viernes, 22 de junio de 2012

Huesca en Al-Andalus

Expulsión de los moriscos.


Yo no soy andaluz, soy aragonés pero admirador del genio de los andaluces, que están siempre en contacto con la Naturaleza, como pasa en Jaen, donde “sobre el olivar se vio a la lechuza volar y volar. Campo, campo, campo entre los olivos, los cortijos blancos”, porque los andaluces aman lo blanco y blanquean sus casas y sus cortijos cada año, no como aquí que se blanqueaban las casas, al construirlas, y si alguna se volvía a blanquear, se tardaba años en hacerlo.

Y a Córdoba la canta Federico García Lorca en su Canción del Jinete, diciendo: ”Jaca negra, luna grande, y aceitunas en mi alforja…..Por el llano, por el viento, jaca negra, luna roja. La muerte me está mirando-desde las torres de Córdoba”. Hasta las torres de la ciudad, donde se encuentra la Mezquita, pronosticaban la muerte del poeta. ¡Qué bellas son las palabras con que expresa ese poeta los motivos de su poesía, que demuestran su amor a las cosas sencillas, que componen la Naturaleza, como la jaca, los colores negro y rojo, la luna, las aceitunas en su alforja, el llano, el viento y la muerte, que lo mira desde las torres de  Córdoba.

Sevilla, la reina mora sobre las orillas del Guadalquivir, a cuya torre de la Giralda canta Gerardo Diego: ”Giralda en prisma puro de Sevilla-nivelada del plomo y de la estrella,-molde en engaste azul, torre sin mella.-palma de arquitectura sin semilla”. Dentro de ella he visto bailar a los Seises, con lentitud que parece contraria a los rápidos movimientos del baile andaluz, pero con suprema elegancia.

En el último terceto alude a los árabes, que la hicieron reina y dice: ”Resbala el tacto su caricia vana.-Yo mudéjar te quiero y no cristiana,-volumen nada más, base y  altura”. Pero más tarde tu puerto convirtió Las Américas en veinte repúblicas”.

Y  ¿qué pasa con Huelva?, pues sencillamente Pedro Salinas nos hace soñar con el Parque onubense de Doñana, cuando dice de los pájaros: “Y son ellos.-fatal plural inmenso, como el mar,- bandada innúmera, oleaje de alas;-donde la vista busca y quiere el alma-distinguir la verdad del sólo pájaro,-de su herancia sin fin, del uso hermoso”. El color verde del Parque de Doñana, aloja en sus praderas, sus balsas y sus bosques a las aves europeas y a sus propios cuadrúpedos andaluces, como el caballo, el lince y los ciervos, que pasan juntos el invierno.

Y a Cádiz, ¿Quién podrá cantarle mejor que Rafael Alberti,en su tierra nacido?. Y además poeta de sus mares, como demuestra cuando dice así: ”Si yo hubiera podido, oh Cádiz a tu vera,-hoy junto a ti, metido en tus raíces,-hablarte como entonces,-como cuando descalzo por tus verdes orillas-iba a tu mar robándole caracoles y algas!. Y  ¡Cómo canta  y se divierte Cádiz durante los Carnavales, que preceden a la Cuaresma!”.

Y es Federico García Lorca, enamorado de Granada, quien le canta, en la “Baladilla de los tres ríos”, diciéndole: “El río Guadalquivir-va entre naranjos y olivos.-Los dos ríos de Granada-bajan de la nieve al trigo….Guadalquivir, alta torre-y viento en los naranjales,-Darro y Genil, torrecillas- muertas entre los estanques”.

Y así como, en ocasiones, se hace a sí mismo profeta de su propia muerte, en la poesía que dedica a Málaga, se constituye también en profeta de la actual condición turística de la ciudad: “-suntuosa Leonarda.-Carne pontifical y traje blanco,- en las barandas de Villa Leonarda.- Expuesta a los tranvías y a los barcos.-Negros torsos bañistas oscurecen- la ribera del mar.- Oscilando concha y loto a la vez-viene tu culo-de Ceres en retórica de mármol”. Almería es la provincia con clima más seco de toda Andalucía, donde , como dice Federico en su poesía:”La luna asoma” : “Nadie como naranjas-bajo la luna llena.-Es preciso comer fruta verde y helada”. Y haciendo caso a estos versos, de ser la más árida provincia se ha convertido hoy en un enorme huerto bajo plásticos y regado por el agua de profundos pozos. Almería ha sabido pasar de la “soleá al gazpacho” y pugna con Aragón por la declaración en su territorio de un Parque Estepario de tierra seca, mientras en nuestra también  seca tierra, se lucha por no perder la conversión de sus estepas en huertas monegrinas, que por desgracia no alcanzarán jamás el rendimiento de la tierra almeriense, con su cálido clima, pero Almería tiene hoy una lucha con sus inmigrantes, que colaboran en sus huertos plastificados, pero con su sentido humano y poético, sabrá vencer y abrir un nuevo porvenir para que los inmigrantes convivan con los españoles y nos podamos olvidar de terribles tiempos pasados, como ocurrió en la lucha de las Alpujarras.

