¡Federico.Federico, Federico
Balaguer!, cerebro y un corazón al servicio de Aragón. Te ha conmovido el espíritu
y has salido a la palestra con tu pluma magistral!, al contarte los desfiles
musicales, que han llenado, bajo la Torre Mudéjar, el ambiente allá en Teruel. ¡Qué
hubieras hecho, mi amigo, si hubieras oído y visto, en la Plaza de Teruel, bajo
la Torre Mudéjar, dedicada a San Martín, las bandas del Ejército, que hacían
evoluciones con acordes músicales!.
Sinfonía de calados de ladrillos,
ornados con mosaicos y con acordes de las Bandas Musicales, el pueblo
que las escucha y un revuelo de palomas.
Por un rato, yo me he convertido
en niño, soñando con soldaditos de plomo y llegan los legionarios entre
aplausos y me acuerdo de Darío:”Ya suenan los claros clarines, ya llegan los
bravos guerreros, ya viene el cortejo de los paladines”.
Los pueblos, en este mes, van
subiendo a festejar a la Virgen y los tricornios de gala con sus flautas y sus
trompas, van componiendo la imagen de la Virgen del Pilar.
Federico, tú que has estudiado
historia de tantas guerras sangrientas, te hubiera gustado oir las músicas
militares, que sólo inspiraban Paz, con sus trompas, con sus flautas, con su
lira, sus oboes y un repique de campanas.
¡Qué bello, que se aproximen el Pueblo y Fuerzas Armadas,
porque somos todos uno para defender a España!
Después, en
Albarracín, pueblo el más bello de España, llega su Alcalde, que eligió la
Democracia y hace entrega de la vara de su mando, al General Jefe de Estado
Mayor, de nuestro Ejército.
Así, el Pueblo, mostrándose hospitalario, se aproxima al
Ejército y éste, responde, después de la recepción, pasando otra vez la vara, a
quien la debe ostentar.
De este modo se produjo, ¡Federico!, la doble aproximación
desde el pueblo al Ejército y de éste, al pueblo de la Nación.
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