo estaba la Vía Romana, que pasaba y sigue pasando el pueblo de QUINTO, así llamado por encontrarse a cinco unidades romanas de distancia de Huesca. Igual que Tierz y Siétamo  están distanciadas de Huesca a tres y a siete unidades de medida en Vías Públicas.



Y SAN URBEZ, sacerdote de aquella Orden tan antigua, bajaba a OLA a pastar un rebaño de ovejas, para alimentar a los cristianos de la Sierra de Guara.

Era un sacerdote pastor de los cristianos y de las ovejas y en territorio de Ola y de Siétamo, creó según cuentan vecinos de los citados pueblos, una fuente de agua, que hace unos pocos años suministraba de agua al Campo de Aviación de Monflorite. Yo he comprobado en Siétamo y en Ola brotes de agua que surgen en ambos Montes. En casa OTAL DE OLA guardan con gran devoción una losa pétrea, en que dormía el  Santo, tapado don pieles de oveja. Cuando salía San Urbez, ya no pisaba la Sierra de Guara, sino que pisaba cada vez más tierras sembradas de cereales. En pocos lugares de España se conservan tan pocas reliquias de Santo, como en OLA.

En el Monasterio situado en la Sierra de Guara, todavía se conserva la llegada de peregrinos por sendas muy rústicas Y cada año se celebran peregrinaciones para venerar al Santo que alcanzó los cien años de edad.

Mosen Rafael, que es Clérigo de San Viator, cada año celebra la Misa en el Monasterio de la Sierra de Guara.

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