He comenzado mi charla diciendo: ”Yo no soy andaluz, soy aragonés, pero sin embargo, repasando la Historia de Aragón de Juan Utrilla, leo que un geógrafo árabe, a saber el famoso Aludrí, describe a Wasqa como “una ciudad de Alandalús,  rodeada por dos murallas de piedra y describe a Zaragoza, como la Saracusta árabe, de sobrenombre Albayda o “La Blanca”, porque sus murallas eran de mármoles blanquísimos que brillaban como la sal gema, siendo la capital de la frontera superior de Alandalus.

Y esta afirmación se demuestra con la existencia, todavía hoy en día, de la monumental Aljafería, donde se desarrolló una Escuela de Filosofía islámica, más relacionada con el Islam Oriental que con el de Córdoba (1118) y en la Seo se encuentra el trabajo de la arquitectura árabe, con sus mosaicos, escritos en su alfabeto árabe.

 En Huesca todavía se conserva una puerta de herradura, de la antigua mezquita, convertida en Catedral tras la conquista por los cristianos. Todavía no se puede visitar porque está en la parte baja de los terrenos catedralicios, cerca de la Calle Forment. Don Federico Balaguer me dijo que cerca del claustro viejo, se encontraban bastantes restos arquitectónicos árabes, añadiéndome (coloquialmente) que no sabía si quedan más, porque no ha pasado por ahí desde hace “un siglo”. Quedan fotografías de restos árabes, como las que sacó Iñiguez, de Madrid y me dijo que haría lo que pudiese para encontrarlas. Añadió que se podría reparar algún resto árabe, como en la Seo de Zaragoza, donde tantos restos musulmanes se han reconstruido. Don Antonio Durán Gudiol decía que poniéndose uno frente a la Catedral, a la derecha se ve una torre, que debía ser un minarete árabe de la antigua mezquita de Huesca.

En Huesca se encuentran además,  monedas árabes y en la cercana casa de Escar (Torre Justo), se encontraron vasijas de barro, para atarlas al círculo de una noria, que al girar las sacaba llenas de agua,  que  entre otras cosas servía par regar. También se encuentran jarras para servir agua en las comidas, típicamente morunas. En la Catedral de Roda se conservan prendas de tejidos netamente árabes.

Según Don Antonio Durán Gudiol se encuentran en la zona del Pirineo, alrededor de Sabiñánigo, varias iglesias mozárabes, siendo sus habitantes cristianos que conservaron su fe cristiana en medio de los musulmanes, sin embargo hay quien dice que dichos templos no son mozárabes, sino que les atribuye un estilo pre-románico. Sin embargo los cristianos tenían en Huesca su iglesia mozárabe, donde actualmente se encuentra la de San Pedro el Viejo, que se debió de deshacer más tarde, para construir la actual iglesia románica, en cuyo estilo la provincia de Huesca es muy rica. En Alquezar se encuentra una cárcel que llaman mozárabe.

Así como Huesca es abundante en el estilo románico, Zaragoza y Teruel lo son en el estilo mudéjar. Los mudéjares o moriscos eran discípulos del Islam, que vivieron,  al principio, en convivencia con los cristianos de la reconquista y más tarde fueron obligados a bautizarse, motivo por el que parecían cumplir con las normas cristianas, tratando de ocultar su fe mahometana, lo que no lograron hacer, hasta que en 1610, fueron expulsados de España. Conservaron su religión y trabajaron con los cristianos un arte, el suyo, es decir el mudéjar.

Gonzalo Borrás escribe: ”La Catedral de Teruel, presenta su nave central cubierta por una extraordinaria techumbre de madera pintada, que constituye la obra más singular del arte mudéjar en España, por lo que la Unesco le otorgó el máximo reconocimiento artístico de Patrimonio de la Humanidad (siglo XIII). Tenemos, por tanto, en Teruel la “Capilla Sixtina del arte mudéjar”, ”por cuyos frisos pintados va desfilando toda la compleja sociedad medieval que la hizo posible”.

Entonces, cuando se constituyó esa sociedad, daba ejemplo de convivencia entre las culturas cristiana, morisca y judía y de convivencia social, tolerancia religiosa y pragmatismo político. ”Los adornos árabes eran vegetales geométricos, así como algunas epigrafías en árabe, como una continuación de los arabescos de la Alhambra de Granada o de la Mezquita de Córdoba. En cambio las figuras humanas o animales está pintadas como pertenecientes en general a la cultura occidental”. El valor más  importante de esta techumbre de la catedral de Teruel consiste en la integración en un mismo arte de la ornamentación de los árabes, con las numerosas imágenes del mundo occidental.

