jueves, 13 de abril de 2023

Pasarse de largo

 



En estos tiempos es tan fácil quedarse corto como pasarse. El que se queda corto en arrancar, con su coche, a la salida de una gasolinera y en horas punta de circulación, tarda en salir una hora, con la correspondiente bronca de los claxons de los que esperan detrás. El que se pasa un stop o un semáforo en rojo expone a los demás a graves peligros y a él mismo a esos peligros y al de quedarse sin carnet. Hoy he tenido necesidad de acudir a una de esas múltiples oficinas, que pese a la proverbial amabilidad de sus empleados, constituyen muchas veces un vía-crucis para gentes sencillas y a veces no tanto, como ya hace muchos años nos explicara el gran Larra en su «Vuelva Vd. mañana». Caminando por el largo pasillo, contento por haber sido bien atendido en mi gestión, he pasado de largo la puerta de salida, que estaba cerrada y me han gritado: Eh!, ¿dónde va? Los reflejos de la persona que me reprochaba, corregía o interrogaba, fueron rápidos y rápida mi reacción de regreso a la verdadera salida, al buen camino, pues yo también había caído en la cuenta de mi error Le contesté: Perdone, señora, yo no tenía ninguna mala intención, ya me conocen su esposo y su hermano, simplemente me he pasado. Me acorde de aquel, que habiendo sido acusado de rojo, exclamó : ¡ Oiga que tengo una tía monja! Un pasota no hubiera contestado, un grosero hubiera dicho: ¡ Tóqueme «as garandoletas!, una perfectista hubiera reclamado mejor señalización, como en esas oficinas inglesas en que un cartel reza «exit». Todo quedó bien, pues al explicar que me había pasado, las dos señoras con sentido del humor, se echaron a reir. Ahora dicen que van a hacer la reforma administrativa, no creo pasarme si pido que señalicen las oficinas, con lo cual evitarían al ciudadano algún sofoco y a los funcionarios el ingrato papel de hacer de gendarmes. Me temo que aun así se crearan situaciones como la de aquel que ante una puerta en la que pone “tiren” -se herniará de tanto- empujar. Perdonen las señoras si me he pasado, de todas formas, la advertencia que se me hizo ha creado en mi la inquietud de saber qué hay detrás de la "Puerta" a la que equivocadamente me dirigía; ¿será un sancta-sanctorum, habrá un tesoro, o simplemente alguna tía en pelotas?.


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