En la Val D`Onsera en la misma
Sierra de Guara, se encuentran los restos del Monasterio en que vivían en
comunidad San Urbez y sus frailes, cuando los moros ocuparon la Península
Ibérica.
En tal Monasterio, estaba
honrando al Señor, San Urbez, cuando los moros invadieron casi toda España. Era
San Urbez un humilde eremita, que, en aquellos tiempos de la invasión mora, se
refugiaba en la Sierra de Guara, en un “lugar horroroso”, como escribió el
Padre Huesca. Este humilde y oculto centro de la Sierra de Guara, fue ocupado
como eremitorio en la Sierra, en un lugar oculto, en el siglo VIII por los
visigodos huyendo de los moros. A esta ermita, acudió San Urbez desde Nocito.
Allí se convirtió en pastor de almas, al ser ordenado sacerdote. En Nocito fue
unas veces pastor de almas para alabar a
Dios acompañado de los monjes, y alternando
su vida espiritual con la de pastor de ovejas. Era un hombre nacido en Burdeos
y después de correr los Pirineos, San Urbez se
acogió el año de 750 en las
entrañas de la SIERRA DE GUARA por las que bajaban más tarde los cristianos, por el Monte de Loarre, el de
Montearagón, y por Santolaria la Mayor, e Isarre y
a la más tardana Ermita del Viñedo, donde ya fabricaban los cristianos vino, situada
en la misma Sierra de Guara. San Urbez, caminaba por la Montaña, cuando Carlomagno,
con la idea de conquistar Zaragoza, corría las montañas del Pirineo y hacía posible que bajara hasta OLA y SIÉTAMO San Urbez para cuidar un rebaño de ovejas.
Así como Carlomagno bajó hasta
Zaragoza para conquistarla, San Urbez bajaba por el pueblo de Loporzano, por
Siétamo y Olivito, al pueblo de OLA.
Desde este pueblo, mirando hacia la Sierra de Guara, se observa el
Castillo- Monasterio de Montearagón, construido en una altura, desde la que se
ve la Plana de Huesca, sobre la que se asienta la capital. Sobre la carretera
que lleva a Huesca se ve al Norte el Castillo-Abadía, que se observa como una
fortaleza, que está vigilando dicha ciudad mora de Huesca, capital de la Hoya.
Pero desviando la mirada hacia el Sur,
al otro lado hay un conjunto de campos, con el pequeño río Botella, que baja
del Monte de Loporzano ya en la carretera N-240, que la cruza para seguir por
OLA y acabar en el río Guatizalema. Ascendiendo la cuesta que sube desde la
Hoya de Huesca, se contempla a la izquierda Montearagón y al otro lado se alza el Saso donde se alza un
Cruz.
Por ese Somontano corre hasta
debajo de Alcalá del Obispo y entre el Saso y montes de la Sierra de Guara, el
río Botella o Botellac. Entre la visión del edificio de Montearagón y el
principio del elevado Saso, sube la carretera N-240. La carretera ascendente
desde la Hoya de Huesca al Somontano, está llena de curvas y al llegar
al desvío que indica el camino a
Loporzano, se torna la carretera recta hacia OLA. En el Monasterio
de la Val de Onsera, fundado entre los años 507 y 511, tiene una fuente dentro
de la iglesia, cuyas cascadas desembocan en el río Flumen, vivió San Urbez. Y
desde allí bajaba por el pueblo de SAN JULIÁN
de BANZO a LOPORZANO, donde ya se podían contemplar campos sembrados de trigo.
Entre Loporzano y Siétamo estaba la Vía Romana, que pasaba y sigue pasando el
pueblo de QUINTO, así llamado por encontrarse a cinco unidades romanas de
distancia de Huesca. Igual que Tierz y Siétamo están distanciadas de Huesca a tres y a siete
unidades de medida en Vías Públicas.
Y SAN URBEZ, sacerdote de aquella
Orden tan antigua, bajaba a OLA a pastar un rebaño de ovejas, para alimentar a
los cristianos de la Sierra de Guara.
Era un sacerdote pastor de los cristianos
y de las ovejas y en territorio de Ola y de Siétamo, creó según cuentan vecinos
de los citados pueblos, una fuente de agua, que hace unos pocos años
suministraba de agua al Campo de Aviación de Monflorite. Yo he comprobado en
Siétamo y en Ola brotes de agua que surgen en ambos Montes. En casa OTAL DE OLA
guardan con gran devoción una losa pétrea, en que dormía el Santo, tapado don pieles de oveja. Cuando
salía San Urbez, ya no pisaba la Sierra de Guara, sino que pisaba cada vez más
tierras sembradas de cereales. En pocos lugares de España se conservan tan
pocas reliquias de Santo, como en OLA.
En el Monasterio situado en la
Sierra de Guara, todavía se conserva la llegada de peregrinos por sendas muy
rústicas Y cada año se celebran peregrinaciones para venerar al Santo que
alcanzó los cien años de edad.
Mosen Rafael, que es Clérigo de
San Viator, cada año celebra la Misa en el Monasterio de la Sierra de Guara.
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