El arte mudéjar vivió su esplendor durante el siglo XIV y los primeros años del XV ,porque en 1525,se ordenó  a los moriscos que se bautizaran,  creándose de esta forma un ambiente de indisciplina y de odio, hasta que fueron expulsados de 1610. Como acabo de decir, Zaragoza y Teruel están llenas de  iglesias y de cubiertas de madera de estilo mudéjar, cuando en otras zonas europeas se desarrollaba el estilo gótico. En Huesca tenemos la participación arquitectónica  árabe en la parte alta de la torre del pueblo de Nueno, en la iglesia de Alcubierre, en la de Torralba de Aragón, en la de Montmesa, etc.,etc. En la ermita de la Puebla de Castro hay una techumbre mudéjar y en la catedral de Barbastro, hace unos días dicen que salió una de esas pinturas mudéjares.

En Andalucía se dieron fenómenos  arquitectónicos, parecidos a los de Aragón, como me dijo Don Federico Balaguer, por ejemplo el arte cristiano de Abhsum en las Alpujarras, donde predominaban los musulmanes, a los que se trató de educarlos cristianamente, elevando iglesias, que luego los mismo moriscos o cristianos nuevos,en la guerra de las Alpujarras, destruyeron.

Vamos viendo como a lo largo de la Historia se van dando coincidencias entre Andalucía y Aragón y leyendo al gran aragonés Costa, vemos como escribe románticamente que los nombres toponímicos subieron desde Andalucía a Huesca y a Barbastro. ¿Escribiría en broma o quería aproximarnos con el parecido entre distintos nombres?. En Andalucía se encuentra el pueblo de Bobastro, donde todavía se encuentran iglesias de origen preárabe, escavadas en la roca y a Huesca parece ser que le vendría su nombre del andaluz pueblo de Huescar, dándose el caso de que Bolskan, que después se transformó en Osca, es de origen vasco, aunque en Andalucía en la provincia de Granada, se encuentra el pueblo de nombre vasco, llamado Eriberri.

Pero dejemos para los entendidos el estudio de estas etimologías, para reparar en la población que nos llevará a ver la relación entre Huesca y Huescar. Empezamos por Adahuesca, que es la población que nos llevará a verla.  Así pues Adahuesca,  a 41 kilómetros de Huesca es según el benedictino Tomás Moral una “población moruna, señorial de calles tortuosas y empedradas, de edificios mudéjares con aire de señorial abolengo en sus aleros, sus portales y sus blasones de piedra”. ”En ella nacieron las niñas, luego mártires Nunila y Alodia”. A parte de las tradiciones de la provincia de HUESCA y de Navarra, Don Antonio Durán Gudiol  ha demostrado que estas mártires nacieron en Adahuesca en el siglo IX, porque lo comprobó en el libro de los Maitines de la fiesta de las santas, en 22 de octubre, lectura que figura en tres códices del siglo XIII, de la Catedral de Huesca.” Al parecer se trata de una simple traducción latina del protocolo judicial del Waliato de Huesca”. Al tratar de las costumbres que seguían entre sí los cristianos y los árabes, dicen que al principio vivían unos y otros en paz y confianza y sin embargo vemos como a las santas Ninila y Alodia las sacrificaron sus parientes moros. Por loa años 824-826, los Banu Qasi, gobernaban la Barbotania  y Huesca, estando emparentados con la estirpe vascona de los Iñíguez, siendo amigos políticos de los Reyes de Pamplona, al tiempo que tolerantes con los cristianos. Nunila y Alodia eran hijas de un poderoso musulmán y de una cristiana que las educó en su doctrina. Pero murió el padre y luego la madre y entonces se fueron a vivir con un tío suyo que era mahometano y éste intentó por todos los medios convencerlas para que se hicieran musulmanas. Fueron citadas a Huesca por Zimel, autoridad de dicha ciudad, que durante cuarenta días trató de convencerlas, pero al fin, cansado, mandó cortarles la cabeza el día 21 de Octubre del año 851.

Los cuerpos,  mandó Zimel echarlos en un pozo, que hoy está con las imágenes de las santas, pintadas por mi sobrino Feliciano Llanas, encima de la Plaza del Mercado, pero sin embargo se produjo el martirio de las niñas, pero no como un ejemplo de persecución, pues el Islamismo y el cristianismo eran legales en Al-Andalus, sino por abandonar el Islam, religión a la que se consideraba pertenecían desde que nacieron, ya que los hijos de los matrimonios mixtos debían ser fieles al Islam. El Obispo Venerio de Alcalá, en una entrevista que tuvo en el Concilio del año 852, se lo contó a San Eulogio, obispo de Córdoba, proponiéndose éste, edificar con el martirio de Nunila y Alodia  a toda la iglesia andaluza.

