Por Ignacio Almudévar.15 de
Agosto del 2001.-
Me he mirado al Sur, desde los
restos del Castillo-Palacio del Conde de Aranda, y he visto, al lado del río
Guatizalema, la blanca silueta de la ermita de la Virgen de Bureta.
Me ha llamado la atención una tan
resplandeciente blancura, en medio de una inmensa mancha verde, con dos
superficies: una más oscura, formada por las carrascas y otra de un verde,
verde como el trigo verde. No he podido resistirme y he marchado a Fañanás y en
su Plaza Mayor, donde los jóvenes estaban jugando a la pelota en su frontón, he
tirado hacia arriba y he pasado por una hermosa Cruz, que en 1990 colocaron los
fañanenses, al lado del camino de firme de hormigón. He llegado hasta el
cementerio y he tenido por fuerza que acordarme de mis parientes, que en
Fañanás vivieron y allí murieron.
Quedaba muy poco recorrido para
subir al pequeño tozal, en cuya cima se alza la blanca ermita.
¡Qué bien eligieron aquellos
viejos fañaneros el lugar donde había de residir una Madre tan querida por sus
hijos!.Pero no sólo los antiguos la querían, sino también los actuales
habitantes, porque estaban los albañiles trabajando, la cal en las paredes
resplandeciendo y no sólo las carrascas, sino los pinos que hace unos pocos
años plantaron, prometen una fresca sombra para este verano.
Pequeño es el tozal, pero está
situado a la orilla derecha del río Guatizalema, mirando al cual, uno ve un
enorme precipicio, no maldito sino bendito porque está todo poblado de
vegetación arbórea.
Es un lugar muy propicio para
orar en él y para contemplar el paisaje que lo rodea: mirando al Norte se ve Guara, que en vasco llaman Gora (arriba),
como aquí decimos Güerri en lugar de “gorri” o
la palabra Xabierre, la nombramos de tal forma, en lugar de decir, como
en vasco “berri”(nuevo); por debajo de ella se encuentran restos de Isarre y
más arriba Nocito, donde se instaló, ya hace muchos años, la ermita de San
Urbez, santo no tan lejano de Fañanás, pues vivió en el pueblo, unido a él, de
Ola (herrería en vasco).
Es que la palabra Bureta se
repite en Aragón, pues existe en Zaragoza, el pueblo así llamado, con los
Condes de Bureta, que recibieron tal título siendo ya Señores del mismo lugar.
“Buru” en vasco equivale a cabeza
y puede que se encuentre tal nombre en Navarra, más bien a su lado, cerca de
Tudela, y de Bureta, era Virrey uno de los Señores de Bureta, y la misma imagen
primitiva de la Virgen de tal lugar, se sabe que vino de Navarra y que los
navarros vinieron a buscarla para llevársela. Bureta pertenece al Campo de
Borja y está situada, debajo y justamente, de la navarra Tudela, siendo
conquistada lo mismo que Tudela , por Alfonso I el Batallador.La Industria
Lorés, incluye
¿Cómo vino desde el Campo de
Borja a Fañanás, la Virgen de Bureta?. Mi amigo, pariente delos Ausaberri de
Siétamo y nacido en Fañanás me dice la letra de la siguiente canción:”Nuestra
Virgen de Bureta- de Navarra, fue venida,-Al monte de Fañanás, en un tronco
aparecida.-Los navarros no quisieron, perder tan hermosa joya. – Intentaron,
muy devotos, no perder tan bella joya.- La Virgen les dijo que no se iba- y los
de los cinco pueblos, intentaron muy de veras- levantarle una Ermita, para todo
el que viniera”. Los cinco pueblos devotos de la Virgen de Bureta, que
custodian su Ermita, son Pueyo de Fañanás, Fañanás, Alcalá del Obispo,
Argavieso y Novales.
Bureta pertenece al Campo de
Borja y está situada, debajo justamente,
de la navarra Tudela, siendo conquistada lo mismo que Tudela, por Alfonso I el
Batallador. La Industria Lorés, incluye la producción de espárragos en la
Denominación de origen “Espárragos de Navarra”. Estas dos circunstancias, explican como de la Virgen de Bureta, en
Fañanás, dicen que llegó a este pueblo, desde Navarra.
Tal vez, al llegar a Fañanás, la
Santa Virgen no quiso marcharse de un lugar tan pintoresco y acompañada por
unos fañanenses muy devotos suyos. Allí se encontraba bien y durante muchos
años fue la reina de la paz, en una
tierra donde vivían los moros, los judíos y los cristianos descendientes de los vasco -ilergetes, de los celtas y de los
godos. Esa circunstancia de ser sus tierras habitadas, hacía siglos, por vasco- ilergetes, luego por
moros, judíos y cristianos se dio lo
mismo en Bureta, debajo de Tudela que en Fañanás. El paso de las vías de
Santiago Apostol, ocurrió por Tudela, Tarazona y por el pueblo de Alcalá del Obispo
y de Ola, al lado de Fañanás.
En el siglo I, existía una villa
romana, donde se construyó un torreón de
vigilancia en la orilla del río Huecha, sobre el que se construyó el Palacio
Condal de los Señores de Bureta. El título de Cande de Bureta, en 1784 pasó a
Crisóstomo López Fernández Heredia, el sexto Conde y Señor de Bureta. Este
Conde se casó con Consuelo Azor y Villavicencio, que fue “La heroína de Bureta,
en Zaragoza, el año 1808.
Estando ya la Virgen de Bureta,
morando en la Ermita de Fañanás, cuentan que en cierta ocasión unos moros
fueron a buscar la puerta de la misma, para usarla como tajadera en el río con el fin
de regar las fincas, pero no pudieron descargarla de los hombros de uno de
ellos que la llevaba sobre sus costillas. Entonces, arrepentidos, la
devolvieron al lugar donde la Virgen vigilaba la paz, la honradez y respeto
mutuo entre sus vecinos.
En Almudévar, antes Burtina se
encuentra en su punto más alto la Virgen de la Corona y en Fañanás, en su
corona, se encuentra la Virgen de Bureta, cuya imagen ya no es aquella de
madera que trajeron o vino de Navarra, pero sus hijos la aman tanto que están
restaurando su Ermita y la casa, donde vivieron sus santeros, porque es preciso
conservar la paz y el amor, para que, entre otras cosas las aguas que pasan por
debajo de la enorme costera que la separa del río Guatizalema, puedan ser
aprovechadas por los habitantes de la hermosa comarca, por la que pasan sus
aguas y que todos puedan regar, incluídos los moros, que podían hacerlo, pero
que quisieron regar fuera de su turno.
¡Virgen Santa de Bureta, que tus
hijos vivan en paz y armonía para que tú les prestes siempre tu ayuda y
protección!.
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