En la clasificación entomológica,
la tijereta es un insecto dermáptero, pero si además
digo, que se llama forfícula,
nadie, me entenderá; por eso tiro por la calle de en medio y la seguiré
llamando tijereta. Cuando el pueblo, con su sabiduría basada en la observación
la llamó así, por algo sería. Ese algo se ve mirando correr a una de ellas,
fusiforme como un pequeño huso, alargada, de color marrón claro y portadora en
el extremo de su abdomen de un instrumento de dos hojas, en el que algunos
reconocen unas tenazas, pero la mayoría unas tijeras.
En esta discusión estaban el
herrero y el sastre de un pueblo y cada cual arrimaba el instrumento a su
taller y aquel juraba que eran tenazas y el costurero, más comedido, afirmaba
que eran tijeras. ¿Para qué las quiere ese bicho?,gritó el bruto del
herrero;¡desde luego que para nada ,ninguno de los dos!,exclamó la señora
María.¡Pues no tiene razón la señora!, añadió
un monaguillo pillo pues las ¡quiere para cortar las mininas!. Y un coro de
niños empezó a cantar:” ¡ra-ra-ra, suelta la tijereta que te la cortará, ra-ra-ra!.
Los niños cogían las tijeretas y las hacían correr por sus brazos y bromeaban
sobre sus aficiones cortadoras, pero jamás se supo que sólo
uno de esos
Cucos, se la cortara a ninguno.
Sin embargo, el mundo de los
adultos abundaba más en picardías en lo relativo a las lides del amor y del
sexo.
De la misma forma que se rezaba a
San Antonio o se preparaba un elixir para obtener el amor de una persona
determinada, se usaban conjuros, ensalmos y filtros para romper el amor o
impedir su ejecución a una pareja, de uno de cuyos miembros, el que los usaba, estaba enamorado y había
recibido calabazas. Esta magia en Francia se conocía como “denoument de
noeuds”, es decir romper los nudos de la pareja víctima del conjuro. En
castellano no sé como se llama, pero en el Alto Aragón a esa faena la llaman
“incortar”. No sé si se trata de cortar nudos o de cortar otra cosa y si se
trata de esto último, nada mejor que un filtro en el que entren cortamininas
picados.
Ya ven que no hay nada nuevo bajo
el sol ni “a media luz los dos”, pues entonces para
evitar acoplamientos se utilizaban tijeretas y ahora para cortar fecundaciones,
además de “pindoletas”, se usan toda clase de artefactos, artilugios y
“artularios”.
Los adultos ya no usan tijeretas
para sus pócimas, pero los niños en los pueblos, siguen jugando con ellas y
cantándoles sus romances.
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