Como consecuencia de este entusiasmo, se creó la tradición de que el martirio de las dos santas, tuvo lugar en la zona de Córdoba. Incluso Jiménez Pedrajas ha hecho un estudio moderno sobre el tema, sosteniendo que en el Códice de Cardeña “  en  lugar de “civitate oscense”, debe leerse “civitate ischense”, y en San Eulogio, en lugar de Osca, se deberá leer Isca, ciudad ésta que se ha de identificar con Iscar. Según él, Castro Vigeti sería Castro del Río…. Por otra parte, el cerro de la cordobesa Castro el Viejo, en Torre Padrones, podría ser también Castro Vigeti. “¡Ay que ver la rivalidad del Andalus del Norte con la actual Andalucía!”. Y en la misma región, Rafael León ha patrocinado la tesis de una patria granadina para nuestras santas. ”Rafael hace renacer una tesis que cuenta ya con una venerable tradición. La Osca aragonesa tendría su adecuado emplazamiento en la Osca Bética, concretamente en la localidad granadina de Huescar”. Ya el Padre HUESCA rechazó la tesis  con argumentos convincentes e históricamente comprobables.” El conde de Lerín, a quien la Corona castellana quiso premiar su fidelidad y los méritos adquiridos en la conquista de Granada, recibió  en donación la Villa de Huescar. Al tomar posesión, llevó del Monasterio de Leyre una reliquia de las Santas, poniendo bajo su advocación la iglesia reconquistada. Posteriormente el parecido de Huescar y Osca, unido a un culto plurisecular, hizo todo lo demás”.

¿Cómo pasaron las reliquias de las santas niñas de Huesca al Monasterio navarro de Leyre?. Sencillamente, porque ambas zonas eran una misma región vascongada, luchando juntas por conseguir la independencia y cuando los navarros se enteraron del Martirio, para luchar por su fe, fueron rápidamente a buscar al pozo las reliquias, que estaban en una zona dominada por los musulmanes. “ A nuestro modo de ver, sólo Adahuesca presenta un conjunto coherente de pruebas documentales, una toponimia bastante de acuerdo con los presupuestos del códice de Cardeña y con el Memorial y una tradición que se pierde en las sombras de la Edad Media. La coherente identificación de topónimos es la siguiente: Abosca= Adahuesca; Castrovigeti= Alquezar; Osca = Huesca; Territorio Berbetanum= Barbastro”, según  Tomás del Moral.

Pero no sólo en Granada se tuvo devoción a las santas, sino que se extendió por otras provincias. Los andaluces de origen navarro que vivían en Huescar, se vieron en algunas circunstancias obligados a emigrar, haciéndolo  muchos de ellos a Murcia, y para estrechar entre ellos la amistad debida a su origen, no encontraron mejor medio que la veneración a las santas Nunila y Alodia. Los socios de esta hermandad se encuentran en Alcantarilla, Molina y Murcia. Algo parecido debían formar los andaluces que viven en Aragón y concretamente aquí,  en Huesca. Esta casa de Andalucía podría organizar excursiones a Leyre,  que aunque está en Navarra, lo está al lado de Aragón y tiene en su  iglesia además de restos, las antiguas reliquias de las santas, las más recientes piezas  de la iglesia de la oscense y desaparecida Tiermas, entre otras. Sería, según Tomás Moral, al mismo tiempo un homenaje y un acto de hermandad con Granada y con los pueblos de Huescar y otros, a los que se incorporaron numerosas familias navarras, llegando a crear en ellos un verdadero hogar de espiritualidad, centrado en la devoción a las santas. Los Beaumont, condes de Lerín volvieron a Navarra, pero los navarros que se quedaron en Huescar marcaron un navarrismo inconfundible en aquella segunda Navarra. Don Tomás Moral en su libro ”Santas Nunilo y Alodia” dice que “el empeño del condestable Beaumont de querer plasmar Navarra, hasta lo geográfico…hace que Leyre y la ermita granadina tengan un enorme parecido”.

Y en Navarra no son indiferentes al tema, pues en Tudela se celebraron las II Jornadas Andalusíes, los últimos días del pasado mes de Noviembre de 1999.Y si en el libro que he citado se dice que Zaragoza era la capital norteña de Al andalus, Eduardo Manzano Moreno, científico de un departamento del Instituto de Historia, habló sobre “Tudela en la frontera superior de Al Andalus”.

Pero también podrían los miembros de esta casa de Andalucía, mezclados con los oscenses ir a ver el pueblo de Adahuesca, donde nacieron Nunila y Alodia y al mismo tiempo visitar el Castro Vigeti de Alquézar , que está al lado.

