lunes, 2 de diciembre de 2013

Los mariachis cantan: “Con dinero o sin dinero”





Cantan los mariachis: “Yo sé muy bien que estoy afuera-pero el día que me muera-sé que tendrás que llorar. Llorar y llorar. Llorar y llorar. Ya preveía, el autor mariachi de este rancho, que el día que se acabara el dinero, tendría la humanidad que llorar. Examinando los pasajes de esta rancho, se da uno cuenta de que el protagonista del mismo, es el dinero. Efectivamente, cuando dentro de la Historia, algún gobierno ha intentado suprimir el dinero, la sociedad las pasó negras y explotó, y tuvieron que volver a servirse de él. Aquellos gobernantes dijeron que no querían el dinero, pero todos los hombres pasaron a estar muy tristes, porque el dinero cantaba sus propias cualidades: ”con dinero y sin dinero hago siempre lo que quiero y mi palabra es la ley-no tengo trono ni reina,  pero sigo siendo el rey, ni nadie que me comprenda, pero sigo siendo el rey”. ¡Qué inteligente es el dinero, que como nosotros sabe que tiene que rodar y rodar!. Y nosotros no hemos hecho otra cosa que verlo y hacerlo rodar, unas veces como los automóviles, en épocas de abundancia, pero otras como la actual, casi no rueda el dinero. “pero después,  le dijo un arriero (al dinero), que no hay que llegar primero, pero hay que saber llegar”, como transmitiéndole ánimos, para que el dinero siguiera rodando, corriendo o circulando.   Y sigue cantando el mariachi: “Con dinero o sin dinero,  hago siempre lo que quiero y mi palabra es la ley”. Ahora casi no queda dinero,  pero el dinero es el dinero, “que hace siempre lo que quiere, pues su palabra es la ley”. Sigue diciendo: “No tengo trono ni reina, pero sigo siendo el rey”. No queda ahora dinero, al menos para el pobre, pero él  se constituye en el trono y en el rey.” Con dinero y sin dinero, hago siempre lo que quiero y mi palabra es la ley”. El dinero cuando abunda ayuda al hombre a hacer lo que quiere, y con poco dinero, no hace todo lo que quiere, porque ya no ayuda al hombre,  ya que  tiene que ayudarse a sí mismo. Sigue siendo el rey y su palabra es la ley. Acaba así el dinero su  canción: ”No tengo trono ni reina, ni nadie que me comprenda, pero sigo siendo el rey”.

Sí, hay que darle la razón al dinero, porque él es el rey de nuestras vidas, que no son los gobernantes que dicen que van a arreglar las situaciones económicas. Pero que tales dirigentes de los Países, no son los reyes del dinero, sino sus esclavos, porque siempre crean situaciones de pobreza y de miseria y muchas veces haciendo que ruede el dinero a sus bolsillos, que no son esclavos, como los de sus ciudadanos. En lugar de ser los reyes del dinero son los corruptores de la sociedad y convierten el canto del dinero en su propia canción, cuando dicen: con dinero y sin dinero, hago siempre lo que quiero y mi palabra es la ley. El dinero es poderoso, pero los gobernantes del mundo que lo gobiernan,  corrompen su persona, compuesta de cuerpo y de alma, para identificar el dinero con su propia persona. Así tratan de convertirse los dirigentes en seres corrompidos por  el dinero.

El pueblo no entiende esta falsa filosofía de los que tratan de edificarse con el dinero y el camarero del Bar al que voy a tomar un cortado, me dijo :”Estamos en un lugar, donde no puedes salir a la calle, sin dinero, ya que te cobrarán por aparcar en zona azul, te cobrarán las multas, te multarán si vas bebido y te multarán por manifestar tus ideas. Esta Sociedad no es la mía, no puede ser justa. Y no puede serlo porque saluda a los corruptos y llama ladrones a los santos”. Y acaba Antonio, declarando: “que ésta no es mi idea de un lugar, para poder vivir en armonía con los demás”.

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