Se ha extendido  la devoción a estas santas, en Cataluña, con motivo de la emigración, donde se rinde culto a las santas hermanas en el Monasterio de Montserrat. También hay devoción a las hermanas mártires en Madrid. Se encuentran las imágenes de las Mártires además de en Adahuesca y en Huesca, en Navarra, en Alava, en la Rioja, en Huescar, en Murcia, en Madrid, en Barcelona, etc., etc. No puedo olvidarme de la Ermita de las Mártires, que se encuentra en esta ciudad de Huesca y a la que podía esta Casa de Andalucía acudir a celebrar la fiesta del 21 de Octubre, influyendo para que los oscenses, amásemos más nuestra historia y arreglásemos aquella colina, donde se alza la Ermita. Volvamos al padre Moral que dice: “que al tratar de las esculturas andaluzas en las cuales las de la Ermita oscense han debido tener bastante influencia”, refiriéndonos a dos esculturas medievales, hoy desaparecidas de las hermanas mártires”. Sigue Moral  con las siguientes palabras:” El apasionamiento y afán de apropiarse de las santas para su calendario local, había llevado a los modernos historiadores andaluces a situar el martirio  en la propia región andaluza, argumentando que en esa época los Banu-Qasi que gobernaban en Huesca no desencadenaban persecuciones religiosas y que San Eulogio sólo incluía en su memorial a mártires del Al Andalus…pero el mismo santo que desconocía el texto oscense, coincide con éste en sus líneas fundamentales…excluye del área cordobesa el sacrificio de las dos hermanas….al afirmar que había de escribir sobre los santos que habían triunfado en otras regiones, fuera de las cordobesas”.

Puede ser que yo, como San Eulogio confunda un poco Aragón con Al Andalus, pues después de nombrar todas las provincias andaluzas, he tenido que seguir con Huesca, Zaragoza, Teruel y con Navarra,  contando  así la Historia. Pero no sólo la cuento yo,  sino que  todos los textos,  que he citado tienen algo también que ver con esta tierra, donde vivo, es decir la de Siétamo, como aquella de Lorca, que dice así :”Los cien enamorados-duermen para siempre- bajo la tierra seca“ y en esa tierra también seca, hay un cementerio moruno, sin pared, que nadie sabía que allí estaba, con la única señal de estar rodeado de carrascas, pero sin ningún árbol dentro de él, sin ninguna cruz, pero con las tumbas mirando al sol saliente, como ocurre en el cementerio, también descubierto hace poco, en Avila. Y frente al cuarto en que duermo “ se ve la lechuza volar y volar”… por un ventanal entra la lechuza en la bóveda eclesial y sale por la noche a extender sus silenciosas alas sobre el olivar del  Tapiado,  que desde siglos se encuentra debajo de mi casa. Después de la Reconquista de Aragón, se quedaron muchos moros en sus tierras, pero a pesar de darse libertad a los conquistados para quedarse, por ejemplo en Zaragoza “no se pudo impedir que continuas caravanas de musulmanes abandonaran la ciudad, no sin gran pesar y llanto”. Y en Siétamo, pequeño pueblo, amurallado y con su castillo, gobernaba un noble, pero servido por moriscos y al lado de la recta de la carretera N-240, desde la salida hasta el Barranco, había un pequeño pueblo, llamado Olivito,cerca de Ola, en los que  estuvieron viviendo moriscos hasta su expulsión.

Al apoderarse los cristianos de pueblos y ciudades, no sólo fueron los aragoneses, catalanes y navarros los que repoblaron Huesca, sino que también accedieron numerosos francos, que se dedicaron a ser, principalmente artesanos y comerciantes. ”Pero el Rey Don Alfonso el Batallador,en 1125,había ya instalado en Zaragoza, en su medio rural, numerosos mozárabes, traídos por él mismo, en su expedición a tierras levantinas y andaluzas, de la misma forma en que más tarde, a medida que Andalucía iba siendo reconquistada, se iba poblando por aragoneses, navarros y otros como hemos visto con Huescar. Es curioso como en tal población se cantan todavía jotas, cuyo origen es navarro-aragonés. No somos, por tanto los aragoneses y los andaluces extraños entre nosotros, sino españoles.

Pero hay cosas que nos hacen parecidos, pues la influencia árabe duró en Andalucía cuatrocientos años más que en Aragón pero los primeros reyes musulmanes fuero auténticos viejos cristianos aragoneses, convertidos al Islamismo. Aunque reflexionando se da uno cuenta de que esta afirmación, no es  exagerada, porque además, hay que tener en cuenta, que, sin gobernar, los moros estuvieron en Andalucía y en Aragón hasta 1613.  Como dice la obra “Saracusta” a principios del siglo X, aproximadamente la mitad de la población hispano-romana-visigoda profesaba ya la religión islámica. Estos musulmanes de origen autóctono (muladíes por tanto), fueron mayoría en la sociedad andalusí. El valenciano Doctor LLiso Genovés afirma que “los convertidos al Islam entonces dieron origen a toda la población musulmana de aquella ciudad adscrita, a saber, Huesca”. Por ejemplo Iñigo Arista, navarro –aragonés, tenia un hermano de madre que fue Rey Moro. ¡Para que ahora algunos vascos digan que no son españoles!. Por tanto , al principio de la conquista árabe sus reyes musulmanes y los cristianos eran parientes, en muchas ocasiones. Cuando he hablado de que las huertas de Monegros no serían tan productivas como las de Almería, se explica uno como el clima invernal, influye favoreciendo a Andalucía, en tanto que perjudica a Aragón, pero no sólo en los cultivos, sino en la forma humana de comportarse unos  y otros. Así los aragoneses que procedemos de la Montaña Pirenáica, somos más lentos en el pensar, somos observadores, vamos con la cabeza baja, pensando o meditando. El andaluz también es filósofo, pero tiene más retórica y más gracia y más larga  conversación. Aquí las procesiones son mucho más silenciosas que las andaluzas, pues al pasar la Macarena por las calles sevillanas, durante la madrugada del Viernes Santo, se oyen además del contoneo de los costaleros y el alboroto popular, los gritos de ¡guapa, guapa, guapa!, que emite el pueblo identificado con la Virgen. El antropólogo Isidoro Moreno atribuye a la Semana Santa andaluza tres sentidos, a saber, el primero es recordar plásticamente los hechos histórico-místicos de la Pasión y Muerte de Jesucristo y el dolor de su Madre la  Virgen Santísima; el segundo es una expresión de protesta ante la “experiencia colectiva de opresión secular “ de los andaluces que se identifican con un hombre, acosado  por la injusticia y condenado a muerte por el Poder y por fin es la representación de la vida y de la muerte, triunfando al fin la vida, plasmada por la Resurrección próxima y el triunfo de los pasos de las vírgenes, Y uno se explica fácilmente la reacción de Blas Infante, como contestación a la miseria , ya pasada, cuando dijo de Andalucía que era “la tierra más alegre de los hombres más tristes”.

Como hemos visto, aquí las procesiones son mucho más tristes,  son muchos más silenciosas que las andaluzas, donde los gritos son más frecuentes y rotundos, y al mismo tiempo son acompañadas por “la saeta balconera” o el aplauso espontáneo del público. Me acuerdo de la primera vez que oí cantar una saeta en la procesión tan callada y tan silenciosa del Viernes Santo de Huesca. Ocurrió en el  año de 1946 ó 47. Estaba yo viendo la procesión en el Coso Bajo, cerca de casa del Fumador, cuando de repente, estalló la voz de un cantaor que cantando una saeta, me admiró al tiempo que me extrañó, porque se rompía el silencio de una procesión aragonesa. Pero no hay que tratar de enseñar nada a los andaluces, porque ellos también tienen una procesión de absoluto silencio y seriedad pues así se celebra en Málaga la del Sepulcro.

La poesía aragonesa no es como la andaluza, sino más triste, pues si moría una persona, sus familiares se ponían de luto, que algunas mujeres llevaban ya hasta el fin de sus días. Esta afirmación es exagerada pues el luto, en contraste con el blanco de los cortijos, también se llevaba en Andalucía.

Eso de poesía triste se explica,  en parte, por las letras populares de la Jota, tan cortas, de sólo cuatro versos de ocho sílabas tan sólo, pero con sentido, com aquella que ya tendrá cerca de cien años y que dice así:  ”Para qué ponen leones- en la puerta del –congreso, si para robar a España-sobra con los que hay adentro”. En cambio la poesía andaluza, tanto la popular como la más pura lírica, es más prolongada y más repetida y más adornada con los cantes jondos. Porque el cante jondo fue el principio del flamenco, que se cantaba acompañado de las palmas y de bailes espontáneos,  pero la guitarra se enamoró del cante y lo acompaña. Se dice que su principio está unido a la llegada de los gitanos a España en 1425, asimilándolo  con las canciones antiguas andaluzas y la influencia que  habían recibido de los moros. Son numerosas las formas del cante, por ejemplo las bulerías se acompasan con palmas, las tonás se cantan sin acompañamiento musical, los fandangos se acompañan con castañuelas, el cante de las penas, a saber las seguiriyas, las soleás,  los tangos y los tientos. En el baile los hombres usan el taconeo y el zapateado, en tanto las mujeres llevan la cabeza alta, parece que bailan con la cintura, con un continuo y elegante movimiento de brazos y de manos. Y en Huesca que parece que estas cosas no existen, tenemos un guitarrista gitano, que sin haber estudiado música, toca de maravilla, habiendo actuado en esta Casa de Andalucía. Hace pocos días escuché a otro gitano que en la Plaza de los Fueros cantaba flamenco, con gran capacidad. En 1922, Manuel de Falla, García Lorca y algunos representantes más de la Generación del 27, montaron en Granada un concurso para dar a conocer a los cantores aficionados. Ganaron el “Viejo  Tenazas” y Manuel Ortega, conocido más tarde como Manolo Caracol. El neo flamenco colabora actualmente con el jazz, con los blues o con el pop. No se acabará jamás.

Del cante jondo dice Antonio Machado que esas coplas “se cantan y se sienten, nacen del corazón, no de la inteligencia, y están más hechas de gritos que de palabras…Sólo la costumbre de cantar  llorando,  propia de nuestro pueblo es capaz de encerrar tanta pena y tantos amores en los tercios de una malagueña o en el canto llano de una seguiriya”.

En el Heraldo de Aragón del 12 de Octubre de 1946, José Manuel Blecua, señala “la ausencia de lirismo y de imaginación en el aragonés, el didactismo, el amor a la norma, a la exactitud, lo ejemplar, lo ético y la claridad; el desprecio  por lo vulgar, el predominio de la razón sobre el color y la metáfora, el ingenio contra la falta de potencia imaginativa y el amor a la verdad”. El poeta Rosendo Tello “admite como características de la poesía aragonesa una especial tosquedad en el verso, una ocultación sistemática del sentimiento, descuido formal y un cierto desgarro afectivo”. Para Manuel Pinillos “la poesía aragonesa apenas si existe”. Luciano Gracia afirma que “nuestra lírica arrastra como constantes la reciedumbre de la tierra, el pesimismo y el dolor existencial”. La poesía aragonesa es una poesía  descriptiva, pero llena de sentimientos encubiertos y como dice RosendoTello “ con un cierto desgarro afectivo”. Así es la poesía escrita por un hombre de pueblo, llamado Antonio Larraz Barraca, de Loarre, que vivió en Siétamo, casado con Joaquina Latre Rodrigo:” El oficio del boyero-es un oficio muy chulo,- toda la semana labran- y el domingo lo primero._ lo primero es ir a misa- lo segundo es almorzar- y lo tercero es pensar-donde hay que ir-a hacer mal.-Allá en la huerta del Piojo-hay un alto panizar,-¡entra royo, entra negro-que allí os vais a fartar!. Nos sacamos la baraja, y nos ponemos a jugar,- Mora se juega su duro,- pero Labarta un real- y Moreta el pan de alforja- por no llevar capital”.

Ahora podremos compararla con otra poesía popular andaluza: “ Yo iba de peregrina- y me cogiste de la mano-fuimos cortando las flores-que crecen nuevas en Mayo-y me di cuenta enseguida-que ya estaba enamorada,-Cántame, me dijiste, cántame-cántame por el camino- y agarrada a tu cintura-te canté a la sombra de los pinos”. Aquí se comprueba el verso de Don Antonio Machado que dice así: “ Es el sabor popular,-que encierra todo el saber;- que es saber sufrir, amar,-morirse y aborrecer”.

Ramón J. Sender,  al comienzo de su artículo “Sobre poesía aragonesa”, publicado en el Heraldo de Aragón del Pilar del año de 1977, escribía textualmente: “ Se habla  con frecuencia de poesía aragonesa. En realidad no hay poesía definible por regiones, sino por poetas”. De aquí se deduce que la poesía aragonesa contemporánea no se puede calificar de coherente y menos se puede dividir en generaciones, como los Labordeta, Tello, Gastón, Ciordia, Cudós……..”

En cambio en Andalucía la poesía es viva, sentida por el pueblo, con el ritmo de los versos que pronuncia. En la generación del 27, casi todos sus poetas son andaluces, como Emilio Prados, Federico García Lorca, Rafel Alberti, Luis Cernuda, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre.

A esa generación la Crítica la ha llamado un “nuevo Siglo de Oro” de la poesía española.

Siguiendo la Guerra de 1914, aparece la Literatura de Vanguardia, con deseo de olvidar los horrores del pasado y acabando dicha tendencia por el año de 1930, pero coincide este deseo de olvidar con la depresión económica de Occidente, que obliga a sus artistas a tomar el arte con otra trayectoria, que hace parecer la generación del 27.

Yo nací el año de 1930, cuando estaba empezando la Generación del 27, de la cual fueron maestros Ramón Gómez de la Serna, creador de las Greguerías y Juan Ramón Jiménez, autor de “Platero y yo”, que dice:” Platero es el nombre general de una clase de burro, burro de color de plata, como los mohinos son oscuro y los canos, blancos. En realidad mi Platero no es un solo burro, sino varios, una síntesis de burros plateros”.

Y yo tuve una amiga ,¿se puede tener un amigo o amiga que no sean humanos?, que era Platera, porque era una borrica que era de tal color, que vivía conmigo en mi casa del pueblo, ya antes de la Guerra Civil y gracias a Dios después de ella. Y si Platero caminó también “fue porque Juan Ramón sacó a Platero por el ronzal hasta la puerta de la vida”. Y yo le ponía con exagerada frecuencia a mi burra Platera su ronzal, porque con el fin de montarme sobre sus lomos, para convivir con ella, la llevaba al abrevadero a beber agua; ella bajaba la cuesta despacio, pero cuando la volvía hacia mi casa, emprendía un galope veloz,  tanto que en cierta ocasión me tiró al suelo, dejándome una señal en mi cabeza y ella se escapó a la era de casa, para comer trigo, que por entonces se trillaba. La castigué injustamente y la dejé bastante tiempo atada con su ronzal al pesebre, pero cuando fui a verla , lo había roto a mordiscos para ir , no recuerdo si  a comer a la era o a beber a la fuente. Yo todavía tengo su recuerdo en la parte exterior de mi cabeza y sobre todo en su interior.

Y a caballo en esa burra Platera, fui a vivir la aventura que voy a relatar. García Lorca, ha sido  como un profeta de su muerte, ocurrida en el año de 1936, como dice en su escrito: ”Poesía es amargura,-miel celeste que mana –de un panal invisible-que fabrican las almas”. Al tener lugar el centenario de su nacimiento en 1998, escribí lo siguiente en el mes de Junio, el de la siega de 1936, en Siétamo: ”Yo tenía cinco años,-Salía el sol por el Oriente,-Brillaba el horizonte y el cielo estaba azul,- los hombres con pantalón de pana y su camisa-armados con sus hoces-segaban ,segaban y segaban… Mirábame  hacia el monte, y se veía ,-  una enorme ventana-con la Sierra hacia el Norte,como fondo,-olivos al oeste y al Oriente el Pueyo de Barbastro,-y delante los campos amarillos….-Ingenuamente como niño seguía yo-el movimiento de los pequeños animales; -cacé un insecto verde y lo guardé, envuelto en mi pañuelo,-el cual abandoné manchado de color,-de color verde de su sangre verde y me fui a mi casa,-sin pañuelo, porque mi corazón latía, latía, repitiendo: ¡verde, que no te quiero verde!,- ¡verde que no te quiero verde” .-Un  segador encontró el pañuelo, porque mi corazón latía , latía, repitiendo ¡verde que no te quiero verde!-¡verde que no te quiero verde!- lo trajo hacia mi casa,- donde parece que también sonaba, ¡verde, que te quiero verde!.   Y en mi casa querían el pañuelo,- como aquí en la Casa de Andalucía quieren a su bandera blanca,- como mi pañuelo y verde como el cuco verde.

Y pasó sólo un mes para llegar el de julio de 1936. Como se expresa García Lorca en su “Huerto de Marzo”, diciendo: “Mi manzano da  a lo verde sus brazos”, yo también, porque al llegar el mes de Julio, ya nos esperaba el cambio del color verde por el rojo y el azul. El rojo era de sangre humana y muchos se ponían a gritar: Rojo ,que te quiero rojo, otros gritaban lo contrario: “azul , que te quiero azul”.

La luna miraba extrañada  la siega, que hicieran los segadores del pueblo, y quería el color de las mieses amarillas y el color anaranjado de las naranjas y las flores y el verde de los prados, de las vegas de los ríos y del insecto verde al que ahora, ya no encuentro pero amo, porque he vuelto a amar su color verde, representando a esa bandera que vosotros tanto amáis.

¡Pobre García Lorca! , que “En las gentes iban”, anuncia la profecía de su muerte, cuando escribe: “las gentes iban a lo verde,- el Otoño venía-amarillo de estrellas,- pájaros macilentos y ondas concéntricas.- Sobre el cuerpo almidonado,- la cabeza, ¡párate.- corazón de cera!. Las gentes iban- y el Otoño venía!.-

Yo no era andaluz, pero sentí la necesidad de dedicar un homenaje a García Lorca, en el aniversario de su muerte y de su venida a la vida, y mezclando sus sufrimientos y su poesía con los míos de ¡hace ya tantos años! Y mi pobre poesía, se  la dediqué, aunque es como he dicho pobre,  lo que acaban de leer. No soy andaluz  pero ¿acaso no siento en mí, como una influencia antigua del medio ambiente de Huesca que me hace identificarme con Al –Andalus?.

Al entrar en la Casa de Andalucía, aparte de la ventanas que pareen ser una modernización de las clásicas árabes, se encuentra uno,  rodeando la puerta de acceso, un mosaico de formas andaluzas, es decir geométrico, pensando en sus orígenes matemáticos, como si fuera un signo original y armónico de belleza. Dicen que la arquitectura árabe, incluidos  los mosaicos,  da forma al arte abstracto de la religión islámica, puesto que el arte concreto de las imágenes está prohibido. En las formas matemáticas, el Islam encuentra la manera de exponer el pensamiento y el éxtasis místico.

Pero no olvidemos que estamos en Al Andalus del Norte y en nuestra Catedral, de catorce capillas que la rodean, hay ocho cuyas paredes e incluso algún altar, están revestidos por mosaicos, seguramente mudéjares, como ocurre en la –capilla de la Virgen del Rosario de Santo Domingo y que cuando tengamos la suerte de verlos completamente limpios y perfectamente iluminados, moverán dentro de nosotros como un vértigo ,que nos hará bien, nos divertirá con mitos y nos despertará la fe en un mundo invisible, pero bello, de una belleza total por encontrarse unidas las imágenes occidentales del Altar Mayor de Forment, con los mosaicos mudéjares.

He comenzado diciendo: yo no soy andaluz, soy aragonés, pro acabo convencido de que, con tanta belleza rodeando mi existencia, soy andalusí.



 

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